
Chapter 1
Narcisa estaba cansada.
No la mal entiendan, ella sabe que casarse con Lucius es su deber como la Black que es, es más; tiene el mejor acuerdo matrimonial que pudo haber pedido, ya que en verdad ama al hombre y sabe con certeza que él la ama a ella. Así que no debería de haber problema en casarse con Lucius.
Pero lo había.
Todos se estaban volviendo locos en planear la boda, que creía que se olvidarian de ella por unos momentos, que solo debía fingir una sonrisa frente a todas esas personas que no durarían en apuñalarla por la espalda solo por algo más de poder. Sin embargo, todo fue completamente diferente, tenía a todos detrás de ella asfixiandola siempre, todo el día; todos los días.
Y repito, ella en verdad ama al hombre, solo... esta cansada. Cansada de fingir hasta en su propia casa, cansada de la gente rodeándola hasta el cansancio, cansada de tener que invitar a gente ni siquiera conoce a su propia boda y no poder invitar a su propia hermana Andrómeda solo porque decidió ser feliz.
Así que definitivamente no estaba escapando a la Grecia Mágica con la excusa de prepararse mejor, no señor.
"Solo serán unas pequeñas vacaciones para pensar bien" se repetia una y otra vez en las noches antes de dormir "¿Pero qué necesitas pensar?" No lo sabía, solo quería irse lejos, muy lejos.
~~~❤︎~~~
En Grecia todo parecía más fácil, nadie la reconocía como Narcissa Melania Black, próximamente Malfoy, y parte de unas de las familias más importantes de toda Gran Bretaña, no. Aquí solo era Narcissa, una turista cualquiera de los miles que había en el lugar. Nadie la miraba con segundas intenciones, no al menos en las que ella estaba acostumbrada (buscar alianza con su familia, casarla por conveniencia con alguien, matarla... lo normal), solo seguían con su vida, como si no les importará, porque para ellos no lo hacia.
O es fue hasta que a alguien le importo, y solo tal vez, esa pudo ser su perdición.
...
Narcissa sabe lo que es el egoísmo, lo ha sabido desde que tiene memoria y ha crecido rodeada de él. Su familia siendo una tan... explendida, - alias loca - fue un no muy buen primer vistazo hacia este rasgo tan característico. Su madre, Druella Black de soltera Rosier, fue una joven hermosa, la más solicitada por las familias sangre pura por su estatus, así que eso hizo que la alagaran en frecuentes ocasiones. Y esos alagos poco a poco se empezaron a convertir en una adicción, eran una cosa que quería solo para ella (aún recordaba lo enojada que se ponía cuando algún viejo del Ministerio le daba un solo cumplido más que a ella, era sinceramente cruel). Su padre, Cygnus Black III era un formidable mago, que pronto como su esposa se hizo adicto, pero al poder. Siempre tan histérico con que alguien fueraa mejor que él, que evito por mucho tiempo que ella y sus hermanas aprendieran magia, y en el fondo, estaba segura que si el poder mágico no fuera tan importante para los Black, seguro que ni siquiera les habría enseñado. Ambos estaban hechos el uno para el otro; sedientos de poder y gloria solo para si mismos.
Su no tan querida hermana mayor Bellatrix era casi igual a su madre físicamente, pero era una copia de su padre en la personalidad. Una fiel creyente en la supremacía de la sangre, sedienta de poder y gloria, alguien que haría cualquier cosa por él... si, era un gran ejemplo de un Slytherin. En cambio, Andrómeda - Andy, de cariño - al principio no encajaba mucho en el molde de su familia, era más dócil y tranquila según recordaba, y apesar de eso, los genes Black fueron más fuertes y salieron vencedores en su lucha. El egoísmo de su hermana iba en contra de todo lo que se les había inculcado desde pequeñas, en contra de todo lo lógico. Su primer y único acto de egoísmo fue el que más le dolió, ya que les dio la espalda a su familia para escaparse con el hijo de muggles Edward Tonks, quien era su actual esposo.
Narcissa era fiel creyente de que era la excepción a la regla, siempre fue la perfecta hija de las tres, muy entregada a su familia desde bebé y nunca ha hecho lo contrario. Eso era hasta que le dijeron que adelantarian su casamiento con Lucius, se canso tanto que por primera vez en su vida, decidió dejar todo atrás al menos unas semanas e irse a Grecia. Debió de haber sabido que no era una buena señal, pero eso no le importaba ahora.
Creyó que su egoísmo no se haría presente de ahi en más, pero conoció a ese hombre del cual no sabe el nombre y quedó profundamente encantada. Estaba segura que no amaba al hombre, solo que... era tan igual y diferente a Lucius al mismo tiempo... era como una tentación, una en la que de forma rápida cayó.
Se conocieron en una cafetería muggle - no pregunten porqué estaba ahí - donde él choco contra ella, le invito otro café y quedaron para volverse a ver el próximo día. A Narcissa le había encantado el como el hombre se negó a darle cualquier pista de su identidad, creando un juego entre ellos dos. Solamente diciendo "Llámame como quieras" .
Había algo magnético en él, una presencia que llenaba cada espacio, pero sin intimidarla. Era muy diferente a cualquier hombre que hubiese conocido, aunque tampoco es que ellos hayan dejado la bara muy alta, la verdad. No la trataba como un trofeo, no buscaba demostrar su poder sobre ella; simplemente la miraba como si quisiera entenderla, como si cada palabra que saliera de su boca fuese un enigma que deseaba resolver. Y Narcissa, que siempre había estado bajo la mirada calculadora de los demás, bajo la comparación y el egoísmo, encontró consuelo en esa atención.
Sus citas eran simples, casi mundanas. Caminaban por las calles adoquinadas de pequeñas aldeas, compartían copas de vino bajo las estrellas y se sentaban en la playa para escuchar las olas romper contra las rocas. Ya parecía una adolescente puberta asi, dirian los muggles. Él nunca hablaba de su pasado, y ella nunca preguntaba. Le contaba historias sobre su vida en Inglaterra, pero sin mencionar nombres o detalles que pudieran delatar que era en realidad una bruja y él se conformaba con escucharla, a veces sonriendo, a veces frunciendo el ceño, pero siempre con interés genuino. Era como si ambos hubieran hecho un pacto tácito de no desenterrar el pasado, de vivir solo en ese presente suspendido.
Con el tiempo, Narcissa empezó a notar cosas sobre él. Cómo parecía moverse con una gracia casi sobrenatural, cómo su risa podía hacer que cualquier habitación pareciera más cálida, cómo, a pesar de su cercanía, siempre había algo en él que se sentía distante, inalcanzable. Pero en esos momentos no importaba lo que era, lo que escondía, no tenía peso en lo que significaba (y tal vez también fue el saber de que ella ocultaba algo igual). Solo se trataba de cómo la hacía sentir.
Con él, Narcissa no era una Black. No era una futura señora Malfoy. No era la mujer atrapada en un mundo de reglas y linajes. Era solo una mujer. Una mujer que podía reír sin miedo, que podía ser deseada sin la carga de un apellido, que podía olvidar. Muy diferente a la libertad que sintio al inicio se su viaje con las personas que solo la ignoraban, ya que a apesar de no dejarla como una Black, tampoco la ignoraba, la veía, como Lucius lo hacía antes. Su corazón se conprimia un poco al pensar en él, que la estaba esperando para casarse, sabía que hacía mal, pero por primera vez, era alguien que se pertenecía solo a sí misma.
Y sin embargo, a pesar de todo lo que él le daba, Narcissa sabía que no lo amaba. No podía. Amaba a Lucius con todo su ser, lo había amado desde que tenía memoria. Lo que sentía por aquel hombre no era amor. Era fascinación, era gratitud, era necesidad. Y podia ser un sin fin de cosas más, pero no era amor.
La noche que se entrego a él lo sintió, sabía que estaba mal, lo sabía desde hace mucho y en ese mismo instante se arrepintió de todo ello, culpable del modo en que había traicionado al hombre que realmente era el dueño de su corazón, supo que tenía que detenerse. No podía seguir engañándose. Dejó a ese hombre al terminar de tener sexo (no era hacer el amor, eso solo lo hacia con Lucius), lo dejo casi sin explicaciones ni despedidas, amenos que una carta sea suficiente. Ella lo abandonó como había llegado: en silencio, con su corazón dividido entre lo que deseaba y lo que sabía que era correcto.
Ahora, mientras empacaba su maleta para volver a Inglaterra, solo podía pensar en lo injusta que había sido con ambos hombres. Había tomado de quien sea el hombre algo que él le dio sin reservas, pero sin la intención de devolvérselo. Y había traicionado a Lucius, el único hombre que había amado de verdad, por un deseo egoísta de sentirse libre.
Al final, los genes Black fueron más fuertes con ella también.
~~~❤︎~~~
Cuando se dio cuenta de que estaba embarazada hubo una mezcla muy confusa de emociones.
Culpa, emoción, miedo.
Su boda con Lucius había sido hace dos semanas ya, y ciertamente tuvieron una gran Luna de miel y noche de bodas. Si tenía suerte el niño o niña sería parecido a ella, y así poder hacerlo pasar como hijo de Lucius, pero la culpa la carmomia. ¿Cómo pudo ser tan descuidada? ¿Cómo pudo quedar embarazada de un hombre que ni el nombre sabía? ¿Y si Lucius se llega a enterar? Muchas preguntas rondaban por su cabeza, pero ya había decidido algo.
Ella tendría a ese bebé cueste lo que cueste.
No le importaba que una guerra esté pasando, ni la estúpida Profecía que andaba rondando, ella siempre soño con ser madre, y ahora lo será, tal vez no como quería en un principio, pero madre al fin y al cabo. Todos intentaron disuadirla para que no tenga al bebé, pero Lucius pareció encantado con la noticia y eso era todo lo que necesitaba. Al parecer muchos en poco tiempo habian olvidado que Narcissa Malfoy también era una Black. Y los Black no se rinden cuando se proponen algo.
Dudo en si decirle o no a Lucius que el bebé no era suyo al principio, pero cuando le dio la noticia él parecía tan feliz... Narcissa crearía toda una perfecta mentira si así el amor de su vida era feliz. Locura Black podrían decir, pero solo eran Genes, después de todo, Andrómeda había dejado todo por un simple hijo de muggles.
Aveces cuando Lucius hablaba emocionado de como seria su bebé la culpa la carcomia. Lo hacía con tanto esmero, al hablar del futuro, del legado que ese niño o niña representaría para los Malfoy. Sentía que su amor por él se volvía insoportable en esos momentos, porque lo estaba engañando de la peor manera. Pero nunca dejó que Lucius sospechara. Fingió con tanta habilidad que incluso comenzó a creer su propia mentira.
El embarazo en sí no fue sencillo. Cada vez que sentía al bebé moverse dentro de ella, un torrente de emociones la atravesaba. Había momentos de ternura, donde imaginaba a ese niño como un puente entre dos mundos que nunca deberían haberse cruzado (al final, no importaba el género que fuera el bebé, era un mestizo por parte del hombre muggle). Pero también había momentos de miedo, donde se preguntaba qué sucedería si alguien descubría la verdad.
El parto fue otra prueba más de su habilidad para mantener su secreto. Lucius estuvo presente todo el tiempo, sosteniendo su mano, calmándola con palabras dulces.
Y así fue, como un 5 de Junio Draco Regulus Malfoy Black nació, fruto del egoísmo de un bruja y un desconocido Dios sin saberlo.
...
Cuando Draco nació y lo pusieron en sus brazos, Narcissa sintió un amor tan puro que casi olvidó todo lo demás.
Casi, es la palabra en cuestión. Porque, incluso en ese momento de felicidad, no pudo evitar notar que, aunque era una clara mini copia de ella, pálido cómo la nieve, pelo fino y suave rubio platinado y ojos color gris, característicos de los Black, aun había algo de aquel hombre en el niño. No sabía bien qué era, pero sabía que ahí estaba.
Durante meses después del parto, Narcissa vivió en una constante tensión. Cada mirada, cada comentario de Lucius sobre cómo Draco se parecía a ella o a su abuelo la llenaba de miedo. Por suerte nadie sospechó nada, había protegido su secreto con tanto esmero que, con el tiempo, incluso ella comenzó a convencerse de que Draco era realmente hijo de Lucius.
A los pocos meses del nacimiento de Draco, le había llegado una carta sin remitente, pero que al leerla le heló la sangre.
__________________________________________________
Narcissa,
Aunque tu partida me haya roto el corazón, y en este momento te odie a tí y a tu hijo con todo mi ser. Me veo en la obligación de advertirte por el amor que yo aún te tengo.
Soy un Dios, no te diré cuál, pero te digo esto porque Draco es un mestizo, uno muy poderoso por nuestros linajes (si, sé que eres una bruja). Y también es un hijo prohibido, por la Profecía que recae ahora en él, ningún Dios aparte de Hecate tiene permitido tener hijos con un mago.
Seguramente por su fuerte olor los monstruos vayan rápido a por él, así que te aconsejo que subas tus protecciones.
Toma el colgante, es parecido a lo que ustedes llaman "traslador", que solo se activará con la sangre del niño, utilízalo sólo cuando estén de verdad en problemas.
No creas ni por un momento que ese crío me importa, no lo reclamare ni le daré mi bendición, JAMÁS.
Todo es por tí, Cissy.
__________________________________________________
No podía creer en eso, pero había tantas cosas que cuadraban tan bien si les dabas es explicación... se sintió como una tonta. Sin embargo agradecía profundamente al Dios por al menos decirle, ya que así podría proteger a su hijo.
Para el mundo, Draco Malfoy será un digno heredero de los Malfoy. Y solo ella sabría la verdad, una verdad que ese mismo día juró que se llevaría consigo a la tumba.
~~~❤︎~~~
Su pequeño bebé ya tenía tres años, y estaba tan orgullosa.
La Guerra les había cobrado factura, pero gracias a las muchas conecciones que tenían, y por la mentira del uso de Imperio salieron casi sin daños.
Volviendo al niño, apesar de su corta edad, Draco era muy bueno en las actividades físicas, y era el bebé más tierno que jamás podría existir. Lo único que le preocupaba un poco es que parecia dificultarle mucho estar en un mismo lugar mucho tiempo, era un inquieto en ese aspecto. Además de que se saltaba muchos protocolos sangre pura. Y le pareció raro que se la pasara leyendo libros tan antiguos de la Mitologia Griega en griego, pero cuando Intentaba hacerlo en Inglés no podía. Lo ignoro pensando que eran una de esas cosas de Semidioses.
Algo más que temía, eran las claras muestras de magia accidental del niño. Lucius lucía encantado, porque era muy raro hasta en las familias sangre pura que un niño tan pequeño las tuviera (ya que mayormente se dan desde los seis años) siempre diciendo cosas como 'Seguro será un mago muy poderoso', 'tendremos que enseñarle bien'. Y ella también lo creía, su hijo será uno de los grandes en el futuro, sin embargo cuando en un pequeño berrinche por no poder cocinar con los elfos domésticos convirtió los cubiertos en oro... eso era una transfiguración muy bien hecha y avanzada como para que alguien tan pequeño lo haya hecho.
Ese día Lucius no estaba en la Mansión, así que Narcissa y su Dragón pudieron hacer lo que querían. Hace poco le había regalado un par de armas de juguete (como Semidiós creía que no era mucho, es más, creía que lo necesitaba) y Draco tenía una gran afinidad con la katana, algo que le parecía extraño ya que no era un arma precisamente griega. Estaba empezando a llover cuando el niño se acercó al río que estaba cerca, cuando se cayó dentro. O eso debió de haber pasado, pero en vez de eso había un tipo de escudo hecho de agua a su alrededor. No pudo evitar soltar un suspiro de la impresión, en definitiva, que bien que Lucius no estaba en casa.
" ¡Mami, mami " llamó el niño, corriendo hacia la mujer, al parecer sin importarle lo que acababa de pasar." ¿Puedo leer el nuevo libro de Artemisa? Por favor " pregunto con cara de perrito faldero. Narcissa creia que esos ojos en verdad hacían magia, porque siempre lograba que todos hicieran lo que él quisiera.
" Esta bien, pero entremos adentro, parece que la tormenta no parará en un raro " acepto la mujer y sonrió cuando su hijo empezó a saltar de la alegría.
Hace mucho tiempo ya que le contaba historias de Dioses y Semidioses a Draco, creía que era muy importante que sepa de sus orígenes, aunque sea indirectamente. Al principio pensaba que su hijo no le gustaban mucho los Dioses (ya que eran contados de los que hablaban) y prefería a los Semidioses o criaturas. Pero cuando le contó sobre Artemisa... Draco se obsesiono con todo sobre la Diosa.
Ahora en el Salón, ella observaba al pequeño inclinado sobre un gran libro de mitología griega, sus ojos fijos en una ilustración de Artemisa rodeada de lobos y ciervos. Draco era curioso, y encontraba fascinante a la Diosa, pero también algo que Lucius probablemente desaprobaría, y le diría que mejor le preste más atención a Zeus, y Draco le diría que -en sus propias palabras-" No, gracias. Zeus me cae mal, prefiero a Hades".
" Draco "dijo con suavidad, dejando su taza de té sobre la mesa "¿Por qué te gusta tanto Artemisa? "Era una duda que tenía, nunca había sido muy fanático de alguna Diosa o Dios en si que no fuera Hestia, Hades o la misma Hécate.
El niño levantó la mirada, sus ojos grises iluminados por la emoción. " Porque es increíble, mamá. Es fuerte, valiente, y no deja que nadie la controle. Además, protege a los animales y a los que no pueden defenderse " la mujer esbozó una pequeña sonrisa, pero alzó una ceja con escepticismo fingido.
" Eso es muy noble, pero Artemisa no es precisamente conocida por ser amable con los hombres, cariño. ¿No te preocupa qué, si ella te conociera, no le gustaras? ". Lo hizo sonar como una pregunta retórica, ya que tenia miedo de que en verdad pasara, siendo su hijo un Semidiós no quería que se le rompiera el corazón después. Draco se quedó pensativo por un momento, sus pequeños dedos pasando sobre la página abierta. Finalmente, alzó la barbilla con una mezcla de determinación y picardía que reconoció como muy propia de él.
" No creo que eso importe, mamá. No necesito que me quiera para admirarla, y creo que si me conociera, tal vez no me odiaría tanto " hablo con determinación.
"¿Ah, sí?" preguntó Narcissa, divertida." ¿Y qué te hace pensar eso? "
El niño sonrió ampliamente, como si ya tuviera la respuesta preparada. "Porque no soy como los hombres que a ella no le gustan. No soy cruel ni me creo mejor que los demás. Si le dijera que quiero proteger a los animales y ser justo como ella, quizá me daría una oportunidad "
Narcissa vio con ternura a su hijo y algo de asombro. Tal parecía que Draco no solo era brillante, sino también capaz de comprender conceptos que la mayoría de los adultos ignoraban. Si, en verdad estaba orgullosa.
" Tal vez tengas razón, Dragón, quizá Artemisa haría una excepción contigo. Creo que ella valoraría mucho que alguien como tú entendiera lo que significa la justicia y la compasión "Hablo acariciando el cabello del pequeño.
" Además, a mi también me caen mal los hombres, son unos idiotas " agregó poco después su hijo.
" ¡Draco! "Grito ella divertida, para después ponerse sería. " No decimos malas palabras aquí hijo, es mejor decirles inadaptados mentales " aconsejo sabiamente, a lo que Draco asintió.
~~~❤︎~~~
Con los cinco años recién cumplidos de su hijo, era hora de que por fin empezarás a entablar más conecciones y apariciones en el mundo mágico como el buen Malfoy que era. Pero antes de que su marido se le adelantara, Narcissa decidió que era un buen momento para darle una lección de humildad a su hijo -si, ella tal vez no era un gran ejemplo, pero lo intentaba, ¿okey?-
" Mamá, ¿por qué simplemente no consiguen más dinero? " preguntó Draco al pasar al lado de una familia de mestizos que al parecer tenían algunos problemas para pagar los útiles escolares. Este era el momento.
" Verás Dragón, hay algunas personas que apesar de todo, tienen problemas con el dinero así que es nuestro deber ayudarlos, es lo que haría Artemisa, ¿verdad? "No estaba muy segura de que la Diosa lo hubiera hecho, pero tenia la esperanza de que si ." Sin embargo, no le prestes mucha tensión a cuantos galeones posean las personas. La grandeza de un mago no se mide ni por sus riquezas ni por su Linaje, si no por su bondad hacia los demás, ¿entendido? "Preguntó y recibió un asentimiento lleno de emoción de su pequeño. Toma esa Lucius, él 0 y Cissy 1.
Si, los sangre pura y sus viejas costumbres pueden irse bien a la mierda, ella criaría a su hijo bien.
...
A escondidas de Lucius, Narcissa comenzó poco a poco a llevar a su hijo al mundo muggle, ella no estaba saltando de alegría u emoción por eso, pero su hijo era un mestizo y aunque tal vez nunca lo sabrá tenía que aprender y entender que todas las formas de vida son iguales, y acostumbrarse un poco de paso. A diferencia de ella, Draco si que estaba emocionado.
Estaban pasando al lado de un parque muggle cuando una pelota totalmente blanca con rayas delgadas negras casi le pega a su hijo.
" ¡Oh cielos, disculpe! " Grito un niño que reconoció por ser de una familia sangre pura que al final terminaron su legado al la mayoría de sus sucesores casarse con muggles, pero seguían teniendo algo de peso ." ¿Podrías pasarnos la pelota de voley por favor? "Al parecer el chiquillo no los reconoció, bien. Pero si tenia un pequeño sonrojo en sus mejillas al dirigirse a su Dragón, levantó una ceja divertida ante eso.
" ¿Voley?, ¿Qué es eso? "Preguntó inocentemente Draco, los demás niños se empezaron a acercar también.
" ¡¿No conoces el voleibol?! "Grito una chica más grande a la que si ya no reconocía, su hijo negó con la cabeza." Señorita, ¿su hijo puede jugar con nosotros, por favor? "Draco literalmente le lanzó la mirada mas tierna y encantadora mientras le decía "Por favor". Merlín, su hijo parecía casi brillar, así que no tuvo más remedio que asentir. Mirando hacia otro lado, los niños parecían hipnotizados por su hijo, al parecer Draco había sacado más de los genes Black de lo que esperaba, Regulus era igual...
" Entonces, un gusto, soy Draco Malfoy "saludo educadamente, el niño de antes por fin pareció notar quienes eran por la cara de sorpresa que puso, Narcissa solo hizo un ademan de cerrar la boca, y el chico asintió, niño listo. El resto también comenzó a presentarse.
Ya con los niños en la cancha, Narcissa decidio sentarse a ver." Primero lo primero "dijo la niña que parecía liderar el grupo." Esto es voleibol. La idea es pasar el balón por encima de la red sin que toque el suelo en tu lado. Y nada de agarrarlo como si fuera una pelota cualquiera. Esta pelota es sagrada, no se patea, entendido? " su hijo asintio rápidamente." Bueno, para empezar, esto es un saque "La niña tomó el balón y lo lanzó suavemente al aire antes de golpearlo con la palma de la mano, enviándolo limpio por encima de la red. Draco volvió a asentir concentrado y con estrellas en los ojos.
" ¿Así de simple? Vale, lo intentaré ".
Cuando le devolvieron el balón, trató de imitar el movimiento, pero el balón salió volando hacia un lado, lejos de la cancha. Los niños rieron, pero no de forma cruel.
" ¡No está mal para el primer intento! " dijo el chico de cabello oscuro mientras corría a recoger el balón, ahora sabia que se llamaba Michel Conner." Solo tienes que golpearlo con más suavidad y con la parte plana de tu mano, así "Su pequeño Dragon observó atentamente cómo le mostraban la técnica, esta vez más despacio. Los niños eran pacientes, y aunque él cometía errores, todos lo animaban.
" Ahora vamos con las posiciones. Nos dividimos en dos equipos, y cada uno tiene tres personas adelante y tres atrás. Tú empiezas en el frente. Ahí es donde puedes bloquear los golpes del otro equipo ".
" ¿Bloquear? " preguntó Draco, intrigado.
" Sí, cuando el balón va hacia tu lado, puedes saltar y usar tus manos para evitar que pase. Mira, te muestro ". Continuaron explicándole las reglas y movimientos básicos: cómo pasar el balón, cómo hacer un remate y cómo rotar de posición. Poco a poco, Draco comenzó a entender el ritmo del juego. Cuando fue su turno de intentar bloquear, el balón vino directo hacia él. Saltó torpemente, pero logró tocarlo, desviándolo lo suficiente para que no cayera en su lado de la cancha.
" ¡Eso Draco! " apoyo Narcissa desde la esquina en la que estaba viendo. Su hijo sonrió, y 𝘭𝘪𝘵𝘦𝘳𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 parecía brillar, los chicos y niñas del lugar se sonrojaron al verle, hasta los más pequeños apreciaban la belleza.
" ¡Esto es genial! ¡Es mucho más divertido de lo que pensaba! "
El partido continuó, y aunque él no era el mejor, se esforzaba al máximo y comenzaba a disfrutar cada movimiento. Seguía pendiente de todo, y todos.
" Gracias por enseñarme "dijo Draco al finalizar ya el partido mirando a los niños con una sonrisa sincera." Nunca había jugado algo así, pero... creo que me encanta ".
" Eres bastante bueno para ser nuevo. Deberías venir más seguido " hablo Conner, él en especial parecía haberse hecho muy amigo de su hijo.
El Dragón empezó a acercarse a ella junto al chico, cosa que la sorprendió mucho, no creía que el chico tenía las agallas para hablarle -y no, no es por ser mala, pero... el chico no ayudaba mucho temblando tanto-. Pero eso no importo mucho porque su hijo lo arrastraba feliz.
" ¡Madre! Michel dijo que él también es un mago " hablo él en susurros para que nadie los escuche, Conner asintió afirmativamente. "Así que pensé que tal ves podría ir algún día a su casa... "
" Por favor señora Malfoy, y- yo en verdad deseo q- que Draco... "empezó tartamudeando Conner. Narcissa lo Interrumpió.
" Por mi no hay problema, solo que necesitamos el permiso de tu madre. Y no pasará nada si mi marido no se entera " le agradaba la idea de que su hijo por fin hiciera amigos.
Y así fue como conoció a Samantha Conner, una muy buena mujer que guardo su pequeño secreto y su hijo consiguió un nuevo amigo.
~~~❤︎~~~
Ya a sus ocho años, Draco era una bola de energía.
Habían descubierto que tenía TDAH y Lucius casi cae muero ahí mismo. Asi que le tuvieron que comprar unos lentes especiales que se utilizaban en estos casos -y la verdad, a su hijo le quedaban espectacular-, aunque eso no evito que ella misma le enseñara un hechizo para eso, al principio se le dificultó un poco -ella lo entendía, la magia con una varita que no es tuya y sin entrenamiento previo no era nada facil- pero luego de varios intentos Draco le encontró la maña. Y con respecto a los ideales sangre pura de Lucius... Narcissa puede decir con confianza que cree que ganó.
Draco es una rara convinacón de ambos ideales. Él tenía un gran orgullo por la magia y su legado, no lo presumía, pero si que estaba muy orgulloso de eso. Y como bien ella se lo enseñó, trata a todos con igual de respeto que lo traten a él. Ese es el Lema de su hijo " Sí ellos no me respetan, ¿Por qué debo respetarlos yo a ellos? " sin importar quien sea.
Ahora, hablando de gustos en general, Narcissa sonreirá con una enorme sonrisa, porque estaba claro que ella ganaba. Bueno, no como tal, pero eso no era de importancia.
A su hijo le gustaba mucho jugar con katanas, había intentado que las cambiará por espadas sin embargo él se negó rotundamente, y así al día de hoy sigue con esa pasión; y hace poco tiempo que dejo las imitaciones de madera para ahora tener una real -cuando eso pasó, Draco literalmente los abrazo por todo el dia, si, esa había sido una buena decisión-. En cambio, su querido esposo intentaba día y noche que al niño le interesará el Quidditch, más específicamente el puesto de buscador. Aún recordaba sus palabras cuando Lucius le preguntó qué puesto le gustaría.
"¡El golpeador! Es genial, ir lanzando de aquí hacia allá una pelota hacia otros es divertido " afirmó encantando Draco, y cuando Lucius le preguntó directamente si quería ser buscador... " No, mucho tiempo buscando una pelotita que puede o no qué atrape " Lucius casi se soltó a llorar ahí mismo.
Otra cosa eran la moda, en la que si le daría pase libre a su esposo. Ambos eran igual de dramáticos al elegir que ponerse, y aunque ella siempre que sale de la mansion obviamente lo hace como los sangre pura lo ordenan, en su casa se viste como quiere -ella hablo con Lucius sobre esto, y él no tuvo problema, sus únicas palabras fueron "Haría todo por tí, Cissy"-. Así que Draco vestía formal o semi-formal siempre, aunque sus conjuntos eran muy lindos.
Ahora, volviendo al presente. Ellos dos estaban dando su paseo de rutina por el mundo muggle, ya no le daban miradas extrañas por su vestimenta ya que Draco la había hecho comprar muchas prendas antes, y apesar de que los sigan mirando, seguro era por el color de pelo. Un rubio platinado como el de ellos no era muy visto en el Londres muggle. Cuando pasaron cerca de una tienda de música, Draco se detuvo de repente.
𝒀𝒐𝒖 𝒃𝒆𝒍𝒐𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒆...
" ¿Cariño, estas bien? "Preguntó preocupada. Él solo respondió asintiendo con la cabeza.
" ¿Quien es ella? La mujer de esa voz, ¡es celestial! ¡Debe ser una Diosa! ". Grito un poco su hijo. Narcissa giro la cabeza hacia la tienda de música de la que provenía la canción, y ahí se acercaron al encargado.
" Niño, al parecer si que te gustó Taylor Swift " río un chico de no más de diez años "Tu no eres mucho más grande que yo" escucho susurrar." Un gusto, yo soy Mark, ¿en que puedo ayudarlos? "
" Cómo verá, a mi hijo le gustó mucho esa tal Taylor Swift, así que por favor ¿nos podría dar el álbum de esa canción? ". Hablo la mujer educadamente. El chico asintió y volvió con un álbum titulado 𝘍𝘦𝘢𝘳𝘭𝘦𝘴𝘴. Draco al verlo brillo de la emoción y los chicos empezaron a hablar, ella lo ignoro viendo mejor el álbum.
Casi arruga la nariz, estética muy Huffelpuff y título muy Gryffindor.
" Bueno, muchas gracias, adiós ". Dijo ella para salir, y su hijo se despidió rápido del tal Mark, volvió con las mejillas sonrojadas." ¿De que estaban hablando, amor? ". Draco se puso aún más rojo.
" Nada... "
Ja si, nada...
~~~❤︎~~~
Cuando Draco cumplió los once años, todo se derrumbó.
Antes, en sus salidas al mundo muggle el brazalete que le había dado hacia que ninguna criatura los encontrará. Pero ahora no tenía un buen presentimiento, estaban en un barrio peligroso muggle y eran las diez de la noche en punto, buscaban un lugar para que puedan aparecerse en la Mansión.
" Madre, algo está mal... "murmuró Draco viendo para todos lados. Ella tambien lo sentía, sin embargo no creía que fuera el momento, tomó a Draco por los hombros y lo empujó detrás de ella.
" Dragón, escúchame con atención. Pase lo que pase, quédate cerca de mí ". Dijo, pero antes de que su hijo pudiera responder, una criatura emergió de las sombras entre los edificios. 𝘜𝘯𝘢 𝘧𝘶𝘳𝘪𝘢 le dijo su mente, con alas negras, ojos ardientes y una expresión de furia incontenible, los observaba con una sonrisa cruel.
"Ah, por fin te encontramos, pequeño mestizo "dijo la furia, su voz goteando veneno." Ese maldito Dios no puede esconderte para siempre ".
"¿Qué está diciendo? "preguntó a su lado Draco, confundido y asustado. Ella no respondió y con un movimiento rápido, sacó su varita y lanzó un hechizo hacia la furia, obligándola a retroceder. No le importaba ahora el estatus secreto o los muggles, necesitaba proteger a su hijo." Corre, anda. ¡Corre ahora mismo! "gritó ella mientras continuaba atacando a la criatura.
"¡No voy a dejarte! "protestó él, pero Narcissa lo miró con una intensidad que no admitía discusión.
" Escúchame, Draco, eres más fuerte de lo que crees. Pero ahora necesitas estar a salvo ". De su bolsillo sacó un pequeño objeto brillante: un traslador en forma de colgante dorado. Lo puso en las manos de su hijo, apretándolo con fuerza." Este traslador te llevará a un lugar seguro. No sé cual, pero tu padre me lo dio ". El niño apenas podía procesar sus palabras, pero el terror en los ojos de su madre lo obligó a escuchar. La furia se lanzó hacia ellos, pero Narcissa se interpuso, lanzando un hechizo explosivo que sacudió el suelo.
" Draco, ¡vete ahora! "Dijo su madre siendo atravesada brutalmente por la criatura. " Te amo ".
Con lágrimas en los ojos y el colgante apretado en su mano, Draco obedeció. Empezó a correr y gritar empujando todas las cosas para que le prestaran ayuda y atención, pero nada funcionaba, ni siquiera el maldito trasladar. La criatura lo tenia acorralado, hasta que choco contra el piso y se corto un poco la mano y cuando la sangre tocó el traslador, en un instante sintió como si un gancho tirara de su ombligo, arrancándolo del lugar.
Narcissa se quedó en aquel lugar desolado, sola, muerta. Hasta que su cuerpo desapareció.