
Una Mision en la cual No Queria Participar - Tied Together with a Smile
Salir de la cueva del Oráculo no le hizo sentir mejor. Si acaso, el aire fresco solo sirvió para recordarle que estaba atrapado en esa locura, y que había una momia podrida sentada en una buhardilla que tenía más control sobre su futuro de lo que le gustaría admitir.
Camino junto a Jackson de regreso al pórtico, donde Quirón y Grover los esperaban con expresiones que no auguraban nada bueno.
"Entonces" hablo el centauro con suavidad. "¿Cuál fue el mensaje de la Profecía?"
Jackson se adelantó y recitó los versos como si le pesaran en la lengua.
" 'Irás al oeste y te enfrentarás al dios que se ha vuelto traidor...' "susurró, y cuando terminó, Grover estaba temblando un poco. "Es sobre mí" dijo como si necesitara aclararlo.
Bueno, sí, eso era bastante obvio.
"Bien" afirmo Draco metiendo las manos en los bolsillos. "Suerte con eso" Él no iría a esa misión. Todos lo observaron como si hubiera perdido la cabeza. "¿Qué?"
"Draco…" empezó Quirón con ese tono de maestro que va a explicar por qué la respuesta de su alumno es errónea. "Tu padre ha pedido que te unas a la misión".
Él se río. No porque fuera gracioso, sino porque el concepto de su 'padre' pidiendo algo por él le parecía absurdo.
"No creo que haya escuchado mi nombre en la Profecía" señalo con obiedad. "Así que, aunque de forma muy lamentablemente, estoy exento".
"Pues Zeus no lo cree así" replicó Quirón con la paciencia de alguien que ya esperaba esa reacción de su parte. "Y tú tampoco deberías".
Solto un suspiro. "Escucha, si esto es una cuestión de que Jackson no puede viajar por aire porque los cielos están vetados para él, yo no tengo ese problema".
"No podemos arriesgarnos" dijo este tajante. "Tienen que ir juntos" ¿para ser la carnada de las Furias? No, gracias. Ya tenía historia con ellas.
"Vaya, qué conveniente."
Jackson frunció el ceño. "¿Quieres que me vaya solo?" Susurró apenado.
"No, quiero que yo no me vaya. Hay una gran diferencia en eso".
Hubo un silencio incómodo. Claramente Quirón no tenía intención de debatir esto con él, porque los dioses ya habían tomado la decisión por ellos. Fantástico. "En cualquier caso" continuó el centauro ", hay una persona más que ha solicitado acompañarlos."
Apenas terminó de hablar, una figura apareció junto a Jackson, quitándose la gorra de los Yankees.
"Yo voy con ustedes" hablo Chase con su tono de siempre, como si su participación fuera algo obvio y no una decisión la cual discutir.
"¡Ah, claro!" exclamo recordando la charla que tuvieron antes. "Ella puede ir sin problemas, pero si yo sugiero traer a mis amigos, eso es un escándalo".
Quirón se frotó el puente de la nariz. "Draco…"
"No, en serio. Si esto va de favoritismos, al menos díganmelo de frente."
"¡Es diferente!" intervino la chica. "Yo llevo entrenando para esto desde que era una niña" y lo lamento, sin embargo no es un buen momento para eso.
"Yo llevo sobreviviendo sin entrenamiento desde que era un niño" aunque, realmente tuvo la katana desde muy chico.
Michel -¿de dónde habia salido?-, que al parecer llevaba escuchando desde algún punto del debate, decidió que era un buen momento para hacer una entrada dramática.
"¡Esto es muy injusto!"
Quirón giró hacia él sorprendido como todos ahí. "¿Cómo entraste aquí?"
"Soy hijo de Hermes, ¿en serio te sorprende?"
Neville apareció justo después, quitándose una capa de invisibilidad. Oooh, eso tenia más sentido. "Estamos de acuerdo con Draco" dijo este más calmado. "Es mejor que vaya con personas que conoce" le lanzó una mirada a Jackson.
Draco asintió en acuerdo.
"Mira qué conveniente. Ya tenemos dos equipos. Jackson, Chase y la cabra se van por su lado a la aventura, y yo me voy con mis amigos en mi avión privado en primera clase. Hay champán también si quiere" beneficios de ser hijo de Lucius Malfoy, señoritas.
Chase puso los ojos en blanco. "Eres un mimado".
"Y tú eres una semidiosa muy respetable y la hija más brillante de Athenea que por alguna extraña razón quiere ir a una misión suicida por voluntas propia, así que supongo que todos tenemos cruces que cargar.
"Basta" interrumpió Quirón. "No pueden separarse. Además Michel y Neville no pueden ir".
Los tres protestaron al mismo tiempo. "¿Por qué no?" Exigieron.
"Porque esta misión ya ha sido encomendada, y unos héroes no pueden interferir".
Michel gruñó algo sobre cómo seguro Jackson tenía favoritismo porque ya había pasado todo el año con el centauro, Neville suspiró resignado, y él… bueno, él quiso romper algo, sin embargo siguiendo las indicaciones de su madre contó hasta cinco y solo apretó los dientes. Así que ahí estaba. Un encargo de un padre que no le importaba, un destino al que no quería ir, y una misión que se suponía que tenía que cumplir con un chico que ya le estaba sacando canas verdes, un sátiro miedoso y una estratega que probablemente intentaría lanzarlo a un acantilado si le daba la oportunidad.
Dioses, qué verano de mierda.
(Lo que no sabía en ese entonces, era que los próximos serían mucho peor).
.
Empacar para una misión suicida no era precisamente su idea de una tarde emocionante. Si fuera un campeonato de voleibol otro cuento sería. Pero no, en vez de eso, Draco se estaba preparando para viajar con tres casi completos desconocidos y con la probabilidad de morir de maneras variadas y dolorosas.
"Dray, cariño, ¿dónde guardas las chaquetas de cuero?" Lena estaba sentada en su cama, cruzando las piernas con elegancia mientras revisaba su ropa con una mezcla de horror y determinación.
"En el armario de 'demasiado fabuloso y costoso para esta miseria' " respondío tirando su mochila sobre la cama.
Michel por su parte estaba acostado al revés en la cama de al lado, lanzando una pelota de voleibol al techo y atrapándola una y otra vez con la pereza de alguien que no tenía que lanzarse a la muerte en menos de veinticuatro horas.
"¿Seguro que quieres llevar tanto negro?" preguntó Will recostado en la pared con los brazos cruzados. "Vas a ir a Los Ángeles, no a una sesión de fotos para una banda gótica".
"Primero que nada, jamás me disculparé por mi impecable sentido de la moda" replicó señalando la chaqueta de cuero que acababa de doblar con amor. "Segundo, no es negro. Es un estilo de vida".
"Mira, si sobrevives, voy a quemar la mitad de tu ropa para que te veas menos como un villano de película indie" hablo Will, aunque su sonrisa suavizaba sus palabras.
Neville que había estado doblando meticulosamente una de sus camisas (porque es el tipo de persona que no puede ver ropa desordenada sin solucionarlo), suspiró. "Deberías empacar cosas útiles, Draco. Comida, agua, tal vez una brújula".
"¿Y si mejor empaco una cuerda y me escapo en medio de la noche?" preguntó lanzándose sobre su maleta con dramatismo. "Estoy a una canción de Taylor Swift de hacer una escapatoria digna de Getaway Car" aquí su auto de escape podría ser... ¿tal vez Luke? Seguro lo ayudaría a quedarse.
"Te ayudaría, aunque no quiero que te expulsen del campamento" Michel atrapó la pelota de voleibol y la abrazó. "Además, si te escapas, Luke va a pensar que eres un cobarde" buen punto.
Le lanzo una almohada en respuesta. "Si me quedo, yo voy a pensar que soy un idiota".
Silena lo miró con ojos comprensivos y palmeó su brazo. "Ay Draco, lo eres. Pero lo queremos así".
"Qué reconfortante" bufó pero la sonrisa lo traicionó.
La realidad de la situación estaba empezando a hundirse. Los chicos intentaban mantenerlo ligero, sin embargo el aire tenía esa tensión extraña de cuando sabes que alguien está a punto de irse y no sabes si volverás a verlo. Will le lanzó una barrita energética, como si fuera la respuesta a todos sus problemas. "No te mueras. Sería un fastidio tener que hacer un funeral".
"Tú siempre tan alentador".
Neville se quitó su chaqueta y la dobló cuidadosamente antes de ponérsela sobre los hombros.
"Tienes que regresar. Esta es mi favorita".
Michel suspiró, levantándose de la cama y sacudiéndose el pantalón. "Esto apesta".
"Dilo más fuerte para los dioses sordos" murmuro. Se quedaron en silencio. El momentto que había estado temiendo se acercaba: el de las despedidas. "Bueno, es ahora o nunca, supongo" dijo ajustando la correa de su mochila.
Silena se levantó primero y lo abrazó con fuerza, su perfume envolviéndolo. "Vuelve entero, ¿me oíste? Y con la piel hidratada, por el amor de Afrodita" bromeó.
Will le dio un apretón en el hombro y sonrió. "No hagas locuras, aunque conociendote ni se porque te lo digo" y seguidamente lo abrazo con fuerza.
Neville simplemente lo abrazó, como si no quisiera soltarlo.
"Te esperaré, ¿vale?"
Michel fue el último. No dijo nada al principio, solo le dio una palmadita en la cabeza, despeinándolo a propósito.
"No hagas enojar a Zeus demasiado" sin mi podia escuchar los pensamientos de su amigo.
"No prometo nada" esperare con ansias.
Un cuerno sonó afuera, llamándolo.
Era hora. Respiro hondo y miró a sus amigos una última vez antes de salir.
No quería irse.
Pero tenía que hacerlo.
Asi qué ahí estaba Draco, caminando hacia la Casa Grande con sus auriculares que había hecho funcionar en el campamento y su playlist favorita y la sensación de que esta sería la última vez que vería el campamento con sus propios ojos y no como un retrato conmemorativo en la cabaña de Zeus.
Llego antes de tiempo. "Mejor, menos drama" pensó. Pero si tu ya eres un drama King de por sí contraatacó su conciencia. Y como dijo, eso pensó. Ya que al doblar la esquina, escucho algunas voces conocidas dentro. "Uuh, chisme".
"Mira, no digo que sea imposible, solo… demasiado improbable" la voz de Chase sonaba como si estuviera regañando a alguien.
"Te juro que es real, Annabeth. Lo huelo" dijo Grover casi desesperado. ¿De que estaban hablando?
"Tienes un olfato para comida, no para el amor" ¿amor? Oh, debería contarle esto a Lena después.
"¡Oye!"
"No estoy diciendo que lo odie" hablo de repente Jackson con el tono de quien intenta convencerse a sí mismo. "Solo que…"
"Lo miras demasiado para no sentir nada" interrumpió Grover. Mmmm al niño de Poseidón le gusta alguien, interesante.
Hubo un silencio, y Draco se inclinó un poco más hacia la puerta para escuchar mejor.
"Es atractivo, eso no lo niego" murmuró el chico al final, y algo en su estómago dio un vuelco extraño. "Pero es Draco" Esperen, esperen, esperen, ¿qué tenia que ver él en eso?, ¿qué parte del cuento se habia perdido?.
'¿Y?" preguntó Grover.
"Y que es Draco" ¿Cuál era su problema?
Chase bufó. "Eso no es una explicación".
"¡Él no me soporta!" Bueno... no lo odiaba. Tuvieron que taparle la boca a Jackson, porque de repente todo quedó en un murmullo de 'sshh' y 'te va a oir'.
Entonces Draco decidio que ese era el momento perfecto para hacer una entrada triunfal. Empujo la puerta con calma y levantó una ceja.
"¿Quién no soporta a quién?"
Tres pares de ojos lo miraron como si hubiera llegado anunciando que era el hijo perdido de Dionisio. Jackson parecía especialmente incómodo, como si hubiera sido atrapado cometiendo un grave delito.
"Nadie" dijeron los tres a la vez.
"Ajá" cruzo los brazos. "Claro".
"¡Ah, qué bien, están todos aquí!" la voz de Quirón rompió la tensión, entrando con la naturalidad de quien no tenía idea de lo que acababa de interrumpir. "Vamos afuera".
Los reunieron cerca del pórtico de la Casa Grande. Argos, el tipo de los cien ojos los esperaba junto al auto con su aire de "hago mi trabajo, y no me pagan oo suficiente para hacer esto".
"Él los llevará a la ciudad" explicó Quirón. "Ahí empezará su misión".
Draco no presto mucha atención. Siguió a los demás, sin embargo algo le decía que las cosas iban a volverse más raras en cualquier momento. Y, por supuesto, ahí estaba su tan amado amigo Luke.
"¡Oigan!" Les sonrió con esa facilidad que hacía que Chase casi se derritiera a su lado. Era tan obvio que quería pegarle en la cabeza con un libro. "Solo quería despedirme antes de que partan".
"Luke" la chica sonó casi soñadora.
Jackson frunció el ceño y él simplemente se cruzó de brazos, esperando la razón real de su aparición -Draco simplemente lo sabe-. Luke se volvió hacia él. "Draco, esto es para ti" este le tendió un par de zapatillas negras con alas en los costados y le tomó un segundo entenderlo.
"¿Son…?" Oh, sabía lo que era.
"De Hermes" asintió. "Me las dio, y creo que a ti te serán más útiles, ya sabes... hace rato que no tengo una misión" hablo melancolía en un voz.
Miró las zapatillas. Hermes era el dios de los ladrones, aunque también de los viajeros. Eso era un voto de confianza.
"Gracias" las tomo algo sorprendido por el gesto.
Y entonces Luke sonrió un poco más y dijo: "Quiero que vuelvas, sano y salvo, ¿si?"
Oh. Eso… no lo esperaba. Asintio sin saber muy bien qué decir.
"Lo intentaré." Jackson pareció hacer un sonido extraño, como un resoplido ahogado.
"Bueno, ya es hora" hablo Quirón, ajeno a la incomodidad creciente. "Draco, Grover, Percy, Annabeth, vayan con Argos".
Colocó las zapatillas en la mochila y le dio una última mirada a su amigo antes de seguir caminando. Sintió la mirada de Jackson clavada en él durante todo el camino.
"Bueno, eso fue raro" murmuró revisando otra vez que las zapatillas esten en su mochila.
"¿Qué cosa?" preguntó Jackson todavía con el ceño fruncido.
"Nada, nada" sonrió con suficiencia. "¿Listos para morir en circunstancias misteriosas?"
Este bufó y Chase rodó los ojos. Grover hizo un ruidito nervioso. Antes de que pudiéran avanzar más, Quirón los detuvo con un gesto. "Todavía falta algo".
Se cruzó de brazos. "¿Más zapatillas mágicas?"
El centauro ignoró su sarcasmo y sacó una caja rectangular envuelta en cuero y se la tendió a Jackson. "Esto es para ti".
"¿Un regalo? ¿Qué, acaso es mi cumpleaños y no me enteré?"
"No, pero necesitarás esto."
Jackson abrió la caja y sacó una espada. Tenía el tamaño justo para una mochila y en cuanto la desenfundó, se extendió hasta alcanzar su tamaño completo. "¿Es una espada mágica?" pregunto sorprendido.
"Se llama Contracorriente" explicó el mayor. "Se oculta como un bolígrafo cuando no la usas".
Jackson miró la espada con algo parecido al asombro. "¿Un bolígrafo mágico?"
"Sí, bueno, si alguna vez pierdes la tapa, simplemente presiona el extremo y la espada aparecerá."
"¿Y si pierdo el bolígrafo?"
"Siempre volverá a tu bolsillo".
"… Eso es útil".
Chase suspiró. "¡Claro que lo es! Es una espada celestial, Percy, ¿te das cuenta de lo raro que es que te den algo así?"
Este giró la espada en su mano, como si aún no lo creyera del todo. "Y… ¿quién me la dio?" Quirón se puso un poco más serio.
"Tu padre."
El chico se tensó de forma inmediata.
"Genial" murmuró. "Primero la profecía, ahora un arma. Solo falta que me envíe una postal diciendo 'buena suerte, hijo' ".
"Es más de lo que muchos semidioses reciben" intervino Chase, con un tono que sugería que ella no había recibido mucho de Atenea.
Jackson solto suspiró y guardó la espada. "Bien. Ahora, ¿qué más?"
"Deberían saber algo sobre su enemigo" interrumpió el centauro, su tono volviéndose más grave.
Se miraron entre ellos.
"¿Te refieres a Hades?" preguntó Chase.
Quirón sacudió la cabeza. "No solo a él. Hay algo más en juego, algo más peligroso".
Draco se tenso. "Cronos. "
Todos voltearon a mirarlo.
"¿Cómo lo sabes?" preguntó Quirón.
Se encogió los hombros. "Soy hijo de Zeus, ¿no? No es como si la historia de mi abuelo asesino de hijos no fuera parte de mi educación" y había tenido su etapa de obsesionado con los griegos.
Jackson frunció el ceño. "¿Cronos? ¿como el Titán?"
"Exactamente" asintió Quirón. "No está del todo muerto. Los dioses lo destruyeron y lo enviaron al Tártaro, pero… aún existe, de alguna forma. Y hay quienes buscan devolverle su poder".
Sintio un escalofrío. "¿Y eso qué tiene que ver con nosotros?"
Este se apoyó en su bastón. "Los titanes quieren venganza, Draco. Y tú eres hijo de Zeus, Percy es hijo de Poseidón, Annabeth es hija de Atenea, ¿qué mejor manera de empezar una guerra que destruyendo a los hijos de aquellos que los derrocaron?" Bueno, eso tenia sentido.
"Perfecto" resoplo. "Y aquí yo pensando que lo peor que podría pasarme sería morir en un aeropuerto".
Jackson no dijo nada, aunque su expresión dejaba claro que tampoco le gustaba la idea de que un Titán anduviera rondando por ahí, manipulando cosas desde las sombras.
Quirón suspiró. "No quiero asustarlos más de lo necesario. Solo quiero que estén atentos, no todos los monstruos a los que se enfrentarán serán obvios."
"Genial" murmuró el otro chico. "Porque esta misión no era ya lo suficientemente aterradora".
Chase le dio una palmada en el hombro con una sonrisa sarcástica que no dejaba ver mucho humor. "Bienvenido al mundo de los semidioses."
Draco solo suspiró y miró hacia el auto que los esperaba. "Bueno, si esto es mi destino, más vale que al menos me den un buen asiento".
Cuando llegó al pie de la colina, volvió la vista atrás. Bajo el pino que había sido Thalia, su hermana "Espero que tú me cuides, si es que nuestro progenitor no lo hace" pensó con gracia amarga, Quirón se erguía en toda su altura de hombre caballo y los despidió levantando el arco. La típica despedida de campamento del típico centauro.
Y con eso, empezaron la misión.
...
El viaje en la camioneta de Argos no era lo peor que le había pasado en la vida, pero tampoco estaba en su lista de experiencias agradables.
Se había acomodado en la parte de atrás con sus auriculares bien puestos y la mirada fija en la ventana, ignorando a sus compañeros de misión. Chase y Jackson estaban hablando en voz baja, y Grover les lanzaba miradas furtivas como si estuviera esperando el momento exacto para interrumpir.
Draco tenía mejores cosas en las que pensar.
Como en cómo rayos había terminado aquí. En serio, esto no tenía sentido y eso que habia tenido mucho tiempo para pensar. No le habían mencionado en la profecía, no tenía ningún interés en salvar a los dioses de sus propios dramas y a pesar de todo, tampoco queria destruir el Olimpo. Además, no quería estar en una misión sin Michel y Neville. No le importaba lo poderosa que fuera Chase a pesar de que acepte su fuerza, o lo útil que es Grover, ni lo especial que Jackson creyera que era (Draco no encontro nada malo del chico, ¿esta bien? Al menos no algo que no sea su obsesión por el azul, pero él era igual con el verde). De todos modos, si iba a arriesgarse, lo haría con sus amigos.
Sin embargo no. Allí estaba, escuchando música en un volumen lo suficientemente alto como para ignorar la conversación de sus compañeros sin parecer que los quería ignorar. O al menos, eso intentaba.
Porque Grover, con su sexto sentido para fastidiarlo al parecer, decidió que era un gran momento para darle un codazo, y esos de los que duelen.
"¡Ey!" protesto quitándoze un auricular. "¿Qué te pasa?"
Este no respondió. Solo miró a Jackson con expectativa. Jackson que hasta ese momento había estado murmurando con Chase lo miró como si acabara de darse cuenta de que existía. "Eh… hola".
"… ¿hola?" Medio pregunto.
Hubo un silencio incómodo, muy incómodo. Draco se puso el auricular de vuelta.
"No, espera" Jackson extendió una mano, como si fuera a detenerlo físicamente. "Solo…"
Él lo miró con las cejas en alto. "¿Solo... qué?"
El chico se removió en su asiento, mirando a Grover con irritación antes de soltar un suspiro. "No hemos hablado mucho".
"Ajá" porque desde que saliste de mis suelos te volviste un idiota, sí, pensó como si eso explicara algo. Deberían de hablar de eso en algún momento, aunque no ahora.
"Digo, si vamos a estar en esta misión juntos, tal vez deberíamos… no sé, llevarnos bien"
"Llevarnos bien" repitió como si estuviera probando las palabras.
"Sí."
Draco lo miró un segundo más antes de girarse hacia el sátiro. "¿Me diste un codazo para que hablara conmigo?"
Grover silbó inocentemente. "Tal vez."
Suspiró y apagó la música. "Esta bien, habla."
Jackson lo observó como si no esperara que accediera tan rápido. "Uh... bueno".
Chase rodó los ojos.
"Por todos los Dioses, Sesos de Alga, ¿quieres que te escribamos un guion?"
"¡No, no! Puedo hacerlo".
Él se cruzó de brazos, aún esperando sus palabras. "¿Entonces...?"
"Entonces…" Jackson hizo una mueca. "¿Te gusta estar en el Campamento?" ¿No se le había ocurrido algo mejor?
"¿Eso es todo lo que tienes?"
"¡Estoy intentando ser amable!"
Lo miró un momento más antes de soltar un suspiro. "Sí, me gusta. Mis amigos están ahí, juego voleibol a oesar de hacerlo menos ahoda, no es una prisión, así que supongo que no está mal" el chico asintió, como si estuviera memorizando la información.
"¿Y la cabaña de Zeus?"
Se encogió de hombros. "Un poco solitaria, pero ya estaba acostumbrado a tener mi propio espacio."
"Debe ser raro."
"Sí, bueno, supongo que es mejor que estar en la de Poseidón y que te miren como si fueras a causar un desastre natural en cualquier momento" ubtenti bromear.
Este abrió la boca, luego la cerró. "… tienes razón".
"Lo sé".
Chase resopló divertida y Grover sonrió satisfecho. Antes de que él chico pudiera seguir con su intento de ser amigable, la camioneta se detuvo. "Ya estamos aquí" anunció la chica mirando por la ventana. Argos apagó el motor y señaló la estación de autobuses.
Todos se bajaron uno por uno, recogiendo sus mochilas. "Bien" murmuro. "Primera parada: un bus, espero que no explote".
Jackson lo miró con una expresión incómoda. "Dijiste eso con demasiada confianza".
Sonrió
"¿Qué puedo decir? Somos tres semidioses y un sátiro, la mala suerte me persigue".
La estación de autobuses era tan deprimente como esperaba. No es que tuviera estándares altísimos cuando se trataba de lugares de tránsito público, pero de verdad, ¿quién diseñaba esos sitios? Todo era gris, sucio y olía a una mezcla de café barato y desesperación. No estaba particularmente de humor para hablar, así que mientras Jackson y Grover murmuraban entre ellos, él simplemente se cruzó de brazos y esperó.
"No es justo" escuchó decir a Jackson en voz baja, no fue su intención, simplemente... lo hizo. Vino a él.
"Lo sé, pero…" Grover sonaba incómodo.
El chico bufó. "Yo solo… quiero recuperarla".
Por instinto, giró la cabeza para mirarlo. No tenía idea de qué habían estado hablando exactamente, aunque no hacía falta ser un genio para entender a qué se refería. Su madre. Miró hacia otro lado con la mandíbula apretada.
Por supuesto.
Jackson también había perdido a su madre. Y, al igual que él, estaba en esta estúpida misión con la esperanza de recuperarla.
Se sintió… extraño.
Por un lado, una pequeña parte suya quería hacer un comentario sarcástico, decirle que al menos él tenía una profecía con su nombre en ella y no estaba aquí como un simple peón del ego de Zeus, a pesar de que sea el de Poseidón, a pesar de que sabía que el chico no quería la Profecía, a pesar de que sabía era bueno, solo lo quería decir para evitar el tema.
Pero no lo hizo.
Porque lo entendía.
Ese dolor sordo en el pecho, esa sensación de que el mundo te había arrebatado algo que nunca debió haberte quitado. Y era injusto.
Grover debió notar su expresión porque lo miró con algo de cautela. "Oye, ¿estás bien?"
Parpadeó y lo observó mejor. "¿Qué?"
"Has estado raro desde que salimos del campamento" comentó. "Más… callado".
Eso lo hizo resoplar. "No estoy callado".
Este levantó una ceja. "Para ser el mismo Draco Malfoy, el que veia hablar a todas horas con chicos en el campamento, lo estás".
Frunció el ceño y dirigió su mirada hacia otro lado. No le gustaba que la gente intentara analizarlo, pero Grover era bueno en eso. Demasiado bueno.
Suspiró y se metio las manos en los bolsillos. "Solo estoy pensando" murmuró.
"¿En qué?"
"Nada importante" lo cual era mentira.
Porque, de hecho, acababa de tener la mejor idea que se le había ocurrido en todo el viaje. Hades tenía a su madre, ellos tenían algo que él quería. No necesitaba seguir las reglas de Zeus, no necesitaba hacer exactamente lo que los dioses querían. Podíamos negociar, Draco podía negociar.
Se paso una mano por el cabello, sintiendo una extraña mezcla de emoción y determinación.
Hades podía ser muchas cosas, sin embargo no era estúpido. Si realmente quería el Rayo, quizá estaría dispuesto a hacer un trato. Y si ese trato significaba recuperar a su madre, entonces no le importaba romper algunas reglas divinas en el proceso.
Miró a Jackson de reojo.
No iba a decir nada todavía.
Era su plan, algo que ya venia pensando desde hace tiempo, algo que se le cruzó por la mente, ¿pero ahora? Ahora eso se veía más cerca de todo lo que pensó, ahora era posible, algo alcanzable. Algo que tenía en sus manos...
Y lo ejecutaría a su manera.
.
El autobús apestaba.
Quiere decir, no esperaba lujo ni servicio de primera clase, aunque al menos un asiento decente y sin chicle pegado debajo habría sido agradable. Se desplomó en uno de los asientos bufando mientras se acomodaba mejor. Jackson, Chase y Grover parecían tensos, demasiado alerta para su gusto. No tenía idea de por qué, pero tampoco tenía ganas de preguntar.
Algo en su interior le decía que tal vez debería preocuparse. Que si sus compañeros de viaje estaban con los músculos tan rígidos como si esperaran una emboscada en cualquier momento, probablemente había una razón válida. Sin embargo, sinceramente, le importaba muy poco en ese momento.
Estaba cansado.
Las últimas veinticuatro horas habían sido un desastre tras otro y, aunque Draco no lo admitiría en voz alta, se había desgastado más de lo que pensaba, ¿cuando fue la última vez que durmió bien?
Así que hizo lo único razonable en esa situación: se puso los auriculares. Taylor Swift empezó a sonar en sus oídos, y su cerebro inmediatamente decidió que todo lo demás era irrelevante.
Cerró los ojos dejándose caer en los brazos de morfeo poco a poco.
"Draco."
No respondió.
"¡Draco!"
Seguía sin responder, escuchando apenas un eco sordo.
"¡DRACO!'
… ¿Por qué estaban gritando su nombre?
Intento abrir los ojos, pero la somnolencia era más fuerte. Seguro que no era nada importante, seguramente podrían arreglárselas sin él por un rato. Así que, con una última exhalación tranquila, se dejó caer en el sueño, ignorando por completo el tono de urgencia en sus voces.
Despertó de golpe cuando el autobús dio un bandazo violento.
Su cabeza chocó contra la ventana, su auricular derecho se salió, y lo primero que pensó fue: Maldita sea, Taylor estaba en el mejor momento del estribillo.
Lo segundo fue: ¿Por qué estamos girando como si el conductor hubiera decidido improvisar una coreografía de ballet con el maldito autobús?
Y lo tercero… bueno, vio algo moverse entre los asientos, algo grande, oscuro, con alas de murciélago. Y en cuanto vio las garras y los ojos brillantes, su cerebro decidió que era un excelente momento para activarse.
El sueño desapareció en un instante.
"¿Pero qué carajo…?"
Giró la cabeza, buscando a sus compañeros. Grover y Chase estaban unos asientos adelante, ambos con cara de pánico absoluto. Y Jackson…
¿Dónde demonios estaba Jackson?
"¡Cuidado!" gritó Grover.
Su vista se enfocó en una de esas cosas lanzándose directo a Chase. La rabia lo golpeó el pecho como un relámpago.
No...
No otra vez.
No iba a permitir que otra de esas cosas destrozara a alguien frente a él.
Su mano se movió sola, sacando la katana de la funda en la mochila. Salto sobre los asientos, aterrizando justo entre la chica y la criatura. La Furía siseó, sus colmillos goteaban veneno, aunque Draco ya estaba en movimiento. Su espada giró en un arco descendente y la hoja cortó el aire con un zumbido.
Hubo un chillido, un golpe sordo.
La criatura retrocedió con un tajo en el ala, pero no desapareció. "¿Tienes idea de lo que acabas de hacer, niño bonito?" escupió la Furía. Le dio una sonrisa ladina, girando la katana en su mano.
"Sí. Lo que haré ahora."
Se lanzó de nuevo y se preparo para contraatacar, cuando, de repente, una segunda espada bloqueó las garras que iban hacia su cara.
Jackson estaba ahí.
Su espada relucía en la penumbra del autobús, su respiración era pesada, su mirada ardía. Se pusieron espalda con espalda sin pensarlo.
El corazón de Draco martillaba en su pecho, sin embargo su cuerpo se movía con naturalidad, como si pelear con Percy Jackson a su lado fuera lo más normal del mundo.
"¡Deberíamos bajar del autobús!" gritó Chase esquivando un golpe.
"¡Gran idea! ¡¿Cómo lo hacemos exactamente?!" gritó de vuelta cortando el brazo de una de las Furias.
Percy bloqueó un ataque a la izquierda, y por un segundo, sus miradas se encontraron. Los dos jadeában, los dos estaban cubiertos de pequeños cortes y raspones, los dos entendiendo perfectamente lo que el otro estaba pensando sin decirlo.
Podían ganar esto.
(Por todos los Dioses, nunca pensó decir eso... -al menos no tan pronto- pero...)
Podian hacerlo juntos.
Jackson asintió, Dracl le devolvio el gesto. Y con un último giro, los dos atacaron a la vez.
Grover gritó algo, pero apenas lo escuchó con todo el caos. Había sangre dorada en el suelo, las Furias chillaban con un sonido tan horrible que le dieron ganas de arrancarse los oídos, y el autobús... bueno, el autobús estaba haciendo un gran trabajo en su nuevo papel de arte abstracto en llamas.
Su katana chorreaba polvo dorado. Jackson seguía de espaldas a él, con Contracorriente en alto, los músculos tensos y la respiración agitada. No sabía cuánto tiempo más podrían aguantar antes de que esas cosas decidieran ponerse serias.
"¡Necesitamos salir de aquí!" gritó el sátiro.
"¡Qué observador, Grover!" Espetó. esquivando un golpe de garra que casi le rebana la cara.
"¡Por aquí!" chilló Chase. Draco se giró a tiempo para verla patear una de las ventanas de emergencia con la bota. El cristal se hizo añicos en una lluvia de esquirlas. La lluvia entró de inmediato, helada y feroz, empapándolos en segundos. "¡Vamos!" ordenó ella con los ojos encendidos de adrenalina.
Jackson y Draco se miraron aún con las Furias encima.
"Tú primero" le dijo inclinando la cabeza hacia la ventana.
"¿Qué? ¡Ni loco!"
"¡Solo vete, Jackson!"
Este le miró como si quisiera discutir, pero en ese momento Grover sacó su flauta y sopló una nota aguda. El sonido atravesó el aire como una onda expansiva y, de alguna manera, hizo que las Furias se tambalearan con sus garras temblando.
"¡AHORA!" bramó Chase.
Jackson lo agarró del brazo y saltó junto a él por la ventana rota.
Cayeron pesadamente en la cuneta fangosa, rodando hasta quedar empapados y cubiertos de lodo.
"Puaj…" escupio barro. Maldita sea, eso no pasaba antes.
Grover saltó detrás de ellos, aterrizando con sorprendente agilidad para alguien con patas de cabra, y Chase fue la última en salir, su mochila golpeando su espalda cuando rodó por la hierba.
Y entonces, detrás de ellos...
¡¡BOOOOOM!!
El autobús explotó.
Llamas naranjas y rojas se dispararon hacia el cielo, la lluvia siseó contra el fuego y el sonido fue tan fuerte que sintió un zumbido en los oídos. Sd quedaron ahí, cubiertos de mugre y temblando bajo la lluvia, viendo cómo su medio de transporte ardía como un faro infernal.
"Genial" su voz salió plana. "¡Perfecto! ¡¿Sabes lo que es mejor que tener Furias persiguiéndonos?! ¡NO TENER NUESTROS MALEDITOS EQUIPAJES!"
Jackson se miró a sí mismo con su camiseta empapada pegada a su torso y los rizos chorreando agua.
"Ups…"
Grover y Chase también se dieron cuenta al mismo tiempo.
Las mochilas.
Su municiones.
Su ropa.
Sus auriculares.
Todo reducido a cenizas.
Un silencio incómodo se extendió entre ellos mientras la lluvia los empapaba aún más. "¿Y ahora qué hacemos?" Bufo frotándome la cara con frustración.
La chica suspiró estrujándose el cabello. "Corremos".
"¿Qué?"
"Si las Furias sobrevivieron, estarán buscando. Si la policía aparece, nos arrestarán. Y si Zeus tiene ganas de jodernos aún más, nos va a caer un rayo en la cabeza en cualquier momento."
Nadie discutió, ni siquiera Draco.
Así que, empapados, cubiertos de lodo y sin pertenencias, los cuatro salieron corriendo, dejando el autobús ardiendo atrás.
Sin embargo en ese momento Draco pensó algo.
"Sí me quedará en el autobús... ¿podría por fin verla?"
Ese pensamiento no se fue tan rápido como llegó.
.
Si alguna vez existió un peor lugar para acampar, sin duda era ese.
El bosque era oscuro, húmedo y olía a tierra mojada y musgo viejo. Cada paso era un riesgo porque el suelo estaba resbaloso y con raíces que parecían tener la misión de hacerlo caer de cara al lodo. Y encima, llovía. No la lluvia dramática de película, no. Era esa lluvia miserable y constante que se te metía en la ropa y te hacía sentir como un trapo mojado abandonado en una esquina.
Se habían detenido en un lugar relativamente seco, donde el tronco caído de un árbol servía como asiento improvisado. Grover estaba chillando por las cosas perdidas en el accidente, Jackson se masajeaba los hombros como si le dolieran y Chase... bueno, la chica estaba mirándolo con una ceja arqueada y los brazos cruzados.
"No debiste hacerlo" dijo de repente.
Draco levantó una ceja, sin dejar de intentar hacer sus auriculares machacados. "¿Hacer qué? ¿Ganar puntos de héroe luchando contra Furias? ¿Sobrevivir a un autobús en llamas? ¿Seguir viéndome bien bajo la lluvia?" En realidad, lo decía porque no quería hablar de eso. No quería recordar porqué lo hizo.
Ella bufó, pero no mordió el anzuelo. "No debiste intervenir, yo puedo pelear sola".
Él suspiró y se dejó caer en un tronco cercano, dejando que sus músculos se quejaran por el esfuerzo. "Lo sé, Chase. Confío plenamente en que puedes apuñalar monstruos en la cara sin ayuda, pero estaba ahí, tenía una katana y, no lo sé… solo lo hice".
Draco se esperaba que lo fulminara con la mirada, que sacara su cuchillo y le lanzara una amenaza velada, que, tal vez, intentara tirarlo al lodo como cualquier persona sensata que no lo soportara haría. En cambio, en su lugar... Ella sonrió.
No era una sonrisa grande, ni obvia, ni burlona. Solo un pequeño gesto, una sombra de algo entre molesto y divertido.
Eso fue raro.
"Tienes suerte de que estés todo empapado y lleno de lodo" hablo como si leyera mis pensamientos. "Porque si no, te habría empujado al fango".
"Dioses, ¿esto significa que estamos teniendo un momento de amistad?"
"Cállate."
Grover, que hasta ahora había estado en silencio a pesar de sollozar, dejó escapar un gemido dramático mientras se llevaba las manos al cabello. "Mis barritas de granola… toda nuestra ropa... el dinero… ¡todo arruinado!"
Le dio una palmadita en el hombro compasivo. "Si sirve de consuelo, lo más probable es que nos maten antes de que sientas hambre de nuevo".
Grover lo miró con esa expresión de tragedia griega.
"Eso no ayuda, Draco".
Jackson dejó de exprimir su camiseta y le lanzó una mirada de reojo. Algo en su expresión era extraño, como si quisiera decir algo y no supiera cómo.
"¿Tú estás bien?" preguntó de repente.
"¿Yo?" Parpadeó confundido. "Claro, ¿por qué no lo estaría? Solo casi morimos incinerados, nos persiguieron Furias y ahora estamos atrapados en medio de la nada bajo la lluvia. Una noche normal, ¿no?"
Este frunció el ceño. "Solo digo que… no sé, no parecías tan preocupado cuando el autobús explotó".
Sonrío con cansancio y se encogió de hombros evitando pensar en eso. "No es que no me preocupe, Jackson, solo que a estas alturas si voy a morir prefiero hacerlo con dignidad. Y sin que me vean llorar, por supuesto".
Jackson pareció querer responder, aunque se detuvo bajando la mirada con una leve sonrisa.
"Siempre con la última palabra, ¿eh?"
"Siempre."
La lluvia seguía cayendo, y aunque seguian empapados, exhaustos y hambrientos, el silencio no se sentía tan incómodo como antes. Algo en él le decía que esta aventura apenas comenzaba.
.
Y en este momento, su instinto le decía que no entraran en ese lugar.
A ver, no es que siempre escuche a su instinto, pero cuando lo hace, generalmente tiene razón. Y esta vez estaba sonando todas las alarmas.
"Huele a monstruo" dijo Grover con el ceño fruncido, su naricita de cabra temblando como si alguien le hubiera puesto un plato de comida podrida enfrente.
"No, huele a comida" corrigió Jackson con un brillo esperanzador en los ojos.
"Lo mismo digo" secundó Chase.
Por otro lado él veía el cartel "Tía Em’s Jardín de Gnomos" y no podía evitar pensar que tenía toda la vibra de una trampa mortal. Quizás había leído demasiadas historias de terror, sin embargo si un lugar con gnomos de jardín le daba mala espina, era por algo.
"Oigan, ¿y si no entramos ahí?" sugirió cruzándose de brazos analizando mejor el lugar.
Los tres lo miraron como si acabara de sugerir que se quedaran a dormir bajo la lluvia en vez de buscar refugio (lo que, técnicamente, si estaba haciendo).
"¿Entonces qué es lo que propones, Malfoy?" bufó Chase.
Sonrío con la calma de quien tenía una carta bajo la manga.
"Podemos llamar a mi papá"
Hubo un momento de silencio.
"¿A Zeus?" preguntó Jackson con cara de puro horror.
"¡Merlín, no! ¡A Lucius!" dijo con un escalofrío. "Mi verdadero padre" seguro por sus caras ellos pensaron que técnicamente Zeus es su verdadero padre, pero él los fulmino con la mirada antes de que siquiera intentaran decir algo.
"¿Cómo demonios vas a llamar a alguien si no tenemos teléfonos?" preguntó la única chica cruzándose de brazos.
"Llamada Iris" respondío con obviedad.
Grover parpadeó.
"¿Tú sabes hacer una llamada Iris?"
"¿Tú no?" Contraatacó fingiendo sorpresa. El sátiro se cruzó de brazos ofendido, más no negó ni afirmó nada más.
"¿Y cómo piensas conseguir un arcoíris con esta tormenta?" preguntó Chase con una ceja levantada.
"¿Sabes qué pasa cuando llueve, Chase? Que hay superficies mojadas, y adivina qué reflejan."
Ella lo miró con sospecha. "No puede ser tan simple".
"Oh, lo es."
Draco encontró una superficie reflectante y lancé la moneda de dracma con un movimiento experto. "¡Oh Iris, diosa del arcoíris, acepta mi ofrenda!" Dijo con su mejor voz de invocación dramática.
El aire se llenó de un leve resplandor dorado y la imagen se aclaró hasta mostrar a su padre, Lucius Malfoy, sentado en un elegante estudio con una copa de vino en la mano y expresión de alguien que no esperaba una llamada a essas horas.
"Draco" hablo frunciendo el ceño. "¿Por qué estás llamándome desde lo que parece ser un bosque?"
Oh, por fin la gran pregunta.
"¡Hola, padre!" Saludo con la mejor de sus sonrisas. "¿Podrías venir a buscarnos?"
"... ¿qué fue lo que hiciste?"
Suspiró. "Larga historia. Campamento, reclamación, viaje, misión mortal, la vida de siempre. Lo explicaré si vienes por nosotros, por favor".
El mayor lo miró por un largo momento para luego observar a sus acompañantes.
"¿Y quiénes son ellos? ¿Dónde están Michel y Neville? Si hiciste algo malo, lo harías con ellos".
Jackson y Chase lo miraron con expresión de 'haz algo' mientras Grover solo parecía aliviado de que no tuvieran que entrar a la casa de los gnomos. "Eh… ellos son… Jackson, Chase y Grover, y los chicos estan en el campamento" dijo rápidamente.
"¿Y por qué tú no estás en el campamento?"
"Es una de esas cosas que te explicaré en el auto si vienes".
Su padre suspiró, como si estuviera reevaluando todas las decisiones de vida. "Estoy cerca. Iré a buscarte".
Y la imagen desapareció.
Cuando se volteo hacia los demás, Jackson tenía cara de incredulidad, Chase de resignación y Grover de puro alivio.
"¿Así de fácil?" preguntó el chico.
"Así de fácil."
Chase lo miró con sospecha y una sonrisa.
"No puedo creer que estés consiguiendo un auto para la misión".
"No es cualquier auto Chase, es un auto de lujo. Hay una gran diferencia".
Y con eso, los cuatro se sentaron a esperar.
"Espera, ¿eres un niño rico?" Preguntó Jackson.
"¿Acaso no se me notaba?"