Drabbles Dramione

Harry Potter - J. K. Rowling
F/M
G
Drabbles Dramione
All Chapters Forward

Y era como si el destino jugara con nosotros

—…y era como si el destino jugara con nosotros. Yo llegué al restaurante y tu madre estaba en ese mismo lugar. Estaba en las afueras de París, hijo, y por eso es que me sorprendió aún más ese nuevo reencuentro que…

—¿Draco? —interrumpió una voz a su espalda—. ¿Qué le estás diciendo al niño?

Draco, quien estaba acuclillado al borde de la cuna, se volvió y le sonrió a su esposa Hermione para después darle una mirada cómplice a su primogénito.

—Aparentemente, a Liam le interesa la historia de cómo nos enamoramos y por qué, a pesar de que ya somos tres en la familia, hemos decidido quedarnos en nuestro departamento.

—¿A Liam le interesa? ¡Tiene seis meses, Draco! Y seguimos en Neuilly-sur-Seine porque mide ¡ciento sesenta metros cuadrados!

—Un huevito de codorniz, hijo, pero qué le vamos a hacer. Ya conoces a tu madre… —comentó con voz infantil al tiempo que le hacía un cariño en el pecho al bebé, quien soltó una risotada.

—¿Por qué siento que algo me ocultas, Draco Malfoy?

—¿Te das cuenta, Liam? Así me trata. Es muy dura mi vida, amor. Debí correr en el momento en que ella entró en La Galerie para desayunar aquella mañana. ¡Auch! ¡Hermione! —protestó cuando la bruja le dio un suave golpe en el brazo derecho, y él, dramático como siempre, empezó a pasarse la mano por su brazo adolorido.

—Yo debí correr en el momento en que llegaste a mi oficina en el ministerio cinco días después de mi viaje a París —dijo, en tono de reproche, cruzándose de brazos—. Lo que aún no entiendo, es por qué no dejas a Liam hacer su siesta…

—Ya te lo dije, Hermione. Le estaba contando nuestra historia porque necesito pedirle un consejo.

—Ajá —respondió, alzando una ceja con escepticismo.

—Asuntos entre chicos, ya sabes… —dijo guiñando un ojo.

—Sí…

—Bueno, será otro día que te cuente todo —le dijo dirigiéndose al niño, quien seguía sonriéndole a su padre—, pero qué dices, ¿le damos o no la sorpresa a tu madre?

—¿Sorpresa?

—¿Quieres dársela tú? —inquirió mirando con ojos enamorados a su pequeño clon, quien balbuceó y volvió a reír mientras su padre hacía un movimiento con la mano y hacía aparecer una llave antigua. Draco la colocó en una manita y Liam se aferró a ella, observándola con interés.

—Draco… espero que no sea lo que estoy imaginando… —dijo Hermione apresurándose a cambiar la llave por un pequeño dragón de peluche. Liam lo miró unos segundos antes de pegar unos suaves chillidos de alegría—. Ya habíamos hablado que…

—Por favor, Hermione —la interrumpió, levantándose para abrazarla y darle un suave beso en los labios—. Ya te he dicho que nada más debes dejarte consentir. Merecemos una casa, con un buen jardín donde Liam corra. Un apartamento tan diminuto —la mujer rodó los ojos— en el centro de París no es un buen lugar para crecer. Pero siempre podremos venir cuando querramos. No te preocupes, tampoco he comprado algo muy grande.

Lo cual significaba, por supuesto, que era enorme. Hermione resopló, resignada.

—¿Y se puede saber dónde está ubicada la casita?

—Entre las colinas de Chiltern, en Buckinghamshire. Es una pequeña mansión de mil metros cuadrados, construida en ladrillo rojo, en un terrero de apenas seis hectáreas de jardines y bosques. Es de mediados del siglo XVI, sé que te va a encantar. Y estaremos en Inglaterra, para cuando Liam entre a Hogwarts.

—Dentro de once años, Draco —dijo con tono y mirada divertida.

—Sí, bueno, ya sabes que me gusta planificar todo con tiempo.

Hermione sonrió. Él nunca cambiaría, y eso era parte de lo que significaba ser la esposa de Draco Malfoy, el hombre con quien se había casado dos años atrás, después de haberse enamorado durante un fin de semana en París.

Forward
Sign in to leave a review.