Pienso en el final

Invincible (Image Comics)
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Pienso en el final
Summary
A William siempre le había gustado pensar que su espíritu libre y su optimismo eran sus mayores virtudes, además de su hermoso rostro, por supuesto. Sin embargo, últimamente la ansiedad y la paranoia parecían apoderarse de él, sin que pudiera comprender la razón.Antes de perderse en sus propios problemas, decidió enfocarse en los de Mark, en aquello que lo mantenía tan taciturno. Tal vez, si lograba desentrañar el misterio de su amigo, también encontraría respuestas para sí mismo.Si, William estaba cambiando y no sabía por qué, lo único en lo que podía pensar era en el final.
Note
SI HAY ADVERTENCIAS PERO NO LAS PONDRE PORQUE SIENTO QUE ARRUINA EL MISTERIO, SI LO LEES ES BAJO TU PROPIO RIESGO.Esta es mi contribución a la infinidad de ideas que nos regaló ese "Extraño a William." si te gusta el ship y aun no contribuyes tu parte no tienes honor.ACLARACIONES:-Rick murió cuando ocurrió lo de Sinclair-Oliver y William han convivido mucho, porque William prefirió hacer de niñera que pensar en su novio muerto.-Los padres de William apestan.PORFAVOR COMENTEN ASI ME ALIENTAN A CONTINUAR 🙏😭
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Someone is watching me

Puedes sentirlo también

Alguien te está observando

Puedes sentirlo también

Alguien te está observando

 

Mark se comportaba extraño.  

O tal vez ese era el nuevo él. Después de todo lo que había sufrido en el último año, tenía sentido que hubiera cambiado tanto. Quizás estaba en un período emocional de transición, intentando digerir todo lo vivido y seguir adelante. William quería creerlo, que el silencio de Mark y su lejanía con los héroes que componían su nuevo entorno eran solo temporales. Aunque se sintió bien tener a su mejor amigo de vuelta, también se sintió algo egoísta. Mark ya no era solo su amigo, ni un civil común. Era un héroe, y el mundo lo necesitaba.  

La guerra de los Invencibles —como los nerds la llamaban— había ocurrido hace casi ya tres meses. Muerte y destrucción se habían esparcido por todo el mundo. Las variantes alternativas de su mejor amigo no conocen límites. Dondequiera que se acercaban, todo moría.  

William había visto transmisiones en vivo de héroes locales peleando y muriendo a manos de esos psicópatas. A pesar de sus esfuerzos, las cosas no pintaban bien para la humanidad. En medio de esa masacre, había encontrado refugio cuando el hermano menor de Mark voló a rescatarlo entre las ruinas de su universidad. William siempre estaría agradecido con la señora Grayson, quien insistió en saber su ubicación exacta a pesar de sus intentos de convencerla de que estaba a salvo. Apenas cinco minutos después de enviarle su localización, Oliver apareció frente a él, cubierto de sangre y jadeante.  

El niño descendió del cielo como un proyecto y lo tomó sin decir una palabra, llevándolo volando a la casa del novio de su madre. William había querido llorar de miedo y alivio en cuanto se elevaron, pero la mirada turbulenta del pequeño lo obligó a contenerse. Aquel dulce niño que antes lo invitaba a su servidor de Minecraft ahora parecía una sombra de sí mismo, tembloroso y asustado. Durante el corto trayecto, William se dedicó a alabar su valor, su fuerza y ​​su heroísmo, hasta que finalmente logró ver la arrogancia en su rostro.  

En otras circunstancias, William habría sido molestado con su mejor amigo por su absoluta falta de preocupación. Hubo un momento en que casi le cayó encima de una enorme pared, y de no ser por un héroe desconocido que la detuvo, habría muerto. ¿Y Marcos? Ni siquiera un mensaje de texto. Hasta Amber le había llamado para saber cómo estaba.  

Pero podía perdonarlo. William entendía que, en medio de este infierno, el mundo necesitaba al único Invencible que podía protegerlo.  

Sin embargo, cuando en casa de Paul se enteró de que Mark no estaba peleando, sino sentado en un lugar seguro haciendo compañía a Eve, sintió ganas de romper cosas. Empezando por su colección de cómics de Seance Dog. No quería ser insensible, pero saber que había personas luchando —incluido Oliver- contra variantes viltrumitas de Mark mientras el original estaba sentado sin hacer nada le hacía hervir la sangre.  

No tuvo oportunidad de reprocharle nada, porque al tercer día del ataque, lo último que se supo de su mejor amigo es que había sido sometido por una variante suya con un mohawk, luego, absorbido por un portal verdoso. 

Eve perdió ambas piernas. Según Cecil, solo por la diversión morbosa del mohawk.  

William odiaba que su Mark hubiera tenido razón.  

Durante dos meses, la incertidumbre los consumió a todos. Pero entre ayudar a recoger escombros —Oliver— y asistir en centros de ayuda para afectados —Debbie y él— lograron sobrellevar la desaparición de Mark.  

Cuando William recibió la llamada de Debbie, corrió de inmediato a la casa Grayson. Con su propio hogar destruido y su padre en el extranjero, ese lugar se había convertido en su refugio. Debbie le explicó que, según Cecil, era primordial someter a Mark a pruebas de identificación antes de dejarlo volver a casa.  

—¡Pruebas!? —Oliver explotó—. ¿¡Son estúpidos!? ¡Si no fuera mi hermano, ya habría destruido lo que queda de la ciudad!  

—Son pruebas reglamentarias, cariño —explicó Debbie con un suspiro—. Es para que estén más tranquilos. Con todo lo que ha pasado, es lo justo.  

Oliver chasqueó la lengua, flotando unos centímetros sobre el suelo, visiblemente molesto. Debbie le lanzó una mirada cansada a William, quien suspir.  

Entonces, la furia de Oliver se disipó de golpe. El niño lo miró como si le hubieran arrojado una cubeta de agua fría, en lugar de simplemente estirar el brazo y jalarlo hacia su regazo.  

Oliver ya no era un bebé, como le repetía a su madre ya su maestra cuando ellas jalaban sus suaves mejillas. Pero, contrariando sus propias palabras, aún buscaba comodidad en los brazos de William cuando podía. Mark solía burlarse de eso cuando estaba presente.  

—Oli, escucha a tu mamá, por favor —pidió en voz baja mientras lo rodeaba con los brazos y lo acomodaba en su regazo. El niño podría haberse soltado fácilmente, pero en lugar de eso se recargó contra su pecho. Debbie lo miró con alivio. —Lo importante es que ese torpedo regresó vivo. Podemos esperar unas horas.  

Esas horas fueron eternas.  

Se quedaron viendo películas en la habitación, jugando Switch por un rato. Oliver se quedó dormido primero, enredado entre las sábanas como un gato. William intentó mantenerse despierto, pero en algún punto el sueño lo venció.  

No supo cuánto tiempo pasó hasta que sintió el colchón hundirse bruscamente, su instinto lo despertó antes de que pudiera procesarlo, apenas tuvo tiempo de abrir los ojos cuando Oliver se incorporó de golpe y desapareció de la cama en un borrón de velocidad. El viento lo sacudió cuando la puerta se abrió y se cerró con un golpe sordo.  

William Parpadeó, desorientado. Su celular brillaba sobre la mesa de noche. 

3:00 am  

La hora del diablo, le había dicho Mark en una pijama cuando tenían doce años, acampando en el jardín y contando historias de terror.  

Se frotó los ojos con una mano y se levantó con lentitud, sintiendo las piernas entumecidas. Caminó despacio por el pasillo, sin querer interrumpir la reunión familiar.  

Desde las escaleras, escuchó los sollozos ahogados de Debbie y la voz de Oliver lanzando preguntas impacientes.  

—Todo perfecto, Debbie. Tu muchacho volvió a salvar —exclamó Cecil con convicción—. Me disculpo otra vez por la hora, había mucho que informar.  

William se quedó quieto en los últimos escalones, indeciso sobre si debía acercarse. Desde donde estaba, vio a Mark de espaldas, con Debbie abrazándolo y Oliver flotando alrededor de él.  ¿Dónde estabas? ¿que paso con los otros? ¿Dónde está Armstrong?

Cuando William finalmente se atrevió a avanzar, la mirada de Cecil se posó en él. —Buenas noches, William.  

—Buenas, buenas —susurró William—. Hola Marcos.  

Quizás fue su cabeza adormilada, pero vio el cuerpo de Mark tensarse, no obtuvo respuesta inmediata, pero vio a su amigo liberase con delicadeza de los brazos de su madre.

El silencio que siguió fue extraño. Por alguna razón, las palabras de Mark en aquella pijamada le vinieron a la mente.  

"Mi abuela dice que las tres de la mañana es la hora en que la oscuridad sale a rondar."  

Fuertes brazos lo rodearon y acercaron a un pecho firme como piedra, se habían abrazado antes cientos de veces, pero William no podía recordar jamás un acercamiento tan íntimo como ese con su mejor amigo, ni siquiera las pocas veces que logró convencerlo de llevarlo a volar. Debbie emocionada mientras abrazaba a un Oliver emocionado, Cecil apartó la mirada.

Un aliento cálido contra su piel le hizo estremecerse, Mark dio el más largo suspiro de que William jamas había oido, y como pudo volver el mismo afecto en el abrazo.

"Te extraño mucho William."

 

 

 

 

                                                                           Siempre siento que alguien me está mirando.

 

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