CICATRIZ DE RAYO.

Harry Potter - J. K. Rowling His Dark Materials - Philip Pullman
G
CICATRIZ DE RAYO.
Summary
Harry Potter recordaba haber muerto rodeado de sus familiares y los pocos amigos que aun seguían vivos.Entonces, ¿Por qué estaba arrodillado en una habitación vacía frente a un grupo de seres extraños que gritaban sobre líneas del tiempo, destino y magia? ¿Y que es eso de salvar al mundo mágico?
Note
Se que no es un titulo muy innovador pero no sabía cual ponerle y al guardarlo mientras escribía decidí poner ese y simplemente se quedó. Debo aclarar que no habrá parejas hasta mínimo tercer grado.Bienvenidos a este fic que a sido francamente todo un viaje, espero que lo disfruten como yo disfrute escribiéndolo.ACTUALIZACIONES TODOS LOS VIERNES.
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SANDWICHES A MONTONES.

Harry estaba seguro de que no había visto morir a nadie en esta vida entonces, ¿Por qué podía ver a los Thestrals y por qué parecían seguirlo como cachorros?

Blaise y Theo lo miraron fijamente, Harry jura que pudo escuchar a Blaise murmurar algo como. “Ni siquiera me sorprende.”

Sala se quejó del frio y ambos chicos con sus Daemonions se apresuraron al calor del castillo.

Al final Harry paso casi cinco minutos enteros acariciando a un Thestral sumamente insistente con Tuch arrullando en voz baja, Neville y Hermione se unieron a ellos mientras Harry trataba de prometerle a un caballo invisible que lo visitaría.

Neville palideció Cora se colocó con valentía frente a él a pesar de que temblaba un poco, Hermione miraba a Harry como si estuviera loco. Sus amigos murmuraban entre ellos actuando como si no lo conocieran.

“¿Cómo estuvo tu Yule Harry?” Hermione miró el espacio aparentemente vacío que había entre ellos, su cabello estaba amarrado en una trenza apretada y su Daemonion parecía no querer arruinarla por lo que se encontraba encaramado en su hombro.

“Humeante, ¿y el tuyo?” Alguien a sus espaldas se atraganto y Neville le dedico una sonrisa nerviosa mientras guiaba a una confundida Hermione alrededor del Thestral.

“Yo compre un par de libros sobre el Yule aunque la mayoría de ellos no eran adecuados.” Harry por fin se había librado del Thestral y ahora el pequeño grupo caminaba hacia el gran comedor. “No explicaban ninguno de los rituales y lo más mágico que encontré fue hacer galletas de jengibre y quemar un tronco.”

“No decía que tipo de tronco.” Agrego la paloma.

“Hacer galletas.” Tracey parecía sumamente indignada. “Le pediré a mi madre que me envié libros sobre el Yule.”

Su Daemonion comenzó a abrir el pico pero Tracey negó con la cabeza y pareció pensarlo mejor.

“Sería más seguro simplemente pedirlos por lechuza.” Daphne resopló suavemente en lo que parecía ser una broma interna.

“Te lo agradecería mucho, mis padres no me dejaron encender el tronco dijeron que podría provocar un incendio…”

Cuando por fin se despidieron para dirigirse a sus mesas Theo parecía confundido e intrigado a partes iguales, al parecer nunca se había puesto a pensar como resolvían los muggles los incendio, la existencia de una profesión que se dedicaba a eso le parecía un concepto extraño.

“¿De verdad solo se dedican a apagar el fuego?” Harry y Tracey intercambiaron miradas divertidas.

“Bueno, a veces el fuego se propaga creando incendios muy grandes.” Harry trato de explicar lo mejor que podía con los recuerdos de otra vida tratando de salir a la superficie de su mente. Los empujó con firmeza.

“¿Por qué no les echan agua y ya?”

“No te desgastes, al parecer los muggles dejan que sus heridas se cierren por si solas.” Daphne agrego provocando otra ola de indignación y confusión que Tracey y él tuvieron que dispersar.

Para cuando la cena termino y Dumbledore por fin los dejo ir a sus salas comunes después de torturarlos con el himno de la escuela todos estaban levemente traumatizados.

 

Volver al castillo se sentía como volver a casa, la magia parecía vibrar de felicidad. La sala común de Slytherin estaba tan caliente que Harry sintió que las gotas de sudor se formaban de forma automática, a su lado Millie comenzó a quitarse los guantes y bufanda que Harry le había regalado casi tirando a Pert en el proceso lo que le sacó una sonrisa cuando el pequeño Daemonion comenzó a quejarse entre susurros.

Harry se aflojo su propia bufanda ganándose un jadeo indignado de Tuch.

Todos se acomodaron en un par de sillones mullidos que había cerca del fuego, Sala y Blaise habían ocupado un sillón entero y miraban a todos como un par de gatos presumidos. Daphne había perdido un poco de la rigidez que parecía rodearla todo el tiempo, Arus incluso había salido de su caparazón.

“¿Dijiste que Dumbledore te envió un regalo?” Millie había tomado una de las tantas mantas que había en la sala común y se había arropado completamente con ella. “¿Qué te regalo?¿Se supone que tenemos que regalarle algo?”

“¿Recibiste un regalo de Dumbledore?” Millie negó con la cabeza y Tracey se encogió de hombros como respuesta. “Entonces no veo por qué le tengas que dar algo.

“Me entrego la capa de invisibilidad de mi padre.” Theo abrió la boca pero Harry lo interrumpió. “Según la carta se la pidió prestada a mi padre antes del… accidente.”

Un silencio incomodo cayó sobre ellos por unos segundos.

“También me invito a tomar el té.”

“¿Otra vez?” Daphne se había puesto rígida como una tabla de nuevo.

“Probablemente me envíe una carta mañana.” Harry se encogió de hombros tratando de ignorar la ansiedad que hervía dentro de él.

Las tres chicas compartieron una mirada cargada de intensión y Harry no pudo evitar soltar una carcajada ganándose una mirada sucia de Draco y su grupo quienes se encontraban al otro lado de la sala común.

“Por favor no traten de alimentarme durante el día, me hace sentir como una extraña mascota.”

“Solo si desayunas bien.” Millie le sonrió con demasiada dulzura para su gusto.

 

ºxº

 

Theo y Blaise así como Sala y Nova habían estado lanzándole miradas sucias a su bolso todo el camino hacia el gran comedor había llegado a tal punto que Tracey parecía asustada por preguntar.

Cuando Harry se sentó a la mesa trato de hacer todo lo posible por actuar natural mientras ignoraba completamente la mesa de los profesores, se dio cuenta de que no sirvió de nada cuando la misma lechuza de la vez pasada aterrizo frente a él y estiro una pata con una altivez exagerada.

La delicada letra en el pergamino le hizo fruncir el ceño.

 

Querido muchacho,

Te espero en mi oficina a las 12 del día para tomar el té y ponernos al día.
Esta navidad recibí un paquete de Droobles de ciruela deliciosos.

Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.
Orden de Merlín, Primer Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos.

 

Harry suspiro y bajo la mirada penetrante de tres mujeres tomo un poco de todo llenando su plato y vaciándolo lentamente.

“Tengo una cita a las 12 para tomar el té y conversar”

“Creo que en este punto ya es acoso.” Nott miraba hacía la mesa de maestros con la nariz en alto. Una magia permitida solo para sangre puras al parecer.

“Al menos no nos ha invitado a tomar el té.” Pert se estremeció de solo pensarlo y Millie abrió mucho los ojos provocando que Tracey se atragantara con un pedazo de tocino.

Daphne las miraba con tanta indignación silenciosa que por unos instantes le recordó a la Señora Black.

 

Las miradas preocupadas aumentaron y cuando la clase de historia de la magia por fin terminó Millie le entrego una manzana y un sándwich de queso.

“Gracias Millie pero no creo que me lleve tanto tiempo.”

“Aun así Harry casi no comiste en el desayuno.”

Harry ni siquiera trato de argumentar que normalmente no comía tanto en el desayuno y con un suspiro tomo el sándwich.

“Al menos tienes una excusa para no comer nada en su presencia.” Tuch murmuro y Millie asintió con fervor.

 

“Droobles de ciruela.” La gárgola se hizo a un lado y Harry tomo aire antes de subir las escaleras.

Dumbledore probablemente le preguntaría sobre sus vacaciones, Harry dudaba que le preguntara directamente donde las había pasado pero honestamente no sabía que esperar. El suave movimiento de Tuch dentro de su bufanda lo ayudo a anclarse y a no sucumbir ante el pánico.

“Recuerda no hacer contacto visual.” Harry asintió y se limpió el sudor de la palma de las manos antes de tocar la puerta.

“¡Adelante!”

Dumbledore se encontraba de pie acariciando las plumas de un pequeño fénix con un Búho en el hombro, Harry no pudo evitar sonreír. Era la imagen más mágica que había visto hasta ahora.

Un anciano excéntrico con una larga barba y un búho al hombro acariciando a un fénix recién nacido.

Probablemente se quedó mirando en silencio más tiempo de lo que debería ya que Dumbledore carraspeo para llamar su atención.

“Ah si, Fawkes tuvo su día ardiente justo en navidad.” El ave trino delicadamente y Dumbledore asintió. “Si, si, te dejare descansar ahora.”

“Toma asiento muchacho.” Una taza de té apareció frente a él. Harry se preguntó brevemente si tal vez tenía Veritaserum.

Su collar de colmillo de Selma no se enfrió por lo que decidió confiar en el director y tomar un sorbo. Tuch se apretó alrededor de su cuello a modo de reprimenda.

Dumbledore tomo asiento y sobre el escritorio apareció otra taza así como pequeñas galletas y sándwiches frutales.

“Con el tiempo aprendí que la mejor forma de disfrutar el té es con bocadillos deliciosos.” Hizo un gesto como invitándolo a elegir algo.

A pesar de que ya había comido Harry tomo lo que parecía ser un sándwich de uva y manzana con queso y lo mordisqueo con cuidado.

Comieron en silencio un rato, Harry ya se había comido dos sándwiches de los nervios cuando finalmente Dumbledore lo saco de su miseria.

“¿Cómo te fue en estas fiestas Harry?” El Búho del hombre lo miraba sin parpadear lo que definitivamente no lo ayudaba a relajarse.

Harry se encogió de hombros tratando de parecer desinteresado. “Fue divertido, visite el Callejón Diagon para comprar regalos, se veía realmente mágico.”

Dumbledore asintió con una sonrisa suave. “No hay nada más mágico como comprar regalos en familia, ¿cierto muchacho?”

Harry se quedó en blanco por unos segundos sin saber que decir, al final decidió ser honesto al respecto.

“No sabría decirle señor, nunca fui a comprar regalos con mi familia.” Termino su tercer sándwich (este de kiwi con pepino) y tomo un sorbo de té para lavar el desagradable sabor del pepino.

“¿Nunca?” Harry negó. “Entonces si no es mucha indiscreción que pregunte, ¿con quién fuiste a comprar al Callejón Diagon?”

Harry miro fijamente la nariz del director tratando de ver si su respuesta conseguía algún tipo de reacción.

“Fui solo señor.”

“Solo.” Dumbledore inhalo aire y cerró los ojos por unos segundos. “No creo que deba recordarte cuan peligroso es que te aventures solo al Callejón Diagon.”

“No se preocupe director nadie pareció reconocerme.”

“Debo insistir Harry en que sería más seguro para ti quedarte con una familia respetable, los Weasley estarían encantados de-“

Harry lo interrumpió antes de que pudiera siquiera terminar esa frase.

“Lo siento señor pero ni siquiera conozco a los Weasley, ¿Por qué me quedaría con ellos?”

Tuvo que tomar otro sorbo de té para tragarse el nudo que se le había formado en la garganta. A pesar de que no conocía a los Weasley en esta vida tenía suficientes recuerdos de ellos para saber que eran buenas personas y Harry realmente no quería hablar mal de la que había sido su familia elegida.

Puede que no sean sus recuerdos pero los suéteres hechos a mano, la tarta de melaza casera y las comidas apretujadas en una cómoda y acogedora cocina estaban guardados firmemente en su corazón. Eran recuerdos agridulces de una vida que no era suya.

“Bueno veraz Harry, uno de sus hijos está en tu año.” Harry estaba perdido en sus pensamientos por lo que Dumbledore tomo su silencio como una señal para continuar. “Y si le das una oportunidad estoy seguro de que serán buenos amigos.”

Harry sonrió, era una sonrisa triste.

“Estoy seguro de que los Weasley son personas maravillosas director, pero no creo que se sientan cómodos de recibir a una serpiente viscosa como yo en su hogar.”

El apodo que le había dado Ron en esta vida había sido el que le habían dado a Malfoy en el mundo Alfa y Harry no pudo evitar recordarlo con diversión.

Después de eso Dumbledore trato de sacarle información lo más sutilmente que podía. No es que Harry le pudiera dar mucha información, vivía con un retrato y un elfo domestico después de todo.

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