CICATRIZ DE RAYO.

Harry Potter - J. K. Rowling His Dark Materials - Philip Pullman
G
CICATRIZ DE RAYO.
Summary
Harry Potter recordaba haber muerto rodeado de sus familiares y los pocos amigos que aun seguían vivos.Entonces, ¿Por qué estaba arrodillado en una habitación vacía frente a un grupo de seres extraños que gritaban sobre líneas del tiempo, destino y magia? ¿Y que es eso de salvar al mundo mágico?
Note
Se que no es un titulo muy innovador pero no sabía cual ponerle y al guardarlo mientras escribía decidí poner ese y simplemente se quedó. Debo aclarar que no habrá parejas hasta mínimo tercer grado.Bienvenidos a este fic que a sido francamente todo un viaje, espero que lo disfruten como yo disfrute escribiéndolo.ACTUALIZACIONES TODOS LOS VIERNES.
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LA MENTE DE UN GRAN MAGO.

Harry Potter se había acostumbrado a recibir correo, entre las actualizaciones de los duendes sobre la mansión Potter y sus extractos bancarios (había decidido invertir un poco en BEMO la tiendo de baúles, incluso estaba pensando en comprar un segundo baúl en algún momento) así como las cartas ocasionales que recibía de Kreacher se podía decir que Heka estaba mayormente ocupado.

Según Blaise mantenerse ocupado era su forma de lidiar con el estrés y dado que no tenía ninguna razón real para visitar a Hermione en la enfermería (después de todo solo habían hablado en el tren y nada más) sacaba su preocupación enviando cartas. Llego al extremo de pedir regalos adelantados de navidad para todos sus amigos y conocidos. Faltaba más de un mes para la navidad.

Aun así, no esperaba a la elegante lechuza que lo miraba como si fuera un insecto poco apetecible.

Harry desato la carta con cuidado y después de un murmullo enojado la lechuza se marchó.

“Parece que te comiste a sus ancestros.” Blaise lo miraba con una mezcla de diversión y expectativa.

Harry se metió una porción de ensalada de papa a la boca y abrió la carta mientras masticaba.

 

Querido Harry

Te espero en mi oficina a las 10:30 antes del almuerzo para ponernos al día sobre tu primer mes en el mundo mágico.

Debo confesar que últimamente tengo una obsesión con las babosas de gelatina.

Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Orden de Merlín, Primer Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos.

Harry leyó nuevamente la nota y quiso resoplar, Dumbledore había tardado más de lo esperado en pedirle que se reuniera con él, por otro lado ¿de verdad necesitaba poner todos sus títulos en una simple nota?

Hizo una bolita con el pergamino ofensivo y lo guardo en uno de sus bolsillos.

Tracey lo miro con preocupación coloreando sus rasgos y Harry le regalo una sonrisa tensa, desde su pequeño ataque de ansiedad lo habían estado vigilando más de cerca silenciando con miradas furiosas a cualquiera que se atreviera a murmurar en su dirección. A pesar de sus mejore esfuerzos no podían detener los rumores, muchos estudiantes aseguraban que él había dejado entrar al Troll para luchar contra el pero que al final se había asustado y ahora por su culpa una estudiante de primer año de Gryffindor estaba en la enfermería en estado crítico.

Al día siguiente se había extendido el rumor de que la niña había estado todo el día en el baño llorando gracias a las palabras hirientes de Ronald Weasley. Los leones no parecían muy complacidos por ese hecho y cuando notaron que habían perdido una cantidad considerable de puntos por su culpa comenzaron a ignorarlo por completo.

La sonrisa que compartieron Theo y Blaise le dijo a Harry que de alguna manera ellos eran los responsables y si era honesto consigo mismo estaba un poco feliz con los resultados El Harry del mundo Alfa había sido mejor amigo del Weasley menor, pero en esta vida al menos lo único que había recibido por parte del pelirrojo habían sido burlas.

Mordió su tostada y miro su plato con la mente volando. No sabía que esperar de la reunión con el director, pero no podía ser nada bueno. Tenía recuerdos del hombre como tenía recuerdos de muchas otras personas a las que aún no conocía, a pesar de todo Harry trataba de darles a todos una segunda oportunidad, pero gracias a todas las mentiras, medias verdades y planes que el director ya había puesto en marcha no creía poder hacerlo. Al menos no con él.

Con todos los malos recuerdos rondando en su mente perdió el apetito, de repente su desayuno parecía cartón mojado por lo que retiro su plato ignorando la mirada preocupada de Millie y los susurros bajos que intercambiaban Tracey y Theo.

“¿Terminaste tu ensayo de Herbología Harry?” La delicada voz de Daphne lo saco de sus pensamientos.

“Puede que no haya completado los veinte centímetros, pero no se puede decir mucho de la Gurdiarraiz.”

Daphne arrugo la nariz al mismo tiempo que masticaba un pedazo de fresa.

“Mala suerte, Harry.” Blaise se burló. “Theo tuvo que hacer su ensayo dos veces porque seguía pasándose de los veinte centímetros.”

Theo le envió una mirada sucia y Tracey quien se encontraba a su lado escribiendo furiosamente pauso unos segundos y le envió su propia mirada.

“Hay personas que creen que alejan el mal.” La rubia los interrumpió y Harry levanto una ceja, por su expresión de disgusto estaba claro que Daphne los consideraba unos tontos. “Y según los Lovegood tiene un sabor a triunfo.”

Arus mordió un pedazo de pepino provocando un crujido. Harry hizo una mueca.

¿Por qué el triunfo tendría un sabor tan amargo?

 

Terminaron su desayuno diez minutos antes de que iniciara la clase. Millie incluso tomo un par de manzanas y las metió a su bolso lanzándole miradas nerviosas, cuando Tracey se alejó de su lado después de susurrarle algo al oído la chica tomo una pieza de pan entera y la agrego a su pequeña despensa.

Tuch le apretó ligeramente el brazo izquierdo que es donde se había acomodado ese día y Harry trato de ignorar la forma en la que sus amigos se acomodaron a su alrededor como si fueran escudos humanos de camino a Transfiguración.

Harry estuvo distraído durante la clase a tal punto que incluso perdió cinco puntos por prenderle fuego accidentalmente a su caja de rape en lugar de transformarla en una cuchara. El menor de los Weasley y su compañero de asiento (quien parecía ser el único de su casa que le hablaba) parecían sumamente divertidos por su error, su diversión se esfumo cuando se encontraron con la helada mirada de Daphne Greengrass.

Después de clases tenían un periodo libre antes del almuerzo ya que al ser de primer año sus clases estaban un poco desordenadas, sus días se irían llenando lentamente conforme agregaran más clases. Tenían que disfrutar mientras pudieran.

En algún punto Harry había aceptado una de las manzanas de Millie ya que era probable que se perdiera el almuerzo. A las 10:20 Harry se separó de sus amigos y paso todo el camino rumbo a la dirección soltando risitas histéricas cada que recordaba sus caras llenas de preocupación.

Parecía que lo estaban enviando a la guerra, Tracey parecía que iba a romper a llorar en cualquier momento. Con cada risita las personas en los pasillos lo miraban como si se hubiera vuelto loco.

Se detuvo frente a una gárgola y sintiéndose muy estúpido dijo lo que suponía era la contraseña o al menos eso esperaba.

¿Qué le importaba a Harry si Dumbledore tenía una obsesión con la gelatina?

“Babosas de gelatina.” La gárgola se movió.

 

ºxº

 

Albus maldijo por lo bajo e ignoro el trino indignado de Fawkes.

“¿Sigues sin obtener respuestas?” Kev voló hasta posarse en su hombro mirando con intensidad el pergamino que acababa de desechar.

“Doge sigue buscando, pero nadie parece hacer alarde de haber tenido a Harry Potter en su hogar.” Albus comenzó. “Los duendes siguen sin encontrar información sobre quien cancelo la llave de las bóvedas Potter que tengo en mi poder, es obvio que están mintiendo y también se niegan a darme una copia.”

Kev resoplo.

“Y por más que investigo nadie más a parte de Ollivanders parece haberlo visto hacer sus compras en el callejón Diagon y todo lo que el hombre me dice es que su varita es única.” Hizo una pausa y tomo la carta que había recibido hace tiempo.

“Tienes que aceptar Albus que el chico no se ve como esperábamos.” Su elegante búho no mentía. “Es demasiado plateado.”

Albus se acarició la barba en un gesto pensativo. No tenía idea de por qué la cicatriz del chico se había expandido de esa forma, había comenzado en su frente y por lo que había investigado las cicatrices de maldición no crecían ni cambiaban de color con el tiempo.

“Temo que ya este perdido Kev.” Se lamento.

“Es solo un niño Albus, dale el beneficio de la duda.” Las plumas de su fiel amiga se hincharon con indignación. “Mira a donde nos ha llevado tu desconfianza.”

Albus hizo una mueca, pero no se dejó amedrentar.

“No sabemos de qué es capaz Tom, no sabemos dónde se está quedando Harry puede ser con cualquiera, no sabemos por qué su cicatriz se expandió, no sabemos porque está en Slytherin, no sabemos porque sus ojos se ven plateados.”

Esto último era lo que más le preocupaba. Severus había venido a informarle de este extraño suceso después de la primera clase de pociones que tuvo con el chico. Ninguno de sus padres tenía los ojos plateados y hasta donde él sabía la única forma de cambiar el color de ojos era como había demostrado Voldemort practicando magia oscura.

“Temo que Harry no exista y el que ocupe su cuerpo ahora sea Tom.” Dijo con gravedad.

“Creo que Voldemort tendría mejores cosas que hacer que perder el tiempo como un estudiante en Hogwarts.” Albus no estaba tan seguro, el chico ya había comenzado a juntar seguidores. “Aparte si Voldemort está ocupando el cuerpo del chico entonces, ¿Quién está en la nuca de Quirrell?”

Albus estaba a punto de responder cuando las protecciones le informaron que alguien estaba en las escaleras, lanzo un tempus y asintió.

“Es hora de obtener respuestas.” Hubo dos golpes en la puerta. “Adelante.”

 

Harry Potter entro en la oficina con el cuerpo tenso, pero mirando a su alrededor con curiosidad, Albus aprovecho la pequeña distracción para estudiar las herramientas y detectores que se encontraban sobre el escritorio, el detector de enemigos escupía una niebla plateada y Albus frunció el ceño ante eso, por otro lado, el detector de magia giraba como loco. Los volvería a calibrar más tarde.

Se aclaro la garganta. “Buenos días muchacho.” El chico se estremeció, Albus decidió ignorarlo. “Toma asiento, ¿sorbete de limón?”

Después de recibir una negativa y al ver lo tenso que estaba el chico frente a él se decidió iniciar con las preguntas sencillas.

“¿Cómo te va en Hogwarts hasta ahora?” Le regalo al chico una sonrisa amable. “Debo admitir que fue una sorpresa que te ubicaran en Slytherin, tus padres eran Gryffindor después de todo.”

“No sabía que las casas de Hogwarts se heredaban.” El chico murmuro como si considerara la idea.

“No claro que no, pero tus padres fueron grandes héroes.” Su sonrisa se hizo más amplia. El chico asintió, pero siguió mirando a su alrededor parecía estar buscando algo, después de unos minutos en silencio Albus continuo. “Y es común que familias enteras pertenezcan a una casa, ¿conoces a los Weasley supongo?”

“Hay un Weasley en la mayoría de mis clases.”

“Bueno veras sus padres y todos sus hermanos han estado en Gryffindor.” Las esperanzas de Albus crecieron, tal vez podría alentar un amistad entre ambos chicos, los Weasley eran una conocida familia de la luz.

Harry hizo una mueca. “Se la pasa burlándose de mí y de mis amigos.”

“Bueno Harry estoy seguro de que si lo llegas a conocer podría ser un buen amigo.”

El rostro del chico hizo una cosa curiosa, por un momento se vio confundido como si no lo hubiera considerado antes, después su expresión cambio a una de indignación, después tristeza y finalmente negó con la cabeza.

“No parecen gustarle los Slytherin señor.”

Albus suspiro y decidió dejar el tema de lado. Estudio al chico frente a él concentrándose en la famosa cicatriz ahora plateada. Era más grande sin dudas, comenzaba en la frente y se extendía por la mitad de su rostro pasando por una de sus cejas, si mirabas fijamente podías notar que le llegaba a la nariz y las ramificaciones avanzaban hasta su cuello.

“¿Tu cicatriz siempre ha sido así Harry?”

“Desde que tengo memoria, sí.”

Albus asintió. “Si hay algún cambio en ella ven a verme muchacho.”

El chico asintió después de estremecerse y un murmullo bajo provino de su mano izquierda. Los ojos de Albus brillaron, un plan formándose en su cabeza.

“Oh, ¿Dónde están mis modales?” Señalo al elegante búho que se había mantenido observando todo el intercambio en silencio. “Harry te presento a Kev.”

Harry le dirigió una mirada tímida al búho y levanto el brazo izquierdo. “Tuch es un poco tímida, le gusta mantenerse escondida.”

Albus no se dejó intimidar. “Es un comportamiento extraño entre los Daemonions normalmente son bastante protectores.”

“Oh ella es muy protectora conmigo solo no le gusta conocer a otras personas.” Acurruco su brazo izquierdo con cuidado y le dirijo una sonrisa suave.

Cuando el chico levanto el rostro hubo una fracción de segundo en el que sus miradas se encontraron y Albus ataco ingresando en su mente, sintió las garras de Kev atravesar sus túnicas con enojo, ella siempre odiaba cuando utilizaba la legeremancia, pero había veces en las que era necesario y Albus consideraba que obtener información del chico era algo necesario.

¿Cuál era la forma de su Daemonio?¿Dónde se estaba quedando?¿Con quién?

Cuando logro concentrarse noto que algo andaba mal, todo brillaba de un color plateado tan intenso que comenzaron a dolerle los ojos, no podía ver nada, la información que necesitaba estaba frente a él, pero no podía verla. Apretando los dientes salió de la cabeza del chico y se pellizco la nariz tratando de alejar el dolor de cabeza que comenzaba a formarse.

“¿Señor?”

“No es nada Harry solo un pequeño dolor de cabeza, me temo que tendremos que dejar nuestra charla pendiente para otro día.”

El chico lo miro perplejo por un momento y luego asintió poniéndose de pie.

“Espero que se mejore pronto señor.”

Albus le dedico una sonrisa y lo vio irse. Cuando la puerta se cerró suspiro y busco una poción para aliviar el dolor de cabeza que crecía a cada segundo. Incluso después de tomarla sus cienes palpitaban como un tambor.

“Eso es lo que te mereces por intentar leer la mente de un menor.” Kev le gruño.

 

ºxº

 

Harry salió corriendo como si estuviera huyendo del diablo.
Todo le parecía muy extraño. ¿Dumbledore quería que fuera un Gryffindor? ¿Quería que fuera amigo de Ron Weasley? ¿La amistad del Harry y Ron del mundo Alfa era una mentira?

No lo creía, no quería creerlo, pero ahora tenía sus dudas.

¿Qué había pasado ahí dentro?

Había sentido una presión en su frente y segundos después un Albus Dumbledore con los ojos llorosos lo había echado del lugar como si tuviera algo contagioso.

Escucho voces en el gran comedor y se dirigió ahí a paso rápido con la esperanza de tener el tiempo suficiente como para tomar un bocado, después de tan mala experiencia le había dado hambre. En cuanto sus amigos lo vieron le hicieron señas. Draco Malfoy trato de burlarse de él, pero Harry lo ignoro. Tomo asiento entre Tracey y Daphne y entre bocados les conto todo.

Tan importante era el asunto que Daphne ni siquiera lo regaño por sus malos modales.

Al final todos tenian los ojos muy abiertos. Theo, Blaise y Daphne intercambiaron miradas.

Harry los miro irritado. “¿Qué es?”

Blaise se aclaró la garganta, Harry lo miro. “Creemos que estaba tratando de leer tu mente Harry.”

Se atraganto con un bocado de huevo y tomo jugo de manzana para bajarse la comida. Daphne hizo una mueca y Arus murmuro algo que sonaba como “Grotesco.”

“¿Leer mi mente?” Susurro frenético, algo sobre eso le hizo cosquillas en el fondo de su mente y como si confirmara sus sospechas Tuch le apretó el brazo ligeramente.

“Bueno no es literalmente leer la mente.” Theo miro a Zabini con indignación. “Es un hechizo, se llama Legeremancia.”

Tuch apretó más fuerte.

El recuerdo de Snape mirándolo fijamente con la varita en alto para después susurrar “Legeremens” se fue tan rápido como llego.

Dejo el tenedor y los miro con los ojos muy abiertos.

“El trato de leer mi mente.” Susurro.

“Y al parecer no pudo.” Todos voltearon a ver a Millie y sus orejas se pusieron rojas.

Tracey lo miro con la boca ligeramente abierta. “Albus Dumbledore el mago más poderoso en la actualidad trato de leer tu mente y no pudo.”

“Mierda.” Todos asintieron.

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