Always you

Arcane: League of Legends (Cartoon 2021) League of Legends
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G
Always you
Summary
Caitlyn siente que debería decir algo más, algo que realmente le haga saber a Vi que no tiene nada de que preocuparse. Quiere que sepa que está ahí para ella, que la apoya, que la entiende.Caitlyn quiere decir más, quiere decir que la respeta, que la apoyará si eso la hace sentir incómoda. Quiere que sepa que Vi es importante para ella, de un modo que ni ella misma acaba de comprender.Pero entonces recuerda a Gert. Recuerda la manera en la que Vi la mira, la forma en la que le habla.Y no dice nada.Sus sentimientos se sienten confusos dentro de ella, pero intenta apartarlos con todas sus fuerzas. No puede pensar más sobre eso ahora.Se queda sentada en el sofá, con la vista clavada en la pantalla, fingiendo que todo sigue igual.Aunque, por alguna razón, siente que nada lo está.OUn paseo por los años mientras Caitlyn se da cuenta de sus sentimientos por su mejor amiga Vi.
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Chapter 1

———————————————⌗ ❜ 14 años. ❀

Caitlyn sigue intentando centrarse en las clases, algo que siempre había sido fácil para ella, pero ahora parece imposible. Su cabeza está en otro lugar, su atención atrapada en algo que no logra definir. Algo sigue clavado en el fondo de su mente, algo como una preocupación constante, que la impide poder centrarse en las explicaciones del profesor.

Una risa vuelve a resonar en sus oídos, ese sonido molesto que hace que Caitlyn sienta un escalofrío recorriéndola la espalda. ¿Qué podría ser tan divertido como para hacerla reír en medio de una clase de matemáticas?

Espera que el profesor les diga algo por no prestar atención, pero ni siquiera parece darse cuenta de la risa. Es como si fuera un sonido que solo estuviera existiendo para atormentarla a ella, ya que parece que ella es la única que se siente molesta por ello.

Agarra uno de los bolígrafos que tiene en la mesa, apretándolo con fuerza antes de empezar a girarlo entre sus dedos. Tal vez eso la ayude a calmarse y centrarse en el resto de la clase.

Pero no tiene tanta suerte. Siente el peso de un pensamiento que no deja de girar y girar en su cabeza, como una rueda atascada en el mismo punto.

No sabe que es lo que la hace estar tan molesta sobre todo eso. Nunca antes se ha sentido así. Pero lo único que desea es sacarse esa sensación del pecho, porque empieza a ser insoportable.

Se resiste a mirar hacia detrás, con su mirada fija en el profesor, pero su mente aún detrás de ella.

Antes de poder hacer algo, necesita saber que es lo que la está haciendo sentir así. Es algo nuevo, una incomodidad desconocida que la está volviendo loca.

La chica nueva vuelve a pasar por su mente. Gert. Caitlyn no recuerda su apellido, porque no había estado prestando atención cuando se presentó delante de la clase. No pensó que fuera a ser alguien importante en su vida.

Caitlyn no tiene muchos amigos, pero tampoco necesita más.

De todos modos, no sentía esa sensación de desagrado por nadie más que esa chica nueva. Ni siquiera por aquellos que la habían tratado mal en un pasado por ser torpe socializando.

Pero Gert… Gert es diferente. Tiene la atención de la única persona que Caitlyn nunca pensó en tener que compartir.

Esta chica ha conseguido cambiar la mente de Caitlyn en solo un par de días, haciéndola estar más preocupada que nunca antes. Y eso la enfurece. Hubiera estado mucho más feliz si nunca hubiera aparecido por ahí, pero ya no tiene nada que hacer.

La risa resuena en sus oídos de nuevo, y Caitlyn se muerde el interior de la mejilla, conteniendo el impulso de soltar un suspiro exasperado.

No es una risa normal. Es artificial, forzada, como si estuviera actuando en una obra de teatro. Solo una forma de agradar más a la gente. Y funciona. En este caso, para agradar más a la mejor amiga de Caitlyn.

Sacude la cabeza, jugueteando con el bolígrafo. Ha renunciado a prestar atención al resto de la clase, por lo que intenta distraer su mente con eso. Pero es difícil de hacer.

Siempre ha tenido una vida tranquila y calmada. Nunca pasaba nada especial, solo estaba ahí, con su familia y su mejor amiga.

Vi. La única persona que Caitlyn aprecia más que nadie.

Se siente aliviada cuando finalmente suena el timbre, anunciando el final de la clase y el comienzo del tiempo del almuerzo. Realmente necesita un tiempo para poder recuperarse de todos esos sentimientos extraños que la están atormentando. Necesita respirar. Necesita alejarse de esa risa antes de que su cabeza explote.

Siempre esta con su mejor amiga en el periodo de almuerzo, solo ellas dos hablando de tonterías y estando juntas. Ese es su momento seguro del día. Es todo lo que necesita para poder dejar pasar todo eso que siente.

Pero parece que la vida está en contra de Caitlyn ahora.

Vi se acerca a Caitlyn, que aún está recogiendo, con la chica nueva detrás de ella. Casi espera que se vaya, pero se mantiene ahí, demasiado cerca de Vi como si fueran amigas de toda la vida, y no dos personas que se conocieron hace unos días.

—Invité a Gert a pasar el resto con nosotras en el almuerzo, aún no tiene muchos amigos aquí —dice Vi, con una sonrisa suave.

Esa sonrisa. La misma sonrisa que Caitlyn había pensado que era solo para ella. Vi siempre ha sido dura con los demás en la escuela, pero siempre había sido dulce con Caitlyn. Tener que compartir eso con otra persona...

Sabe que Vi tiene la necesidad de adoptar a todos los inadaptados que encuentra, pero el periodo de almuerzo siempre había sido para ellas dos...

No, no debe estar celosa de eso. Vi es su mejor amiga, y sabe que no la va a cambiar por nadie. ¿No?

Sabe que la otra chica es zaunita, como Vi. Seguro que tienen historias en común, anécdotas que Caitlyn jamás entendería.

Caitlyn siente que está perdiendo.

—¿Cait?

—Oh, sí. Está bien —responde Caitlyn, con una sonrisa que espera que no se vea tan falsa como se siente.

Vi la mira extrañada, como si notará que algo está mal, mientras Caitlyn se coloca la mochila en el hombro y sale de la clase. Parece que va a decir algo más, pero Caitlyn lo evita. No quiere hablar de esto ahora, no con la otra chica ahí, tan cerca de ellas.

Solo lleva ahí dos días y ya la está invitando a su tiempo de almuerzo... ¿Cómo puede ser? No es justo. Caitlyn no puede competir contra una chica de Zaun, una que seguro que no tiene tantas prohibiciones como ella, y seguro puede pasar mucho más tiempo en casa de Vi que ella. Una chica que puede entender más la situación de Vi...

No puede competir contra eso. No es justo que tenga que hacerlo. Hay mucha gente en esa escuela, ¿por qué tuvo que ser Vi la que decidiera que quería ser su amiga?

—Este sitio es genial, Gert —oye decir Vi por detrás de ella, hablando con la otra chica—. Los pilties no son tan malos. Bueno, no todos.

—¿Y ella? —susurra Gert, en tono bajo, y Caitlyn esta segura de que es para que ella no pueda escucharla.

Pero lo hace, y ese desagrado crece más en su interior. Dos días aquí y ya se cree con la suficiente confianza con Vi como para preguntarle por Caitlyn.

Ella lleva años siendo amiga de Vi, desde que ambas se unieron a la misma guardería. Están casi unidas por una cadena. Las mejores amigas para siempre. Y una chica nueva no debería estar cuestionando nada sobre ella.

Resiste el impulso de detenerse y girarse hacia la chica, impedirle que siga acercándose a Vi. Pero no va a hacerlo. Respeta las decisiones de Vi, y si ella quiere ser su amiga, Caitlyn no va a impedírselo. Pero eso no significa que deba agradarle.

—¿Cait? —pregunta Vi, como si tampoco hubiera entendido por qué la chica se estaba refiriendo a ella—. Ella es genial, es mi mejor amiga desde... Siempre. Debe tener un mal día, normalmente es muy agradable.

—No parece que le guste... —susurra Gert, en tono aún más bajo.

—Cait no es buena con la gente nueva, no te preocupes —responde Vi, con la voz suave—. Ella es genial, de verdad.

Escuchar como Vi da unos pasos más rápidos, para quedarse al lado de Caitlyn mientras andan. Al menos, puede contarlo como una pequeña victoria por su atención.

Vi tira un brazo por encima de ella, tirándola hacia un abrazo lateral mientras sigue hablando de algo que no puede escuchar con Gert.

Su corazón late más rápido cada vez que Vi la toca, pero supone que es solo por el cariño que le tiene. Llevan siendo amigas muchos años. El contacto ayuda a calmar todas esas sensaciones extrañas que tiene cuando mira a Gert.

Aun así, se lamenta cuando tienen que sentarse en su mesa habitual en el comedor. Normalmente son solo ellas dos, y se siente extraña con la otra presencia en la mesa.

Tampoco sabe qué decirle. Nunca fue buena socializando, y mucho menos con gente que ni siquiera le gusta.

Con Vi, todo parece fácil. Tienen mil cosas de las que hablar, o series que ver, o cualquier tontería divertida que se le ocurra a Vi. Con los demás... Todo se siente mucho más complicado.

Tampoco es que se le dé muy bien tratar con zaunitas. Su estilo de vida es muy diferente, y siente que cada cosa que dice es para peor. Además, rara vez ha bajado allí.

Se siente un poco extraña por eso también. Vi es la que siempre se queda en su casa, insistiendo en que es peligroso para Caitlyn. Ya conoce a la familia de V, pero, ¿tal vez no quiere juntarlos demasiado?

Sacude la cabeza con ese pensamiento, no quiere empezar a preocuparse por más cosas. Ya tiene suficiente con lidiar con un problema a la vez. Claro que Vi la quiere cerca, y Zaun es peligroso de verdad.

No presta mucha atención a la conversación entre ellas, sintiéndose cada vez más incómoda.

No entiende por qué se siente así.

No puso demasiada atención a lo que hablaban las chicas, sintiéndose demasiado apartada por unos momentos. No ayudó que Vi fuera la única amiga real que hizo, no tenía a nadie con quien poder hablar de estos pensamientos confusos.

Las últimas dos clases del día siguieron ese patrón malo, dónde lo único que conseguía escuchar era la risa molesta de la nueva zaunita en su cabeza.

—¡Cait, espera! —dice una voz por detrás de ella, cuando Caitlyn estaba saliendo a toda prisa de la clase.

Se para en seco, girándose para ver a Vi dando unos pasos largos hasta ella.

No es justo que se vea tan bien incluso corriendo, con ese cabello rosado y su chaqueta roja de siempre. Tenía una vibra que llamaba la atención de la gente, pero eso nunca antes había molestado a Caitlyn. Pero ahora... Esa chica nueva realmente le estaba afectando más de lo que esperaba.

—Dime —responde Caitlyn, intentando sonar normal.

—Pensé que íbamos a pasar el rato en tu casa hoy —explica Vi, ahora mirándola extrañada.

Caitlyn se coloca bien la mochila en su hombro, sintiéndose algo extraña de pronto.

—Oh...

Era algo normal entre ellas. Vi iba casi todos los viernes a su casa con ella, pero como no había dicho nada... Caitlyn odia admitirlo, pero pensó que la había cambiado por su nueva amiga zaunita.

Hay un silencio incómodo entre ellas, con Caitlyn aún perdida en su propia cabeza por unos segundos.

—Me iré a casa entonces —dice Vi, rompiendo el silencio.

Caitlyn levanta la cabeza para mirarla, odiando aún más como Vi baja la cabeza, viéndose dolida por unos segundos. Lo último que quiere hacer es que Vi se sienta mal por su culpa. Por esos estúpidos sentimientos que no sabe como controlar.

—No —responde Caitlyn rápidamente, dando un paso más cerca de Vi—. Solo pensé que no te acordabas, vamos.

—¿Cómo podría olvidarme de algo relacionado contigo, cupcake?

Caitlyn siente como se le quita un peso del pecho, y se esfuerza en olvidar a la otra chica nueva.

No importa, siempre serán Vi y ella, incluso después de todo.

—Venga, vamos —dice Caitlyn, sonriendo de verdad por primera vez en el día.

Vi no tarda en caminar con ella, empezando a hablar sobre algo que su hermana pequeña ha hecho en la escuela.

Eso también hace que Caitlyn se sienta un poco más aliviada, contenta de saber más sobre la vida familiar de Vi. No es que los haya visto mucho, pero sabe lo mucho que le gusta a Vi hablar de ello.

Todo parece ir normal, como siempre. Como si Gert no hubiera aparecido en su vida y Vi se hubiera sentido fascinada por ella... Como si Caitlyn no tuviera motivos reales por los que sentirse mal.

Hasta qué...

—Oye, Cait...

Caitlyn gira la cabeza para mirarla.

Están en el sofá, uno de los muchos en la casa, con la televisión encendida de fondo. La serie sigue reproduciéndose, pero ninguna de las dos está realmente prestando atención. Han estado hablando en voz baja, riendo de tonterías como siempre, pero de repente Vi se ha quedado en silencio.

—¿Sí? —pregunta Caitlyn, sintiendo una leve punzada de inquietud.

Vi la está mirando, pero no como lo hace normalmente. Hay algo diferente en su expresión, algo más… serio. Sus dedos juegan con la cremallera de su chaqueta, un gesto nervioso que Caitlyn no suele ver en ella.

—Yo… —empieza a decir, pero deja salir un suspiro y sacude la cabeza—. Bah, olvídalo, no importa.

Caitlyn frunce el ceño, mirando cada vez más extraña a su mejor amiga.

—No, dime. No eres de las que se guardan las cosas, ¿qué pasa?

Vi se ríe, pero es una risa baja, sin fuerza. Luego apoya la cabeza en el respaldo del sofá y mira al techo. Hay una pausa larga, como si estuviera eligiendo sus palabras con mucho cuidado.

—Yo... —empieza a decir Vi, con un suspiro en medio—. Mira, hace mucho que he estado... notando cosas sobre mí. No es... No es nada malo, es muy normal en Zaun, pero aquí... no sé.

—¿De qué estás hablando?

Vi traga saliva y baja la mirada. Durante un segundo, parece insegura, como si estuviera esperando algo.

Hay un brillo extraño en los ojos de Vi cuando levanta su mirada de nuevo, fijando su mirada en Caitlyn. Hay algo más en sus ojos, algo vulnerable, pero Caitlyn no puede identificarlo. Nunca lo ha visto antes en Vi.

—Me gustan las chicas —susurra Vi en voz baja, casi suena triste por ello.

No lo dice con orgullo ni con una sonrisa. Lo dice en voz baja, con un deje de duda, como si estuviera tanteando la reacción de Caitlyn. Como si esperara que eso cambiara algo.

Caitlyn parpadea un par de veces, procesando la información en su mente. Claro, tiene sentido que fuera algo importante, pero tampoco es algo extraño en Piltover.

Ellas dos nunca han hablado de ello, pero aquí arriba nunca suelen asumir la sexualidad de antes. Aun así...

Caitlyn nunca ha pensado en ello sobre sí misma. Ahora que Vi ha dicho las palabras, no puede evitar pensar en ella, en lo que quiere y...

¿Por qué Vi se lo está diciendo ahora?

Sus dedos se tensan sobre el cojín. Un latido incómodo en su pecho le dice que sí, que tiene todo que ver con la chica nueva.

Esa sensación extraña sigue ahí, confusa e incómoda, y no sabe cómo deshacerse de ella. Ahora arañando con más fuerza dentro de Caitlyn.

Pero Caitlyn se las arregla para sonreírle a su mejor amiga, o al menos intenta que su sonrisa luzca natural.

—Está bien, Vi —acaba diciendo Caitlyn, con suavidad—. Eso no cambia nada. Todo sigue igual.

Por un instante, jura ver algo en los ojos de Vi. Algo parecido a... ¿Decepción? No, eso no tiene sentido. Vi no tendría que sentirse decepcionada de su reacción. Le ha dicho que la apoya, que no es un gran problema.

Pero esa expresión desaparece rápido, haciendo que Caitlyn crea que se ha inventado esa decepción por sus propios sentimientos egoístas, en los que no quiere pensar ahora.

—Genial —susurra Vi, suspirando y girando la cabeza para volver a la televisión, como si no hubiera pasado.

Caitlyn siente que debería decir algo más, algo que realmente le haga saber a Vi que no tiene nada de que preocuparse. Quiere que sepa que está ahí para ella, que la apoya, que la entiende.

Caitlyn quiere decir más, quiere decir que la respeta, que la apoyará si eso la hace sentir incómoda. Quiere que sepa que Vi es importante para ella, de un modo que ni ella misma acaba de comprender.

Pero entonces recuerda a Gert. Recuerda la manera en la que Vi la mira, la forma en la que le habla.

Y no dice nada.

Sus sentimientos se sienten confusos dentro de ella, pero intenta apartarlos con todas sus fuerzas. No puede pensar más sobre eso ahora.

Se queda sentada en el sofá, con la vista clavada en la pantalla, fingiendo que todo sigue igual.

Aunque, por alguna razón, siente que nada lo está.

———————————————⌗ ❜ 15 años. ❀

El sonido de la lluvia golpeando contra la ventana llena el silencio de la habitación.

Caitlyn está sentada sobre la alfombra de la habitación, con un libro abierto en las manos, aunque no podía recordar ni una sola palabra de todo lo que había leído. Lo único que hacía era darle miradas rápidas a Vi. La chica se encontraba tirada en la cama de mí, con las manos bajo la cabeza, y mirando el techo con una expresión relajada.

Era un viernes normal, pero Caitlyn ya sentía presión por los exámenes de final de curso, por lo que quería tener sus apuntes listos lo antes posible.

Sin embargo, tener a Vi cerca era toda una distracción.

Las cosas entre ellas seguían bien, aun así...

—Oye, Cait...

Caitlyn levanta la mirada al momento, pero Vi sigue mirando hacia el techo. Su tono parecía despreocupado, pero había algo hay que hizo que Caitlyn se sintiera más tensa.

—¿Si?

Vi se mueve por la cama para quedar sentada, y después de eso fija sus ojos en los de Caitlyn, con una sonrisa algo extraña.

—Quiero decirte algo.

Caitlyn cierra el libro tan pronto como escucha a Vi, casi en un modo automático.

Había algo hay que le traía de vuelta esa sensación molesta que la había acompañado los últimos meses, desde que Gert había aparecido en sus vidas y robado un poco de su mejor amiga.

Podía ver a Vi pasándose la mano por el cabello, dudando un poco de decirlo.

—Solo dilo, ya te he dicho que...

—Gert y yo estamos saliendo —interrumpe Vi, dejando a Caitlyn sin palabras.

El aire en la habitación se detuvo por un momento.

Por un momento, Caitlyn no entendía que es lo que había escuchado. No podía ser correcto.

Pero Vi la mira con esa sonrisa casual, pero hay algo más en su mirada, como si estuviera esperando algún comentario de Caitlyn.

¿Qué esperaba de ella? No le gusta nada de eso.

Todo el cuerpo de Caitlyn se tensó. Su pecho se sentía apretado de una manera que no entendía, como si alguien estuviera presionando con fuerza en él.

Nada de eso tenía sentido, ¿no?

Pero lo tenía... Vi le había dicho que le gustaban las chicas justo después de conocer a Gert, y las dos se habían unido con el tiempo, hablando de Zaun y de cosas que Caitlyn no podía entender. Y, aun así, no había esperado...

—Oh —fue todo lo que pudo decir, bajando la mirada por unos segundos.

—Cait... —susurra Vi, moviéndose en la cama para quedar más cerca de ella—. Aún puedo decirle... Si tú quieres, yo...

—No, no te preocupes. Todo está bien. Genial —murmura Caitlyn, obligándose a formar una sonrisa para su mejor amiga.

Reprime todos esos sentimientos negativos como ha aprendido a hacer cada vez que ve a Gert, controlándose a sí misma.

Lo único que puede hacer es estar ahí para Vi, y si ella quiere... Bien, Caitlyn no es nadie para pedirle que no salga con alguien, o que deje a alguien que realmente le gusta. No, ella no puede hacer eso. Solo quiere que Vi sea feliz.

Además, tampoco entiende aún por qué todo eso la desagrada tanto. Solo de pensar en verlas juntas...

Levanta la mirada, encontrándose a Vi mirándola fijamente. Por un segundo, Caitlyn cree que puede ver algo de dolor en los ojos de Vi, por la forma en que están fruncidos más de la cuenta, pero pronto se relaja, dando un suspiro largo.

—No va a cambiar nada entre nosotras —murmura Vi, sonando firme, pero con algo de urgencia en sus palabras—. Seguimos siendo mejores amigas, siempre lo seremos.

Caitlyn asiente lentamente, aun cuando se siente rígida y tensa por dentro.

—Claro, Vi.

No quería decírselo a su amiga, pero ya todo se sentía diferente.

Casi como si pudiera sentir la inquietud en su voz, Vi se puso seria, inclinándose más sobre la cama.

—Lo digo en serio, cupcake —insiste Vi, con una intensidad algo extraña—. No importa con quién salga o lo que pase, siempre vamos a ser tú y yo.

Caitlyn traiga saliva, sin entender ahora por qué Vi esta tan preocupada por eso. Pero no puede negar que la hace sentir mucho más aliviada.

Espera que sus sentimientos sobre Gert sean algo pasajero. Realmente espera que la chica le guste algún día, por Vi. Pero... No lo cree posible. No es una mala persona, no, nada de eso, pero...

La imagen de Vi con Gert se reprodujo en su mente, recordándole como se sentía cada vez que las veía juntas. Todos esos sentimientos confusos que siempre siente. Como no quiere ni siquiera hablar con la chica.

Pero no dice nada de eso.

No dice como odia que Gert haya llegado y se haya llevado la atención de Vi en tan poco tiempo. No dice como odia que le esté quitando a Vi, y no dice como odia que ahora estén saliendo. No dice como odia que sienta que es muy inferior a Gert, quien tiene tantas cosas en común con Vi.

En el fondo, lo único que quiere decirle es que odia compartirla con nadie más. Que Vi debería ser solo para ella. Pero no lo hace.

En su lugar, solo le devuelve una sonrisa falsa, ignorando todo lo que siente por dentro.

—Sí, claro. Todo sigue igual.

Pero no es verdad. Nada de eso lo es. Las cosas... Cambiarán en algún momento.

Vi comenzará a querer pasar más tiempo a solas con Gert, a ir con ella a todos lados, incluso los viernes. A querer alejarse de Caitlyn para poder pasar más tiempo con su novia.

—Eres la persona más importante para mí aquí, Cait —susurra Vi, levantando una mano para pasarla por suavidad por el cabello de Caitlyn—. Nadie nunca va a cambiar eso.

—Eso espero —susurra Caitlyn, sintiendo un nudo en la garganta.

—Te lo prometo —insiste Vi, cuando nota la expresión dudosa de Caitlyn—. No vas a librarte nunca de mí.

Caitlyn asiente, forzándose a asentir con la cabeza.

Pase lo que pase, al menos tiene sus recuerdos y sabe que a Vi también le importa ella. Pero solo es cosa de tiempo que empiece a preocuparse más por otra y...

No, le va a dar un voto de confianza.

Tiene que creer en su amistad, tiene que hacerlo.

Incluso si las cosas cambian, podrán encontrar una forma nueva de seguir hacia delante. Caitlyn puede ignorar todos esos sentimientos extraños si sigue teniendo a Vi en su vida.

Después de todo, lo único que quiere es que Vi sea feliz.

———————————————⌗ ❜ 17 años. ❀

Un ruido fuerte la sobresalta, haciendo que levante la mirada del libro que estaba leyendo hacía unos segundos. Tarda unos momentos en entender que es el sonido de alguien golpeando la puerta principal con fuerza.

Caitlyn frunce el ceño mientras se levanta de la comodidad de su cama, sintiéndose molesta con quien sea que está llamando. Es sábado por la noche, sus padres están fuera, y realmente no necesitaba visitas a las once de la noche.

Puede oír el ruido de la lluvia mientras camina por la casa, y casi habría deseado no haberse levantado en primer lugar.

Abre la puerta con cuidado. El aire frío de la lluvia se cuela por la puerta, cuando Caitlyn intenta ver bien a la persona antes de abrir completamente.

Se sorprende cuando puede ver la figura empapada de Vi delante de ella. Su cabello rosa está pegado a su frente, y sus ojos, a pesar de la sonrisa ladeada que lleva, delatan algo que a Caitlyn le cuesta identificar.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta en voz baja, haciéndose a un lado para qué Vi pueda pasar.

Esta muy sorprendida, mirando a Vi como si no pudiera creer que realmente está ahí. No es que la mujer avise siempre antes de venir, pero... ¿Un sábado de lluvia, a las once? No, Vi no vendría aquí sin motivo.

—Hola, cupcake. Ha empezado a llover mucho de un momento a otro, ¿no? —dice Vi, sonando algo inestable.

Sus ojos se cruzan, y Vi le da una sonrisa suave, que no se ve del todo bien. Hay algo en ella que se ve... Extraño. Y Caitlyn necesita saber que es lo que está pasando por su mente.

—Vi...

—Solo... Dame un segundo —susurra Vi, pasándose una mano por el cabello mojado.

Caitlyn asiente, sintiéndose más tensa con cada segundo que pasa.

Para darle el tiempo que necesita, aprovecha para llevar a Vi al lavabo, dándole una toalla y buscando algo de ropa que le quede bien en su armario.

No puede creer que Vi haya venido sola y sin paraguas en medio de la lluvia. Tuvo que haber pasado algo importante.

Espera en silencio mientras Vi se cambia, sentada en la cama con la espalda recta. Su mente da muchas vueltas, pensando en lo que puede querer decir Vi ahora.

La chica tarda unos minutos en salir, aún pasándose la toalla por el cabello con despreocupación. Incluso así, con el cabello hecho un desastre y con ropa que es claramente demasiado pequeña para ella, se ve... Hermosa.

Vi se sienta al lado de Caitlyn, suspirando un poco cuando lo hace. El silencio se forma entre ellas por unos minutos, mientras Vi parece cada vez más nerviosa.

—Gert y yo hemos roto —acaba diciendo Vi, con un tono extraño.

Caitlyn ladea la cabeza por un momento, con los ojos ampliándose mientras observa a Vi.

Han pasado mucho tiempo juntas, y no hubiera pensado en ello. No es que Caitlyn las haya visto mucho juntas, siempre ha evitado estar ahí delante.

Se siente un poco culpable por ello, pero no puede evitar sentirse algo feliz por la noticia. Al menos espera que todos esos sentimientos extraños que tiene cada vez que piensa en ellas dos juntas desaparezcan de una vez.

—Oh, Vi... ¿Qué ha pasado? —pregunta, poniendo una mano con suavidad en el hombro de Vi, dándole su apoyo.

Vi sacude la cabeza, apoyándose un poco más en el contacto de Caitlyn. Se siente bien estar tan cerca de ella, eso es algo que Caitlyn sabe muy bien. Adora los abrazos de Vi, y como le da toda su atención cuando solo están ellas dos. Se pregunta si era así también con Gert.

Con un movimiento que la sobresalta, Vi saca algo del bolsillo de los pantalones de Caitlyn, para mostrárselo a ella.

—Sé que no quieres romper las reglas, pero... Realmente necesito una noche contigo sin preocuparme de nada —dice Vi en tono bajo, casi parece un poco desesperada por ello.

Caitlyn baja la mirada hacia el objeto en su mano, hacia los dos carnets que Vi le ha dado. Los acerca a su rostro, notando lo realista que parecen. Solo hay un pequeño cambio sobre ese y su verdadero carnet; su edad.

Sabe que no es una buena idea. Ha oído miles de veces lo perjudicial que es el alcohol, y nunca antes lo ha probado.

Pero Vi le esta dando esos ojos de cachorro que hace que no pueda negarse a nada...

La chica ha ido hasta ahí, con todo, para que la apoye. Para que la ayude a pasar este momento.

—No sé, llueve mucho y...

—Es un sitio cerrado —dice Vi, con rapidez—. He estado ahí antes, no es peligroso ni nada de eso.

—¿Cuándo has...?

Caitlyn la mira con el ceño fruncido, un poco dolida. Sabe que debe haber sido con Gert y, dado que Caitlyn nunca parece querer oír nada de ella, Vi evita decirle las cosas que hacen juntas. O hacían juntas. Ahora ni siquiera hay algo que que implique a Gert y Vi juntas, para alivio de Caitlyn.

—Vamos, Cait. Solo es una noche —murmura Vi, dándole una sonrisa de medio lado—. Una noche para disfrutar y seguir con nuestras vidas como si nada. Solo necesito que estemos nosotras.

Caitlyn traiga saliva, sintiendo las emociones moverse en su pecho ante las palabras de Vi. Se siente especial y querida, es algo... Demasiado intenso para sentirlo ahora.

Vi la necesita a ella, ahora más que nunca.

Odia aún más a Gert por hacerle daño a Vi, por hacer que necesite ir a algún bar a sentirse mejor.

Quiere ofrecer quedarse en casa, ver una película o algo así, pero sabe que no es lo que quiere Vi. Y la mujer puede ser muy intensa con las cosas que quiere.

—Dame quince minutos... —acaba diciendo, levantándose para ir a su armario.

—Por esto eres la mejor —dice Vi, con una risa encantada, levantándose detrás de Caitlyn—. ¿Tendrás algo más genial para mí? La ropa que pensaba usar para ir se mojó.

Caitlyn traga saliva, pero acaba asintiendo, incapaz de decirle que no.

—Dame unos minutos.

Vi sonríe, sabiendo que ya tiene lo que quería desde el principio.

Siente que el tiempo pasa rápido, mientras se pone lo primero que encuentra en el armario, dejando que Vi encuentre algo por sí misma. Ni siquiera está segura de tener ropa que sea adecuada para un bar o algo así.

No presta mucha atención a nada más, se siente entumecida mientras sigue a Vi por las calles de Piltover.

La mujer se ve bien, no tan triste como Caitlyn ha pensado que estaría después de romper una relación de casi dos años. Pero no es como si ella fuera a decir nada sobre ello.

Por suerte, su relación con Vi no cambió en nada durante ese tiempo, pero tampoco es que haya hablado demasiado de Gert con ella. Parecía que quería dejar su relación en privado. Y eso estaba bien. Mucho mejor que bien. Caitlyn tampoco quería saber más de ello.

Entran, de manera sorprendente, sin ningún problema al bar. Esos carnets falsos realmente estaban bien hechos, y se pregunta de donde ha sacado algo así Vi... De Zaun, obviamente. No es que Caitlyn haya estado demasiado por ahí abajo como para saberlo bien.

El aire dentro es denso, cargado de perfume barato y humo de cigarro. A Caitlyn le cuesta respirar por unos segundos, mientras se acostumbra a eso.

Las luces están llenas de destellos de neón, confundiendo su vista, y la música resuena con tanta fuerza que parece que el suelo tiemble. Es casi demasiado.

—Ven, traje algo de dinero —dice Vi, agarrándolo de la mano y empujándola entre la gente.

Caitlyn la sigue, sin decir nada. Vi les encuentra un lugar apartado en la barra, donde todo se siente un poco más tranquilo.

Los padres de Caitlyn se volverían locos si supieran que esta ahí ahora. Pero no van a saberlo. Todo a estar bien. Necesita estar ahí para apoyar a su amiga.

En poco tiempo, la cosa se descontrola un poco.

Caitlyn se apoya en la barra, bebiendo lentamente la bebida sin alcohol que ha pedido, mientras que Vi está sentada a su lado, tamborileando los dedos contra el vaso.

La velocidad a la que Vi había estado bebiendo... Era muy preocupante, pero no parecía hacer caso a nada que dijera Caitlyn sobre ello.

Puede ver como su risa es más floja de lo normal, su postura está más relajada, y su cabeza se mueve a un ritmo totalmente diferente al de la música que suena.

—¿Sabes por qué Gert me dejó? —susurra Vi, su tono arrastrándose.

La pregunta la toma por sorpresa, y Caitlyn la observa con cautela por unos segundos.

No habían estado hablando de nada importante, y sacar eso ahora... Se supone que están ahí para olvidarse de ello, para qué Vi se sienta mejor. No para que vuelva a hablar de ella.

—¿Quieres que adivine?

Vi sonríe, pero no es una sonrisa real.

—Dijo que paso demasiado tiempo contigo. Que te escribo demasiado. Que te busco demasiado —resopla Vi, casi sonando indignada—. Siempre está con lo mismo, y me cansé. Supongo que ella también se cansó.

—Pero estuvisteis juntas mucho tiempo... ¿Le ha comenzado a molestar ahora? —pregunta Caitlyn, sintiéndose algo confusa.

No sabe que tiene que ver su amistad con Vi con su ruptura.

Es cierto que son mejores amigas muy cercanas, pero cree que eso es lo habitual, ¿no? No sería mejor amiga de alguien que ni siquiera le interesa verla.

Siempre supo que había algo mal con Gert, por eso debió ser que no le gustaba...

—Yo... —susurra Vi, sonando algo perdida—. Supongo que las cosas cambian muy rápido.

—Vi...

—¿Y sabes qué? —dice Vi mientras se inclina, haciendo que la distancia entre ellas se reduzca—. Creo que tampoco la quería.

Caitlyn niega con la cabeza, aún que quiere deleitarse un poco en esa paz interior que le provocan esas palabras.

—Estás borracha, Vi. Estuviste dos años con ella y...

—¿Y qué?

Vi la mira con una intensidad que la deja clavada en el asiento, como si el tiempo no fuera una indicación de nada.

—Creo que le doy pena, ¿sabes? A Gert. Lo vi cuando me miró la última vez y... Tiene razón, me siento bastante patética ahora.

—No eres patética —dice Caitlyn, casi en un acto reflejo.

—Si solo pudiera...

—Eres genial, Vi. Alguien será muy feliz contigo algún día, solo...

Antes de que pueda acabar de decirlo, Vi se inclina todavía más. Solo quedan unos pocos centímetros entre ellas, y su corazón empieza a latir cada vez con más fuerza. Se siente como si pudiera salirse de su pecho ahora mismo.

—¿Quién sería feliz conmigo?

—Cualquier chica —susurra Caitlyn, sintiéndose cada vez más nerviosa.

Hay algo intenso en el rostro de Vi que no puede identificar, esta demasiado perdida en sus ojos como para poder fijarse en nada más.

—¿Cualquiera? —pregunta Vi, como si hubiera un doble sentido en sus palabras que Caitlyn no está entendiendo.

Con cuidado, retrocede para ensanchar la distancia entre ellas. Siente que esto está yendo a sitios donde no debería ir.

Vi solo esta borracha y herida, solo tiene que asegurarse de que no haga nada de lo que se pueda arrepentir mañana.

El rostro de Vi cambia en un instante, cuando la distancia entre ellas se hace más grande. Parece triste por un instante, hasta que su mandíbula se tensa y ella misma vuelve a su pose original.

—Está bien... —susurra Vi, sacudiendo la cabeza mientras toma el último trago de su bebida—. Creo que necesito bailar ahora.

Antes de que Caitlyn pueda impedirlo, Vi se levanta y desaparece en la multitud de la gente, dejándola sola con sus propios pensamientos.

Todo se siente confuso. Se ha sentido así desde el primer momento que vio a Vi delante de su puerta, empapada.

Debería sentirse aliviada de que Gert ya no esté ahí, y lo hace, pero hay algo más atormentado su pecho, casi dejándola sin respiración. Y esas insinuaciones... No, todo eso solo se debe al alcohol que Vi debe haber consumido.

Debería impedir que Vi haga cualquier tontería. Ya han estado ahí demasiado tiempo.

Con un suspiro, sin ser consciente de cuanto tiempo ha pasado realmente, Caitlyn se levanta del taburete de la barra, ignorando la mirada que le da la gente.

Con dificultad, consigue ponerse en algún lugar al límite de la pista de baile, mientras busca a Vi con la mirada. Hay demasiada gente ahí y...

Todos sus pensamientos se paran cuando finalmente ve a Vi.

Está en el centro de la pista, bailando con una mujer que está segura de que acaba de conocer. Puede ver como sus cuerpos están sincronizados, como el cabello azul de la mujer desconocida se entrelaza entre los dedos de Vi. No puede ser...

Caitlyn siente que se le remueve el estómago, mientras mira la escena desde la distancia.

Puede ver como Vi rompe la distancia entre ellas dos, pero no puede ver exactamente si se están besando o no. Tampoco es que quiera saberlo.

Con decisión, se abre paso entre la gente, necesitando llegar a su amiga lo antes posible.

Se repite a sí misma que es solo por Vi, para que no se arrepienta de lo que ha hecho al día siguiente. No es cosa suya si se besa con otras chicas, o si tienen un cabello parecido al suyo, o si se siente mal solo con verlo y...

Agarra a Vi del brazo cuando está lo suficiente cerca, sin molestarse a darle una mirada a la otra mujer, y arrastrándola hacia la puerta. Vi debe estar más alcoholizada de lo que piensa, Caitlyn nunca antes ha podido tirar de ella tan fácilmente.

—Nos vamos —dice Caitlyn, cuando están ya casi en la puerta.

Oye una risa seca a su lado, y gira la cabeza para enfocarse en Vi. La está mirando con los ojos brillantes y una expresión intensa.

—¿Por qué? ¿Te molesta que esté con alguien?

Caitlyn aprieta los labios, negando con la cabeza. No va a entrar en ese estúpido juego con una Vi borracha.

Siente ardor en el pecho, recordando lo que ha visto, pero se obliga a tragarlo y hacer como si nada de eso hubiera sido real.

—Vamos.

Vi la observa un segundo más. Luego se encoge de hombros y la sigue.

Al menos ya no llueve cuando salen del bar, lo que facilita mucho que puedan volver a casa sin problemas. Bueno, a casa de Caitlyn. De ningún modo va a dejar que Vi vuelva a Zaun así.

El camino de vuelta es silencioso, algo tenso.

Parece que las dos tienen demasiadas cosas que pensar. Todo ha sido... Muy extraño hoy.

Vi camina a su lado, tropezando algunas veces con sus propios pies, por lo que Caitlyn tiene que estar cerca de ella, para evitar que pueda caerse y hacerse algo peor.

Pensó que la ruptura no la había afectado tanto, pero viéndola ahora... Parece que fue más de lo que pensó en un principio.

Cuando llegan a casa, un buen rato después, Vi se deja caer en la cama de Caitlyn como si nada hubiera pasado, sin ni siquiera cambiarse a una ropa nueva.

—Gracias por la hospitalidad, cupcake.

Caitlyn la mira, mientras busca su propio pijama, pero los ojos de Vi ya están cerrados.

Ella se queda despierta hasta mucho más tarde, pensando en lo que ha ocurrido una y otra vez, en cómo se ha sentido...

Como su corazón se acelera cada vez que está cerca de Vi. Como siempre quiere la atención de la mujer. Como odia a Gert y a cualquier otra chica que pueda estar cerca de Vi. Como había querido romper la distancia entre ellas en ese bar...

Oh, mierda, Caitlyn esta enamorada de Vi.

Todo tiene sentido así.

Sus celos por Gert. Todas esas veces que sentía que se le iba a salir el corazón del pecho mirando a Vi. Todas esas veces que quería a la mujer para ella sola.

Una lágrima solitaria cae de su ojo, mientras Caitlyn se acostumbra a ese nuevo conocimiento.

Al día siguiente, ambas hacen como si nada hubiera ocurrido.

Caitlyn se siente más tensa con sus recién descubiertos sentimientos, pero se esfuerza en que no sea algo que se note.

Se esfuerza en ser la misma de siempre, la mejor amiga de Vi.

Y es todo lo que se permite ser.

———————————————⌗ ❜ 19 años. ❀

—Hey, Cait. Esta es Sarah.

Caitlyn siente cómo su estómago se hunde en un vacío familiar. Se ha acostumbrado demasiado a esa sensación ahora.

No necesita ms contexto, ya sabe quién debe ser Sarah. Ha escuchado antes esa misma introducción, con un nombre diferente. Gert. Emily. Ahora Sarah. Y todas aquellas que ni siquiera duraron más de un par de días.

Vi esta de pie frente a ella con esa sonrisa despreocupada, la misma que usa cuando quiere ocultar nerviosismo. Como si estuviera probando las aguas, esperando ver cómo reacciona Caitlyn.

Y Caitlyn reacciona como siempre. Con una sonrisa educada, con una inclinación de cabeza que no refleja en absoluto el torbellino que se arremolina en su pecho.

—Hola, Sarah —dice, esforzándose por sonar natural.

La chica es guapa. Son todas guapas. Caitlyn no se sorprende. Esta vez es una despampanante pelirroja. No pude evitar pensar en lo diferente que se ve de ella.

Vi nunca ha tenido problemas para atraer a la gente, con su confianza desbordante y su energía contagiosa. Pero eso no hace que sea más fácil de soportar.

Vi sigue hablando, probablemente diciendo algo sobre cómo se conocieron, pero Caitlyn apenas la escucha. Su mente se ha quedado atrapada en un solo pensamiento. Otra vez no.

No sabe si Vi se da cuenta de la tensión en su postura, de cómo sus dedos se aferran con fuerza a la tela de su chaqueta. Tal vez sí. Tal vez por eso su expresión cambia sutilmente, como si esperara algo.

Como si quisiera que Caitlyn… hiciera algo.

Pero Caitlyn nunca hace nada.

Así que simplemente asiente y dice lo que se supone que debe decir.

—Genial. Me alegro por ti, Vi.

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