Prefacio
Septiembre, 2021.
¿Qué sucedió?
¿Cómo es que en 19 años aún no hay explicación?
¿Cuáles eran los secretos de Harry Potter?
No eran simples preguntas, componían la respuesta a un misterio, a un suceso que muchos años después seguía sin tener una explicación. Teorías, conjeturas y un montón de investigaciones, pero el misterio permanecía allí, a la deriva, un espacio vacío a la espera de ser llenado .
El 14 de septiembre pasó a ser recordado como un día triste, era la fecha que marcaba la tragedia, que convertía la felicidad en tristeza, que llenaba el corazón de dolor, el día de la muerte del salvador del mundo mágico, algo que nadie olvidaría.
Rita Skeeter hizo de ese suceso una parte de su vida, dedicó muchos años a la investigación, a querer descubrir la verdad. Los aurores llegaron a la conclusión que la muerte de Harry había sido por causas naturales, ese hecho era algo que Rita jamás aceptaría.
Era realmente una muerte perfecta, lo cual decía que faltaba algo.
Detalles pasados por alto, situaciones olvidadas y uno que otro personaje inesperado comprenden lo que sin duda alguna se iba a convertir en un artículo famoso.
Una historia de fantasmas fue publicada una semana antes del decimonoveno aniversario de la muerte de Harry. Muchas personas se sintieron ofendidas, la imagen del niño que vivió fue arruinada, con lo que Rita no contaba en ese entonces era que el misterio podría ser resuelto.
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La mañana de Rita comienza una hora antes de lo habitual; el instinto que la convierte en la mejor periodista del diario El Profeta le augura un día lleno de sorpresas. Escoge de su guardarropa una elegante túnica y peina su cabello como de costumbre, dejando unos rizos perfectos. Toma un desayuno ligero, probablemente su única comida del día y está lista para ir al trabajo. El trayecto hasta su nueva oficina transcurre de la forma en que ella dictamina normal, cotidiana y aburrida.
Fiel a la buena imagen que tiene de sí misma, cree firmemente que sin su aguda pluma y su intrépida presencia liderando las noticias del mundo mágico, éste se hundiría en el aburrimiento. Es su talento el que añade el toque de diversión que parece haberse perdido desde que un nuevo ministro de magia se hizo con el poder. Consecuencia del actual mandato las noticias comenzaron a escasear, y los escándalos, aquellos en los que ella tan hábilmente solía escarbar, parecen haber desaparecido sin dejar rastro.
Rita, sin embargo, no es alguien que se rinda fácilmente ante la falta de material interesante, muchas veces sueña despierta con la idea de descubrir los secretos del ministro y revelarlos, el riesgo de terminar en Azkaban nunca ha sido suficiente para detenerla.
Así que el misterio que rodea la muerte de Harry Potter se ha convertido en el tema más intrigante en estos meses. Como era de esperarse, las ventas del periódico han alcanzado cifras récord y ahora todos aguardan con impaciencia cada nueva actualización. Siendo honesta, quizá deba aceptar que su artículo tuvo una que otra exageración, pero no es realmente intencional, es su mejor trabajo hasta el momento y al que más tiempo ha dedicado, solo que tiene tantos vacíos y preguntas por resolver, que ella se vio en la obligación de tomarse algunas libertades creativas.
La chica Smith, su nueva asistente, ya la esperaba afuera de la oficina, puntual y con la libreta en mano. El simple gesto, en opinión de Rita, ya le sumaba puntos para conservar el trabajo. La puntualidad es una virtud escasa y Rita necesita alguien que esté siempre disponible para tomar notas, recados y lo que haga falta sin protestar
Es cuestión de dar solo dos pasos dentro de su oficina para percatarse de que algo no está bien. Recorre la estancia con la vista, buscando la causa de esa extraña sensación, hasta que encuentra el detalle fuera de lugar. En su escritorio, donde se supone que solo deberían estar sus preciados artículos de decoración y nuevos manuscritos, hay algo más.
Un paquete.
No es muy grande y el papel no muestra ninguna señal de quién pudo haberlo enviado. Es genérico, fácil de conseguir en el Callejón Diagon, lo que solo añade más misterio a la situación. Suele recibir paquetes y cartas a diario, pero este es inusual, no por su aspecto, sino porque, a diferencia de los demás, no aparece en la recepción ni se lo entrega su asistente. Este paquete está ahí, esperándola dentro de su oficina, como si alguien lo hubiera colocado con una intención muy particular.
Un hechizo de seguridad poderoso protege la estancia, impidiendo la entrada de cualquier persona sin su permiso. Es un encantamiento que ha perfeccionado con el tiempo, a prueba de intrusos y curioso, tanto que ni siquiera los mejores aurores han logrado burlar su magia durante inspecciones sorpresa. Rita no se arriesga; sabe bien que allí guarda secretos que pocos pueden imaginar, y la seguridad es, por tanto, una prioridad absoluta.
Por eso, la presencia de ese paquete en su escritorio resulta imposible de explicar. Nadie debería haber podido entrar sin activar las alarmas, y sin embargo, ahí está.
— ¿Cómo llegó ese paquete? —pregunta su asistente al entrar tras ella, su voz llena de preocupación.
—Es algo que averiguaré.
Con la varita en la mano se acerca con cautela, entonces procede a lanzar varios hechizos de detección, esperando desactivar cualquier posible trampa. Nada sucede; no hay reacciones, ni destellos de magia. Toma una respiración profunda y decide abrirlo.
— ¡No haga eso! —exclama Smith, visiblemente alarmada—. Puede tener un maleficio.
—Ya lo he revisado, no tiene nada.
—No puede estar segura.
La chica luce tan perturbada que parece a punto de huir, como si el paquete fuera a explotar en cualquier momento. Su expresión es de miedo y Rita no puede evitar sentir una punzada de frustración. Esa chispa de temor en los ojos de Smith la hace reconsiderar, aunque no lo suficiente.
—Si quien lo dejó se arriesgó tanto, es evidente que es importante que lo abra.
Cada segundo que pasa aumenta su curiosidad. La adrenalina corre por sus venas y el deseo de descubrir la verdad pasa a ser en una necesidad urgente.
Retira con mucho cuidado la envoltura y ante sus ojos queda expuesto un cuaderno muy viejo. La tapa está desgastada, con el papel amarillento y los bordes descoloridos, como si hubieran sido escritas en un tiempo lejano.
Lanza otro hechizo, pero, de nuevo, no ocurre nada.
Mientras examina el cuaderno, su mente corre en múltiples direcciones, pensando en todas las posibilidades. ¿Qué secretos puede contener? ¿Acaso es un diario? ¿Un registro de eventos importante? ¿Algo inútil? La falta de indicios sobre su origen la intriga aún más, y siente que cada momento es crucial para desvelar la historia que se esconde entre sus páginas. Sin pensarlo dos veces, empieza a pasar las hojas, ansiosa por descubrir lo que el cuaderno tiene para ofrecer.
Al instante, se da cuenta de que contiene información valiosa, secretos que han permanecido ocultos y que podrían cambiarlo todo. Cada palabra parece prometer una revelación al misterio que por tanto tiempo ha dado vueltas en su cabeza.
Es un diario y pertenece a Harry Potter.
Se encuentra con una serie de palabras y más palabras de Harry, quejándose de su situación, de la presión que siente y de las expectativas que todos tienen sobre él. Las letras son un torrente de emociones y Rita no puede evitar la fascinación y el morbo al asomarse a la mente de alguien tan importante. Busca las fechas más cercanas a su muerte, pero para su decepción, se topa con una sección en blanco, como si algo o alguien hubiera interrumpido el flujo de pensamientos.
No entiende el porqué de esa repentina pausa. ¿Acaso Harry dejó de escribir por alguna razón? ¿O se encontró con un obstáculo insuperable que le impidió continuar? La falta de información la frustra, ya que siente que la ausencia de palabras es un misterio tan intrigante como las que ya ha leído. Rita se inclina más sobre el cuaderno, buscando alguna pista que explique ese vacío, convencida de que, detrás de esas páginas en blanco, puede haber una historia aún más profunda.
— ¿Qué sucede? —pregunta Smith.
—Es el diario de Potter.
— ¿Harry Potter? —La chica recibe una mirada de reprensión ante semejante pregunta estúpida. La incredulidad en sus ojos es palpable—. ¿Cómo es eso posible?
—No tengo idea, puedo sentir la magia en el diario, un hechizo protege las palabras.
— ¿Podrá leerlo?
—Diría que sí, nuestro querido Potter tenía muchos secretos.
En la prisa por tomar la varita del escritorio, Rita tropieza y deja caer el diario. Al levantarlo, una nota se desliza de entre las páginas. Abre los ojos de forma exagerada al leerla, sintiendo una chispa de emoción recorrerla.
Empieza a caminar de un lado a otro de la oficina, con una sonrisa que resulta algo perversa. La idea de que este cuaderno contenga secretos de Harry Potter la embriaga. Se siente casi eufórica. Desde la esquina de la habitación, Smith observa todo en silencio. La confusión resulta divertida para Rita. Es extraño que algo la sorprenda, sobre todo cuando ha hecho de alterar historias una costumbre, pero lo que está escrito en este cuaderno es completamente nuevo para ella.
Pronuncia una palabra en voz baja, su voz llena de anticipación. Para su asombro, el diario se escribe por sí mismo, las palabras fluyendo como si una fuerza mágica lo dictara. La atmósfera se carga mayor emoción. Rita no puede evitar pensar en las repercusiones del hallazgo, tiene en sus manos la oportunidad de crear la historia más impactante de su carrera.
— ¿Está segura de que es real lo escrito?
—El paquete no estaba firmado pero apuesto mi mejor vuelapluma a que cada palabra de estas fue escrita por Harry.
— ¿Qué es lo que dice?
—Envía una nota al ministerio, pide un permiso para entrar en Azkaban.
— ¿Azkaban?
—Si, necesitamos hacer una muy interesante entrevista —su tono es de absoluta alegría—, Lucius Malfoy no se espera esto.
— ¿Qué tiene que ver el ministro Malfoy con Harry? —pregunta Smith, frunciendo el ceño en un intento por conectar las piezas.
—Oh, él no tiene nada que ver —responde Rita con una sonrisa astuta—. Pero su hijo...
Se queda mirando hacia un punto lejano, como si ya pudiera ver el escándalo y el drama que inevitablemente vendrán.
— ¡Aún no has enviado las notas! —exclama de repente Rita, su voz llena de urgencia, resonando en las paredes de la oficina—. ¿Qué estás esperando?
— ¿Quiere que se anuncie en la edición de la tarde?
—Eso es una maravillosa idea.
Mientras su asistente sale apresuradamente, Rita vuelve a leer la nota, su mente trabajando a toda velocidad. Con cada relectura, su imaginación se desata, alimentando su sed de revelar la verdad oculta tras el escándalo de Harry Potter.
Una historia de fantasmas, un título verdaderamente cautivador, aunque el contenido de tu artículo deja mucho que desear. Es una suerte que sea el momento para que el mundo mágico descubra la verdad y resulta que eres la persona indicada para eso. Supongo que tienes muchas preguntas. Si esta carta ha logrado llegar a ti, significa que el plan ha funcionado. ¿Estás lista para la verdad? Puedes esperar 12 notas más, cada una contendrá una pista que te llevará a desvelar el gran misterio. Imagino que no has descifrado el diario todavía, no te preocupes, no es tan complicado, al final de cada nota encontrarás una palabra clave que hará que las páginas se llenen de revelaciones.
Azkaban te puede dar algunas respuestas, sé que sabrás a quién entrevistar. En la conmemoración de esta tarde recibirás una nueva nota.
Fantasma.
El mundo mágico no estaba preparado para lo que se venía.