Draco Malfoy y los Dioses Mitológicos

Harry Potter - J. K. Rowling Percy Jackson and the Olympians - Rick Riordan
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Draco Malfoy y los Dioses Mitológicos
Summary
Draco estaba jodido en términos generales.Él no sabe el momento exacto en el cuál todo se fue a la mierda. Sólo recuerda que estaba con su Madre en Londres muggle -por favor, no le digan eso a su padre o lo matará, gracias- y apareció esa cosa con una apariencia grotesca con cuerpo delgado y alas de murciélago. Probablemente hubiera estado encantado como el fanboy que era de la Mitologia al ver a una criatura tan parecida a una furia si no fuera porque esa criatura lo estaba persiguiendo para matarlo, literalmente. No entiende porqué ningún muggle lo ayudaba -después de todo, nunca creyó en todos esos prejuicios que su padre pasaba dia y noche intentando que aprendiera- ¡y en definitiva no estaba siendo nada discreto al pedir ayuda!. Al menos que se considere que gritar a todo pulmón como una niña y empujar de todo para que esa cosa no lo encuentre sea muy discreto.Volviendo al caso del porqué estaba jodido, pues cuando intentaban escapar de esa cosa sin éxito, su madre le tiro un traslador, que tal parece estaba mal configurado, porque al final terminó cayendo desde 𝘮𝘶𝘺 alto. ¡Oh! Además puede que haya golpeado a una chica con una piedra antes de desmayarse rodeado de extraños en un campamento del cual no sabe
Note
...𝘼𝙣𝙙 𝙮𝙤𝙪 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙨𝙘𝙧𝙚𝙖𝙢, 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙢𝙚 '𝙠𝙞𝙙', 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙢𝙚 '𝙗𝙖𝙗𝙮'.𝙇𝙤𝙤𝙠 𝙖𝙩 𝙩𝙝𝙞𝙨 𝙜𝙤𝙙𝙛𝙤𝙧𝙨𝙖𝙠𝙚𝙣 𝙢𝙚𝙨𝙨 𝙩𝙝𝙖𝙩 𝙮𝙤𝙪 𝙢𝙖𝙙𝙚 𝙢𝙚...
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El Cielo y El Mar - The Great War

Los primeros días en casa fueron tranquilos. Su padre no era un hombre de muchas palabras, pero lo observaba con atención, como si quisiera asegurarse de que realmente estaba bien. Dracl por su parte, intentaba ignorar la sensación de que algo en él había cambiado demasiado para encajar de nuevo en este mundo.

Sin embargo pronto la calma dio paso a una rutina inesperada.

"Quiero ver qué tanto has aprendido en este tiempo lejos de casa" hablo Lucius una tarde, sacando una varita de repuesto.

A Draco le tomó unos segundos darme cuenta de que quería practicar duelos con él. La idea lo sorprendió, sin embargo no iba a decir que no a semejante oferta, ¿quién rechazaría la oportunidad de lanzaflw hechizos a su propio padre? ¡nadie! Su entrenamiento fue más intenso de lo que esperaba. Su padre no se contenía, pero tampoco intentaba hacerle daño, solo quería medir sus habilidades, y cuando terminó de pie con la respiración agitada aunque sin haber caído ni una vez, vio un brillo de orgullo en sus ojos.

"Has mejorado" dijo como si eso no fuera obvio. Era un Malfoy, era un Black, claramente lo había hecho.

Draco no se detuvo ahí. Le hablo más del Campamento Mestizo, de las habilidades que había desarrollado con la katana y, de algún modo, terminaron en los jardines de la mansión con una red improvisada, una pelota de voleibol muggle y su padre al otro lado, mirándolo con una ceja arqueada.

"No puedo creer que me estés obligando a hacer esto".

"Oh, vamos, padre, si los dioses pueden jugar, tú también. Prometo no contárselo a nadie" en realidad, lo haría.

Era una mentira descarada. Le contaría a Mich y a Neville en cuanto pudiera, pero por ahora, verlo tratando de moverse con la coordinación necesaria para devolver la pelota era lo mejor que le había pasado en semanas. No era un mal jugador, aunque claramente no tenía práctica. Al final, ambos terminaron sentados en el césped, tomando un respiro, y por primera vez desde que volvió, lo vio relajado.

"¿Y qué más has aprendido en ese campamento?" preguntó mirando las nubes.

Ahí comenzó una larga conversación sobre los dioses, sus historias y los mitos que más le gustaban. Le hablé de Artemisa -otra vez, el pobre casi se sabe al derecho y al revés todo sobre la Diosa de tanto que lo torturó de niño- y de cómo a pesar de su odio por los hombres, siempre le había parecido fascinante. Le hablo sobre Hermes, de Ares, de Hécate. Él lo escuchó con genuino interés, incluso cuando se emocionaba y hablaba demasiado rápido.

Y no fue la primera vez que sentía que de verdad compartíamos algo más allá de nuestro apellido y nuestras responsabilidades.  Y tampcoo por primera vez se atrevío a pensar que quizás este verano no tenía por qué ser tan malo.

Todo se fue a la mierda cuando llegaron las cartas de los chicos.

.

Querido Draco,

Hola ¿Cómo estás? Espero que estés pasando un buen verano. Quería contarte que hablé con mi abuela sobre lo del campamento, y… ¡resulta que ella ya lo sabía! Me dijo que no soy exactamente un semidiós, sino más bien soy un legado, porque mi abuela es hija de Deméter. ¿Puedes creerlo? No tenía idea, al principio sentí que toda mi vida era una mentira.

Aunque lo mejor es que ella quiere que la conozcan algún día, dice que mis amigos deben ser personas interesantes si logré sobrevivir mi primer año en Hogwarts sin accidentes graves (aunque técnicamente hubo varios, pero no se lo recordé). Me ha estado enseñando sobre mis poderes, y es increíble. Puedo hacer crecer plantas más rápido si me concentro, y el otro día logré que una enredadera atrapara a Trevor antes de que escapara (otra vez). Ah, y lo mejor de todo… ¡me dio un arco! Dice que en cuanto ella fue los hijos de Deméter en el campamento lo usaban bastante, y quiere que aprenda.

¡Y esa es la buena noticia! Ella me dio el permiso de ir junto a ustedes, así que en unas semanas estaré ahí.

Voy a seguir practicando y prometo no dispararle accidentalmente a nadie, creo. Extraño mucho hablar con ustedes, pero nos veremos pronto.

Cuídate e insulta a Michel si hablas con él.

Con cariño, Nev.

.

Holaaaa Dray,

Dime que esto es mentira. No puedo creerte sin pruebas, necesito evidencia de que el viejo Lucius Malfoy, sí, ese Lucius Malfoy, ha estado jugando vóley. ¿Fotos? ¿Testigos? ¿Acaso hay una crónica escrita sobre este evento histórico? No puedo dormir sin respuestas.

Por otro lado, exijo que me cuentes cómo van tus días sin mi y Neville para cuidarte, aunque sé que nos extrañas terriblemente. Yo estoy aquí sobreviviendo. Mi madre dice que te envía saludos y que recuerda que siempre tienes un plato en casa si algún día decides pasarte.

Ahora, el tema serio. He estado acumulando pruebas sobre tu obsesión enfermiza con el color verde, y esta es la prueba definitiva: mis galletas ahora son verdes. ¡Verdes, Draco! Y todo por tu culpa, ¿sabes lo difícil que es que mi madre haga algo sin cuestionarlo? Pero no, le mencioné de pasada que te gustaban y ahora tengo una caja entera de galletas verde conmigo (por cierto, tienes que probarla, están riquísimas). Aveces llegó  a pensar que esa mujer te ama demasiado, y esas veces ella me recuerda mi momento humilde a los ocho años cuando estaba enamorado de tí.

Nos vemos pronto, mi madre me dejo volver al campamento, intenta no meterte en problemas sin la supervisión mía o de Nev :).

Michel

.

El aroma a té y a galletas llenaba la Mansión Malfoy cuando bajo las escaleras en busca de su padre. Lo habían despertado temprano los rayos del sol colándose por las enormes ventanas, pero por una vez no le molestó. De hecho, sentía una energía extraña, una mezcla de nervios y emoción.

Hoy era el día.

Encontró a su padre en el invernadero de su madre, sentado en una mesa de mármol con su taza de té perfectamente servida. Draco se detuvo un momento en el umbral, observándolo. No venía al invernadero desde... bueno, desde que su madre tampoco venía a este.

Respiro hondo y se acerco.

"Buenos días, padre".

"Buenos días, Draco" Levantó la mirada y le hizo un gesto para que me sentara frente a él.

No perdió el tiempo y lo obedeció acomodándose en la silla con las manos entrelazadas. Había ensayado esto en su cabeza varias veces, y ahora que estaba ahí, se dió cuenta de que lo único que realmente importaba era ser sincero. O de eso se quiere convencer.

"Quiero hablar contigo sobre algo importante" comenzó.

Lucius dejó su taza con calma, sus ojos fijos en los suyos. "Te escucho".

Se humedecí los labios.
"Recibí cartas de Neville y Michel" este soltó una risa, seguro al recordar como Nev estaba temblando cuando lo invito a una cena en casa.

"¿Y qué cuentan, esos dos?"

"Neville…" sonrio porque su emoción se le había pegado al leerlo. "Resulta que no es un semidiós, sino un legado. Su abuela es hija de Deméter, y está enseñándole sobre sus poderes. Dice que le dio un arco y que quiere que Michel y yo la conozcamos algún día. Está feliz, padre. Realmente feliz".

Él asintió con interés. "Eso explica muchas cosas. ¿Y Michel?"

"Sigue siendo Michel" Rodeo los ojos, divertido. "Dice que necesita pruebas de que jugaste voleibol conmigo porque no lo cree, que las galletas que tiene son verdes porque ya aceptó mi obsesión con el color y que su madre nos envía saludos, y que algun dia podriamos ir a cenar".

Lucius exhaló un suspiro, como si estuviera cuestionando sus decisiones de vida. "Es un chico peculiar".

"Lo es" afirmo, no iba a mentir. Se inclinó un poco hacia adelante. "Y ambos van a ir al Campamento Mestizo este verano".

Silencio.

Su padre entrecerró los ojos.

"Draco…"

"Por favor padre, escúchame " pidio interviniendo antes de que pudiera decir algo más. "Quiero ir con ellos" Su expresión no cambió, pero el aire entre ellos sí.

"¿Por qué?"

Me mordí el interior de la mejilla antes de responder. "Porque me gusta estar ahí, porque tengo amigos, y los extraño, porque es un lugar al que aunque aveces no me guste mucho, pertenezco" su padre lo observó con intensidad, su mente trabajando más rápido de lo que dejaba ver.

"Draco, sabes que los dioses…"

"No confías en ellos, lo sé. Pero esto no es sobre ellos. Es sobre mí".

Otro silencio.

Espero con su corazón latiendo con fuerza.

Finalmente, Lucius suspiró y apoyó las manos en la mesa. "Si voy contigo a Estados Unidos, te dejaré quedarte el verano".

Draco abrio los ojos de par en par. "¿En serio?" ¿Tan fácil? Debía de haber alguna trampa, vacío legal en eso...

"Sí" su pecho se llenó de alivio y emoción, aunque lo que vino después lo sorprendió aún más. "Me quedaré en la parte mágica de Estados Unidos mientras estés allí".

"¿Vas a quedarte cerca?" Preguntó con emoción.

"Por supuesto".

No supo qué decir al principio, no se esperaba esto. Penso que lo dejaría ir y ya. Sin embargo… se quedaría, se quedaria cerca, con él. Así que no pudo evitar la sonrisa que se extendió en su rostro, mo pueden culparlo.

"Gracias, padre".

Este lo miró por un momento antes de inclinar ligeramente la cabeza.

"Tu madre habría querido que hicieras esto a tu manera".

Algo en dentro suyo se apretó, pero asintió con determinación.

"Y lo haré bien".

Y con eso, supo que el verano estaba por comenzar.

...

Si hay algo que detestaba, era la burocracia. Y si hay algo que detestaba aún más, era la burocracia británica. El Departamento de Transportes Mágicos olía a trámites interminables, plumas que raspan pergaminos, y a desesperación de funcionarios mal pagados.

Draco y Lucius se movían entre la multitud con la misma actitud con la que un dragón se pasearía entre ovejas. Su padre mantenía su postura erguida y elegante, su capa ondeando apenas cuando pasaba de largo a los empleados que intentaban balbucear un "señor Malfoy". Él por supuesto se aseguró de copiar su andar con perfección milimétrica. Si vas a ser la comidilla del lugar, al menos que sea con estilo.

Se detuvieron frente a un mostrador donde un mago de aspecto cansado revisaba un pergamino con la energía de un troll después de almorzar.
"¿Destino?" murmuró, sin molestarse en levantar la vista.

"Estados Unidos" respondió su padre con ese tono de voz que automáticamente hacía que la gente dejara de respirar. El mago tragó saliva y hojeó los papeles con más rapidez.

"Tienen traslador programado en dos minutos" les señaló un reloj de bolsillo colocado sobre un cojín de terciopelo. "No lo pierdan de vista".

Lucius ni se dignó a contestar. Draco en cambio, le dedicó al hombre su mejor sonrisa de "soy encantador y lo sabes", y se apoyé contra el mostrador.

"¿Y si lo pierdo de vista? ¿Me convierto en un espectro y deambulo entre dimensiones? ¿O solo exploto?"

El mago palideció, y su padre suspiró cansado de él. "Draco".

"Lo siento, lo siento. Pregunta académica".

Antes de que el pobre tipo se desmayara, tomo el traslador y el mayor hizo lo mismo. Un instante después, sentía el conocido tirón en el ombligo y el mundo giró en un torbellino de viento y colores hasta que sus pies tocaron suelo firme.

Supongo que nos volvemos a encontrar, Estamos Unidos.

Ambos se encontraban en una zona mágica oculta entre rascacielos, con calles empedradas y edificios que combinaban arquitectura colonial con destellos de modernidad. Aunque la parte mágica de América no tenía el mismo aire antiguo que el Callejón Diagon, seguía sintiéndose como un mundo completamente separado del de los muggles.

"Impresionante" murmuró observando a su alrededor, nunca había estado en un lugar así.

Lucius alzó una ceja con orgullo. "Años de tradición mágica, aunque con costumbres algo… cuestionables".

"Lo dice el hombre que estuvo jugando voleibol hace unas semanas". Él le lanzó una mirada de advertencia, pero solo se limito a sonreír con inocencia. Caminaron un rato, observando el lugar, hasta que llegaron a un punto de encuentro. Su padre se giró hacia él y, por primera vez desde que habíamos llegado, su expresión se suavizó.

"Aquí nos separamos. Ya sabes que me quedaré en la parte mágica mientras estés en el campamento".

Su corazón dio un pequeño salto de alegría.
"¿Eso significa que me vigilaras de cerca?"

"Significa que, en caso de emergencia, no tendrás que cruzar un océano para pedirme ayuda".

No iba a mentir: eso lo reconfortó más de lo que esperaba.

Lucius se tomó un segundo para acomodarle la capa, como si aún fuera un niño y no un semidiós en camino a un campamento de guerreros.

"No hagas tonterías" ¡nunca las hacia! Solo se metía en ellas sin querer.

"Padre, por favor, no tengo instinto Gryffindor"

Él rodó los ojos con un suspiro. "Eso espero".

Draco se quedó mirándolo por un momento, intentando memorizar este instante. Lucius Malfoy, su padre, parado frente suyo con la leve sombra de una sonrisa en el rostro.

Inspiró hondo y asentí.

"Nos vemos pronto".

Él colocó una mano en su hombro, apretándolo levemente.

"Nos vemos pronto, hijo".

Se dió la vuelta y comenzó su camino hacia el Campamento Mestizo.

Sin saber que ese 'pronto' llegaría más rápido de lo que creían, y estaba a punto de conocer a Percy Jackson, el chico que arruinaría -y mejoraria- su verano de formas que ni imaginaba.

.

El sonido de sus botas resonaba suavemente sobre la hierba mientras avanzaba por el sendero hacia la entrada del campamento. El calor del verano se asentaba sobre su piel, pero no le molestaba; después de todo, ya estaba acostumbrado a entrenar bajo el sol. Con una mano jugueteaba distraídamente con la empuñadura de su katana, preguntándose si realmente iba a disfrutar este verano tanto como el anterior. Posiblemente mucho más, ahora que también tenía a Nev con él, tendría que presentarse lo a Will, Lena y Luke.

Fue entonces cuando escucho el estruendo.

El rugido de un motor a toda velocidad, seguido por gritos desesperados y el chirrido de neumáticos quemando el pavimento. Levantó la vista justo a tiempo para ver un auto fuera de control, dirigiéndose directamente hacia él.

"¡MUÉVETE!" una voz gritó desde el interior.

Mierda. Ni siquiera había entrado al campamento y ya estaba en problemas, perfecto.

Con un rápido movimiento, salto a un lado, esquivando al vehículo por centímetros. El auto se estrelló contra un árbol con un impacto brutal, la puerta del copiloto salió despedida y vio cómo tres figuras caían al suelo: un sátiro inconsciente, una mujer de cabello oscuro y... un chico.

No cualquier chico.

Chico parecidos al de sus sueños.

Pero, demasiado parecido.

Y aunque quiera, su atención no podía quedarse en él. No cuando algo mucho más grande y peligroso emergió de entre la polvareda, sacudiendo el suelo con su enorme peso. Un Minotauro. Su piel o pelaje marrón brillaba bajo la luna, sus cuernos más grandes que los de Hera afilados destellaban con una amenaza latente y sus ojos inyectados en sangre se fijaron en el chico en el suelo.

"Oh, no. Nadie muere en mi guardia" murmuró.

Asi que sin perder tiempo, desenvainó la katana con un movimiento fluido y se lanzo hacia la bestia. El Minotauro lo embistió, pero Draco se agachó con facilidad, girando sobre un pie para deslizarse por debajo de su brazo. Con un tajo preciso, cortó una de sus pantorrillas, haciéndolo rugir de dolor. Este giró para atacarlo con su enorme puño, sin embargo él ya no estaba allí. Se movía con rapidez, con la agilidad que había perfeccionado en incontables entrenamientos.

La bestia lo atacó de nuevo, aunque esta vez Draco ya tenía la ventaja. Dió un salto, usando su hombro como apoyo para impulsarse más alto, y con un golpe certero, su katana atravesó su cuello. El Minotauro soltó un último jadeo antes de desplomarse pesadamente en el suelo. Su cuerpo comenzó a desintegrarse en polvo dorado. Él se limpio la frente con el dorso de la mano y guardé su katana con un giro elegante.

Fue entonces cuando escucho el jadeo detrás suyo.

Volvió la cabeza y se encontró con unos ojos azules mar abiertos de par en par. El chico, con los rizos oscuros desordenados y la boca entreabierta, parecía incapaz de apartar la mirada de Draco. Pero lo que realmente capturó su atención fue lo que dijo después.

"Tú... tú eres el chico de mis sueños..."

Parpadeo. Él chico también lo hizo, y de repente su rostro se sonrojó violentamente.

"¡Digo! Literalmente, apareciste en mis sueños" balbuceó, como si intentara corregirse.

Un segundo después, sus ojos se pusieron en blanco y, antes de que pudiera reaccionar, su cuerpo se desplomó hacia adelante. Con reflejos impecables que ni Draco sabe de donde saco, lo atrapó antes de que golpeara el suelo.

"Genial" murmuro mirando su rostro inconsciente. De cerca, era incluso más atractivo, aunque eso no era lo que importaba ahora, Draco, concéntrate. Suspiró y se giró hacia el coche, donde el sátiro seguía sin moverse. "¿Es en serio?" bufo acercándose para cargarlo también. Ahora tenía un chico desmayado en un brazo y un sátiro inconsciente en el otro. Si alguien lo veía, probablemente pensaría que estaba secuestrando gente.

Con paso firme, se dirigió al campamento. Y cuando cruzo la colina, vio a dos figuras corriendo hacia él. Una era Silena con su brillante cabello castaño ondeando tras ella, y también Chase, que parecía evaluarlo con una mezcla de incredulidad y recelo.

"Malfoy, ¿qué rayos ha pasado?" preguntó esta última con su mirada bajando de mi cara a mi ropa, notando que estaba cubierta de polvo, sudor y sangre -de monstruo, claro, pero igual-.

"Oh, nada" dijo con una sonrisa encantadora. "Solo un día normal en mi increíble vida, Chase".

Silena puso los ojos en blanco, aunque no pudo evitar sonreír. "Anda, vamos a llevarlos a la enfermería" hablo tomando al sátiro de mis brazos. "Y este de aqui..." señaló al chico inconsciente que aún sostenía. "¿Quién es?"

Draco volvió a mirar el rostro del chico, ahora relajado en el sueño. Recordando sus palabras. "Tú eres el chico de mis sueños..." Pues él igual de los suyos.

"Ni idea" admitio, porque, de verdad, no sabia quien era. "Pero algo me dice que este verano acaba de volverse mucho más interesante".

.

Había muchas cosas en su lista de prioridades en ese momento:

1. Lavarse la sangre seca del minotauro.
2. Confirmar que el chico Potter 2.0 seguía respirando.
3. No desmayarse por el cansancio y la adrenalina.
4. Salir de ahí antes de que alguien intentara hacerle preguntas incómodas.

Lo que no estaba en la lista, sin embargo, era ser arrastrado a la enfermería por Will. "Vamos Draco, no hagas que esto sea más difícil de lo necesario" hablo con un tono paciente, pero con una mano firmemente sujetando su antebrazo.

"Estoy perfectamente bien" insistió aunque la sangre en su ropa dijera lo contrario.

"Lo diré de nuevo: no hagas esto más difícil de lo necesario".

Rodó los ojos, aunque decidió no pelear más. Estaba cansado y si ser revisado significaba que podría quitarse esa ropa cubierta de sangre de monstruo, no iba a quejarse mucho más. Al llegar, Will lo empujó suavemente hacia una de las camillas y lo inspeccionó con la mirada.

"¿Heridas? ¿Algo roto?"

"Solo mi paciencia".

El chico resopló, pero negó con la cabeza. Se giró para tomar un paño húmedo y sin pedir permiso, empezó a limpiar un poco de la sangre en su brazo.

"Puedo hacerlo yo mismo, lo sabes, ¿verdad?" comentó Draco arqueando una ceja.

"Sí, pero lo harías mal"

Bufo, que confianza que le tenía, eh.
"¿Y si te digo que ni siquiera es mi sangre?"

"Lo sé. Y sin embargo sigues pareciendo un desastre, y eso es un crimen viniendo de ti" entrecerro los ojos, aunque él solo sonrió antes de seguir limpiando. A lo lejos, alguien soltó un pequeño suspiro, y cuando miro de reojo, vio a una de las chicas del campamento cubriéndose la boca, como si estuviera presenciando algo demasiado adorable.

… no entendió por qué.

Will, por otro lado, parecía completamente concentrado en su tarea. "¿Así tratas a todos los que llegan con sangre encima?" pregunto con diversión.

"No. Solo a los que insisten en actuar como si fueran indestructibles" respondió el chico sin siquiera levantar la mirada. Había algo en su tono que no  reconocia, pero no le dio mucha importancia como a todo lo demás. Will siempre era así, atento con todos, ¿no?

Antes de que pudiera decir algo más, la puerta de la enfermería se abrió, y entró Luke. Will dio un paso atrás de inmediato, Draco solo sonrió al ver quien era.

"Pero miren a quien tenemos aqui, Luke Castellan se ha dignado en venir a verme" bromeó.

Este lo recorrió con la mirada, y por un segundo, noto una sombra de algo en sus ojos. Pero luego sonrió como siempre oo hacia.
"Vaya Draco, sigues vivo. Qué sorpresa".

"Siempre logras hacerme sentir especial" se esperaba un comentario sarcástico en respuesta, sin embargo Luke solo se quedó ahí, mirándolo.

Algo estaba raro.

Aunque antes de poder descifrar qué era, Will se aclaró la garganta. "Bueno, creo que ya estás bien. No hay heridas graves, solo algo de cansancio, descansa un poco, ¿sí?" Draco asintió sin pensarlo mucho, aunque cuando miró de nuevo, este ya estaba ocupado con otra cosa. Como si su pequeña inspección no hubiera sido gran cosa. Curioso. Pero no tenía energía para pensar en eso ahora.

Luke todavía li miraba con una expresión extraña, así que decidió centrarme en eso.

Y en descubrir qué demonios le pasaba.

.

La cabaña de Hermes estaba igual de caótica que siempre. Literalmente, apenas cruzó la puerta, casi pisa una espada oxidada, dos naipes sueltos y lo que parecía ser una rata de peluche.

"Dioses, nunca cambian" murmuró esquivando el desastre con la maestría de alguien que ya estaba acostumbrado.

Luke, que iba unos pasos delante suyo soltó una risa breve. "Si cambiaran, dejarían de ser la cabaña de Hermes". Tenía razón. Por eso, en cuanto llegaron a las literas, Draco fue directo a una cama libre y se dejo caer en ella sin pensarlo dos veces. "No eres hijo de Hermes, lo sabes, ¿verdad?" comentó el mayor cruzándose de brazos mientras lo miraba con una ceja arqueada.

"Técnicamente, sí, no oo soy. Sin embargo Mich va a llegar pronto, y todos saben que dormimos juntos".

Eso no era un secreto. Desde que su amigo llegó al campamento, Michel y él habían compartido cama casi todas las noches. No importaba si en la cabaña de Hermes los otros no reclamados se quejaban, o si el mismo Luke lo hacia, esperaba que su alianza con los hermanos Stoll prevalezca este año, ya que si Neville llegaba tendría aun más bromas que hacer.

"Hablando de eso" dijo girándose para mirarlo con una sonrisa perezosa ", tengo un nuevo compañero de cama, así que puede que algunas noche ni me veas".

Su amigo miró con una expresión ilegible. "¿Ah, sí? ¿Y se puede saber quien es?"

"Sí. Se llama Neville, y es un nuevo amigo mio" hablo con emoción,

Hubo un silencio breve. No fue nada obvio, sin emabrgo noto cómo los músculos en su mandíbula se tensaban un poco.

"Interesante".

"¿Verdad que sí? Su abuela tomó bien lo de su linaje, porque en realidad es un legado. Su abuela es hija de Deméter, así que ahora puede dormir en su cabaña también, y en nuestro internado nos permitían dormir juntos, así que creo que iré a su cabaña algunas noche" lo del internado era una mentira a medias, ya que le habían advertido que los semidioses ni magos podían saber del otro mundo. Lo que sí era un total mentira era de que tenían permiso para hacerlo, no le alcanzaban los dedos por las veces en las que McGonagall, Snape y Flitwich los habían llevado a detención por dormir en una Casa y habitación a la que no pertenecían.

Luke no respondió de inmediato. "¿Y tú?"

"¿Yo qué?"

"¿Dormirás ahí también?" ¿Acaso el chico no lo había escuchado?

"Probablemente. Oooh, y Neville quiere que su abuela nos conozca algún día".

Otro silencio.

"Qué bien".

Frunció el ceño, algo no lo convencía del todo, pero no sabía exactamente qué "¿Qué bien? ¿Solo eso?"

"Sí".

"Luke".

"Draco".

Le lanzo una mirada sospechosa. "¿Hay algún problema?"

"No" con solo esa palabra, era obvio que lo había, mentiroso. No le creyo ni por un segundo. Sin embargo Luke solo sonrió, encogiéndose de hombros como si no hubiera dicho algo completamente sospechoso. Decidio dejarlo pasar… solo por ahora.

"De acuerdo, aunque si intentas robarte mis galletas verdes en venganza, te juro que te muerdo"

Este soltó una carcajada. "Me gustaría ver eso".

Draco solo cerró los ojos y se acomodó en la cama.
Si había algo más detrás de su reacción… lo descubriría después de dormir una siesta.

.

Esperaba muchas cosas al ver llegar a Michel y Neville, pero verlos juntos le dio una sensación cálida en el pecho. Michel traía una gran caja de galletas en mano, y una mochila con... muchas cosas que en realidad no quería saber qué eran en su hombro, bueno, eso no era su problema. Neville, en cambio, parecía un niño en su primer día de colegio, con los ojos brillando de emoción mientras miraba a su alrededor.

"¡Finalmente llegamos!" exclamó él, tomando aire como si el mismísimo campamento oliera a magia.

"Vaya, pensé que me recibirían con una banda musical o algo así" comentó Mich con fingida decepción, alzando las manos. "Draco, ¿esto es lo mejor que puedes hacer? ¿Dónde está la alfombra roja? Estas perdiendo el toque, amigo" Puso en blanco los ojos y se cruzo de brazos con diversión.

"Lástima, solo tengo una cabaña con camas incómodas y un grupo de semidioses con traumas familiares. ¿Lo tomas o lo dejas?"

"Meh, me quedo" respondió con una sonrisa antes de pasar un brazo sobre sus hombros. "Extrañaba verte, Draco".

"Yo también, a ambos".

Will, que estaba a su lado, carraspeó. "¿No nos vas a presentar?"

"Cierto" se giré hacia Neville y Michel, señalando a los presentes. "Chicos, ellos son Luke, líder de la cabaña de Hermes y básicamente el padre de todos los niños sin reclamar, Silena, la chica más hermosa del campamento y mi aliada en todo lo estético, y Will, el rayo de sol que nos ayuda en la enfermería" presentó a cada uno de ellos.

Neville les dedicó una sonrisa nerviosa.
"Encantado de conocerlos".

"Tienes cara de buen tipo" comentó Will con aprobación.

"Eso dice su abuela" intervino Michel. "Pero aún no sabemos si es cierto"

Silena observó a Neville con curiosidad. "Draco nos dijo que eres un legado de Deméter" y justo en ese momento, el mismo símbolo de la vez pasaba apareció arriba de su cabeza.

Los ojos de Neville brillaron con orgullo. "¡Sí! Mi abuela es su hija. Me ha estado enseñando un montón de cosas, desde cómo sentir la energía de las plantas hasta…" hizo una pausa y sonrió ", bueno, hasta usar un arco".

"¿Tienes un arco?" preguntó Luke ahora interesado.

Neville asintió, sacando de su espalda un arco de madera con intrincadas hojas talladas. :Mi abuela me lo dio antes de venir. Dice que tengo talento" Draco de inmediato fue a abrazar a su amigo, ¡se veía tan tierno!

Will silbó, impresionado. "Pues tenemos que verte en acción".

"Sí, pero antes" interrumpió Mich ", necesito pruebas de que el viejo Lucius jugó voleibol. No puedo creerlo sin evidencia".

"Juro que fue real. Hasta lo disfrutó" repitió por décimo quinta vez.

"Mientes, Draco Regulus Malfoy Black, lo sé" escucho detrás algunos murmullos que hablaban de su nombre completo.

"Que no"

Su amigo puso una mano en su pecho, fingiendo dolor. "Estoy tan decepcionado. Pensé que me conocías lo suficiente como para saber que no puedo confiar en tu palabra sin pruebas fotográficas"

"Dioses, ¿cuándo te volviste tan insoportable?"

"Nací así"

"Pobre de la tía Samy"

"Por cierto, te manda saludos".

Sonrió sin poder evitarlo. "Dile que la extraño".

"Lo haré"

Antes de que la conversación pudiera continuar, un grupo de semidioses pasó corriendo, algunos de los jugadores de voleibol que los saludaron con la mano. "¡Draco, Mich! ¡Juegan hoy?"

"Tal vez después de la bienvenida de Neville" respondío, y luego miré a Mich. "¿Tú qué dices?"

"No estaría mal hacer que todo el campamento recuerde quién es el mejor".

"Por favor, yo soy el mejor" le siguió la broma.

"La humildad nunca fue tu fuerte".

Sonrió en grande. "Ni lo será nunca".

Siguieron recorriendo el campamento junto a a Lena y Will, que charlaban con Nev, con algunas intervenciones de Luke también, hasta que, inevitablemente, se encontraron con Clarisse. La chica estaba en el área de entrenamiento con su lanza en mano, gritándole a unos chicos de Ares que claramente sufrían en el proceso.

"Esa es Clarisse, la chica de la que te hablamos" le murmuró.

Neville la miró y ladeó la cabeza con inocencia.
"Así que ella es el rinoceronte del que hablaban".

Silencio.
Un silencio largo.
Pesado.
Y muy tenso.
Will casi se ahoga con su propia saliva.
Silena abrió mucho los ojos.
Luke miró a otro lado, como si quisiera fingir que no estaba ahí.

Y Michel… Michel solo lo miró con absoluta fascinación, como si acabara de ver a un niño meterse en la jaula de un león con un filete en la mano.

Clarisse se giró lentamente. "¿Qué dijiste?"

Neville parpadeó, inocente. "Oh… ¿era un secreto?"

Draco, como la buena persona que era, puso una mano en su hombro.

"Corre".

Y él corrió siguiéndolo de cerca.

Clarisse rugió y fue tras ambos. "¡Malfoy, te juro que lo voy a matar a tí y a tu amigo ese!" Bueno, no era la primer avez que lo decía, y mírenlo, sigue entererito. Aunque no por mucho.

"¡Solo si nos atrapas!"

Michel y Silena se doblaban de la risa, mientras Will se cubría la cara con una mano.
"Neville va a morir" murmuró Will.

"Sí" asintió Michel. "Pero qué manera de hacerlo".

Draco solo suspiró.

"¡Bienvenido al Campamento Mestizo, Neville!"

...

Después de todo el caos de la llegada de Neville, pensó que por fin podría relajarse y disfrutar de un día tranquilo en el campamento. Grave error.

"Draco, necesitamos que hagas algo" hablo Quirón con su típica voz calmada y seria. El centauro estaba en la Casa Grande junto al señor D, quien, como siempre, parecía más interesado en su copa de vino (que, lamentablemente para él, era jugo de uva).

"Depende" respondío con cautela. "¿Es ilegal?"

"No" contestó Quirón.

"¿Inmoral?"

"Tampoco".

"¿Voy a recibir algo a cambio?"

"Tu contribución al bienestar del campamento" intervino el señor D, aburrido.

"Entonces, probablemente no me interese" había que hablar con la verdad siempre, le había dicho su madre.

Quirón suspiró.
"Queremos que le enseñes el campamento a Percy Jackson"

Parpadeó varias veces al no reconocer el nombre. "¿Perdón, quien es?"

"El chico que trajiste el otro dia" explicó el centauro. "Creemos que sería bueno que tenga a alguien con experiencia mostrándole el lugar" Así que se llama Percy Jackson, ¿eh? Igual le queda mejor Potter 2.0 (apodo aprobado por Michel y Nev).

Pensó en Jackson: el chico que aparentemente era el mismo que el de sus sueños, el que lo había mirado como si fuera la octava maravilla del mundo después de ver cómo mato al Minotauro, el mismo que se desmayó en sus brazos como una protagonista de telenovela.

Sí, no gracias, pasaba por esta vez.

"Lo siento mucho, me niego. Aunque creo que Annabeth Chase estaría mucho más calificada para eso" dijo con una sonrisa encantadora.

"Oh, por favor, Dior Malfray" bufó el señor D. "¿O era Damian Malfito, Malfuego? Bueno, la cosa es que no puede ser tan terrible" ¿Saben? Draco prefería cuando el Dios lo llamaba Daniel Mendoza en vez de buscarle un nombre cada vez peor. Ya se había cansado de corregirlo, ya se resigno.

"No es eso" mintio descaradamente, ignorando su nombre falso. "Es solo que creo que Chase podrá explicarle mejor la historia del campamento. Yo soy más del tipo 'acción y reacción', ¿saben?"

Quirón lo miró fijamente, claramente viendo a través de su excusa. "¿Estás seguro?"

"Totalmente".

El centauro suspiró de nuevo, sin embargo al final asintió.
"De acuerdo. En ese caso, Annabeth lo guiará".

Draco tuvo que contener su sonrisa de victoria. "Perfecto señor".

"Aunque esto no significa que te librarás de futuras responsabilidades" buuu, mal centauro, mal centauro.

"Por supuesto que no señor, ¿como me cree capaz de hacer algo así?" dijo sin intención de cumplir esa promesa. Cuando salió de la Casa Grande, se encontré con Michel, que lo miraba con clara diversión.

"¿Qué hiciste ahora?" Wow, si que lo conocía bien.

"Nada ilegal, ni inmoral, y mucho menos en contra de las reglas" afirmo, porque así era.

"Eso es nuevo".

Sonrió con orgullo.
"Solo logré que Chase fuera la guía de Percy en lugar de mí, no se me ocurrió nadie más para decir".

Michel parpadeó. "¿Es en serio?"

"Sí".

"¿Y cómo lo lograste?"

"Tengo mis métodos" habló con su 'mejor sonrisa Slytherin' según Neville.

"Traducción: encontraste una forma de no tener que hacerlo sin que te castigaran".

"Exacto"

Michel le dio una palmada en el hombro.
"Eres mi ídolo".

Lo sabía.

.

El sol golpeaba fuerte en el campo de entrenamiento. Había un aire eléctrico en la atmósfera, una energía contenida que solo significaba una cosa: algo grande estaba por pasar. Michel y Draco se encontraban en el centro de la arena, rodeados por una multitud de campistas que habían dejado de lado sus propias prácticas para verlos. Era una tradición no oficial en el Campamento Mestizo: cuando ellos dos peleaban, nadie quería perdérselo, después de todo nadie más tenía armas tan sofisticadas, y ninguno se contenía.

"¡Recuerden, niños!" gritó girando su katana entre los dedos. "Aquí no hay segundas oportunidades. O luchan con todo, o mueren como perdedores".

Los novatos tragaron saliva, notablemente tensos. Entre ellos, Neville los miraba con admiración, su postura más firme que la de los demás. Michel, por su parte, sonreía de lado mientras sostenía su morning star con una mano, el enorme arma girando con una facilidad que no debería ser posible.

"Cuando quieras, Dray" lo provocó.

No necesitó decir más.

En un parpadeo, estaba sobre él.

Su katana silbó en el aire, un corte veloz que Michel apenas logró bloquear con el mango de su arma. La fuerza del impacto lo hizo retroceder unos pasos, pero no le di respiro. Se deslizo hacia un costado, esquivando un intento de contraataque y lanzando una estocada precisa a su abdomen. Michel rodó por el suelo, evitando la hoja por centímetros, y se impulsó con fuerza para contraatacar. Su morning star cayó con brutalidad en un golpe descendente. Draco salto hacia atrás justo a tiempo, pero el impacto destrozó el suelo donde había estado. La multitud jadeó.

"¡Draco, cuidado!" gritó Neville con sus manos apretadas en puños.

Ignoró el aviso y se lanzó de nuevo. Michel intentó un barrido con su arma, sin embargo esta vez estaba preparado. Él se agachó, evitando las púas mortales, y rodó hasta quedar detrás de su amigo. Antes de que pudiera reaccionar, la katana se movió con velocidad letal, dibujando un arco perfecto en el aire.

Hubo un chasquido seco.

El morning star de Michel salió volando, aterrizando con un estruendo en la arena. El murmullo de la multitud creció, algunos semidioses exclamando en asombro. Este intentó moverse, pero mi hoja ya estaba contra su cuello, apenas rozando su piel.

"Ríndete" susurró.

Él sonrió, jadeando. "¿Y tener que verte fanfarronear?" No gracias".

"Como tú quieras".

Con un empujón, lo tiro al suelo. Michel rodó con agilidad y se puso de pie en un segundo, aunque sin su arma, la pelea estaba decidida. Dio un paso atrás, levantando las manos en señal de rendición.

"Está bien, está bien" dijo con una sonrisa. "Hoy ganas tú".

Un rugido de aprobación estalló en la multitud.

"¡Eso fue asombroso!"
"Tal parece que Malfoy y Corner no estuvieron de perezosos en el año"
"¡Ambos casi se matan! ¡qué genial!"

Neville los aplaudía con una emoción genuina, sus ojos brillando. Draco solo guardo la katana con un movimiento fluido, fingiendo indiferencia. Ese fue el momento en el que la voz equivocada decidió abrir la boca.

"Bueno" dijo Jackson desde el grupo ", supongo que hasta los bonitos pueden pelear".

El aire pareció congelarse.

Todos se  giraron a verlo. Michel le lanzó una mirada de advertencia, sin embargo ya era tarde. Draco se dio la vuelta lentamente, con su ceja arqueándose con calma peligrosa.

"¿Disculpa?"

El chico frunció el ceño, cruzándose de brazos.
"Solo digo que no esperaba que alguien como tú fuera tan bueno peleando". ¿'alguien como tú'? ¿Qué significaba eso, eh? Parece que hasta Chase y el sátiro se dieron cuenta de lo estúpido que habai sonado este, ya que ambos a la vez le dieron un codazo al chico. Bien, se lo merecía.

La multitud contuvo la respiración.

Sus dedos se crisparon sobre la empuñadura de la katana. Se acerco a la copia de Potter con una sonrisa afilada.

"¿'Alguien como yo'? Oh, por favor, ilumíname, ¿a qué te refieres exactamente, Jackson?" Él quería que fueran amigos, pero parece que mo se va a poder. El chico pareció darse cuenta de su error cuando ya estaba atrapado.

"Eh... bueno, ya sabes. Es que…"

"Ah, claro, claro" interrumpio dando una palmada exagerada en su hombro. "Porque alguien con esta cara bien cuidado y pelo sano no puede ser letal, ¿verdad? Debe ser muy confuso para ti procesar que alguien puede ser guapo y peligroso al mismo tiempo".

"Yo solo-"

"Shh, no te esfuerces" dijo con una sonrisa burlona. "Debe ser tan agotador para ti intentar pensar antes de hablar"

Neville resopló, cruzando los brazos con molestia. "Lo que Draco hizo fue increíble, y tú solo sueltas ese comentario tonto" ¿ya había dicho cuanto le gustaba cuando su amigo lo defendía? ¿No? Pues ahora lo hacía.

Jackson abrió la boca para responder, aunque Michel ya estaba arrastrándolo de vuelta. "Vamos, no necesitamos que lo asesines… todavía".

Al final con un poco de protesto termino por alejarse, con su punto más que claro.

Jackson por su parte, solo le observo con algo que no pudo, supo, ni quiso descifrar. Algo entre irritación, confusión... y un brillo extraño en sus ojos que lo molestaba más de lo que debería. Ya que sintió como algo en él se instalaba de igual forma.

"Mierda" susurró Michel, mirándolo. "Creo que lo hiciste enamorarse de ti".

Genial. Ahora le gustaba a Potter 2.0, ¿acaso sería muy tarde para decirle a su padre que se arrepiente de haber venido?

...

El día había comenzado bien. Se había despertado con el cabello perfecto, Michel no había intentado hacerle una broma (todavía), y, lo más importante, su camiseta naranja horrible y sus pantalones oscuros estaban impecables. Todo iba bien... hasta que él tuvo que aparecer.

Estaba caminando por el pasillo de las cabañas, de camino a buscar a Neville, cuando escuchl voces provenientes del baño. Al reconocer la de La Rue automáticamente freno el paso. La chica y su grupo de matonas no eran precisamente sutiles. Normalmente no se metía en sus asuntos, pero esta vez el tono era diferente: burla mezclada con hostilidad, curioso, decidió que quedarse cerca de la entrada, sin intención de intervenir, aunque tampoco de ignorar lo que sucedía era la mejor opción. Un escándalo era un escándalo, y él no se perdía de ninguno.

Fue entonces cuando pasó.

Un rugido de agua explotó dentro del baño, como si Poseidón en persona hubiera decidido convertir ese espacio en su piscina privada. La Rue y sus amigas fueron arrastradas por la ola, y antes de que pudiera siquiera procesar lo que estaba viendo, el agua estalló fuera del baño... directo hacia él.

El impacto fue brutal. Un segundo estaba de pie, y al siguiente, una masa de agua helada lo lanzaba de espaldas contra el suelo de piedra. Sintió su ropa empaparse por completo mientras el líquido sucio se escurría por su cabello y rostro. Tosió escupiendo lo que esperaba que fuera solo agua, y no algo peor, todos sabían que el agua del campamento no era precisamente agua bendita.

El silencio que siguió fue interrumpido por carcajadas.

Levanto la mirada y vio a los campistas doblándose de la risa, disfrutando el espectáculo de La Rue y sus amigas empapadas... y él, Draco Malfoy, luciendo como si hubiera sido rescatado de un naufragio.

La chica rugió de rabia y se giró hacia el culpable. Ahí estaba él, parado con cara de tonto, como si no entendiera lo que acababa de hacer. Perseus Jackson, mejor conocido como Peter Jhonson / Potter 2.0 / Potter barato con mejor peinado / Sesos de alga / El niño que pronto morirá.

"Tú" la hija de Ares escupió la palabra con una furia que habría hecho retroceder a cualquiera.

Draco en cambio se puso lentamente de pie, dejando que el agua chorreara de su ropa en un dramático goteo. Se pasó una mano por el cabello, sintiendo cómo sus ondas húmedas caían sobre su frente.

"Sabes, Jackson" hablo con una frialdad mortal ", hay muchas formas de arruinar mi día. Pero esta..." se miro a sí mismo. Con la ropa naranja y negra que ahora era una mezcla de gris y marrón, su piel fría por el agua que todavía goteaba. "... esta es imperdonable".

Jackson parpadeó, inseguro de si debía estar más preocupado por Draco o por la montaña de músculos que era La Rue que ya estaba avanzando hacia él con los puños cerrados.

Él me sacudí un poco el agua de las mangas y se giro hacia ella.

"¿Aliados?" preguntó con aún la mirada fija en el chico de sus pesadillas.

Clarisse le lanzó una mirada calculadora, luego volvió a mirar al chico que parecía listo para correr.

"Aliados".

Y así, en una extraña pero completamente justificada tregua, decidieron hacerle la vida imposible a Percy Jackson.

Por siempre.

.

Percy Jackson tenía que pagar.

No era solo por haberlo empapado como si fuera una esponja en un balde sucio. No. Era la actitud. El descaro. La falta total de respeto por el estilo y la dignidad de los demás. Y, sobre todo, la manera en que caminaba por el campamento como si no fuera el novato más desastroso que habíamos visto en años.

Clarisse y Draco se tomaron su venganza con gusto.

Primero, la clásica cubeta de agua con tripas de pescado sobre su cama cada dia de la semana. Un clásico. Se ajustaba al tema marino y, en su opinión, lo hacía más auténtico. Nadie nunca pudo decirles nada ya que, uno: la chica ni siquiera dormía con ellos y dos: Michel siempre lo cubría.

Luego, la trampa en el campo de entrenamiento. No era su culpa que Jackson tuviera reflejos de tortuga y terminara con la cara enterrada en el lodo después de que su espada 'accidentalmente' se atascara en una cuerda que ellos definitivamente no habían puesto ahí.

Lo mejor fue cuando, gracias a la ayuda de los hijos de Hefesto -bendita seas Silena por ayudarlos en eso-, lograron que su espada emitiera un sonido agudo y ridículo cada vez que la blandía. Era difícil tomarse en serio a alguien cuyo arma hacía piu-piu como un pato con problemas respiratorios.

Y así llegaban al siguiente punto.

Había una maldición sobre Draco.

No una de esas maldiciones dramáticas de la mitología, donde te conviertes en piedra o en un cerdo (aunque algunos en el campamento argumentarían que ya era un uno). No. Su maldición tenía nombre y apellido: Percy Jackson. El mismo al que hacía la vida imposible.

El tipo no dejaba de seguirlo.

No importaba a dónde iba. Al entrenamiento: ahí estaba. Al comedor: dos pasos detrás. A la arena de combate: observándolo con esos ojos de cachorro confundido. Era como si alguien le hubiera grabado en la cabeza que Draco era su guía espiritual en este lugar.

Y él no era su guía espiritual, para nada.

"Encima cree que es el mejor" bufó dejándome caer en los escalones de la cabaña de Ares junto a Clarisse, quien se habia concertido en su amiga de forma facil, ¿quién hubiera imaginado que solo se necesitaba un objetico al cual odiar en común para que esa hermosa amistad floresca? ", cuando ni siquiera lleva dos meses aquí".

La chica soltó un gruñido mientras afilaba su cuchillo. "Tú y Corner eran iguales".

"Lo sé, pero ese no es el punto aquí, Clarisse". Ella asintió con la cabeza, entendiendo perfectamente. "¿Viste cómo me sigue?" continuó pasando una mano por su cabello (que ahora estaba en buenas condiciones, por si les interesa). "Es como un pato recién nacido".

"Un pato con complejo de héroe" añadió Clarisse, resoplando. "Ayer me preguntó si yo te intimidaba" ¿ella? ¿A él? ¡jamás! Eran hermanos del mal.

Se llevé una mano al pecho, fingiendo indignación. "¿Cómo se atreve? ¿Acaso no ha visto que yo soy el que intimida aquí?"

Ella rodó los ojos con diversión.
"Eso díselo a los de la cabaña de Hermes, que no se cansan de decir que pareces un modelo de revista muggle".

"Es mi maldición. Soy hermoso y letal".

"Como una daga de oro ridículamente lujosa"

"Exactamente".

Ambos se quedaron en silencio por un momento, asintiendo, antes de que una tercera voz interrumpiera su meditación filosófica de vital importancia.

"¿Es tarde para unirme al chisme?"

Michel apareció de la nada, con una manzana en la mano y una sonrisa divertida. Se dejó caer entre ellos sin esperar invitación.

"Siempre hay espacio para más" dijo suspirando con dramatismo. "Pero la membresía requiere lealtad absoluta y la capacidad de mantener secretos".

"Cumplo con los requisitos".

No tardaron en aparecer más figuras. Silena llegó, luciendo tan indiferente como siempre cuando se trataba de Potter 2.0. Luke, con su sonrisa de 'sé que esto terminará mal', se apoyó contra una columna. Y Will… bueno, Will solo vino a disfrutar del caos.

"No sé qué es peor" hablo Luke, mirándolos a Clarisse y a él con diversión ", si el hecho de que ustedes dos estén sentados juntos sin tratar de matarse o que parezcan dos viejas en una peluquería chismeando sobre el nuevo vecino de enfrente".

"Es que es insoportable, Luke" dijo alzando las manos. "Me sigue a todas partes. Como un mosquito, uno muy molesto del que no me puedo desacer aunque quiera".

"Aww, él te adora" intervino Lena, cruzándose de brazos.

"Que me deje de adorar".

"Draco, ¿consideraste que tal vez solo quiere ser tu amigo?" preguntó el mayor con esa paciencia que solo él tenía.

Él se tomó un segundo para procesarlo antes de soltar una carcajada. "¡Ja! Buena broma, Luke".

Clarisse bufó. "Que encuentre otro amigo".

"Que le caiga un rayo" agregó.

"Que se pierda en el bosque".

"Que se tropiece y se caiga al lago".

Neville, que había estado en silencio todo este tiempo, finalmente habló: "¿Pueden dejar de ser así?"

"No podemos, Nev, es parte de nuestro ADN" respondío con total sinceridad.

Luke se frotó la cara con las manos, claramente arrepentido de haber dicho algo.

Will, sin embargo, sonrió con malicia. "Bueno, si lo odias tanto, Draco, te prometo hacerle la vida un infierno en la enfermería. Nunca tienen que hacer enojar a un médico".

"Por eso te amo Will" este no le respondil de ahí en más.

Michel aplaudió.
"Me encanta este chisme. Me recuerda a cuando mi tía Coty y la vecina se juntaban a criticar en la puerta de la casa".

Todos rieron. Clarisse y él siguieron criticando a Jackson por otra media hora mientras los demás los miraban como si estuvieran protagonizando un reality show.

Sin embargo en el fondo, aunque no lo admitiera en voz alta… tenía la extraña sensación de que Jackson no se iba a rendir con él tan fácilmente.

Y eso solo hacía que le dieran más ganas de fastidiarlo.

...

El sonido del cuerno de guerra retumbó por todo el campamento. Era el inicio de Captura la Bandera. Se crujío el cuello, giro los hombros y miró a todos ahí. Michel le dio un codazo y sonrió con esa actitud de "vamos a ganar".

"Recuerden, nada de piedad" hablo con una sonrisa de medio lado, aunque lo decía en serio.

Se dividieron en formaciones. Annabeth y toda la cabaña de Athenea estaba en su equipo, lo que significaba que la estrategia era sólida. Draco se quedó con Michel y Neville protegiendo la bandera, mientras Luke y Annabeth lideraban el ataque. La cabaña de Ares estaba en el equipo contrario, lo que hacía esto más interesante. Sabía que Clarisse tenía ganas de venganza desde lo del baño.

El bosque era denso, la niebla ligera. Se movían rápido, usando el terreno a su favor. Sabía que los hijos de Hefesto intentarían flanquearnos, pero Michel era su mayor dolor de cabeza. Cada vez que uno se acercaba, él lo interceptaba con una sonrisa burlona y su morning star girando con una facilidad aterradora.

"Vayan por la bandera, los cubriremos" le dijo a Neville y a otro campista, que asintieron y corrieron hacia la posición del enemigo.

Los gritos y el choque de espadas llenaban el aire. Vio a Jackson forcejear con Clarisse. Debío haber sido una pelea pareja, sin embargo el agua del arroyo cercano comenzó a reaccionar extrañamente. Se distrajo por un segundo y sentía una espada venir directo a su costado. Giró rápido, bloqueando con la katana y derribando a su atacante de un solo movimiento.

Entonces sucedió.

Un rugido de agua envolvió el campo de batalla. Jackson, empapado y con la bandera en la mano, miraba a su alrededor con una expresión de sorpresa y miedo. Todos dejaron de pelear. Sobre su cabeza, un tridente resplandeciente apareció. Murmullos y jadeos se extendieron entre los campistas.

"No puede ser…" susurró Annabeth.

Poseidón lo había reclamado. Percy Jackson era hijo del dios del mar. Y eso significaba… la profecía.

El caos se desató. Campistas murmurando, Quirón corriendo hacia él. El chico lo miró con confusión, como si esperara que le explicara algo. Draco sd quedó en silencio, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía lo que esto implicaba. Sabía lo que le esperaba.

Pero eso no había terminado.

Oh, no, no, no, no, no... deben de estar jodiendolo.

Un estruendo resonó en el cielo. Un rayo. La presión en el aire cambió. Todos se quedaron quietos, observando cómo el cielo se oscurecía y un relámpago descendía justo donde Draco estaba. No se movío. No podía. Se quedo paralizado mientras la electricidad danzaba en sus venas y el símbolo de un rayo dorado aparecía sobre su cabeza.

Silencio absoluto.

"No puede ser…" murmuró alguien.

"¡Eso es imposible!" gritó otro.

Empezó a sentir que el aire le faltaba. Esto no era una bendición, era una sentencia.

"Bueno, bueno, bueno, ¡pero qué tenemos aquí!" La voz del señor D interrumpió la tensión. Los miró con una sonrisita divertida, como si verlos a Jackson y a él con cara de trauma fuera lo mejor que le había pasado en la semana. "El hijo del mar y el hijo del trueno, juntos en un solo día. Quirón, creo que deberíamos celebrar".

El centauro suspiró, pasándose una mano por el rostro como si quisiera desaparecer.
"Draco, Percy, acompáñenme a la Casa Grande. Tenemos mucho que hablar".

"Vamos, Potter 2.0" le murmuró tratando de fingir que todo estaba bajo control. "Al parecer, el destino tiene algo con ponernos juntos" hablo haciendo referencia a sus sueños (cosa de la cual nunca hablaron, Draco se negaba a hacerlo, y el chico le caía mejor en sus sueños).

Jackson finalmente ll miró, y aunque parecía abrumado, una pequeña sonrisa nerviosa se asomó en sus labios. "Supongo que sí"

Ambos se giraron y siguieron a Quirón, mientras el murmullo del campamento los seguía. Todo había cambiado en un instante, y no podía evitar preguntarse... ¿cómo demonios iba a manejar esto?

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