Draco Malfoy y los Dioses Mitológicos

Harry Potter - J. K. Rowling Percy Jackson and the Olympians - Rick Riordan
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Draco Malfoy y los Dioses Mitológicos
Summary
Draco estaba jodido en términos generales.Él no sabe el momento exacto en el cuál todo se fue a la mierda. Sólo recuerda que estaba con su Madre en Londres muggle -por favor, no le digan eso a su padre o lo matará, gracias- y apareció esa cosa con una apariencia grotesca con cuerpo delgado y alas de murciélago. Probablemente hubiera estado encantado como el fanboy que era de la Mitologia al ver a una criatura tan parecida a una furia si no fuera porque esa criatura lo estaba persiguiendo para matarlo, literalmente. No entiende porqué ningún muggle lo ayudaba -después de todo, nunca creyó en todos esos prejuicios que su padre pasaba dia y noche intentando que aprendiera- ¡y en definitiva no estaba siendo nada discreto al pedir ayuda!. Al menos que se considere que gritar a todo pulmón como una niña y empujar de todo para que esa cosa no lo encuentre sea muy discreto.Volviendo al caso del porqué estaba jodido, pues cuando intentaban escapar de esa cosa sin éxito, su madre le tiro un traslador, que tal parece estaba mal configurado, porque al final terminó cayendo desde 𝘮𝘶𝘺 alto. ¡Oh! Además puede que haya golpeado a una chica con una piedra antes de desmayarse rodeado de extraños en un campamento del cual no sabe
Note
...𝘼𝙣𝙙 𝙮𝙤𝙪 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙨𝙘𝙧𝙚𝙖𝙢, 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙢𝙚 '𝙠𝙞𝙙', 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙢𝙚 '𝙗𝙖𝙗𝙮'.𝙇𝙤𝙤𝙠 𝙖𝙩 𝙩𝙝𝙞𝙨 𝙜𝙤𝙙𝙛𝙤𝙧𝙨𝙖𝙠𝙚𝙣 𝙢𝙚𝙨𝙨 𝙩𝙝𝙖𝙩 𝙮𝙤𝙪 𝙢𝙖𝙙𝙚 𝙢𝙚...
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Papá mágico, una persecución y conversaciones nocturnas - Come In With The Rain

Esperar no era lo suyo. Desde que tenía memoria, había aprendido que si quería algo, debía conseguirlo rápido y sin rodeos. Pero allí estaba, sentado bajo la lluvia, esperando a que su padre llegara en su auto de lujo a rescatarlos como si fueran protagonistas de una telenovela dramática.

Jackson y Chase lo miraban con una mezcla de incredulidad y ligera envidia. Grover, por otro lado, parecía más relajado, como si la idea de tener un adulto responsable cerca lo tranquilizara un poco. No los culpaba, después de todo, él era el único con una carta de 'salida del caos' en ese juego de supervivencia mitológica.

"Así que… ¿eres un niño rico?" insistió Jackson, como si todavía estuviera procesando la información.

"¿Acaso no se me notaba?" respondió divertido.

Este frunció el ceño y lo escaneó de pies a cabeza. Su ropa estaba sucia, su cabello rubio probablemente hecho un desastre, y su katana descansaba a un lado, como si fuera lo más normal del mundo.

"No, en realidad no.'

"Bueno, normalmente llevo ropa más cara que todo tu guardarropa junto, aunque dadas las circunstancias, supongo que es comprensible que no lo hayas notado".

"Qué considerado de tu parte".

Él sonrió con autosuficiencia mientras que Chase rodaba los ojos.
"¿Y tu padre solo… va a venir así como así?" preguntó ella cruzándose de brazos.

"Chase, mi padre es Lucius Malfoy" eso tuvo que haberlo dicho todo ya. "Tiene más contactos que los dioses y más dinero del que sabría gastar en toda una vida. Para él, esto es solo una complicación menor".

"Sigo sin creer que simplemente llamaste a tu papá para que nos recogiera en plena misión" murmuró ella.

"Yo tampoco lo creería si no fuera yo mismo."

Grover rió suavemente mientras los demás sacudían la cabeza. Entonces, el sonido de un motor acercándose interrumpió su conversación.

No cualquier motor. No el traqueteo de un coche común y corriente. Era el ronroneo grave y elegante de un motor de gama alta, uno que hacía que la gente se girara en la calle solo para admirarlo. Y efectivamente, allí estaba.

Un auto negro, elegante, con detalles plateados y cristales oscuros que reflejaban la poca luz que la lluvia dejaba pasar se detuvo frente a ellos con un movimiento tan fluido que parecía flotar sobre la carretera. La puerta del conductor se abrió y de ella salió un hombre de porte impecable, traje negro sin una sola arruga, cabello rubio perfectamente peinado hacia atrás y una expresión de absoluta autoridad.

Su papi había llegado.

Chase y Jackson se quedaron en completo silencio, observando a su padre como si estuvieran viendo a un político importante bajarse de un helicóptero. En cambio Grover pareció relajarse aún más, lo que le sorprendió un poco.

"Hijo" su voz era firme, aunque había un leve matiz de preocupación en ella.

"Padre" saludo con una sonrisa.

Y por primera vez en mucho tiempo, se sentía aliviado.

Draco se puso de pie y se acerco a él. No hubo abrazos exagerados ni lágrimas dramáticas, pero él puso una mano en su hombro, apretando ligeramente, como para asegurarse de que realmente estaba allí.

"No estás en el campamento" afirmo en un tono más bajo.

"Larga historia."

"Una que me contarás en el camino".

Asintio y se giro hacia los demás. "Vamos, suban".

Jackson se quedó mirando el auto como si fuera un animal exótico. "¿Estamos seguros de que no nos va a comer?"

Lucius lo miró con indiferencia y luego a él.
"¿Este es el hijo de Poseidón?"

El chico frunció el ceño, Draco solo disfrutaba de la compañía de su padre. "Sí, y también tiene nombre".

"Lo sé. Simplemente no lo veo relevante."

Jackson abrió la boca para protestar, sin embargo Chase le dio un codazo antes d eque pudiera hacerlo. "No lo provoques. Solo súbete" este suspiró y entró en el auto con una expresión de ligera indignación.

Grover subió detrás de él, seguido de Annabeth, y finalmente Draco, sentándose al frente. "Espero que lleves el cinturón de seguridad" dijo mientras cerraba la puerta.

"No tienes que recordármelo".

El auto arrancó con suavidad, deslizándose por la carretera con una facilidad envidiable. "Así que…" empezó el mayor después de unos minutos de silencio ", ¿quieres explicarme por qué estás en una misión con ellos tres en lugar de estar en la seguridad del campamento junto a Neville y Michel?"

Fue su turno de suspirar apoyando la cabeza contra el respaldo del asiento.

"Como dije, es una larga historia" así que mejor comenzó a contarla. "Bueno, todo empezó cuando mi madre y tú decidieron que sería una gran idea enamorarse y casarse. Luego nací yo, lo que fue claramente una bendición para la humanidad, y después… bueno, después Zeus decidió que necesitaba añadirle un poco de drama innecesario a mi vida entonces..."

Lucius arqueó una ceja sin apartar la vista de la carretera. "Draco" hablo con su tono de advertencia que claramente decía que dejara de hablar idioteces y mejro fuers directo al grano.

"Está bien, está bien, ahora en serio".

Se acomodó mejor en el asiento y comenzó a relatarle lo sucedido desde que se había unido a esta misión improvisada con Chase, Jackson y Grover. Hablo del autobús en llamas, de los furias, de cómo casi se mueren un par de veces, de la gran idea de Jackson de pelear con un Minotauro a inicios del verano (que él, obviamente, terminó derrotando) y de cómo habían terminado esperando bajo la lluvia porque a alguien se le ocurrió que ir a un lugar llamado 'Casa de la tía Em' era buena idea.

Su padre escuchó en silencio, con esa expresión imperturbable suya, aunque de vez en cuando le lanzaba una mirada entre ceñuda y preocupada.
"Así que en lugar de quedarte en el campamento, decidiste unirte a una misión en la que podrías morir en cualquier momento" Bueno, esa era la versión simplificada.

"Técnicamente, no fue una decisión. Me arrastraron a esto en contra de mi voluntad".

"¿Y no intentaste evitarlo?" Él ama a su papá, pero aveces... ¿acaso no escucho que fue en contra de su voluntad?

Se encogió de hombros.
"¿Y dejar que estos tres se enfrenten al peligro sin mí? No soy un monstruo".

Lucius suspiró, claramente resignado. "Bueno, al menos veo que tienes sentido del deber".

Grover rió desde el asiento trasero. "Draco ha sido de gran ayuda. Sin él, probablemente estaríamos en peores problemas" por eso el sátiro era su favorito.

Su padre asintió lentamente como si no supiera si en verdad confiar y lo miró a través del espejo retrovisor con una leve expresión de aprobación. "Grover, ¿cierto?"

"Sí, señor."

"Un joven educado. Me agrada".

Draco parpadeó confundido. "Espera, ¿qué?"

"Digo, al menos uno de los compañeros de mi hijo sabe dirigirse a un adulto con respeto".

Jackson bufó.
"Oh, claro, porque yo debería arrodillarme y besarle la mano, ¿no?"

Lucius lo miró de reojo con una expresión tan fría que incluso el auto pareció bajar de temperatura. "No, claro que no. No sería apropiado que un hijo de Poseidón muestre tanto respeto".

El chico entrecerró los ojos. "¿Qué se supone que significa eso?"

"Nada en particular."

Chase intervino rápidamente antes de que Jackson dijera algo que los hiciera terminar caminando en la lluvia otra vez. "Señor Malfoy, a pesar de que me cueste horrores aceptarlo, su hijo es increíblemente talentoso. Es rápido, fuerte, y tiene una estrategia impresionante en batalla" ¿Draco escuchó bien? ¿Chase lo alagaba y no intentaba tirarle del cabello? ¿Acaso el poder del dinero y de un auto con una Casa con camas cómodas tenía tanto poder con las personas?

Su padre pareció considerar sus palabras por un momento antes de asentir con un leve indicio de orgullo. "Me agrada esta chica. Inteligente y con buen juicio".

Él l lanzo una mirada a Chase. "No le des cuerda, se va a emocionar".

Ella rodó los ojos, sin embargo Jackson parecía aún más ofendido. "Ah, sí, claro. A ellos dos les cae bien, pero a mí no. No sé por qué me sorprendo".

Lucius mantuvo su mirada en la carretera.
"No es personal. Simplemente no puedo evitar notar que donde tú vas, los problemas tienden a seguirte".

Este abrió la boca para protestar, aunque luego la cerró lentamente.
"Vale… eso es justo".,

Draco sonrio disfrutando un poco demasiado la situación. "Y bueno, padre, hay algo más que debo decirte" Él levantó una ceja, esperando. "Zeus es mi padre".

El auto frenó bruscamente. Jackson, Chase y Grover se agarraron de lo que pudieron para no salir volando hacia adelante.
"¿Qué?" Su papá exclamó girando su rostro hacia él con puro horror en los ojos.

"Sí, sí, lo sé. Es trágico. Mi vida es una completa telenovela".

Su padre apretó el volante como si estuviera considerando seriamente la posibilidad de estrellar el auto contra un árbol. "Hijo, ¿me estás diciendo que eres el hijo de Zeus".

"Ajá."

Respiró hondo y masajeó el puente de su nariz. "Entonces… ¿eso significa que mi... compañero de paternidad es… Zeus?" La idea no parecía gustarle mucho, pensándolo bien, ¿hay alguna persona a la que le gustaría?

"Técnicamente, sí" respondió arrugando la nariz ante tal pensamiento.

Su expresión se torció en algo entre incredulidad y absoluta desesperación.
"Esto es… inaceptable".

Draco se cruzó de brazos.
"Mira, lo entiendo, yo tampoco lo pedí. Aunque honestamente, si Zeus quiere meterse en mi vida, puede irse a la mismísima-" un trueno retumbó en el cielo "maldición" completo con una sonrisa forzada.

Su padre lo miró con advertencia. "Draco, cuida tu lenguaje".

"¿Qué? No dije nada malo."

"Estabas a punto de hacerlo" termino con una sonrisa.

Él bufó.
"Padre, Zeus puede irse bien a la mierda".

Otro trueno. "Draco" advirtió.

"Lo repito".

Un rayo cayó en la distancia. Lucius lo fulminó con la mirada, aunque había cariño en su expresión.
"Basta".

Suspiró. "De acuerdo, de acuerdo. Pero en serio, no me importa Zeus. No lo considero mi padre. Mi padre eres tú".

Su padre pareció sorprendido por sus palabras, sin embargo rápidamente se recompuso y volvió la vista al frente.
"Bien. Eso es lo único que importa".

Chase y Grover intercambiaron miradas, mientras que Jackson a pesar de su aparente rencor hacia Lucius, pareció entender que aquel momento era importante.

Y así, continuaron el viaje, mientras su padre intentaba procesar el hecho de que su hijo, el chico que había criado con tanto esmero, era ahora oficialmente hijo de su peor pesadilla.

(Eso le pasaba por antes querer que le gustará Zeus, karma lo llaman)

.

Finalmente llegaron a la mansión Malfoy en Estados Unidos, y cuando el enorme portón de hierro forjado se abrió lentamente, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Semanas en un campamento, durmiendo en una cama compartida o luego en una propia fria y algo incómoda por lo dura que era… Draco en serio necesitaba esto.

"Este lugar es…" Jackson comenzó mirando el camino pavimentado que llevaba a la entrada principal, bordeado de árboles perfectamente alineados.

"Magnífico, lo sé" le interrumpió con satisfacción. "Esto es lo que significa tener estándares, Jackson".

Su padre los llevó directamente hasta la entrada de la mansión, donde las enormes puertas dobles se abrieron para revelar un vestíbulo con techos altos, columnas de mármol y una lámpara de cristal tan grande que fácilmente podría haber sido un monstruo del Tártaro esperando a atacarlos. Eñ chico miró todo con una expresión de completo desconcierto, mientras que Chase evaluaba la arquitectura con un brillo de interés en los ojos. Grover simplemente parecía nervioso, como si en cualquier momento alguien fuera a cobrarle por respirar aire tan caro.

"¿Nunca habían visto algo así?" preguntó fingiendo sorpresa.

"No" respondió la chica sin rodeos. "¿De qué clase de dinero estamos hablando aquí?"

Él se giró dramáticamente y extendió los brazos.
"El tipo de dinero que se mide en generaciones, querida Chase".

Jackson puso los ojos en blanco, aunque no tuvo tiempo de responder porque su padre ya los estaba guiando por los pasillos. "He pedido que preparen habitaciones para cada uno de ustedes" informó Lucius, con su tono siempre refinado. "Son lo suficientemente amplias y cómodas, y espero que estén a la altura de lo que necesitan".

Por supuesto que lo estarían. Su padre no hacía nada a medias.

Cuando llegaron a la habitación de Draco, abrio la puerta con entusiasmo y se dejó caer sobre la cama con una sonrisa de puro placer. Sábanas suaves, un colchón que no parecía hecho de rocas, almohadas mullidas. Por fin.

"Esto es el paraíso, ¿puedo decirlo?" Se giró para ver a sus acompañantes… que seguían de pie en la puerta, intercambiando miradas. "¿Qué? ¿acaso no piensan dormir?" ¿Por qué seguían ahí parados y no disfrutan de camas cómodas?

Chase frunció el ceño.
"Es solo… esta casa es demasiado grande".

"¿Y qué? Hay habitaciones suficientes para cada uno".

"Sí, ese es el problema" intervino Grover mirando nervioso hacia el pasillo oscuro. "Está demasiado vacía".

Jackson asintió.
"Yo paso. Prefiero dormir en grupo, como en el campamento".

La cara de Draco en ese momento fue un completo poema.
¿Qué narices había dicho ese lunático?

"¿Me están diciendo que, después de quejarnos de dormir en el suelo, ahora prefieren eso en lugar de una cama decente?"

"No es eso…" la única chica del grupo se cruzó de brazos. 'Es que es raro. No conocemos la casa, y, sinceramente, tampoco confiamos en tu padre".

Bueno, eso era buen punto.

Termino por encogerse de hombros y mejro se acomodó mejor en la cama. "Hagan lo que quieran. Solo no me despierten a media noche diciendo que escucharon ruidos extraños" seguramente eran los elfos domésticos, aunque ellos no tenían porqué saberlo.

Lucius los observó en silencio antes de asentir. "Al menos aquí estarán seguros" a pesar de sonar convenido, ambos sabian que solo lo estarian si no se acercaban a las mazmorras.

"Sí, sí, papá. Y si un asesino intenta entrar, Jackson le lanzará agua, Chase le dará una conferencia sobre historia y Grover le gritará con voz de cabra. Todo bajo control" bromeó.

El primero bufó, la chica puso los ojos en blanco y el sátiro murmuró algo sobre cómo eso no era justo.

Su padre solo soltó un muy largo suspiro, pero no pudo evitar una ligera sonrisa antes de salir de la habitación. Draco se volvió hacia los demás, todavía acostado en su gloriosa cama.

"Ahora, si no les importa, yo sí voy a dormir como un rey".

Los tres lo miraron, claramente aún inseguros de la casa, aunque al final Jackson y Grover tomaron el sofá y Chase se acomodó en un rincón con un libro.

Tal vez era raro. Tal vez todavía no confiaban en su padre.

Pero al menos esta noche, no dormíamos en un campamento lleno de monstruos o encima d euna hojas mojadas en medio de un furibundo bosque debajo de la lluvia.

Y eso para Draco ya era una ganancia.

...

Se despertó con la sensación gloriosa de estar envuelto en sábanas suaves y un colchón que no tenía la dureza de una roca prehistórica. Por un momento, casi creyó que toda la experiencia del campamento y la misión había sido un mal sueño, sin embargo entonces al abrir los ojos y ver a Jackson roncando en el sofá, Chase dormida con un libro abierto sobre su cara y Grover medio caído de su sillón murmurando algo sobre comida la posibilidad se fue tan rápido como llegó. Así que sí, no fue un mal sueño.

Se estiro disfrutando del lujo de estar en una habitación con temperatura regulada y sin el riesgo de que algo con colmillos lo atacara en plena madrugada.
"Buenos días, plebeyos" canturreó poniéndose en pie.

Chase se despertó con un gruñido, Jackson murmuró algo ininteligible y Grover, bueno… él siguió durmiendo.

Después de una ducha rápida y revitalizante -bendita sea la existencia del agua caliente-, los cuatro bajaron al comedor, donde los esperaba un desayuno digno de reyes. Tocino crujiente, huevos esponjosos, frutas frescas, pan recién horneado… sentarse en la mesa se sentía como si estuviera en el Olimpo.

"Si esto es lo que comes todos los días, en serio que no entiendo cómo no eres más insoportable" dijo Jackson observando su plato con incredulidad.

"¿'Más'?" preguntó Draco fingiendo indignación mientras untaba mantequilla en su pan. "Jackson, me ofendes".

"Tienes razón, es imposible ser más insoportable de lo que ya eres" respondió este antes de morder un trozo de tocino.

"Por lo menos soy un insoportable con dinero" no como otros, completo en su cabeza.

Chase ignoró su conversación, más concentrada en la comida, y Grover finalmente se despertó lo suficiente como para devorar todo lo que tenía en su plato sin decir una palabra.

Después del desayuno, subio a su habitación a empacar. Aunque la mansión Malfoy era un oasis de comodidad en medio de este desastre de misión, sabía que no podía quedarse ahí para siempre. Así que, con un suspiro, tomo una mochila y empezó a llenarla con lo esencial:
- Ropa cómoda y lo suficientemente resistente para seguir viajando sin parecer un vagabundo.
-  Dinero en efectivo, porque es un hombre precavido.
- Comida, porque ni muerto volvería a depender únicamente de néctar y ambrosía.
- Su katana, porque no piensa quedarse indefenso contra cualquier monstruo de por ahí que decida que es el menú del día.

Y al final y lo más importante…

"Draco, ¿por qué tienes tantos auriculares?" preguntó Chase desde la puerta, observando la colección de audífonos que estaba metiendo en la mochila.

Draxo levanto una ceja como si la pregunta fuera la más tonta que hubiera escuchado en toda su vida. "Nunca se tienen suficientes auriculares, Chase. Nunca".

"Pero llevas como… cinco pares."

"Porque los otros murieron heroicamente en la explosión del autobús" respondío con dramatismo. "Que descansen en paz, los amaba tanto..."

Ella rodó los ojos, aunque no discutió más. Sabia decisión.

Cuando terminó de empacar, sacó la campera que Neville le había dado antes de irse. Aún estaba en perfectas condiciones, y no pudo evitar sonreír un poco al verla. Neville y Michel probablemente estaban metidos en algún desastre en este momento. Draco extrañaba a esos idiotas.

Se la puso asegurándose de que el olor de la lavandería no reemplazara completamente el toque de hogar que tenía, y se giró devuelta hacia los demás. "Bien, estoy listo. ¿Nos vamos antes de que mi padre intente adoptarlos a todos menos a Jackson?"

Grover asintió rápidamente. "Sí, por favor. Creo que en serio quiere que me quede."

"Probablemente porque eres el único con modales" comentó la chica.

Jackson cruzó los brazos. "O porque yo soy el único que no le cae bien".

"Bueno, eso también."

Sacudió la cabeza con una sonrisa y se dirigieron a la salida. Hora de volver a la misión. Y -con suerte- sin más explosiones.

.

El auto avanzaba por la carretera, con los neumáticos deslizándose suavemente sobre el asfalto, y por primera vez en semanas, Draco se sintió relativamente cómodo. Claro, aún estaba atrapado en esta misión infernal con Jackson y compañía, pero al menos lo hacía desde el interior de un vehículo lujoso, con aire acondicionado y asientos que no parecían hechos de piedra volcánica.

Lucius conducía con la elegancia de alguien que estaba acostumbrado a que el tráfico se apartara por él. Y si no lo hacían, bueno, siempre estaba la opción de usar un poco de magia discreta. Chase miraba por la ventana con una expresión de concentración intensa, probablemente pensando en estrategias o en cómo no estrangular a Jackson antes de llegar a su destino. Grover mordisqueaba una lata de refresco (sí, la lata, no el contenido) y Jackson… bueno, Jackson respiraba, lo cual era suficiente para molestar.

"Oye, Draco" hablo de repente, girándose hacia él desde el asiento trasero. "¿Estás seguro de que esta carretera es segura?"

Lo miró con aburrimiento.
"¿Me ves con cara de Google Maps?"

"Solo digo que llevamos un rato sin ver a nadie más."

Iba a responder con alguna réplica brillante, probablemente sobre cómo su paranoia le hacía ver monstruos en todas partes, sin embargo el destino decidió interrumpirlo de una manera espectacularmente violenta. Porque en ese preciso momento, algo enorme y cubierto de escamas verdes saltó desde los arbustos al costado de la carretera, aterrizando frente a ellos con la gracia de una roca gigante cayendo desde un acantilado.

"¡Mierda!" gritó Jackson.

Su padre reaccionó al instante, girando el volante con precisión para evitar un choque frontal. El auto derrapó de manera controlada y se detuvo al costado del camino. Entonces lo vimos bien.

Una Dracanae.

Mitad mujer, mitad serpiente, con escamas relucientes, garras afiladas y una sonrisa que prometía que su día estaba a punto de volverse mucho más complicado.

"Ah, fantástico" murmuro él abriendo la puerta y bajando con calma, como si enfrentar a un monstruo asesino en medio de la carretera fuera lo más normal del mundo. "No podía simplemente ser un mapache rabioso, ¿verdad?"

La Dracanae siseó, mostrando colmillos venenosos que goteaban un líquido verde brillante.
"Mi maestro desea tu cabeza, hijo de Poseidón, y esta especialmente interesado en tí, hijo de Zeus" hablo con una voz rasposa. "Y con gusto se los entregaré".

"¿Maestro?" Repitió Chase alzando una ceja.

La respuesta no le importaba tanto como el hecho de que alguien estaba enviando monstruos tras ellos. Y la única persona con el suficiente rencor y conexiones para hacerlo era…

Luke.

(Obviamente Draco no sabía eso en este momento, aunque si hubiera tenido una pizarra con todas las opciones, su nombre estaría rodeado con un círculo rojo y signos de exclamación)

"Genial, otro acosador obsesionado" dijo sacando la katana.

Jackson desenfundó a Contracorriente, Chase agarró su daga y Grover se preparó con sus zancos de combate.
La Dracanae no les dejó mucho tiempo para planear. Se lanzó hacia él con la velocidad de una serpiente atacando a su presa.

Draco esquivo hacia un lado, sintiendo cómo sus garras pasaban a centímetros de su cara. Antes de que pudiera reaccionar, Lucius movió discretamente una mano, y de repente el monstruo se tambaleó, como si una ráfaga invisible la hubiera empujado.

Ah. Magia.

No es que le sorprendiera. Si padre jamás permitiría que un monstruo pusiera sus sucias garras sobre un Malfoy si podía evitarlo. Sin embargo lo hacía de una manera sutil, apenas perceptible, para que los demás no notaran nada raro. Draco se lanzó de vuelta a la carga con la katana, cortando hacia su costado, pero la Dracanae se movió con rapidez, bloqueando con su garra y empujándolo hacia atrás.

"¿Vas a pelear de verdad o solo estás calentando?" se burló Chase atacando por un costado.

Jackson aprovechó el momento y saltó, cortando hacia su pecho, aunque la Dracanae se enroscó sobre sí misma evitando el golpe. Lucius volvió a mover los dedos imperceptiblemente, y en ese instante, la Dracanae pareció tropezar con la nada.

Era todo lo que necesitaban.

Se giró usando la fuerza del giro para impulsarse y clavarle la katana justo en la unión entre su cuello y su hombro. La Dracanae soltó un chillido agudo antes de convertirse en polvo dorado.

Y ahí, entre la nube de cenizas mágicas, algo cayó al suelo con un sonido metálico.

Se agacho y lo tomo al ver que era un brazalete de oro. No era cualquier brazalete. Tenía un grabado con un símbolo antiguo. Un emblema que reconocio de inmediato porque lo había visto antes en el campamento y libros.

El símbolo del ejército de Cronos.

Draco se quedó en silencio, sintiendo el peso del objeto en su mano.
"¿Qué es eso?" preguntó Jackson acercándose.

Cerro el puño alrededor del brazalete antes de que pudiera verlo bien. "Nada" mintio guardándolo en su chaqueta.

No sabía por qué lo había hecho. Solo tenía un mal presentimiento. Algo que le decía que esto no era solo un ataque al azar..Y si su instinto estaba en lo cierto… esto apenas era el comienzo.

.

"Que se joda Zeus."

Si voz sonó firme, inamovible y completamente desafiante. Podría haber sido un momento dramático si no fuera porque Quirón suspiró tan fuerte al otro lado de la línea de Mensajería Iris que casi lo sentía en estéreo.

"Draco…"

"No" se cruzó de brazos, sin intención de ceder. Sentía el peso de la mirada de su padre a un lado y la de Chase al otro. Grover parecía incómodo, y Jackson bueno… este estaba con los labios apretados, como si tampoco le hiciera gracia la situación. "Primero me obligan a venir a esta estúpida misión en contra d emi voluntad y ahora ¿también quieren decirme qué hacer con mi padre?"

"No es cuestión de lo que queremos" respondió Quirón, y por primera vez en mucho tiempo sonó genuinamente cansado. "Zeus fue claro: no quiere mortales involucrados".

"Ja, sí, porque tenernos a nosotros cuatro solos en medio de la nada sin supervisión adulta es una idea brillante".

Chase, que hasta el momento no había dicho nada, suspiró. "Draco… ¿seguro que no es lo mejor?"

"No, no lo es."

Estaba enojado, molesto, frustrado, harto. Lucius no era cualquier persona. Era su padre. No solo un mago arrogante con dinero y sentido del estilo, sino el único que había estado ahí para él toda su vida, el mismo que habia dejado atras sus creencias para aceptarlo, el mismo que acepto ir a otro continente por el. Y ahora, después de apenas unas horas juntos, tenía que volver despedirse de él como si fuera un extra en la historia de alguien más. Como si no importara.

Sin embargo él no dijo nada. Solo lo miraba con ese semblante severo suyo, la misma expresión que ponía cuando tenía que decirle algo importante y no quería mostrar emoción.

Jackson pateó una piedra con el pie, Grover miró el suelo. "No podemos hacer enojar a Zeus" murmuró la chica.

"Me importa una mierda Zeus" respondío de inmediato. "Él no es quien está aquí conmigo" su padre sí.

Y ahí estaba ese mismo hombre parado a su lado, sin decir una sola palabra. Hubo silencio. El tipo de silencio incómodo que deja un peso en el aire, como si todos estuvieran esperando que alguien lo rompiera.

Al final, fue su padre quien lo hizo. "Draco" No un regaño, no un mandato. Solo su nombre. Respiro hondo, mierda. "Sabes que esto es lo más lógico" hablo con calma.

"¿Para quién?"

"Para ti."

Lo miró, y en verdad a pesar d eso querer hacerlo, Draco entendió.

Lucius no quería irse.
Pero tenía que hacerlo.

No solo porque Zeus era un viejo gruñón con tendencias dictatoriales, sino porque… él también estaba en peligro.

Él era un semidiós. Tenía las herramientas para pelear, podía resistir. Lucius… Lucius era un mago, sí, aunque su vida estaba en otra guerra. Y lo estaba poniendo en el medio de un conflicto que no le correspondía.

No podía hacerle eso.

Asi que tragó saliva, se giró hacia él.

"Volveré a verte."

No fue una pregunta.

Su padre asintió. "Por supuesto" no había emoción en su rostro, sin embargo Draco lo conocía lo suficiente como para notar la leve tensión en su mandíbula. Respiró hondo, dio un paso adelante y con la rapidez de un rayo, lo abrazó ..Por un momento, él no se movió. Luego, con una suavidad que nadie creería de un Malfoy, sintió su mano en la espalda. "Cuídate, hijo".

Él soltó una risa seca. "Tú también, padre".

Al separarse, Lucius se giró hacia Chase, quien lo miró con algo parecido al respeto.

"Señor Malfoy."

"Señorita Chase".

Un intercambio breve, pero suficiente. Ella le tuvo aprecio, aunque nunca lo admitiría en voz alta. Luego Grover, que, a pesar de que lo consideraba ligeramente aterrador, también parecía genuinamente apenado de verlo partir.

Y Jackson... él no dijo nada.

Solo se cruzó de brazos, con la mandíbula apretada y los ojos en otra dirección. Lucius le dirigió una última mirada, algo casi divertido en su expresión, antes de girarse hacia su auto y subirse sin más palabras.

El motor rugió, 3l auto se alejó. Y solo entonces, cuando ya no era más que un punto en la carretera, habló:
"Bueno, ahí va la única persona responsable en toda esta misión".

Chase suspiró. "Genial. Estamos solos en medio de la nada".

"Y sin supervisión adulta" recordó, porque él era el encargado de subir la motivación del grupo.

Grover se quejó a la par que el otro chico se pasó una mano por la cara.

Draco sonrió sin humor. "Perfecto".

...

Caminar nunca había sido algo que le molestara, sin embargo después de haber tenido el lujo de viajar en un auto con aire acondicionado, asientos de cuero y cero posibilidades de ser atacado por monstruos, esto se sentía como un castigo divino. Y conociendo a Zeus, probablemente lo era.

El día anterior se habían despedido de su padre, lo que todavía lo tenía de un humor de perros. Que sí, que era lo mejor para la misión, que Zeus no quería adultos metiéndose en nuestros asuntos, que bla, bla, bla. Pero, honestamente, si ese viejo gruñón esperaba que le agradeciera por separarlo de la única persona adulta que se preocupaba por él viva, podía irse bien a la mierda.

Claro que no lo dijo en voz alta. Había tormentas suficientes en todo el país como para arriesgarse a que un rayo lo partiera en dos.

"Entonces… ¿ahora qué?" preguntó más por romper el silencio incómodo que por interés real.

Grover, que había estado caminando con la mirada en el suelo como si estuviera rezando a algún dios antiguo (cosa que probablemente hacía), levantó la cabeza de golpe, como si hubiera estado esperando la pregunta toda su vida.
"Ahora seguimos caminando hasta que encontremos un transporte" explicó Chase como si fuera obvio.

"¿Y si no encontramos transporte?"

"Seguimos caminando".

"Ah, fantástico" murmuró.

"¿Siempre te quejas tanto?'"

Draco le lanzl una mirada a la chica, quien se la devolvió con una sonrisa divertida. Algo en su expresión lo hizo darse cuenta de que, por primera vez, no estaba intentando menospreciarlo de forma abierta. Eso era un progreso.

"Siempre. Es parte de mi encanto".

Jackson resopló una risa y Grover -probablemente para evitar que empezáramos a discutir de nuevo- decidió intervenir. "Hey, ya que estamos caminando sin rumbo fijo, podríamos hablar de algo importante".

"¿Cómo qué?" preguntó Jackson.

"Como… Pan".

"¿El pan de qué?" preguntó Draco más interesado en la comida que en la conversación. "¿Pan de amburguesa, de Corassaint, de bollos...?" Suspiro con anhelo.

Grover puso cara de tragedia. "No, Pan, el dios de la naturaleza" Oh, ese no sonaba tan apetecible como el pan dulce.

"Oh… ¿y qué con él?"

"Está desaparecido" lol, que mal.

Chase asintió. "Los sátiros creen que Pan sigue vivo en algún lugar del mundo y que, cuando lo encuentren, la naturaleza volverá a florecer como antes".

"Suena optimista" dijo sin mucho interés, ya que claramente él era una persona muy optimista también.

Grover lo fulminó con la mirada. "Es más que optimismo. Es nuestra misión de vida. Yo… yo quiero encontrarlo".

Hubo un momento de silencio. "Vaya… eso suena…" Jackson buscó la palabra correcta.

"Ambicioso" completo por él.

"Si, gracias".

Esta vez Grover sonrió con orgullo y aunque normalmente Draco se burlaría de alguien tan iluso, algo en su convicción lo hizo callarme. Porque, bueno, no era tan diferente de lo que él hacía todos los días: creer en lo imposible.

Después de todo, él era un semidiós, hijo de Zeus y tenía consigo un maldito imán para los problemas (Jackson). Nada era realmente imposible.

"Bueno, mucha suerte con eso" hablo finalmente palmeándole la espalda.

"Gracias, Draco" respondió este con una sonrisa agradecida.

Los cuatro se quedaron en silencio un rato, cada uno perdido en sus pensamientos.

Draco personalmente solo pensaba en comida.
"¿Cuándo comemos?'

"¿Eso es todo lo que sacaste de la conversación?" Bueno, si están hablando literalmente de un Dios que se llama Pan, por obvias razones pensara en comida.

"Más o menos."

Chase rodó los ojos, y sin embargo para su gran sorpresa, sonrió.

Quizás, después de todo, no se odiaban tanto.

.

Caminar por la ciudad con auriculares puestos es una experiencia cinematográfica. Si pones la canción correcta, te sientes como el protagonista de un videoclip épico. En el caso de Draco, obviamente, era un temazo, porque si su vida ya era un caos, al menos que tuviera buen soundtrack.

Ahora mismo estaba con Chase, Grover y Jackson, en plena misión de 'no morir' cuando el desastre decidió visitarlos. Todo estaba relativamente tranquilo (o lo más tranquilo que puede ser cuando eres un semidiós en problemas), así que aprovecho para ponerse los auriculares y darle un poco de alegría a su sufrida existencia. Lover de Taylor Swift empezó a sonar, porque sí, él es alguien multifacético. Puede ser rudo y sarcástico mientras escucho música romántica, gracias.

Y entonces, pasó.

Un tirón en la espalda, ligero, rápido. Como un susurro del destino diciéndole 'te jodiste, niño' antes de darle la peor noticia del día.

Su mochila ya no estaba.

Parpadeó. Proceso. Volvio a parpadear.
¿Se la habían… robado?
Parpadeó otra vez. Ya que su cerebro decidió tomarse unas vacaciones en ese momento.

Chase fue la primera en reaccionar. "Draco… tu mochila".

Grover señaló al ladrón, que ya iba corriendo como si su vida dependiera de ello. "¡Ahí va!'

Jackson con la sutileza que lo caracteriza, solo dijo: "¿Draco?"

Y fue en ese instante, con Taylor Swift sonando en sus oídos, que su alma regresó a su cuerpo y salió disparado tras el maldito ladrón.

Su mochila.
Su mochila.
Su mochila.

La sangre le hervía, y su corazón latía con una fuerza grave. Y lo único en lo que podia pensar era en alcanzar a ese ladrón y recuperar lo que es suyo. Su cerebro ya no está razonando, su cuerpo se movía por instinto, sus pies golpeaban el pavimento con fuerza mientras aceleraba esquivando gente, saltando obstáculos, con la canción de amor todavía sonando en sus auriculares como si esto fuera un videoclip de videoclip de amor cuando está persiguiendo al ladrón de su mochila (en serio mundo, ¿no había una canción mejor y más épica de su playlist para un momento como ese?).

El ladrón era rápido, demasiado rápido. No es un simple ratero callejero; este tipo sabía correr. Sin embargo Draco también. Esquivo una bicicleta y se impulso sobre un carrito de frutas y cayo con la agilidad de un atleta olímpico. "No me vas a ganar, maldito" pensaba mientra solo perseguía.

El chico giró en una esquina cerrada, creyendo que lo perderá. Mala idea. Draco salto sobre una baranda y cayó justo detrás de él. El ladrón suelta una maldición y mete aún más velocidad, él igual. Ambos están corriendo a toda velocidad, pasando entre autos, peatones y vendedores ambulantes. El ladrón se desliza debajo de un camión estacionado; él lo persigue sin dudarlo.

En un momento, Draco llega a ver su cara. Es un chico de mi edad, tal vez algo menor, con piel oscura, pelo corto, mirada determinada. No parece un delincuente común, aunqur en ese momento, le importa un carajo quién es.
"¡Devuélveme mi mochila!" Grito, esquivando a un tipo que vende globos.

"¡Consiguete otra!" Le responde como si fuera así de fácil.

"¡Esa no es solo una mochila, es mi vida!" Le reclama.

Giro una esquina y lo alcanza lo suficiente como para casi tocar su brazo… pero en el último segundo, el muy maldito salta sobre una cerca y cae al otro lado con una agilidad impresionante. Él llegó un segundo después y se lanzo sobre la cerca también, sin embargo cuando cae al otro lado… el ladrón ya no estaba.

Como si la tierra se lo hubiera tragado.

Se quedo jadeando, con las manos en las rodillas, sintiendo que el universo lo odia.

Jackson, Chase y Grover llegan corriendo detrás de él.
"¿Lo atrapaste?" pregunta la... Annabeth (ya la llamaría así, le caía mejor y no esta de hunro como para pensar en su apellido).

"¿Tengo cara de haberlo atrapado?" le respondió con ganas de tirar algo.

Grover observa la calle vacía. "Wow… el tipo era bueno".

Jackson frunce el ceño.
"¿Quién roba mochilas y desaparece así de rápido?" Eso si que era una buena pregunta.

(Y en el futuro, cuando descubra que el chico fue Carter Kane, Draco va a querer matarlo)

.

Estaba ahí, con las manos en las rodillas, tratando de no gritar de pura frustración. Lo habían asaltado, había perdido su katana, además de que el ladrón habia desaparecido como si fuera el mismísimo Batman.
Si la vida tuviera un botón de reinicio, Draco lo apretaría sin dudarlo.

"Vamos, Draco" le animo Annabeth dándole una palmadita en la espalda, como si eso fuera a devolverle su dignidad. "Encontraremos otra forma de conseguir dinero"?

Él se enderezo de golpe y la miro con la peor cara de '¿en serio, Annabeth?' que puedo poner."¿Otra forma?" repitió como si no hubiera entendido bien. "Annabeth, mi katana estaba en esa mochila, mi katana. ¿Cómo se supone que voy a pelear sin ella? ¿A puro grito de cabra? ¿O con latas como si fuera Grover? Sin ofender" aclaro lo último al sátiro, que no pareció ofendido.

Ella suspira, como si él estuviera exagerando. "Sí, Draco, y también tu ropa, pero no podemos hacer nada ahora".

Antes de que pudiera responderle con un discurso dramático sobre cómo esto era una tragedia de proporciones olímpicas y que sin su katana se sentía desnudo, unos pasos apresurados se acercan desde la entrada del callejón.

"Alto ahí, muchachos"

Oh, no.

Draco miro hacia la entrada y vio a dos policías, que se miraron entre ellos con esa expresión que tienen los adultos cuando no saben si uno es un niño inocente o un criminal en potencia. "Acabamos de recibir una denuncia" dice uno de ellos, con voz de 'yo solo hago mi trabajo', pero con mirada de 'los tengo fichados'. "Un chico reportó que le robaron".

Su cerebro hace cortocircuito. "… ¿Qué?"

Jackson también frunció el ceño, tan confundido como él. "¿Quién dijo eso?"

Y entonces, como si el destino tuviera ganas de darle otra patada en el culo, ahí estaba él. El maldito ladrón se paró al lado de los policías, con cara de niño bueno y ojos de cachorrito. "¡Fue él!" Grito señalándolo con el dedo, con una actuación digna de un Óscar. "Me quitó mi mochila y salió corriendo, suerte que pude recuperarla" y luego señaló la mochila que le había robado.

Su mandíbula se desencajo. "¿Perrrdón?" Con mucha R, para remarcar su indignación.

El policía lo mira fijamente, esperando una explicación.
"¿Tienes algo que decir en tu defensa?"

Oh, por supuesto que tenía mucho que decir.
"Primero que nada, ¿qué clase de mente enferma inventa algo así? Segundo, lo que sea que tenga este niño con él, seguro es tan barato que es imposible que yo lo haya robado".

Annabeth le dio un codazo. "Draco, por amor a los Dioses, solo cállate".

El ladrón se cruza de brazos con una expresión ofendida, como si realmente creyera en su mentira. "Oficial, de verdad… tenía cosas importantes ahí que pude haber perdido".

Oh, lo que Draco daría por que lo dejaran pelear con este tipo. Intento respirar hondo y recuperar la calma.
"Miren, oficiales, él es el ladrón. Él me robó a mí, no al revés".

Los policías se miraron otra vez entre ellos, dudando. Por un momento, casi tenía la esperanza de que esto se resuelva civilizadamente y que su fe en la justicia sea restaurada. Sin embargo entonces, el otro oficial entrecierra los ojos, los observa con más atención y suelta la bomba.

"Oigan… ¿no son ustedes los chicos del autobús que explotó el otro día?"

Mierda.

Grover, que hasta ahora estaba tratando de parecer invisible, comenzó a balbucear. "¿A-autobús? ¿Nosotros? No sé de qué habla, señor, somos turistas, solo estábamos viendo la ciudad, admirando la arquitectura…"

"¡CORRAN!" gritó en cambio Annabeth.

Y ahí iban otra vez.
Corriendo como locos por la ciudad.
Porque claramente no habían tenido suficiente adrenalina hoy.

"Mi padre se va y me asaltan, me acusan de ladrón y ahora vuelvo a ser un fugitivo" grito mientras esquivan gente. "¡Gracias Zeus, tú sí que haces de mí vida más fácil!"

Jackson jadeo a su lado, mirando hacia atrás para ver si los siguen. "¿Por qué siempre terminamos huyendo de la ley?"

"No lo sé, quizás porque el mundo nos odia".

Grover tropieza y casi se cae, pero él lo jalo del brazo antes de que se estrelle contra el suelo. "¿Alguien más cree que deberíamos recuperar la mochila?" pregunta Annabeth, con tono de 'si no lo han pensado, son unos idiotas'.

"¡Obviamente!" Respondió indignado.

Jackson asiente.
"Entonces, giramos en la siguiente calle, lo emboscamos y le quitamos la mochila".

Y así lo hicieron. Se escondieron en un callejón estrecho, esperando. Y cuando el ladrón pasa corriendo, se lanzo sobre él como un jugador de rugby.

Ambos cayeron al suelo. Él patalea, aunque ni aún asi no lo soltó.
"¡Dame eso, maldito!" gruño Draco jalando la mochila con toda si fuerza.

Él le patea el estómago y casi logra escaparse, sin embargo Annabeth y Jackson lo rodean.
"Se acabó" dice la chica.

El chico los mira como si estuviera considerando seguir peleando, aunque sabe que perdió. Así que, con una expresión de resignación, suelta la mochila.
"Tengan, pero esto no es personal. Solo necesito sobrevivir".

Se las deja en las manos y se esfuma antes de que puedan hacer algo más. Los otros tres parecen preocupados pro el niño, Draco en cambio abrazo la mochila con más emoción de la que jamás mostrará por una persona.

Su katana estaba dentro.

"Nunca más te dejaré sola, bebé" susrra abrazandola.

Jackson le dio una mirada rara de indignaciónm "¿Le estás hablando a tu katana mejor que a nosotros?"

Draco decidió que ignorarlo era lo mejor que podia hacer.

Grover mira hacia la calle. "Los policías todavía nos están buscando".

"Genial. Ahora solo somos fugitivos armados" aunque antes también lo eran.

Annabeth suspira.
"Démonos prisa antes de que alguien más nos acuse de un crimen que no cometimos".

Y así, con su mochila recuperada, su dignidad destruida y su historial delictivo ahora en aumento, se largaron de ahí.

.

Después de la hermosa experiencia de ser asaltado y acusado falsamente de robo, si día ya no podía ir peor. O eso pensaba, ingenuo de él. Todavía estában moviéndose entre callejones para despistar a la policía cuando ocurrió.

"Oigan… ¿es mi imaginación o ese perro nos está siguiendo?" preguntó Jackson mirando por encima del hombro.

Él frunció el ceño y giro la cabeza, solo para encontrarse con la criatura más espantosa de este mundo.

Un caniche.

Pequeño, con un moño ridículo en la cabeza, esos rizos perfectos que parecen hechos con una plancha de cabello profesional y una expresión de 'tengo más dinero que tú'.

Se estremeció. "Oh, por todos los dioses, no".

Annabeth le lanzó una mirada extrañada. "¿Qué? ¿Le tienes miedo a los caniches?"

"¡No, los odio!" respondió de inmediato, apartándose como si ese bicho fuera una plaga. "Se parecen demasiado a mí".

Jackson y Annabeth parpadean al mismo tiempo, procesando su comentario.
"¿Tienes un trauma del que deberíamos saber?" pregunta el chico.

"¡No es un trauma! Es…" hizo un gesto frustrado. "¡Mírenlo! Es pretencioso, tiene mejor cabello que yo y seguro que su dueña lo carga en un bolso de diseñador. No confío en perros así".

El caniche los mira fijamente y ladra.

Grover a comparación de él está fascinado.
"¡Espera! ¡Está diciendo algo!'

Todos lo miraron. "Grover, es un perro. Está ladrando".

"No, no, no. ¡Está hablándome!" Él sátiro se acerca, mientras el perro da un saltito y vuelve a ladrar. Su querido sátiro amigo se emociona más. "¡Nos está guiando a un tren! ¡Dice que es nuestra mejor opción para salir de aquí!"

Silencio.

Annabeth, Jackson y Draco se miran como si Grover hubiera perdido la cabeza.
"Ajá…" murmura la chica.

"Genial. Ahora seguimos consejos de un caniche" dice el otro cruzándose de brazos.

Él solamente sigue indignado.
"No puede ser que tengamos un guía divino y sea un maldito perro con moños".

El caniche los mira de nuevo con esos ojitos de superioridad y vuelve a ladrar, esta vez con más urgencia. Grover asiente como si entendiera perfectamente. "Dice que la policía está cerca y que si queremos salvarnos, hay que seguirlo".

"Claro, porque confiar en extraños ha salido de maravilla hasta ahora" mascullo.

Pero entonces, se escuchan sirenas a lo lejos. Mierda.
Annabeth, con su lógica fría y sin paciencia para sus tonterías, toma la decisión. "Vamos. No tenemos otra opción".

Y ahí van, corriendo tras un caniche como si fueran unos idiotas -cosa que si son-

A Draco le duele el orgullo.
Le duele el alma.
Pero más le duele aceptar que ese perro probablemente sepa más de supervivencia que él.

...

No sabía en qué momento se durmió.

Estában haciendo turnos para vigilar, sin embargo después de casi ser devorado por una Quimera, perseguido por Furias y lanzado desde el Arco Gateway, se había quedado sin energía. Afortunadamente, el bosque no los había atacado en esta ocasión, y con ayuds de ese caniche del mal llegaron a un tren, así que debía agradecer los pequeños favores de los dioses.

Cuando abrió los ojos, el tren seguía su camino, iluminado por la luz mortecina de los postes en la carretera. Annabeth y Grover dormían a un lado, y frente a él, Jackson lo observaba.

Frunció el ceño. "¿Cuánto tiempo llevas mirándome?"

El chico desvió la mirada incómodo, y se rascó la nuca. "No mucho… Bueno, sí, un rato. Pero no de forma rara, solo... estaba esperando que despertaras".

"Eso lo hace sonar más raro".

Se rió entre dientes y, por primera vez desde que se conocieron en persona, su risa no lo irritó. Aún.

Suspiró y se acomodó en su asiento. "Quería hablar contigo a solas. No tuve oportunidad antes, y aunque lo intenté... bueno, nunca encontré la forma de hacerlo sin que me mandaras al diablo"

Draco levantó una ceja. "Curioso. Lo mismo podría decir de ti."

Él sonrió de lado, como si le hiciera gracia su comentario, sin embargo luego su expresión se tornó más seria. "¿Tú... tuviste sueños conmigo?"

Por un segundo, no supo a qué se refería. Entonces recordó. Los fugaces sueños con ese mismo chico en el Mar, el misterioso con lindos ojos... obviamente no iba a decirle eso.

"Sí".

Sus ojos se iluminaron un poco. "¿Y… cómo era yo para tí en ellos?"

A Draco le tomó su tiempo en responder, dejando que el silencio se extendiera lo suficiente para hacerle dudar. Luego, se encogí de hombros. "Me caías mejor en los sueños" ¿Qué querían que dijera?

El brillo en los ojos del chico se apagó un poco, aunque no se ofendió. En su lugar, se mordió el labio, pensativo, y después dijo la cosa más ridículamente tonta que había escuchado en su vida:

"Ojalá pudiera ser el chico de tus sueños en la realidad. Yo prefiero al Draco de ahora, él que eres" ¿eh? Jackson no pareció darse cuenta del impacto de sus palabras, porque siguió hablando como si no acabara de soltar una frase que podría estar en la carta de amor de cualquier novela barata. "En serio. A veces me gustaría ser alguien diferente, alguien más fuerte, más listo, más…"

"¿Más como Annabeth?"

Se quedó callado un momento y negó. "No, más como tú."

Parpadeó confundido. "¿Como yo?" Ni Draco quería ser él mismo.

Este asintió con seriedad, y algo en su pecho se retorció. "Todos quieren ser como tú, ¿sabes?" empezó a decir, mirándome con una honestidad que lo puso incómodo. "Annabeth, porque eres inteligente y Luke te quiere, él te escucha cuando a ella no" el no supo qué responder a eso, sin embargo antes de que pudiera decir algo, él continuó: "Grover, porque eres más valiente de lo que crees. Clarisse, porque eres increíblemente bueno con la katana y nadie lo esperaba, creo que hasta te tiene un poco de respeto. Silena… bueno, es obvio, eres demasiado atractivo para no ser de la cabaña de Afrodita y encima no eres un imbécil como algunos de sus hermanos"  apretó los labios, sin saber qué hacer con toda esa información. "Y Luke…" bajó un poco la voz. "Él… bueno, él te envidia porque tu papá te quiere, no Zeus, más bien Lucius, porque tienes a alguien" el estómago se le hundió. Jackson tragó saliva, como si temiera que se había pasado con eso último, pero en vez de detenerse, siguió adelante. "Incluso yo… a veces tengo celos de ti".

Lo miré con escepticismo. "Eso es absurdo" Draco aveces quería ser más como Jackson.

"¿Lo es?" inclinó la cabeza, evaluándolo. "Tienes a un padre que te busca desde el medio de la nada porque se lo pediste, amigos que arriesgarían lo que fuera por ti. Eres talentoso, fuerte… y aunque no te guste admitirlo, también eres una buena persona"

Desvió la mirada hacia la ventana, sintiendo una incomodidad extraña en el pecho. No estaba acostumbrado a recibir este tipo de cumplidos. O a recibir cumplidos tan... así en general.

Sintió su mirada en él, como si esperara que dijera algo. Pero, ¿qué se suponía que debía responder? "Gracias, me halaga que tengas celos de mi vida de caos y muerte inminente en algún momento próximo".

Suspiró y decidio optar por la verdad. "A veces desearía ser más como tú" Lo dijo en voz baja, sin esperar que lo escuchara, a pesar de eso el lo hizo. Hubo un silencio, y cuando lo miro de reojo, tenía una pequeña sonrisa en los labios.

"Podemos aprender el uno del otro, entonces."

Y por alguna razón, Draco sintió que no era una mala idea.

El tren siguió avanzando, y por primera vez en mucho tiempo, el silencio no le pareció tan pesado.

.

El tren avanzaba en la oscuridad, el traqueteo constante de las vías marcando un ritmo casi hipnótico. Annabeth y Grover dormían a unos metros de distancia, pero ellos no. Grover roncaba a dos asientos de distancia, Annabeth dormía con la cabeza apoyada en la ventana, pero él… Jackson estaba ahí, con los ojos abiertos, la mandíbula tensa y los dedos enredados en la correa de su mochila como si esperara que en cualquier momento los fueran a atacar. Antes habían estado hablando mucho.

Pero ahora estaba callado.

Su postura era tensa, su mirada fija en la ventana, aunque no cree que realmente estuviera viendo el paisaje. Sus dedos estaban crispados sobre su rodilla, su cuerpo aún en alerta, incluso cuando todo estaba en calma.

Suspiró cansado. "Jackson, tienes que dormir."

"No puedo" respondió este de inmediato con la voz baja, como si no quisiera que los demás lo escucharan.

"Claro que puedes".

Negó, los labios fruncidos. "Si me duermo, algo malo va a pasar"

Sus palabras le hicieron fruncir el ceño a él ahora. No era la típica terquedad de alguien que no quiere cerrar los ojos por orgullo. No, esto era algo más profundo, más arraigado. Algo que no podía controlar.

"Ven aquí" dijo haciéndole un espacio a mi lado. "Antes de que me arrepienta" agregó mentalmente.

Él lo miró como si acabara de pedirle que saltara por la ventana. "¿Qué?"

"Ven aquí, Percy" repetio con más firmeza. "Solo hazlo, no tengo paciencia para discutir a esta hora"

El chico lo observó un momento, claramente debatiéndose entre si ir o no, aunque al final se movió. Con torpeza, se acomodó en el asiento a su costado, con la espalda contra el respaldo y la cabeza más cerca de él de lo que hubiera esperado.

Suspiró otra vez y sin pensarlo mucho, levantó una mano hacia su cabello. Jackson se tensó por un segundo cuando sus dedos tocaron sus rizos, pero no se apartó. Con cuidado, Draco comenzó a enredar los dedos en su cabello, masajeando ligeramente su cuero cabelludo, pasando las puntas entre los rizos oscuros, deshaciendo nudos invisibles.

Jackson suspiró y el cambio fue casi inmediato.

Toda la tensión en su cuerpo comenzó a desvanecerse poco a poco. Sus párpados comenzaron a caer, aunque aún luchaba por mantenerlos abiertos. "Eso… eso es trampa" murmuró con la voz al borde del sueño.

Draco sonrió apenas. "No sé de qué hablas"

"Sí sabes…" balbuceó, y luego se movió un poco, acomodándose mejor contra él.

Error.
Gran y grave error.
Sin embargo a pesar de eso no lo detuvo.

Su respiración se volvió más lenta y su cuerpo más pesado contra el suyo propio. Y entonces, con la voz apenas un susurro, murmuró: "Draco…" su mano se detuvo en su cabello.

"¿Mmm?"

Se quedó en silencio por unos segundos, y cuando habló de nuevo, su voz era aún más baja.

"Me gusta cuando dices mi nombre, hazlo más, por favor..."

Su respiración se trabó y bajo ajé la mirada hacia él.

Percy ya estaba dormido. Tenía el rostro relajado, los labios entreabiertos, el cabello aún enredado entre mis dedos. Y el se quedó mirándolo por un momento, sintiendo el peso de su confianza, y el calor de su cuerpo contra el suyo.

Nego con la cabeza y cerró los ojos, apoyándose contra el respaldo.

Qué problema.
Qué problema más grande.

.

La noche seguía en calma, con el traqueteo del tren como el único sonido constante. Percy dormía aún apoyado en su costado, con su cabello enredado entre sus dedos y la respiración profunda y tranquila. Annabeth y Grover también seguían dormidos, lo que significaba que tenía un momento de paz.

O eso pensó.

Porque justo cuando estaba por cerrar los ojos, un brillo dorado apareció frente a él, como un holograma titilante en el aire. Oh, claro. Porque las llamadas Iris nocturnas eran la definición de discreción.

La imagen se aclaró lo suficiente como para distinguir a Michel y Neville, ambos metidos en lo que parecía ser la cabaña de Hermes. Mich estaba tirado sobre una cama con la camiseta medio subida y el cabello revuelto, mientras que Nev tenía cara de recién despertado, pero con los ojos llenos de emoción.

"¡Por fin!" exclamó Michel en un susurro dramático. "Pensamos que ya te habías olvidado de nosotros, Dray".

Rodó los ojos, sin embargo igual sonrió. "Sí, claro. Me fui hace unos días y ya me reemplazaron".

"Por supuesto que no" intervino Neville con una sonrisa sincera. 'Pero si hubieras tardado cinco minutos más en contestar, Michel hubiera empezado a llorar".

"¡E-eso es mentira!" Tartamudeo este.

"Te vi limpiar una lágrima mientras decías que Draco prefería más a Jackson, a Chase y al sátiro" contrataco Neville enmarcando una ceja.

"Era una basurita en el ojito" se defendió Mich.

"Sí, seguro" ¿Ya habia mencionado lo orgulloso que estaba de qque su chiquito este aprendiendo tan rápido?

Suspiró, sintiendo cómo el peso del día se hacía un poco más liviano solo por tenerlos ahí. "No tienen idea de lo que ha sido este viaje".

Michel se acomodó mejor, apoyando la cabeza en una almohada con expresión de puro chisme. "Cuenta".

"¿Todo?"

"Todo."

Exhaló lentamente y asentí.
"Bueno, para empezar y como ya sabrán, los dioses básicamente me obligaron a venir, así que ya saben lo feliz que estoy con eso"

"Oh, lo imaginamos" murmuró Neville con simpatía.

"También descubrí que Annabeth tiene un deseo de morir bien cabrón, porque decidió venir voluntariamente. Y Percy…" bajo la mirada un segundo hacia él. Seguía dormido, respirando tranquilo. Lo que había dicho antes todavía estaba dándole ueltas en la cabeza. Sus palabras, su tono, susurrando mi nombre como si fuera algo… especial. Sacudió la cabeza y volvio a la conversación. "Percy es Percy. Terco, valiente hasta la estupidez y con un imán para problemas".

"En resumen, lo quieres mucho" Hablo Neville.

Draco se atragantó con su propia saliva. "¿Qué?"

Michel rió, golpeando la cama con diversión. "Draco, lo dijiste con el tono de alguien preocupado".

"Cállate."

"¡Draquito está desarrollando sentimientos!"

"Te voy a colgar" no lo iba a hacer, pero la amenaza siempre venía bien.

"¡No, espera!" Michel se incorporó rápidamente, todavía sonriendo, aunque con el brillo de chisme fresco en los ojos. "Antes de que nos odies, te traemos noticias jugosas".

Lo miró con sospecha. "Cuenta todo y exagera".

Michel intercambió una mirada con Neville, este último suspiró, negando con la cabeza con resignación antes de soltar: "A Charles le gusta Silena, y esta bien tonto por ella, ni siquiera se digna en disimular".

Ah.

Sonrió con suficiencia. "Lo veía venir".

"¡Sabíamos que dirías eso!" Michel agitó las manos con frustración. "¿Por qué siempre pareces saber todo antes que nosotros?'

"Porque soy más inteligente".

"Porque eres un chismoso" corrigió Neville riendo.

Él se encogió de hombros, porque una mentira no era. "Lo uno no quita lo otro".

Los tres rieron un poco más, y por un momento, todo se sintió tan normal. Como si todavía estuvieran en el campamento, hablando en sus camas, sin la amenaza de dioses traidores y misiones suicidas.

Sin embargo luego de un rato Neville suspiró.

"Te extrañamos".

Las palabras lo golpearon más fuerte de lo que esperaba..Tragó saliva y desvió la mirada.

"Yo también".

Se hizo un silencio cómodo.

Después de un rato, Michel entrecerró los ojos y le señaló con la mano.
"Oye… ¿esa es la chaqueta de Neville?"

El mencionado se quedó tieso, y él se congeló. Maldita sea, esa era la misma que había dicho que nunca usaría.

"No".

Michel y Neville se miraron, y luego lo miraron a él. "¡Draco!"

Michel parecía indignado, como si el hecho de que no la hubiera quemado fuera un insulto personal.
"Es cómoda" solto a la defensiva.

"¡Dijiste que la ibas a prender en fuego!"

"Bueno, no lo hice".

"Pero lo dijiste.'

"Las personas cambian".

"Dijiste que la usarías solo si estabas muerto y te la enterraban con ella".

"Pues supongo que soy un fantasma".

Neville, por otro lado, solo sonreía con satisfacción. "Sabía que no podrías hacerlo".

Él bufó rodando los ojos con cariño. "No te emociones demasiado, sigue siendo la prenda más fea que he usado en mi vida".

"Pero la usas".

"Neville, te amo, sin embargo necesito que cierres tu linda boca ahora".

Se rieron de nuevo, y él simplemente los dejó ser. Porque los extrañaba más de lo que podía admitir.

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