
LA PIEDRA Y EL BAÚL.
Parece que Quirrell (o Voldemort) finalmente se dio cuenta que la piedra filosofal había sido robada por que a mediados de febrero desapareció sin dejar rastro, eso a su vez hizo que Harry tuviera otra cita para tomar el té con el director aunque esta vez fue un poco más incómodo con Dumbledore y su Daemonio mirándolo fijamente y Harry intentando evitar lo más sutilmente que podía los ojos del otro hombre.
Al final fue libre de irse pero si antes se sentía vigilado ahora lo era más.
Incluso Snape había comenzado a preguntarle cosas relacionadas a los obstáculos que rodeaban la piedra durante las clases de pociones. El resto de la clase miraba al hombre como si se hubiera vuelto loco mientras le preguntaba a Harry sobre dragones y tesoros.
Se podría decir que todo exploto cuando una mañana una elegante águila real se abalanzo hacía el director tirando su taza en el proceso y derramando vino por toda la mesa principal.
Un vociferador se elevó como si fuera una piedra preciosa (era un poco extraño que fuera de un color similar al de la piedra filosofal).
El alumnado entero pareció contener el aliento.
“En todos mis años de vida nunca había conocido a alguien tan inepto.” La voz que salía del sobre era extrañamente frágil pero no menos furiosa. “Tuve que detener a Perenelle para evitar un baño de sangre.”
De fondo se pudo escuchar a una mujer gritar en lo que parecía ser francés. Blaise miro al sobre con la boca abierta, tenía la punta de sus orejas rojas.
“Si supieras francés lo hubieras entendido.” Tuch le susurro al oído, Harry parpadeo recordando que se suponía que en las vacaciones de verano aprendería el idioma.
“… cuando dijiste que tenías en mente un lugar para guardar mi piedra no pensé que te referías a Hogwarts.” Millie lo miraba con la boca abierta y Tracey parecía estar a segundos de comenzar a hacer preguntas.
Harry esperaba que no lo hiciera.
“ y avisarnos con una simple nota, como si hubieras perdido una bufanda.” Dumbledore se puso de pie bajo la mirada de todos los habitantes del castillo, incluso los fantasmas quienes preferían acosar a los alumnos por las noches estaban ahí. El búho del director tenía una mirada similar a la que le daba Tuch cuando le salía mal un plan arriesgado.
Cuando Dumbledore salió de la habitación el Gran Salón cobro vida, los susurros aumentaban de volumen hasta que llego un punto en el que parecía que un avispero gigante se había mudado dentro del castillo. McGonagall intento llamar la atención de los estudiantes, su coyote le daba apoyo moral regalando miradas enojadas a los alumnos más excitables.
Tracey finalmente se rompió. “Entonces…”
“Aquí no.” Harry tomó un puñado de manzanas, Millie pareció entender su idea porque en un suspiro había metido una barra entera de pan y sándwiches dentro de su mochila. Daphne los miro a ambos con el ceño fruncido pero tomo en sus brazos a Arus sin decir una palabra.
Aprovecharon la distracción de todos para salir del Gran Comedor sin llamar la atención.
“Gracias a dios que Quirrell renuncio.” Sala trotaba suavemente al lado de Blaise. “No me puedo imaginar soportar su olor después de recibir una noticia como esa.”
Harry apretó los labios sin querer revelar nada.
“¿A dónde vamos Harry?” Theo hacía uso de sus largas piernas para mantener su ritmo.
“A la sala común.”
Todos avanzaron en silencio evitando a los pocos desafortunados que llegaban tarde al desayuno.
Theo aprovecho su altura para susurrar la contraseña. “Mortulo.”
Lamentablemente la sala común no estaba completamente vacía, casi todos los estudiantes de séptimo año levantaron la vista para recibirlos.
“¿Qué hacen aquí?” Alinen Buchanan parecía estar a punto de tener un ataque de nervios, frente a ella había una cantidad impresionante de pergaminos arrugados.
“Tenemos el primer periodo libre.” Daphne se colocó al lado derecho de Harry con su daemonion todavía en sus brazos. Buchanan frunció el ceño pero los desestimó con un gesto.
“No hagan ruido.”
La rubia asintió y miro a Harry con una pregunta silenciosa.
Harry avanzo hacia la esquina más alejada de los de séptimo año y se detuvo a mitad de camino.
“¿Las niñas pueden entrar a los dormitorios de chicos?”
“Que escandaloso, Harry Potter queriendo meter de contrabando a-” Un hechizo de un asqueroso color rojo que parecía zumbar paso rozando a Blaise. “Vamos, vamos antes de que a alguien se le ocurre comenzar a lanzar crucios.”
Millie se veía ligeramente verde y su daemonion no se veía por ningún lado.
Todos se apresuraron a subir las escaleras al dormitorio de los chicos, afortunadamente para todos pudieron llegar sin problemas, Harry estaba seguro de que si comenzaba a sonar una alarma los asesinarían antes de que llegara Snape.
Al llegar Harry dejó su mochila en el suelo y envió una ráfaga de magia a la estrella del centro con lo que apareció un baúl negro con detalles plateados. Millie se estremeció. Tracey lo miraba con aprensión probablemente porque Theo y Blaise parecían odiar su mochila.
“Esperen aquí.” Harry entro rápidamente a su baúl, agradeciendo mentalmente su previsión de agregar algo así como una sala común en miniatura.
Las escaleras descendían en un largo pasillo, el piso estaba cubierto por una gran alfombra gris con detalles dorados (Según Tuch se parecían a las escamas de una serpiente). La habitación del lado derecho estaba desbloqueada y era donde entrenaba con Blaise y Theo (a pesar de sus quejas sobre tortura era un gimnasio simple) avanzó hasta la segunda puerta y lanzó otra ráfaga de magia a la puerta, ignoro el leve pinchazo de la puerta tomando una muestra de su sangre e ingreso rápidamente a lo que parecía ser un estudio. Había un pesado escritorio al fondo y estantes en las paredes, todavía no tenía demasiados libros pero al menos uno de ellos estaba por llenarse.
Sintió a Tuch deslizarse de su bufanda y asomar su pequeña cabecita.
Harry se dio prisa en buscar la piedra y después de buscar por un rato la encontró en una de las gavetas del escritorio.
“Ten cuidado con esa piedra Harry, es demasiado linda y valiosa como para perderla.”
“Prometo no sacarla de tu vista.”
Harry volvió a bloquear la habitación, el gruñido de “Vigilancia constante.” Y el aspecto del Auror Moody todavía le causaban pesadillas.
Con piedra en mano Harry desbloqueo la primera puerta del lado izquierdo con sangre y magia. Era una habitación un poco más grande que su estudio personal (Harry ni siquiera podía creer que tenía uno de esos), había una mesa en un costado de la habitación con seis sillas alrededor, Harry dejó la piedra en el centro. Los estantes en esta habitación estaban más vacíos pero no quería dejar sus preciados libros tirados donde cualquiera pudiera leerlos, del lado derecho había un par de sofás y sillones con una mesita que parecía ser el tronco de un gran árbol de color blanco. El suelo estaba cubierto con una alfombra de un verde oscuro, en realidad todas las habitaciones tenían alfombras ya que Tuch no soportaba el frio del lugar.
Su Daemonion se movió para esconderse en las esquinas de uno de los sillones.
“Vigilare la piedra.” Le informó con petulancia.
“Lo dejo en tus capaces escamas.” Tuch entrecerró los ojos y Harry se apresuró a salir de la habitación.
Sus amigos habían formado un círculo alrededor del baúl y Harry resoplo tratando de contener la risa. Salió haciendo una exagerada reverencia.
“Damas primero.” Daphne lo miro con sospecha pero finalmente ingreso con la frente en alto.
¿Cómo lo hizo sin caerse? Magia de sangre pura, tenía que ser la respuesta.
Cuando todos estaban dentro del baúl Harry lo levito sobre su cama y cerró las cortinas colocando guardas que le informarían cuando alguien ingresara a la habitación, cuando se acercaran a su cama y finalmente cuando intentaran abrir las cortinas. Gracias a dios por los recuerdos de su vida pasada.
“¿Harry?” La cabeza de Millie lo hizo saltar levemente.
“Ya voy.”
Harry resoplo de nuevo a ver a todos apretujados en el pasillo, Sala había decidido acurrucarse en el último escalón y Harry tuvo que saltarla. Por el rostro indignado de Daphne, Blaise y Theo ya les habían explicado que había detrás de la puerta del lado derecho.
“Espero que no nos hayas traído aquí a hacer ejercicio Harry.” Tracey lo miraba con los ojos entrecerrados.
“Hoy no.”
“¿¡Hoy!?”
Antes de que la chica pudiera continuar Harry abrió la puerta del lado izquierdo y se apuró a ingresar. Todos lo siguieron con distintos grados de aprensión.
Tracey fue la primera en ver la piedra y jadeo dramáticamente.
“¿Eso es-?” Theo miraba de la piedra a Harry como si estuviera tratando de adivinar que había sucedido.
“Harry por favor dime que es una broma y nos vas a enseñar una roca bonita que encontraste cerca del lago.”
Todos miraban a la piedra filosofal como si pudiera explotar en cualquier momento.
“Bueno entonces, ¿se acuerdan cuando les dije que había un objeto que querían robar?”
“¿Me estás diciendo que querían robar la piedra filosofal?” Daphne parecía extrañamente complacida.
Harry asintió.
Se desato el caos.
“¿Quién querría robar la piedra filosofal?” Tracey grito tratándose de hacer oír por encima del alboroto. Drovu gritaba palabras al azar.
“¿Por qué estaba en Hogwarts en primero lugar?” Daphne seguía mirando la piedra fijamente.
“¿Cómo la conseguiste?” Millie parecía querer revisarlo en busca de heridas en cualquier momento.
“¿Qué vas a hacer con ella?” Theo tenía las manos en la espalda y su daemonion parecía estar respondiendo los gritos sin sentido de Drovu.
“¿Qué le vas a decir a los Flamel?” Blaise parecía no saber si huir o robarse la piedra.
“¿Sabe Dumbledore que la tienes?” Millie volvió a hablar y todos guardaron silencio ante su pregunta.
Harry parpadeo un par de veces abrumado.
“Creo que será mejor si nos sentamos.”
Harry tomó uno de sus diarios del estante más cercano y se sentó a la cabecera. Todos lo miraban fijamente.
“La persona que quería robar la piedra filosofal era Voldemort.” Theo se estremeció, Millie se veía aún más verde. Blaise por fin dejó de mirar la piedra y Tracey comenzó a abrir la boca pero la cerro después de una mirada penetrante por parte de Daphne. “Voldemort estaba poseyendo a Quirrell-“
Tracey no pudo soportarlo más. “¿Por eso se fue?”
“¿Cómo te enteraste?” Todos voltearon a ver a Theo y después a Harry.
Harry suspiro y lamento que Tuch estuviera escondida en un sillón. ¿Cómo podría contarles sin revelar sus recuerdos del otro mundo?
“¿Recuerdan cuando a inicios del semestre Dumbledore nos dio ese aviso sobre el tercer piso?” Todos asintieron.
“Bueno resulta que ahí es donde estaba escondida la piedra y ¿ese ataque del troll?” Más asentimientos. “Quirrell intentó conseguir la piedra ese día y no lo logró.”
“¿Por qué?” Blaise tenía una mirada hambrienta en sus ojos pero ya no miraba la piedra.
“Bueno, digamos que había un perro de tres cabezas custodiando la entrada.”
“¿Había un cerbero en la escuela?” Millie parecía estar a punto de desmayarse. Pert estaba escondido entre sus manos.
Harry asintió sin saber que hacer.
“El caso es que Dumbledore sabía que Voldemort” más estremecimientos “estaba en la escuela y yo sabía que algo estaba pasando así que decidí ir por la piedra antes que Voldemort pudiera robarla.”
Harry se removió incomodo en su silla bajo la mirada penetrante de sus amigos.
Finalmente Blaise se rompió. “Necesitamos un consejero desesperadamente.”
Todos asintieron.
“Propongo a Hermione.” Drovu asintió apoyando a Tracey.
Daphne y Theo arrugaron la nariz.
“Tracey querida, Hermione es encantadora pero no creo que tenga madera de concejera.”
“A menos que sea para la tarea.” Sala agrego.
“¿De qué están hablando?” Harry los miro como si se hubieran vuelto locos.
“Harry-“ Daphne guardo silencio por unos segundos para aclarar sus ideas. “Tú eres el líder de nuestro año y todos los que estamos aquí pertenecemos a tu camara, cada uno de nosotros tiene algo que hacer, yo al ser la primera en unirme a ti soy tu mano derecha.”
Harry la miro sin comprender de lo que estaban hablando, eran amigos ¿o no lo eran?
“Pero ustedes son mis amigos.” Había un toque de vulnerabilidad en su voz y los ojos de Daphne se suavizaron.
“Somos amigos.” Asintió y Harry se relajó un poco. “Pero si necesitas algo ya sea investigar o-“
“O dominar el mundo solo tienes que preguntarnos.” Blaise recibió un hechizo punzante por parte de Daphne.
“Entonces como decía soy tu mano derecha y Tracey es tu mano izquierda, ambas podemos aconsejarte si lo necesitas pero realmente necesitamos a un consejero.”
“¿Por qué no puede ser uno de ellos?” Harry señalo a Blaise, Theo y Millie.
“No creo que sean las mejores personas para dar consejos.” Señalo Tracey.
“¡Puedo dar buenos consejos si quiero!” Blaise exclamo indignado.
“Nuestras magias familiares no son las adecuadas para ser consejeros.” Theo hablo y todos asintieron.
Harry había escuchado ese término antes pero ya se sentía demasiado estúpido al no saber que cada uno tenía puestos así que no preguntó. Lo haría más adelante.
“¿Entonces abrimos una convocatoria o algo así?”