
HACER NUEVOS AMIGOS ES COMPLICADO.
Kreacher lo dejo en la estación 9¾ con una mirada fulminante y un murmullo enojado. “Dejando a mi Ama sola de nuevo.”
Harry sonrió, definitivamente iba a extrañar al pobre elfo, pero no tanto como para decirlo en voz alta.
Avanzo ignorando al loco elfo que murmuraba decidido a encontrar un vagón vacío, Tuch susurraba amenazas furiosamente. De alguna manera el elfo y la serpiente habían encontrado una forma de comunicarse entre ellos. Con susurros enojados.
“Me lo comeré cuando regresemos de vacaciones.” El elfo se burló en respuesta y desapareció.
Habían llegado una hora antes por lo que una vez que Harry entro en un vagón se distrajo con toda la magia que había alrededor, veía a las personas cruzar la pared mágica o apareciendo en las zonas designadas. Todo a su alrededor era tan mágico, incluso el aire se sentía diferente. En Grimmauld Place el aire era espeso y pesado cargado de la magia de generaciones de Black.
Hasta el momento no había visto a nadie que conociera del mundo alfa.
“Se está poniendo cada vez más ruidoso.” Tuch asomo su pequeña cabeza .“¿Ves a alguien?”
Harry estudio la estación y negó con la cabeza. Decidido a hacer algo con su tiempo libre leyó una de las respuestas de Gripook.
Heka había tenido un día de campo con todos los viajes que había tenido que hacer ya que gracias a las reparaciones de sus propiedades había mantenido una correspondencia con su gerente de cuentas. Nunca pensó que sería casi amigo por correspondencia con un duende.
“Gripook dice que las reparaciones de la mansión Potter van bien, siguen sin encontrar la mansión Peverell y la mansión Draiocht sigue desapareciendo cada que la encuentran.” Harry suspiro.
Sería mejor centrarse en la mansión Potter por el momento, no podía gastar todo su dinero tratando de encontrar dos mansiones que no quieren ser encontradas.
“Recuérdame que le escriba para detener los grupos de búsqueda.” Tuch tarareo en respuesta.
Faltaban diez minutos para que el tren partiera y la estación era un completo caos, podía ver animales y personas corriendo de un lado para otro con diversos objetos en los brazos; libros, zapatos, plumas, bufandas, jaulas.
Harry resoplo. “Un zoológico eso lo que es.”
“Los zoológicos son más ordenados.”
“Nunca hemos estado en un zoológico Tuch.” Señalo. Al menos no en este mundo.
“Bueno, tienen que serlo los animales están en cajas.” Harry no pudo discutir ante eso.
En su lugar saco su libro Una cuestión de transformación, había decidido tomar un descanso de las casas mágicas después de descubrir que la mitad de ellas estaban relacionadas y la otra mitad extintas o al menos en Inglaterra.
El tren comenzó a avanzar y Harry solo detuvo su lectura el tiempo suficiente para ver a una pelirroja correr tratando de mantener el ritmo de la rápida máquina.
Un tímido golpe lo distrajo de su lectura, Tuch se escondió mejor en su túnica. “Adelante.”
Neville Longbottom.
Neville Longbottom estaba parado en la entrada del vagón y lo miraba fijamente, su baúl temblaba bajo su agarre, una marta estaba encaramada sobre este.
“¿Me puedo sentar aquí?” El chico se movió incomodo. Harry asintió con sus pensamientos en otro lado, en otros recuerdos.
Después de que Neville guardara su baúl estuvieron en un silencio incomodo con Harry perdido en sus pensamientos mirando un punto fijo.
“Harry.” Tuch lo reprendió.
“Lo lamento, estaba distraído.” Neville pareció relajarse ante el sonido de la voz de Tuch y Harry se dio cuenta de que había estado buscando a su Daemonio, pero era demasiado educado para preguntarle.
“No hay problema.” Neville sonrió. “Mi nombre es Neville Longbottom y ella es Cora.”
Señalo a la marta que ahora se encontraba en su regazo tratando de no mirarlo fijamente y fallando.
“Un placer conocerlo heredero Longbottom.” Inclino un poco la cabeza poniendo en práctica las lecciones de la señora Black. “Mi nombre es Harry Antares Potter, Tuch es tímida así que permanece escondida.”
Neville pareció sorprendido por un momento, pero sonrió suavemente y asintió. “Un placer conocerlo heredero Potter.”
Estuvieron un rato en silencio, Harry se debatió si era educado volver a leer y decidió que probablemente no. ¿Qué tema de conversación podías tener con alguien que conocías tan bien en otro mundo, pero no en este?
Al final se salvó de tener que romper el silencio ya que este fue roto por el sonido de la puerta abriéndose.
Una mata de pelo café apareció primero seguido de los sonidos de alguien luchando para mover algo pesado. Finalmente, Hermione Granger en todo su esplendor despeinado y sudoroso los miro fijamente.
“Al fin encontramos asientos.” Suspiro y se adentró al vagón. Ambos chicos la miraron fijamente.
“Había asientos, simplemente no querían que te sentaras ahí.” Una elegante paloma con alas de color oscuro, pero con el resto del cuerpo de un vago rosado atravesó el aire y se acomodó en el asiente frente a Harry.
Hermione lucho por subir su pesado baúl el cual Harry sabía que contenía más libros de los que decía en la lista. No es que pudiera quejarse, tenía una pequeña biblioteca en su propio baúl.
Al final fue necesario un trabajo de equipo entre los tres para lograr guardarlo.
“¿Qué tanto traes ahí?” Harry respiraba con dificultad. “¿No has escuchado hablar del encantamiento ligero como una pluma?”
Neville asintió con las mejillas rojas por el esfuerzo, Cora le olfateaba el rostro y le preguntaba una y otra vez si estaba bien.
“Pues no estaba en los libros de texto de primer grado.” Olfateo y se sentó, su paloma revoloteo y se posó en su hombro. “Ni tampoco en los libros extra que compre, aunque-“ Se detuvo a media frase y lo miró fijamente.”
“Eres Harry Potter, tu cicatriz se ve diferente que en la portada de los libros.” Comenzó con renovado vigor. “Leí todo sobre ti.” Se detuvo de nuevo.
“¿Dónde está tu Daemonio?” Harry y Neville compartieron una mirada ambos levemente mareados. Iba a ser un largo viaje.
“Es un poco tímida, le gusta estar escondida-“ Hermione lo interrumpió.
“¿Cómo puedes esconder a una leona?” Harry se atraganto.
“¿Leona?” La voz de Tuch resonó indignada.
Hermione parpadeo un par de veces tal vez tratando de adivinar de dónde había venido la voz, Neville parecía que quería estar en cualquier lugar menos ahí. Harry aposto a que se veía igual.
“En los libros que compre dice que tu Daemonio es una leona llamada Gyffander.” Lo miro con desconfianza como si después de todo no fuera Harry Potter a pesar de la monstruosa cicatriz.
“Mi Daemonion no es una leona y su nombre es Tuch.”
“¿Puedo verla?” Cuestiono.
“No.”
“Pero-“ Para sorpresa de todos Neville la interrumpió.
“Harry dijo que era tímida y es de mala educación pedir ver los Daemonion de los demás si estos no están a la vista.” Cora asintió con la cabeza, Hermione parecía que había sido insultada.
Estuvieron en silencio aún más incómodo casi un minuto hasta que Hermione decidió hablarle al Daemonio de Neville. “¿Cómo te llamas?"
El chico parecía ofendido, incluso Cora estaba boquiabierta.
“Mis padres no sabían que era Beeyebin hasta que la profesora McGonagall vino a explicarnos.” Ella señalo al palomo “Seguía cambiando de forma ¿y no es completamente extraño que elijan su propio nombre?”
Harry decidió que si llegaba a nacer una amistad a partir de este desastre le regalaría una copia de Daemonions su significado e historia. Tal vez lo haría incluso si no se hacían amigos Hermione necesitaba aprender rápido si no quería ofender a los sangre pura más intolerantes.
“Se sabe que ellos elijen su nombre, reflejan las virtudes de su humano.” Explico Neville con paciencia.
La chica guardo silencio por un momento, Harry había comenzado a abrir de nuevo su libro.
“¿Entonces mi virtud es la mente de colmena?”