
The best decision
Lily y James se conocieron en su primer año de Hogwarts a los 11 años, y aunque habían empezado con el pie izquierdo (con James insultando a su mejor amigo), lograron limar las asperezas y volverse amigos en tercer año cuando James y sus amigos se disculparon con Severus por sus acciones infantiles. Para quinto año, Lily por fin había aceptado sentirse un poco atraída por el arrogantemente gracioso y amable Potter, y por fin aceptó salir con él, de ahí todo fue hacia arriba.
A los 17 años todo era fácil, ella se iría a Francia junto a Severus por una pasantía en pociones que Lucius había conseguido para su protegido y la chica (a sabiendas de que él nunca aceptaría una oportunidad que la pelirroja no tuviera de igual forma) con un renombrado pocionista y tras terminar sus estudios abriría una tienda de pociones junto al pelinegro. O ese era el plan hasta que James Potter decidió arrodillarse ante ella en la graduación y ella aceptó, decidiendo entonces echar raíces, y aunque Severus nunca le reprochó su decisión, ella sabía que por siempre se sentiría herido por esta.
Al entrar James a la academia de aurores, Lily pensó que sería una buena opción hacer uso de sus excelentes calificaciones durante su tiempo en Hogwarts y empezar una formación como inefable. Para los 20 años, prácticamente sin planearlo, el matrimonio recibió a dos hermosos mellizos, Harry James Potter Evans y Hermione Jean Potter Evans, y aunque a Lily le costó un poco acostumbrarse, ella pronto encontró el balance perfecto entre su vida como madre y su vida como inefable, no se podía decir lo mismo de James, quién ascendía cada vez más rápido en las fuerzas auror y que día con día llegaba tarde, directo a besar la frente de sus ya durmientes hijos y bañarse para dormir.
Los mellizos tenían cinco años y ellos 25 el día en que decidieron romper su matrimonio, acordando ambos en que era la mejor decisión, ya que de un tiempo a la fecha no eran más que amigos criando juntos a dos niños, el cariño seguía ahí, pero ya no era el mismo sentimiento y cualquier vestigio de deseo sexual se había perdido hace un par de años ya, acordaron que Lily se quedaría con la casa y los niños pasarían una semana con Lily y una semana con James, quien viviría con sus padres un tiempo ya que ellos no vivían demasiado lejos y eso facilitaría el que los niños se quedaran el mismo jardín y próximamente escuela (insistencia de Lily que los niños deberían también experimentar una educación muggle) sin importar el padre con el que estaban.
Cuando James entró del brazo de Regulus Black a la boda de Sirius y Severus, Lily supuso que era normal al ser él padrino de Sirius y Regulus padrino de Severus, por lo que no le tomó mucha importancia, y aunque la tomó por sorpresa cuando James le llevó como pareja un mes después, ella no pudo más que sentir alegría, sobre todo al ver el trato afectuoso con el que Regulus trataba a sus hijos. Casi grita cuando James le entregó la invitación a su boda solo 5 meses después, reclamando a gritos por el corto lapso que le dieron para buscar algo para ella y los niños recibiendo solo risas del de lentes.
Lily siempre creyó que separarse de James había sido la mejor decisión, y lo comprobaba viendo cómo Regulus tomaba a su pequeña Hermione en brazos y bailaba con ella al tiempo que James lo hacía con Harry.