Drabbles Dramione

Harry Potter - J. K. Rowling
F/M
G
Drabbles Dramione
All Chapters Forward

Todo esto es tu culpa

—Todo esto es tu culpa —dijo Hermione una fría tarde de invierno, haciendo un puchero. 

Estaba sentada en un mullido sillón color crema, con una mano en su apenas abultado vientre y la otra sosteniendo un pergamino publicitario de Honeydukes. Había fruncido el ceño mientras se mordía el labio, antes de soltar un suspiro dramático.

La habitación tenía la chimenea encendida por lo que el ambiente estaba a una temperatura cálida muy agradable. A través del gran ventanal se veía un hermoso paisaje invernal, con árboles cubiertos de nieve. El ambiente general era cálido y confortable.

Draco, que estaba sentado en el otro extremo de la sala escribiendo en su libro contable, levantó la vista confundido.

—¿Qué cosa es mi culpa esta vez? —preguntó, alzando una ceja con diversión.

—Esto —respondió ella señalando su vientre—. Tu bebé tiene hambre de esta tarta de queso y fresas —señaló el pergamino— y tú no haces nada por solucionar la situación. 

Draco sonrió al escuchar el tono mitad frustración, mitad anhelo, y dejando el diario a un lado, se levantó para acercarse. 

—¿Y cómo es eso mi culpa exactamente?

Hermione lo miró, con una mezcla de reproche y ternura.

—Porque hiciste esto —volvió a señalar su vientre— y tu bebé no deja de pedirme la tarta. 

—Tú no participaste entonces... —Hermione negó, juguetona—. No es un antojo tuyo, tampoco... —Hermione sonrió con mirada traviesa—. Es hambre del bebé... —Ella asintió con picardía—. ¿Y cómo es que tú sabes diferenciar entre una cosa y otra? 

Draco se inclinó sobre ella para darle un amoroso beso en la frente.

—Cosas de madre e hijo, Draco. Tú nunca lo entenderías... 

—Comprendo... Bueno, ni modo, supongo que tendré que salir a conseguirte esa tarta. —Le acarició la mejilla antes de inclinarse para susurrar en su oído—. Después de todo, no puedo dejar a la madre de mi hijo con hambre, ¿verdad?

Hermione sonrió, sintiendo una calidez en el pecho. Lo observó mientras él tomaba su gruesa túnica de lana. 

—Y que no se te olvide el té rooibos —dijo con una sonrisa divertida.

Draco le devolvió una mirada encantadora antes de salir por la puerta.

—Nunca, Granger. Nunca. 

Forward
Sign in to leave a review.