Enfrentamiento Culminante
El aire dentro de la habitación era frío y pesado, como si las paredes susurraban secretos que habían sido enterrados durante demasiado tiempo.
Harry estaba allí, de pie frente a su madre. Era un momento que nunca imaginó enfrentar. La mirada de Severus era intensa, sus ojos oscuros perforando los de Harry, observándolo con una mezcla de angustia.
"Así que, puedo saber el porque de su presencia aquí, señor Potter", dijo Severus, su voz suave y aterradora a la vez.
Harry apretó los puños. Su mente estaba llena de confusión de los últimos días, las palabras de Sirius además de las traiciones que habían moldeado su vida.
"Quiero la verdad" respondió con un tono firme. "Quiero saber qué hizo Dumbledore y por qué me convirtió en un peón en su juego".
Severus dejó escapar una risa amarga, acercándose un paso más.
"La verdad dices?, Hadrian, Dumbledore siempre temió el poder que tú representabas. No solo porque eres mi hijo, sino porque eres el producto de algo que él nunca pudo controlar."
"¿Producto?" preguntó, con un tono más bajo pero cargado de rabia contenida. "¿Qué hizo con Tom? ¿Qué hizo contigo?"
Severus inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado, como si estuviera evaluando a Harry. Luego, comenzó a hablar.
"Dumbledore atacó la mansión y mató a tu padre porque temía lo que podría lograr con tu existencia. No fue una batalla justa, Hadrian. Fue un engaño, una emboscada. Yo no soy el monstruo que él te hizo creer... al menos no entonces "Su mirada se oscureció. "Pero no fue solo a mí a quien destruyó. También destruyó otra familia".
Harry sintió que un escalofrío recorría su columna.
"¿Otra familia?" preguntó, su voz temblando por primera vez.
Severus asintió. "Lucius es tu marido, te amaba, Hadrian. Después de que nacieron tus hijos, Dumbledore le hizo creer que esos niños eran de Narcissa. Cambió todo a su conveniencia para proteger su historia. El no podía permitir que alguien como tú, con tu sangre, con tu poder, teniendo una familia funcional."
Harry cerró los ojos mientras las palabras de Severus se clavaban en su mente. Recordó los momentos en los que había sentido un inexplicable vacío, una desconexión que no podía explicar. Ahora entendía por qué.
"No creo nada de lo que salga de tu boca. Tu...¿porque no me dijiste nada?. Solo me abandonaste"
En ese momento, el rostro de su madre se volvió más pálido de lo habitual, con una resolución ardiente en sus ojos.
"Harry, bebé" la voz de Severus era grave, casi temblorosa. "El viejo también sé desquitó conmigo cuando atacó nuestra casa. Me hizo olvidar que eras mi hijo para que yo permaneciera leal a él."
Harry se giró hacia Severus, su corazón latiendo con fuerza. "¿Qué?"
"Todo lo que sabes de tu vida fue fabricada por Dumbledore, tu padre....También murió Hadrian, el dolor en mi corazón fue más grande de lo que imaginas. Era el amor de mi vida" Severus apretó los puños mientras hablaba.
La rabia de Harry creció como una tormenta dentro de él. Su varita temblaba en su mano mientras miraba a su madre, sintiéndose traicionado por todo y todos.
"Me hizo olvidar todo : tu infancia, tus primeros pasos, tus risas. Todo porque temía que si todos recordabamos lo que significabas, jamás hubieramos permitido que te usara como una herramienta en su guerra".
"NO, TODO LO QUE DICES ES MENTIRA, SOLO QUIERES ENGAÑARME" gritó con su voz quebrada.
Severus lo miró con sus ojos llorosos "Hadrian...está bien cariño, si no crees en mis palabras, vé mi mente, descubre y porfavor, creéme." dijo mientra apuntaba su varita en su cabeza, un destello azul le dió vida a un hilo, este fue puesto en el pensadero.
Frente a él, el Pensadero brillaba con un resplandor plateado, aguardando revelar todo lo que fue escondido durante tanto tiempo. Severus estaba a su lado con los ojos fijos en el Pensadero.
"¿Listo?" dijo su madre, su voz baja y suave. "Lo que estás a punto de ver cambiará todo lo que creías saber y esta es la verdad, Hadrian. La única verdad".
Harry no respondió. Solo asintío y hundió su rostro en la superficie plateada.
Severus revisaba viejas pertenencias en el sótano de la mansión. Entre pergaminos olvidados y pociones, encontró un baúl sellado con un encantamiento que llevaba años sin ser tocado. Para su sorpresa, al abrirlo encontró un vial junto a una carta firmada con un nombre que apenas recordaba: Tom Riddle.
El mensaje era ambiguo, pero el nombre de Tom Riddle bastó para encender una chispa de curiosidad y Sospecha en Severus. Decidió investigar, aunque una parte de él temía lo que podría descubrir.
De repente todo cambió y el recuerdo comenzó en una mansión llena de luz y juguetes regados por todas partes. Harry sostenía un bebé en sus brazos, mientras otros dos niños de unos tres años, corrían entre las piernas de una figura familiar: Lucius.
Este con su cabello largo y rubio brillando bajo la luz del sol, se agachó para atraparlos, levantándolos en el aire con una sonrisa que irradiaba amor.
"Vengan aquí, pequeños monstruos" rió Lucius mientras estos gritaban de alegría corriendo fuera del agarre de su padre.
"¿Cuántas veces les he dicho que no corran cerca de las escaleras?"
Severus, sentado en un sillón cercano con un libro en las manos, sonrió débilmente.
"Si siguen siendo tan traviesos, terminarán explotando algo antes de que cumplan los cuatros años, su madre era igual" dijo cruzando sus piernas con elegancia y acariciando su estómago con su segundo hijo.
El corazón de Harry se apretó al ver esta escena. Nunca había experimentado ese tipo de amor, y ahora lo veía tan claramente como si estuviera sucediendo en ese momento.
El recuerdo cambió abruptamente. Harry se encontraba en un salón oscuro donde, su madre, discutía con Albus Dumbledore.
"¿Cuándo iba a decirme que tenías un hijo? ¿O dos, tal vez?" decía Albus con su voz fría pero peligrosa, su mirada fija en su estómago.
Severus, con su gran túnica negra y su habitual aire de sabiduría calculadora, respondió con calma.
"No había necesidad de hacerte saber eso, mi hijo no es un peligro para el mundo mágico, Albus. Tú lo sabes tan bien como yo. Hadrian no será un peón en tus juegos."
De repente, la discusión se tornó violenta. Dumbledore levantó su varita, y antes de que Severus pudiera reaccionar, un destello de luz verde llenó la habitación.
Harry gritó, pero el recuerdo seguía avanzando. Vio cómo el cuerpo de su madre caía al suelo, inmóvil, mientras Dumbledore se acercaba lentamente.
"Esto es por el bien mayor" susurró Dumbledore, aunque en su rostro no había rastro de remordimiento.
El recuerdo cambió de nuevo. Esta vez, Harry estaba en una habitación fría y oscura del Ministerio de Magia. Lucius estaba sentado en una silla, con los ojos llenos de confusión y dolor. Frente a él, Dumbledore movía su varita en círculos, susurrando un hechizo.
"Olvidarás tu vida, Lucius", dijo Dumbledore con firmeza. "Tus hijos hijo de Narcissa. Hadrian nunca existió en tu vida de ninguna manera".
Lucius intentó resistirse, pero el hechizo era demasiado poderoso. Sus ojos se cerraron, y cuando volvieron a abrirse, estaban vacíos, como si una parte de su alma hubiera sido arrancada.
El recuerdo se desvaneció y fue reemplazado por uno similar, esta vez con Severus. Dumbledore se inclinó hacia él, con la misma expresión fría.
"Te haré olvidar que es tu hijo. Necesito que permanezcas leal a mí, Severus. Es la única forma de ganar esta guerra". Agregó con una sonrisa burlona.
"Y esto" dijo apuntando hacia el bulto en su estómago. "Tiene que desaparecer".
Severus, más joven y vulnerable, trató de protestar, pero Dumbledore ya estaba realizando el hechizo.
El último recuerdo era el más doloroso.
Harry vio a los dos niños pequeños, corriendo por un jardín encantado. Los reconoció al instante: eran sus hijos.
Tom los observaba desde una ventana, con una gran sonrisa y otro bebé en una gran cuna a su lado. Severus regresó a su hogar, donde Tom lo esperaba con una sonrisa.
"Sev, amor" dijo, acercándose para abrazar a su pareja. Severus se quedó mirándolo fijamente sin moverse.
"¿Sev?, ¿Todo bien cariño?" Preguntó preocupado. Severus no respondió. En lugar de eso, lo apuntó con su varita, sin un rastro de alma y vida en su mirada.
"Sev, cariño. ¿Qué estás haciendo?" Dice con el ceño fruncido.
Y antes de que Tom pudiera reaccionar, Severus gritó.
"Avada Kedavra."
Así, Severus, cargaba con el recuerdo del hombre al que amaba y al que se vio obligado a destruir.
Poco después el recuerdo siguió con Dumbledore y Narcissa presentes en un rincón del jardín,observando con ojos calculadores los hijos de Harry corretear despreocupados sin saber lo que estaba pasando.
"Harry no debe saber de ellos hasta que sea necesario" dijo Dumbledore, dirigiéndose a Narcissa, entregándole al bebé. "Son parte de un plan mayor, pero por ahora, deben permanecer ocultos". Agrega con su tono habitual pesado.
De vuelta al presente, Harry se tambaleó al salir del Pensadero. Su cabeza daba vueltas mientras trataba de procesar lo que acababa de ver. El recuerdo de sus niños pequeños corriendo a su alrededor. La felicidad de sus padres juntos, su madre en el embarazo, Su marido peleando con sus hijos como un niño por su atención, la felicidad, la armonia, la paz.
"Lucius..." susurró Harry pensando, las palabras escapando de sus labios antes de que pudiera detenerlas.
"¿Qué hago ahora con todo esto?" preguntó con un grito que resonó en la habitación. "¿Qué hago con saber que mi vida fue robada?".
Severus dio un paso hacia él, su expresión más seria que nunca. "Vas a hacer lo que siempre has hecho, Hadrian: luchar. No por mí, no por tu padre, sino por ti mismo. Recupera a tus hijos, enfrenta a la luz y reclama lo que es tuyo."
Hadrian asintió, aunque había lágrimas en sus ojos.
"Pero no te preocupes, esta vez, no estarás solo hijo mío". Severus afirmó con determinación.
Harry respiró hondo, sintiendo el peso de su verdad, pero también del poder que había heredado. Por primera vez, no se sintió como una víctima. Ahora era un hombre con una misión: revelar las mentiras de Dumbledore, recuperar a su padre, a su familia. y forjar un futuro que nadie pudiera controlar más.