
Amigos, Problemas y Nuevas Escuelas
¿Qué tan irreal puede ser la vida? ¿Estamos destinados a vivir para morir? ¿Qué significado queremos darle a nuestras vidas? El bien no puede existir sin el mal, y aun así no se pueden atribuir todos los actos "malos" de una persona a la maldad misma; de la misma forma no se pueden atribuir los actos "buenos" o de "bondad" al bien en sí mismo; no es tan sencillo, y por ellos mismos la propia justicia no recae en bien o mal, lo justo no siempre es bueno y lo bueno no siempre es justo; ése es el esquema por el cual se rige toda sociedad, o al menos debería ser de esa forma.
Las semanas pasaron rápido y el 31 de octubre se estaba acercando. Los hermanos Wayne estaban dispersos. Para todos los estudiantes era algo muy obvio que los tres mayores estaban peleando. Draco tuvo que tomar parte en el asunto, no lo dudo; Jason era su mejor amigo; Tim, por otro lado, había decidido que ya no le importaba si Dick y Jason se mataban entre ellos. En cuanto al propio Dick, no se atrevía a actuar precipitadamente con ninguno de sus hermanos en ese momento.
Moody tenía algo contra los Slytherin; eso había quedado claro desde la primera clase que arremetió contra ellos con comentarios mal intencionados hacía sus familias; eso solo fue el comienzo, porque durante cada clase los comentarios eran cada vez peores.
—¿Probar el Imperius en estudiantes? Ja, qué broma. — Dijo Draco desde la rama de un árbol, más asustado de lo que aparentaba.
—Dumbledore al fin decidió que debía dejar de ser el director de esta escuela; después de este año no creo que el ministerio lo deje seguir con este reinado del terror —habló Cass sentada al borde del árbol.
—A veces me pregunto… ¿Cómo fue que terminé en esta escuela? Debí quedarme en Italia con mi madre —dijo Zabini abrazando a Pansy desde atrás, mientras que esta le decía a Draco que bajase del árbol.
—Oh, si fuera tan fácil librarse de los juegos mentales de Dumbledore, yo estaría en Estados Unidos en estos momentos, seguramente en alguna zona de tiro vaciando una P-22. —Interrumpió Jason.
—Si no fuera por mi pequeña Stella, no hubiera dudado en dejar que mi padre me trasladara a Durmstrang este año. —Dijo Draco, mirando hacia el castillo con cansancio.
—¿Leyeron al profeta hoy? —preguntó Theo, recién llegando con un periódico y una manzana verde que le entregó a Draco.
—Gracias, esclavo. —Se burló el rubio de forma "benévola" mientras que hacía un ademán para que su amigo le entregara el periódico a Jason. - Súbdito favorito, por favor, léenos las noticias de la semana.
Jason rodó los ojos y empezó a leer los titulares con falsa voz de comentarista, haciendo bromas de las noticias.
—Ohh, escuchen esto. Llamó aún más la atención Jason antes de empezar a leer. - "Errores en el ministerio: aunque desde la llegada de Fox al ministerio los errores en las diferentes oficinas han cesado, algunos funcionarios del ministerio han dejado mucho de qué hablar, como lo es el caso de Arnold Weasley, del Departamento contra el uso incorrecto de aparatos Muggle, cuya embarazosa participación en una pelea muggle dejó mal visto a su departamento; el mismo Arnold Weasley que hace dos años se vio involucrado en una larga investigación por una denuncia de un supervisor que alegaba que el señor Weasley tenía la afición de llevar a su hogar varios dispositivos Muggle sin el permiso del ministerio".
—Ni siquiera han acertado con su nombre. —Se burló Draco. —Aunque, bueno, no podemos culparlos realmente, quiero decir, es un don nadie. ¿A quién le importa como se llama?
—¿Cuáles son los requisitos para trabajar en el ministerio hoy en día? Resulta que ahora se pueden llevar todo tipo de cosas como si fuera una tienda barata —habló Pansy indignada ante el pensamiento de que cosas peligrosas muggle pudieran estar rondando en el mundo mágico.
—No me la creo, aquí hay una foto. —Dijo Jason soltando una sonora carcajada. - Cuando escuché que le decían madriguera a su casa, no me imaginé que fuera algo así.
—Deja ver. — Murmuró Draco haciendo un movimiento con su varita para acercar el periódico a él. - Oh, por Merlín, Pansy querida, debemos empezar a ser agradecidos con la vida; si mi padre me hiciera pisar un lugar como esa "casa", podría morir.
Las burlas no pararon ahí. Ni siquiera se molestaron en bajar la voz cuando el trío de oro empezó a caminar frente a ellos para llegar a otra sección del colegio. Fue Jason, quien tiene como pasatiempo molestar a las personas que no eran de su agrado, quien decidió hablar más sobre aquella noticia y lo horrible que sería vivir en una casa tan destartalada como lo era la de los Weasley que se mostraba detrás de la foto de los padres del pelirojo.
—De casas destartaladas me viene a hablar el Black desheredado. —contestó Ron con resentimiento.
—Desheredado y todo, aún es un Wayne, y su cuarto tiene más espacio que tu casa. —Fue Draco quien saltó del árbol para defender a su amigo.
—Malfoy… —habló Harry en advertencia para que no se metiera con su amigo.
—Oh, pero sí es San Potter defensor de los idiotas —se quejó Draco sin la más mínima voluntad de ir por un camino pacifista.
—Dejalo. Dray recuerda lo que dice Dickhead sobre ser humildes. Me sigue pareciendo hipócrita de su parte, pero no nos haría mal ser civilizados con los menos afortunados.
Las palabras de Jason fueron lo último que Ron soportó de aquel grupito de amigos y contra todo pronóstico se lanzó contra Draco, quien solo pudo esquivar el ataque del pelirrojo.
Draco había aprendido algo de defensa personal con los Wayne, sin embargo, una cosa era una práctica amistosa entre hermanos, otra muy diferente que un salvaje se le tirase encima cual bestia descontrolada; el rubio estaba evitando que le golpeasen en sus puntos vitales, muy especialmente su cara; en lo personal a Draco no le gustaban las peleas físicas, a duras penas y le interesaban las mágicas, y si tenía que ser totalmente honesto con él mismo, prefería los debates y la investigación antes que los altercados violentos en los cuales podría estar poniendo en riesgo su integridad personal.
Jason observó la pelea con un poco de burla; al mismo tiempo se preguntaba porque Draco estaba optando solo por defenderse, cuando a él le golpeaba seguido solo porque sí; luego tuvo que recordar que su mejor amigo a veces, especialmente desde que supo que tendría una hermana, tenía episodios a los que él había denominado complejo de Hufflepuff. Eso más, la usual personalidad molesta pero no violenta de Draco hizo que Jason pensara que ya era suficiente y con su varita petrificó a Ron, quien estaba a punto de golpear la cara de su amigo.
—Mantén a tu mascota bajo control, Potter. —Dijo Draco soltando un suspiro aliviado. Estaba más preocupado por haber sudado su túnica que por el resto de la situación. —Qué salvaje, mira que tirarse sobre mí, como si fuera un animal.
—Ustedes empezaron sus comentarios, —justificó Harry.
—Potter, si Weasley hubiera intentado golpearme a mí, no habría problema, soy quien empezó esto… De cierta forma, pero sabía que no podría conmigo, así que directamente fue contra Draco. Además, no seas hipócrita, nosotros sabemos bien cómo habla él de nosotros y nuestras familias.
—Qué no haga, lo que no quiere que le hagan a él. —Completó Draco a Jason.
Harry no tenía forma de refutar lo dicho por ambos; él mismo había sido testigo de cómo su mejor amigo hablaba sobre los Wayne y la familia Malfoy. Solo pudo pronunciar un leve "lo siento" mientras que se acercaba a su amigo para anular el hechizo, pero cierto profesor se les adelantó. Moody no era el profesor favorito de nadie y poco le importó lo que había pasado antes de su llegada. Lo único que sabía era que un Weasley estaba hechizado por enfrentar a un Malfoy, castigando así a Draco y Jason.
Era un sábado normal en Hogwarts. Jason y Draco estaban castigados, por lo que no podían salir del castillo esa semana; por ello se encontraban en la sala de menesteres hablando de todo y de nada.
—¿Un pacto de sangre? —Preguntó Draco sin entender porque Jason le estaba hablando de aquello. - ¿Por qué de todas las cosas que puedes aprender de Grindelwald te da curiosidad esa?
—Es como un juramento inquebrantable, pero va más allá, Draco; no hay mucha información sobre ello, pero parece que no solo es mágicamente vinculante. —Jason no parecía seguro de aquello que leía, pero aún recordaba aquel libro viejo que había leído en la mansión Wayne. - Leí sobre ello en un libro más viejo que este. Ahí lo llamaron pacto de hermandad; es como confiar tu vida a otra persona, porque su vínculo mágico les hace imposible volverse en contra.
Draco miró a Jason curioso, le arrebató el libro y leyó aquello que tenía a su amigo tan inmerso; el libro explicaba los pasos, pero había una parte que el rubio no entendía.
¿Por qué las gotas de sangre se guardan en un solo vial y no en dos? Si solo se guarda en uno, pareciera que solo es mágicamente vinculante para con la persona que tiene el orve.
—¿Qué pasaría si usáramos dos viales en lugar de uno? - Preguntó Jason como si le leyera la mente al rubio, mientras que este le devolvía el libro con una mirada que le decía que estaba loco.
—Ni quien quiera formar una hermandad contigo —dijo Draco con sarcasmo; aun así le sonrío con complicidad. - Le pediré a Theo su libro de magia vinculante. Debemos estar seguros de no errar los pasos.
Sin duda habían iniciado un proyecto interesante.
31 de octubre era uno de los días más esperados por los estudiantes, aún más ese año, porque era el día de llegada de las otras escuelas mágicas que iban a participar en el torneo.
Cada estudiante estuvo sentado en la mesa de su casa sin falta. La llegada de los estudiantes de ambas escuelas fue sin duda un show digno de ver; mariposas azul brillante revoloteaban por el gran comedor, y el dragón de fuego de los estudiantes búlgaros sorprendió incluso al propio Draco… Lo mejor de la noche para Jason, al menos, fue ver a Ron Weasley morirse de celos porque Krum lo había saludado y luego había ido a sentarse al lado de Draco.
Dumbledore presentó a varios personajes esa noche, como los directores de las otras escuelas mágicas, unos cuantos enviados del ministerio de magia francés, bulgaro y, como no, de la misma Inglaterra también. Barty Crouch estaba presente, vigilando de forma muy detenida a Jason y Draco.
Y mientras las escuelas mágicas se establecían en Hogwarts, un grupo de magos exhaustos estaba en el despacho de Bruce Wayne.
—No puedo creer que Bella tuviera tantas cosas en sus bóvedas. —Dijo Sirius con una copa en la mano. - ¿Cómo destruimos esto?
—Con veneno de basilisco. —contestó Lucius, quitándole la copa a Sirius para entregarla a Bruce. - Es un milagro que hayamos podido entrar a la bóveda de Bellatrix sin tanto papeleo.
—Bueno, ahora que soy el único Black a quien la bella Bellatrix no le negó la entrada a su bóveda.
—Será porque le parecía imposible que tú tuvieras interés alguno en revisar sus cosas. —Contestó Narcissa ofendida. - A Andrómeda y a mí nos negaron el acceso.
Bruce escuchaba aquella discusión sin mucho interés mientras que metía la copa en una caja de cristal para que luego Selina vertiera el veneno de basilisco y sellara la caja. La copa se derritió en cuestión de segundos y en la caja de cristal solo quedaba un humo negro junto con los vapores del veneno.
Una vez que el ambiente se calmó en aquella oficina, los 5 adultos empezaron a discutir sobre sus siguientes pasos y cómo bajar a Dumbledore del poder.
—¿Saben dónde está el siguiente Horrocrux? —Preguntó Narcissa mientras tachaba de su lista. - Recuerdo haber escuchado que ya lo habían identificado.
—Está en Hogwarts, —aseguró Lucius recordando su vieja discusión con viejos pero no gratos colegas oscuros.
—Es la diadema de Rowena Ravenclaw —mencionó a Bruce, sobando su entrecejo. - Ya he hablado con Dick. Él se está encargando de averiguar dónde está y cómo tomarla.
—Le estás dando demasiada responsabilidad a ese chico. —Se quejó Sirius.
—Necesitamos una forma de entrar a Hogwarts, estar cerca y al pendiente. Con ese torneo de la muerte, ya hay muchos problemas; si hay algún imprevisto con la diadema, debemos estar cerca. - Esta vez fue Selina quien habló.
—En una semana se revelarán a los campeones del torneo ¿no? —preguntó Sirius planificando en su mente. - Como padres y miembros del consejo escolar y del Wizengamot debemos velar por el bienestar de los estudiantes; dudo que el ministro de magia se niegue a dejarnos ir a presenciar la apertura del torneo y las pruebas.
—Es la primera buena idea que te he escuchado desde que te conozco. —Dijo Narcissa. - Da la casualidad que Lucius y yo tenemos una propiedad cerca de Hogsmeade; es lo suficiente grande para nosotros y algunos Elfos… Draco estará encantado de poder ver a Stella seguido.
—Bien, parece que ya sabemos cómo lidiar con el siguiente torneo.
Bruce tuvo la última palabra para luego dar por terminada la reunión. Todos se aparecieron luego de aquello, quedando Selina y Bruce dándose una sonrisa de complicidad.