
Lineas De Control
La pintoresca península de Cornualles está situada en el extremo suroeste de Inglaterra. Es conocida por su impresionante costa, rica historia celta y paisajes naturales. Cuenta con más de 700 km de costa, famosa por sus playas de arena dorada y acantilados escarpados, como la playa de Fistral, ideal para el surf, y los acantilados de Land's End, el punto más occidental de Inglaterra. En el interior, sus colinas onduladas, valles verdes y pequeños pueblos rurales, hacen de Cornualles un lugar mágico. El área de Bodmin Moor, con su paisaje de páramos, es ideal para caminatas y explorar la naturaleza salvaje. Gracias a la influencia del Atlántico, el clima es templado pero ventoso, con inviernos suaves y veranos agradables.
Cornualles tiene profundas raíces celtas. El idioma córnico, aunque casi extinto, está siendo revitalizado, y las tradiciones celtas se celebran con entusiasmo. Según las leyendas artúricas, el castillo de Tintagel en Cornualles fue el lugar de nacimiento del Rey Arturo. Históricamente, Cornualles fue un centro de minería de estaño. Hoy en día, el turismo y la pesca son pilares económicos importantes.
Entre sus principales atracciones están Eden Project, un impresionante complejo de biomas que albergan ecosistemas de todo el mundo. La isla mareal St. Michael's Mounz coronada por un castillo medieval, accesible a pie durante la marea baja. Sus pueblos Costeros como St Ives, poseen un ambiente artístico, mientras que Padstow es famoso por sus mariscos frescos, que atraen a visitantes de todo el mundo.
Desde hacía tres años este singular paraíso era el hogar de Billy Weasley. A sus treinta años, Bill era un hombre muy interesante, con una mezcla de estilo entre lo aventurero y un espíritu cálido adaptados a una vida mundana en Cornualles. Despertando pasiones allá por donde pasará, tenía un cabello largo y rojo, siempre recogido en una coleta o semi recogida, dándole un aire relajado pero profesional. Tenía algunos mechones dorados por el sol, ya que pasaba tiempo al aire libre. Su rostro conservaba su atractivo rebelde, con rasgos angulares y una sonrisa deslumbrante. Llevaba una barba corta y bien cuidada, reflejando un equilibrio entre lo bohemio y lo pulcro. Amante incondicional de la libertad y la comodidad, acostumbraba vestir camisas de lino, jeans desgastados y botas de cuero, con accesorios como pulseras tejidas o un collar simple. Su estilo reflejaba su conexión con la naturaleza y el mar.
Poseía un cuerpo atlético, pero no musculoso en exceso. Sus manos mostraban signos de trabajo manual, curtidas por el aire salado y las herramientas. Seguro de sí mismo, carismático y optimista, pero también reflexivo. La responsabilidad de construir una vida junto a Fleur había fortalecido su madurez emocional. Su noviazgo de un año estaba basado en el respeto mutuo y el apoyo. Aunque cada uno tenía sus propios intereses, compartirían una vida sencilla pero plena.
Era un amante de la música, tocando la guitarra en su tiempo libre, la lectura y los paseos al aire libre. También mostraba interés por la historia. Trabajaba como restaurador de edificios históricos. La pareja vivía en una cabaña cerca de la costa, decorada con un estilo rústico pero elegante, con ventanas amplias, plantas por doquier y muebles de madera serían comunes que reflejaba el buen gusto de ambos
Sus mañanas solían comenzar con caminatas por la playa, para después degustar un café en el porche frente al mar, antes de correr al trabajo. Durante el día trabajaba en proyectos locales, como restauraciones, o investigando artefactos históricos. Por las tardes, disfrutaba de cenas relajadas con Fleur, a menudo cocinadas con ingredientes frescos locales.
Aunque su vida era tranquila, Bill estaba en contacto frecuente con su familia, aunque no los visitaba frecuentemente. Su carisma hacía que tuviera amigos locales en la comunidad costera. Era respetado en la comunidad por su entusiasmo y compromiso con la preservación del patrimonio de Cornualles, participando en eventos culturales o proyectos ambientales.
Esa mañana había llegado a su oficina un poco temprano, el dolor en su espalda lo estaba matando y no quería preocupar a Fleur. Se sentó detrás de su escritorio y mientras prendía su computador se preparó un café. Tenía un email de su hermano Ron, otro de su jefe Horace Slughorn, publicidades de viajes y programas para aprender idiomas. Fue anulando uno a uno hasta que en su bandeja solo quedó uno con el remitente Rey Desde Las Sombras. No pudo evitar sonreír ante el nombre e inmediatamente pensó en sus hermanos Fred y George, dos bromistas incorregibles. Dio clic sobre el email y en cuestión de segundos este apareció en su pantalla.
Mi Reina de Fuego
Hoy, mientras pensaba en ti, me di cuenta de cuánto me cautivan las pequeñas cosas que te hacen único. Es imposible no admirar la suavidad con la que tu risa llena cualquier espacio, pero hay algo en ti que me atrapa aún más cuando simplemente te veo. Tus ojos, esos ojos que son como dos luces que iluminan todo a su paso, tienen la capacidad de detener el tiempo. Son como un refugio, cálidos y profundos, en los que muy pronto me hundiré.
Tu cabello tan igual al fuego, tiene una forma de enredarse entre mis pensamientos. A veces me pregunto si alguna vez te das cuenta de cuánta belleza lleva consigo cada hebra, como si tu cabello mismo contara historias que solo tú sabes. Y tu sonrisa, ilumina no solo tu rostro, sino todo lo que te rodea. Hay algo en ella que me atrapa, como si en ese momento todo lo demás se desvaneciera, y el único pensamiento que tuviera fuera tu cuerpo.
Cuerpo de reina que se mueve con una gracia natural, como si todo a tu alrededor se adaptará a tu ritmo. Cada gesto tuyo, cada paso que das, tiene una elegancia que no se aprende, sino que se lleva consigo. Es lo que te hace mujer. Lo que te hará ser mi mujer
Sin embargo, no es solo lo que veo, Bill, sino cómo todo en ti me hace sentir, cómo una sola mirada tuya tiene el poder de transformar un día común en algo mucho más especial. Tu cintura estrecha, tus muslos contorneados, tus labios rojos naturales. Me siento afortunado por poder observar todo lo que eres, por estar solo a un paso de hacerte sentir lo que realmente eres. Mujer.
Con cariño
Rey Desde Las Sombras
Bill no pudo evitar sonreír nervioso ante el email un tanto explícito. Definitivamente esta se la cobraría a Fred y George. A la hora del almuerzo lo hizo y aunque juran y perjuran no ser ellos, no les creyó
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Los atardecer en Cornualles a fines de invierno pintaban el cielo con tonos suaves de naranja y lavanda. Mientras las olas se estrellaban contra las rocas de la costa, el viento frío seguía soplando con fuerza, arrastrando consigo el aire salado del mar. Las nubes, pesadas y grises por las lluvias recientes, se deslizaban lentamente, cubriendo el horizonte mientras la luz del sol se iba desvaneciendo.
La gente que aún paseaba por la playa estaba envuelta en bufandas y abrigos, caminando despacio, disfrutando de la calma que llegaba con la caída de la tarde. Las gaviotas volaban bajo, siguiendo el vaivén de las olas, como si estuvieran buscando un último soplo de calor antes de la noche. Los campos cercanos, cubiertos de pasto mojado y un ligero manto de escarcha, se estaban oscureciendo, mientras los últimos rayos de sol estaban desapareciendo detrás de las colinas. Las luces de las casas distantes se iban encendiendo poco a poco, creando pequeños puntos brillantes en la distancia, que competían tímidamente con las primeras estrellas del cielo que comenzaban a aparecer.
Había sido un día largo y todo lo que quería era darse un baño. Y tirarse en la cama con Fleur en la cama a ver una serie policiaca. Era uno de los pasatiempos favoritos que tenían. Se habían conocido en un cine cuando ambos tomaron la misma bolsa de papas. Conversando habían descubierto que iban a ver la misma película, un remake de El Cuervo. Pero cuando realmente habían estallado en risas fue cuando se dieron cuenta que sus asientos estaban uno al lado del otro. A menudo solían debatir si esa contaba como su primera cita o no
Fleur se había ido a acostar cerca de las diez de la noche y Bill había decidido revisar unos planos. Pasaba la medianoche cuando iba a apagar su computador, pero un mensaje nuevo le llegó a su correo. Era de otra vez el tal Rey Desde Las Sombras. Dio clic y el correo apareció
“Mi Sensual Bill
Desde el momento en que te vi, supe que había algo en ti que no se debía ignorar. Hay una belleza en ti que no solo se ve, sino que se debe sentir, palpar. Una presencia que llena cualquier espacio en el que entras. Y aunque sé que no soy el primero en decirlo, no puedo evitarlo: tus ojos son como dos faros brillantes, los cuales ya me los imagino perdidos en el abismo del placer y la lujuria descontrolada
Y tu sonrisa... ya casi la puedo tocar cuando se forma cada vez que un hombre se abre paso a través de ti hasta llegar a lo más profundo de tu ser haciendo estallar tus sentidos de mujer
Tu cabello, parece tener vida propia con cada movimiento. Lo que podría ser solo un detalle, se convierte en algo hipnotizante. El simple acto de ver cómo cae sobre tus hombros, o cómo se desliza en el viento, me deja pensando en lo afortunado que seré cuando lo vea revuelto sobre la almohada que será mi pecho para ti, mientras duermes cansada y desnuda entre mis brazos después de haber sido mía durante toda la noche
Aunque más allá de todo eso, es la forma en que te mueves, cómo todo en ti, desde la manera en que caminas hasta el pequeño gesto de tu mano, tiene una elegancia natural. Como si el universo hubiera planeado cada una de tus curvas, haciéndolas perfectas.
Ya casi puedo ver tus pequeños pechos erectos ante mi sola presencia debido al placer que mi boca te provocará mientras tu boca gime mi nombre. me enloqueces
Tu Rey Desde Las Sombras”
Bill cerró la computadora desesperadamente mientras se ponía de pie con un salto para alejarse del escritorio, sin importarle si la tiraba en el trayecto. Su pecho subía y bajaba sin importarle el estruendo que acaba de causar ¿Que rayos era eso? ¡Alguien lo estaba acosando! Intentó regularizar su respiración antes de bloquear al remitente. Iba cerrar la computadora cuando llegó otro correo de otro correo desconocido
“No importa cuanta veces me bloquees, preciosa, soy tu dueño y pronto te lo demostraré con hechos. Ahora inventa una buena excusa para el ruido que acabas de hacer”
Se pasó las manos por la cabeza, justo antes que alguien lo agarrara desde atrás, sobresaltándolo más
- Amor — dijo Fleur con su ya tradicional acento francés
- ¡Fleur! — respondió Bill
- ¿Estás bien? — dijo la chica
- Si ¿Por qué...?
- No lo parece — dijo ella acercándose para acariciarle el cabello
- Solo... me dio otro ataque y no te quería despertar — dijo el pelirrojo
- Está bien — dijo abrazándose a él — vamos a la cama. Mañana arreglamos esto
Acostado en su cama con la mujer que había elegido entre los brazos, Bill no dejaba de pensar en ese último email. ¿Cómo sabían que había despertado a Fleur con un ruido fuerte?
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A mediados de marzo, Shell Cottage se encontraba envuelta en una atmósfera tranquila y melancólica. Las paredes de la casa, cubiertas de conchas que brillaban tenuemente bajo la luz grisácea del día, parecían un tributo eterno al mar cercano. El viento, todavía frío, pero con el toque prometedor de la primavera, soplaba con fuerza desde el océano, haciendo que las olas se estrellaran contra las rocas con un rugido constante. A lo lejos, las gaviotas planeaban sobre el agua, sus gritos entremezclándose con el sonido del mar.
Los jardines alrededor de la casa, que en verano florecían con colores vivos, estaban ahora despojados de su esplendor, aunque tímidos brotes verdes comenzaban a asomarse entre la tierra húmeda. Un rastro de narcisos amarillos había empezado a abrirse camino junto al sendero que llevaba a la puerta de entrada, como pequeñas promesas de que el invierno se estaba desvaneciendo.
Dentro de la casa, el ambiente era cálido y acogedor. Las vigas de madera oscura del techo crujían ligeramente con el viento, y el crepitar del fuego en la chimenea llenaba el espacio con un sonido reconfortante. La luz suave de las lámparas encantadas iluminaba las paredes, decoradas con recuerdos marinos y fotografías mágicas que se movían suavemente, como si también sintieran el sopor de la temporada.
En la mesa del comedor, un tazón de sopa humeaba, el aroma a hierbas frescas llenando el aire. Bill se encontraba junto a una ventana, con una taza de té entre las manos, mirando al horizonte. Fleur, envuelta en un chal de lana, leía junto al fuego, su cabello rubio brillando bajo la luz. Aunque el día era gris y el viento golpeaba con fuerza, la cabaña parecía estar en perfecta armonía con el entorno, como si siempre hubiese pertenecido a ese rincón salvaje y hermoso de Cornualles.
Bill entró sonriendo con un ramo y se acercó lentamente para besarle el cuello, ella sonrió mientras recibía las flores. Fleur preparaba un Coq au vin, que era pollo cocinado a fuego lento con vino tinto, champiñones, cebollas perladas y tocino. Cenaron entre risas y besos, hacia unas semanas Bill había vuelto a tener un ataque de insomnio por lo que había vuelto a tomar su medicina y eso los tenso a ambos. La cena era su celebración por estar más relajados nuevamente. Se sentaron en el sofá para disfrutar de una copa de vino planeando ese hijo que ambos empezaban a desear.
Fleur se fue a dormir cerca de las nueve de la noche, ya que últimamente estaba desvelando por acompañará Bill en sus noches de insomnio. Una hora después el celular de Bill sonó, era un SMS de un número oculto, lo abrió y leyó: “Si no quieres que Fleur sepa que eras mía, mi reina, te sugiero ir inmediatamente a la puerta de atrás”. Bill por instinto miró hacia el pasillo que conducía a su habitación. Con paso nervioso camino hacia la parte trasera, abrió la puerta y miró hacia todos lados. No había ni un alma cerca. Iba a cerrar la puerta cuando vio el sobre cerca de la entrada. Era rojo y despedía aroma a Jazmín. Lo tiró al basurero e iba entrar a su casa cuando un SMS le entro, nervioso lo abrió “ALZA LA CARTA Y LEELA EN TU BAÑO, O FLEUR SE ENTERARÁ DE NUESTRO SECRETITO EN ESTE MOMENTO”. miró al basurero, pero decidió ignorar la advertencia y entró a la casa justo cuando en su habitación sonaba el timbre de llamada del celular de la mujer. Presa del pánico corrió hacia el bote de basura y tomó el sobre guardándolo en su bolsillo casi al tiempo que el repiqueteo paraba. Respiro hondo preguntando quién estaba detrás de esa broma macabra. Ya había intentado rastrear el número, pero era incognito. Había hablado con un técnico, pero simplemente no había manera
Al entrar a su habitación vio a Fleur despierta, le dijo que solo había ido por agua y le pidió que se volviera a dormir metiéndose en la cama junto con ella . Sin embargo, en cuanto la mujer se volvió a dormir el vibrador de su celular le anunció que le había llegado un SMS. Lo abrió y leyó “AL BAÑO AHORA” se levantó nuevamente y fue hacia dicha habitación. En cuanto entró le llegó un nuevo SMS. Con mano temblorosa abrió la app y leyó “DESNUDATE PARA LEERLO”
Inevitablemente sus lágrimas empezaron a caer mientras mordía el puño cerrado para contener un grito de frustración. Cerró los ojos y luego de respirar hondo, comenzó a desnudarse. Se sentó sobre la tapa e iba abrir el sobre cuando el celular sonó nuevamente. Abrió el SMS y leyó “Deja que tu pequeño clítoris descanse sobre tus muslos cerrados mientras lees” ¿su...? ¡él no era una maldita mujer para tener clítoris! Su teléfono volvió a sonar y era otro SMS "tu clítoris sobre tus muslos” Se cubrió la boca para que sus sollozos no se escucharan. Cerró las piernas y acomodó su miembro sobre estas. Un nuevo SMS llegó y se obligó a sí mismo a leerlo. “tomate una foto y colócala como fondo de pantalla”
- ¿Que? — dijo desesperado en voz baja — ¡esto no me puede estar pasando a mí!
Un nuevo SMS llegó y lo abrió. “Cachorrita, obedece a tu amo. Tomate una foto y colócala como fondo de pantalla” “Y no olvides tu sonrisa de chica que disfruta de un hombre dentro de ella”
Ya no podía más. Quería morir. Cuando escuchó el vibrador del celular de Fleur su corazón se aceleró, tomó su celular y desesperadamente se tomó la foto antes de ponerla de fondo de pantalla mientras el celular de su novia dejaba de sonar. Un nuevo SMS llegó y al leerlo decía “¿ves lo hermosa que eres cuando obedeces, princesa? Dulce sueños. Pronto dormirás segura entre mis brazos. Lo prometo, junto con un beso negro”