
Regulus escucha noticias sospechosas
Regulus estaba en medio de otra aburrida conversación con Nott, quien divagaba sobre las últimas reformas en el Wizengamot. Era el típico discurso al que ya estaba acostumbrado: algo tedioso, algo arrogante y completamente predecible. Regulus asentía de vez en cuando, su expresión neutra, mientras su mente vagaba lejos de la conversación.
—Debo admitir que, últimamente, las reuniones del Wizengamot han sido de lo más soporíferas —Nott comentó, con una mueca de fastidio.
Regulus respondió con un vago "Hmm", mirando a su alrededor en busca de una excusa para escapar. Fue entonces cuando la voz melosa de Selwyn interrumpió sus pensamientos.
—Regulus, querido, espero que te des cuenta de que no todas las opciones que tienes frente a ti son tan aburridas como esta conversación —dijo Selwyn, su tono coqueto goteando dulzura venenosa—. Después de todo, alguien con tu linaje necesita una Lady Black que esté a la altura. Quizás alguien... como yo.
Alzando una ceja con elegancia, Regulus dejó escapar una pequeña risa que no alcanzó sus ojos.
—Es interesante lo que sugieres, Selwyn. Pero si hablamos de decisiones importantes, como quién será mi futura esposa, estoy seguro de que no es un tema que deba discutirse en una fiesta tan poco privada.
El leve rubor que subió a las mejillas de Selwyn fue rápidamente reemplazado por una sonrisa forzada, pero antes de que pudiera responder, Armand Travers, que había estado escuchando desde cerca, decidió intervenir.
—¿Ya se enteraron? —preguntó Travers, mirando a su alrededor como si estuviera por compartir el chisme del siglo—. Al parecer, el famoso Lord Mordred ya tiene cónyuge. Aunque nadie sabe quién es todavía.
Esto captó la atención de Rosier, quien, olvidando por completo su conversación con Regulus, se inclinó hacia Travers con entusiasmo.
—¡Oh, por favor, cuéntame más! ¿Quién sería tan afortunada de convertirse en Lady Mordred?
Travers se encogió de hombros con aire misterioso.
—No se sabe. Pero dicen que es alguien inesperado.
Rosier dejó escapar una risa de superioridad.
—¿Inesperado? No me hagas reír. Es obvio que ese título debería ir para alguien digno, no como... —hizo una pausa teatral antes de continuar con un tono ácido—. Sirius Black.
El nombre golpeó a Regulus como un hechizo desorientador. Su espalda se tensó, y su mirada fría se dirigió hacia Rosier.
—¿De dónde sacaste semejante disparate? —preguntó con voz cortante, aunque mantenía la compostura.
Rosier, regodeándose en la atención, sacó un periódico doblado de su bolso.
—Mi padre, como sabes, es dueño de El Oráculo. Tengo acceso a las noticias antes de que se publiquen oficialmente. Esto saldrá mañana. Pero pensé que sería interesante compartirlo.
Regulus le quitó el periódico de las manos y lo desdobló con cuidado, sus ojos oscuros recorriendo el titular en negritas:
"De traidor de sangre a cazafortunas: Sirius Black atrapa a Lord Mordred"
El artículo era una joya de veneno puro.
"Sirius Black, conocido por su rebeldía y su falta de respeto hacia las tradiciones de sangre pura, ahora parece haber cambiado su estrategia. Después de años de escándalos y una reputación en decadencia, Black ha asegurado su posición al casarse con Lord Mordred. Fuentes cercanas aseguran que esta unión es nada más que un intento descarado de Sirius por recuperar el estatus que perdió cuando traicionó a su familia. ¿Un cazafortunas? Sin duda. ¿Un hombre desesperado? Absolutamente. ¿Un digno consorte? En lo absoluto."
Regulus cerró el periódico con fuerza, sus dedos crispándose alrededor de los bordes.
—Es interesante cómo ciertas publicaciones tienden a priorizar el escándalo sobre los hechos —comentó en un tono frío, devolviendo el periódico a Rosier—. Prefiero esperar a las noticias oficiales antes de formar una opinión.
Rosier parecía a punto de decir algo, pero la mirada glacial de Regulus la hizo callar.
Esa noche, Regulus no podía dormir. Dio vueltas en la cama, los pensamientos sobre Sirius persiguiéndolo como un maleficio. Había pasado años despreciando a su hermano mayor: por fraternizar con impuros, por abandonar su hogar, por rechazar su linaje. Pero esta noticia... esto era diferente.
¿Y si era verdad? ¿Y si Sirius había caído tan bajo?
A la mañana siguiente, las noticias oficiales finalmente salieron a la luz, pero no como nadie esperaba.
En las portadas de todos los periódicos mágicos apareció una imagen de Rita Skeeter, atrapada a medio transfigurar en su forma animaga: un grotesco híbrido entre un escarabajo y una mujer, con antenas temblorosas y ojos saltones.
"Rita Skeeter: atrapada en plena metamorfosis. El escándalo de la prestigiosa reportera del mundo mágico."
El artículo detallaba cómo Rita había sido sorprendida espiando una conversación privada en medio de la calle. Su animaga ilegal quedó expuesta, y con ella surgió un escandalo masivo.
Rosier, al ver la noticia en el desayuno, parecía haber comido un limón entero.
Regulus, por otro lado, dejó escapar un suspiro de alivio.
Sirius seguía siendo un idiota, pero al menos no era un cazafortunas desesperado.
Con una expresión impasible, se sirvió una taza de té, ignorando las miradas furiosas de Rosier.
—Supongo que no deberías creer todo lo que lees, Rosier. —Su tono era cortante pero tranquilo, antes de añadir con una pequeña sonrisa irónica—. Aunque agradezco el entretenimiento.