Leyendo Harry Potter con Muggles

Harry Potter - J. K. Rowling
G
Leyendo Harry Potter con Muggles
Summary
La idea de muggles involucrándose en el mundo mágico es extraña, incómoda, y curiosa. La idea de alguien leyendo la historia del niño que vivió era de locos. Pero la idea de muggles leyendo la historia del niño que vivió era casi desquiciada. Y es exactamente lo que pasó.
Note
Esta historia ya había sido publicada en Wattpad y Fanfiction.net, pero desde hace tiempo que quería publicarla aquí, espero les guste.
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Revelio

—¡Por supuesto que se parece! —exclamó Teddy con una sonrisa radiante, resultó obvio para todos que había estado esperando este momento —. ¡Es tu hijo! O lo será, cuando lo tengas en 1980. 

—¡Pero si eso es dentro de dos años! —se sorprendió Lily, antes de percatarse de algo, olvidando por un momento que pronto sería la señora Potter —. ¿James tendrá un hijo? 

—¡Tendremos, pelirroja! —corrigió James encantado —. ¡Nos casamos en tres semanas! Y es obvio que no tendría hijos con nadie que no fueras tú. 

—¡James! —dijo Lily tratando de no verse halagada, y fracasando estrepitosamente. 

—Pero él tiene razón, es hijo de ambos —aseguró Teddy volteando y haciendo señas para que Harry se acercara —. ¡Vamos, tío Harry, ven aquí! ¿o debo llamarte Harry?, no eres tío ahora, pero así te llamo en el futuro, aunque decírtelo a esta edad es como decírselo a tus hijos y jamás me verás siendo delicado y respetuoso con tus hijos, no, señor, esos tres ya tienen muchos humos en la cabeza como para que yo vaya por ahí tratándolos como la realeza, como hace todo el mundo mágico —se dio cuenta de que estaba divagando y sacudió la cabeza —. Como sea, ¡vamos, acércate! 

—¿Qué le pasa a los Dursley? —preguntó el director Miller viendo como el matrimonio se retorcía en su intento de escapar y movían la boca pronunciando palabras inaudibles. Teddy sonrió entonces, sin una pizca de culpa mientras alzaba su varita. 

—Cortesía de la casa, no me agradezcan —dijo, aunque nadie hacía amago de agradecerle. Y él, al ver que Harry aún estaba como paralizado, se giró a James y le dijo —. ¿Por qué no vas a comprobar que cumpla la Maldición Potter? 

Como si un interruptor hubiera sido accionado, James pegó un salto de emoción, besó la mejilla de Lily y corrió hacia Harry, que lo miró acercarse como si se tratara de un fantástico sueño. 

—¡Sí que nos parecemos! —celebró James, logrando que todos lo que sabían de su destino enmudecieran en shock. ¿Ese joven tan alegre y entusiasta estaba condenado a morir en un horrible accidente de coche? ¿Ese chico que amaba a su prometida y se retorcía de emoción al ver que su hijo se parecía a él? Parecía que el mundo se había empecinado en ser demasiado cruel. 

Lily, por su parte, se había quedado muy quieta. Ella había visto el parecido entre James y el niño, por supuesto, pero también había visto las diferencias. Harry, como lo había llamado Teddy, usaba ropa demasiado grande para su cuerpo, tenía las gafas rotas y se veía alarmantemente delgado. No había signos en él de haber sido amado con vehemencia, como sus padres hacían con ella, o de haber sido mimado en exceso y disciplinado con un amor incontrolable nacido al ver su sueño de tener un hijo finalmente cumplido, como los padres de James habían hecho con él. 

Harry se veía miserable, y la mirada llorosa y añorante que le daba a James solo le daba a entender que él no los conocía, y no era feliz… con su hermana, descubrió con sorpresa. Por eso ella estaba allí, era la encargada de la custodia de Harry, el hombre a su lado debía de ser Vernon, y el niño extremadamente gordo que miraba a James con los ojos como platos y dedicaba miradas de odio a Harry debía de ser su hijo. 

James había seguido hablando mientras ella cavilaba, notando, al igual que Lily, los detalles de la ropa, las gafas y la delgadez, pero decidió animarlo un poco antes de interrogarlo. Ver esa mirada llorosa en unos ojos idénticos a los de su novia lo mataba. Lo instó a que se acercara a él, y Harry, vacilante, obedeció, emocionado cuando James lo tomó por los hombros y lo examinó con alegría. 

—¡Tienes los ojos de Lily! —exclamaba su padre. Forzándose a tragar el nudo que se había formado en su garganta, Harry sonrió —. ¡Y te ves como yo a tu edad! ¡Usas gafas y tu pelo es ingobernable! ¡Sí, señor, nos encontramos ante un Potter hecho y derecho! ¡De seguro serás un honorable Gryffindor cuando vayas a Hogwarts! 

—¿Importa la casa a la que vaya? —preguntó Lily solo para saber qué decía James, al tiempo que se acercaba a ellos a pasos lentos, sintiendo la mirada de todos en ellos, y luchando para no dejarse caer y romper a llorar. 

—No realmente —aseguró James desechando su pregunta con un movimiento de su mano, y lo decía en serio, mientras más miraba a Harry, el pequeño tan parecido a él con los ojos de su Lily, más se daba cuenta de que en serio le daba igual la casa a la que fuera o lo que decidiera hacer —. Pero Gryffindor es la mejor casa, según yo. Y los Potter siempre han cumplido las características para entrar. 

—¿Qué harías si acabara en Slytherin? —preguntó Teddy con sincera curiosidad, recordando una antigua conversación con su padrino cuando no sabía si sería seleccionado en Gryffindor o Hufflepuff.  

Al fin y al cabo, todas las casas tienen su propio encanto, ¿no lo crees, Teddy? 

—Le dejaría claro el límite que hay entre la magia divertida y buena, y la cruel y despiadada para que jamás sea tentado a seguir el camino que muchas serpientes han recorrido —sentenció James sonriéndole a Harry, dándose cuenta que el niño solo lo miraba con los ojos llorosos sin emitir palabra alguna y comenzaba a ponerse nervioso. Parecía que ni los muggles se atrevían a hablar —. Slytherin ha demostrado mucho apoyo a la magia oscura últimamente y los límites deben ser respetados. 

—¡Por las barbas de Merlín! —exclamó Lily con incredulidad guiñándole un ojo a Harry —. ¿Quién lo diría? James Potter, el incorregible rompe normas, promoviendo el respeto a los límites. 

—Hay una primera vez para todo, mi querida pelirroja —rio James encogiéndose de hombros, lentamente, todos los muggles comenzaban a llenarse de preguntas. El señor Miller incluso se encontraba susurrándole a Teddy, que respondía con la misma voz baja sin apartar la mirada de los Potter —. Y, de todas formas, eso es lo que mi padre siempre dice cuando lee las noticias del Profeta. ¿Te conté alguna vez que mi tía bisabuela Dorea fue a Slytherin? Era una Black antes de casarse, pero es tan diferente a la madre de Canuto que siempre lo olvido. Murió hace unos meses, al igual que el tío Charlus. No éramos muy cercanos, pero me consta que la tía Dorea siempre mantuvo firme su postura de que la casa no hacía a los magos. 

—¿Y por qué no tenías clara esa postura cuando niño? —preguntó Lily escéptica. 

—Porque era un niño que quería ser idéntico a su padre en cada cosa que hiciera, incluso si tenía que ir por encima de los demás para demostrarlo —sonrió James sin culpa alguna —. Mi papá es genial, fue un Gryffindor y es el mejor duelista que he visto y veré jamás. Permíteme desear ser como él. Y mamá no se le queda atrás, ella es perfecta, lo sabes. 

Lily no pudo evitar sonreír, era lindo ver como James amaba a sus padres tanto como estos lo amaban a él. 

—¿Cómo eran ellos? —preguntó Harry, hablando por primera vez en lo que parecieron días y deseando desesperadamente que no dejaran de hablar de su familia. 

James le sonrió, contento de oír su voz e ignorando deliberadamente como muchos parecían querer llorar. ¿Qué les pasaba? 

—¿Mis padres? —cuestionó, y cuando Harry asintió, se esforzó por no alterarse ante el “eran”, después de todo, sus padres ya eran bastante mayores y estaban más de diez años en el futuro —. Bueno, ellos son… maravillosos. Papá era pocionero antes de jubilarse, y mamá era la encargada de la tienda donde vendían sus pociones. Ellos… 

No soportó más la mirada de Harry y preguntó con vacilación. 

—¿De verdad no sabes nada de ellos? —miró a Harry con dolor. El niño se veía casi absorto, era evidente que ni siquiera entendía de qué le estaba hablando. Miró a Lily con angustia, solo para ver que ella lo miraba a él con infinita pena. 

—Harry tenía un año cuando ustedes murieron, como ya suponen que pasó —intervino Teddy, antes de que todo se volviera incómodo —. Él apenas está asumiendo que están aquí, y que son magos. 

Lily lo miró igual de sobresaltada que James. 

—¿No sabe de la magia? —preguntó James desconcertado, ni siquiera le importaba mucho que dijera que había muerto —. ¿Cómo? Quiero decir, ¿mis padres, o los padres de Lily, jamás le dijeron nada? 

—Tus padres morirán en 1979 por viruela de dragón —James cerró los ojos estremeciéndose, Lily le tomó la mano, segura de que seguía ella —. Y los padres de Lily morirán poco antes del nacimiento de Harry. Muerte natural, según sabemos.  

—¿Y mis amigos? —preguntó James, el dolor de su voz hizo que los muggles lo miraran con extrañeza, ¿no habían dicho los Dursley que era un joven estúpido que solo se preocupaba de su vida sin importarle nada cuando se mató a sí mismo y a su esposa en un terrible accidente dejando a su niño huérfano sin reparos? —. ¿Qué pasó con Sirius, Remus, Peter, incluso Marlenne? 

—Marlenne Mckinnon fue asesinada por mortífagos a principios de julio de 1981, igual que toda su familia —James jadeó levemente mientras Lily contenía a duras penas las lágrimas —. Sirius… es complicado. 

—¿Por qué? —preguntó James bruscamente, mientras los demás intentaban descifrar qué era un mortífago y por qué sonaba como algo tan malo —. No está muerto ¿verdad? 

—No —dijo Teddy buscando las palabras. Peter aún no era un mortífago en el año de James y Lily, pero ya lo estaba considerando. No podía simplemente llegar y decir “acusaron a Sirius de asesinato, pero había sido Peter” —. Pasaron muchas cosas y… Sirius lleva varios años lejos de todos. 

No sabía cómo, pero sabía que James no se había tragado ni una sola palabra. O tal vez sí lo sabía, James tenía la misma expresión de “no te creo una mierda” que Harry ponía cuando sus hijos, o Teddy mismo, se excusaban de alguna travesura. 

—¿Qué pasó? —preguntó Lily, sabiendo que James no dejaría en paz el tema, aunque le rogaran. 

—Yo… —Teddy tragó saliva con fuerza y finalmente dijo: —, antes debo explicar algo. Algo importante. 

—Pues hazlo —dijo James con una mano aún sobre el hombro de Harry, al igual que Lily. Ni ellos, ni nadie en el auditorio, tenía un buen presentimiento sobre esto. 

Teddy esperó hasta ver que todos estaban con su atención dirigida a él, sacó su varita y con una sacudida hizo aparecer un par de sillas para él y Miller ignorando los ruiditos de asombro de los muggles. Una vez estuvieron acomodados, incluso James y Lily, que se sentaron en una de los asientos libres quedándose junto a Harry, Teddy comenzó: 

“...” Todo lo que está escrito así (en negrita) son fragmentos de Harry Potter y la piedra filosofal modificados con intención de que se adapten a mi historia. 

Bien, nuestra historia comienza con un joven mago. Este mago se volvió... malo. Tan malo como se puedan imaginar. Peor. Peor que peor. Como James y Lily bien saben, su nombre era Voldemort. 

Varios alzaron las cejas ante el nombre, pero no interrumpieron, Petunia, mientras tanto, se estremeció, reconociendo el nombre de la carta que había recibido (además de Harry) cuando Lily murió. 

Este mago, hace unos diecinueve años a partir de ahora, comenzó a buscar seguidores. Y los consiguió. Algunos porque le tenían miedo, otros sólo querían un poco de su poder, porque él iba consiguiendo poder. Eran días negros. No se sabía en quién confiar, nadie se animaba a hacerse amigo de magos o brujas desconocidos... Sucedían cosas terribles. Él se estaba apoderando de todo. Por supuesto, algunos se le opusieron y él los mató.  

James y Lily tenían miradas ensombrecidas, pensando en Marlenne y en todos aquellos que sabían que habían muerto por culpa de Voldemort y sus seguidores. Muchos muggles se estremecieron, otros se llevaron una mano al pecho o a la boca, no sabían si era una ilusión o algo, pero sentían como si Teddy estuviera repitiendo una historia que escuchó de otro que había sido directamente afectado. Había una frialdad en su voz, una firmeza en su postura, y una fina capa de dolor que lo evidenciaba.  

Ahora bien, en medio de toda esta guerra existía una joven pareja casada, ambos excepcionalmente poderosos y talentosos. Esta pareja era parte de una resistencia llamada la Orden del Fénix, la cual estaba llena (en su mayoría) de magos que peleaban por el bienestar de todos. Esta pareja ya se había enfrentado a Voldemort alrededor de tres veces. 

Teddy se detuvo unos segundos para que digirieran esta información al tiempo que miraba a Harry, que estaba aterrorizado ante la historia que ya había descubierto era de sus padres, a juzgar por como Teddy había decidido contarlo en el momento en que ellos hablaron sobre sus amigos. Los muggles en tanto, no había unido los puntos aún, pues pensaban todavía que los Potter habían muerto en un accidente de coche. Un minuto después prosiguió. 

Esta pareja tenía un hijo pequeño. Y, por razones que no tengo permitido revelar aún, a este niño Voldemort lo consideró una amenaza. 

Varios fruncieron el ceño con preocupación, mientras James y Lily intercambiaban una mirada alarmada. Los Dursley, mientras tanto, se habían calmado, esperando que al verlos dispuestos a cooperar Teddy los liberaría del hechizo y ellos podrían escapar. 

En Halloween, hace varios años desde esta fecha, él apareció en el pueblo donde la pareja vivía. Él fue a su casa y… y mató al padre del niño cuando este lo enfrentó para darle la oportunidad a su mujer e hijo de escapar de ese lugar y salvarse. Puedo decir con seguridad que murió como siempre soñó que alguna vez lo haría, de pie mientras defendía a su familia y sus ideales con orgullo.  

Los ojos de muchos se habían empañado, imaginando cómo se sentirían ellos si hubieran estado en esa posición y preguntándose si habrían sido capaces de tal sacrificio, imaginando también, como se habían sentido la esposa e hijo del hombre, pues aún no sabía que solo Harry había sobrevivido (o que había sido Harry). Lily abrazó a James, que miraba el suelo decaído, no importa lo que dijera Teddy, él ya sentía que le había fallado a su familia.  

Vernon, por otro lado, no podía creer como estas personas que él creía respetables admiraban a un ma-ma-mago, y Harry miraba a sus padres con horror, captando entonces el tamaño de la mentira que sus tíos le habían contado, porque su padre había muerto defendiéndolo a él y no en un tonto accidente de coche, como le habían hecho creer toda su vida. 

Teddy continuó tratando de tragarse sus propias lágrimas, aún hoy, después de tantos años, recordaba el gigantesco dolor presente en la voz de su padrino al relatarle la muerte de James y Lily Potter. Saber todo lo que Harry había sufrido con su pérdida hacía difícil contar la historia, en especial porque, de no haber estado rodeado de personas maravillosas, ese también pudo ser su destino. Vivir una vida solitaria y sin amor, creyendo mentiras e imaginando que sus padres no habían sido buenos. 

Pero Voldemort no se fue luego de eso… 

Muchos supusieron lo que seguía y no estaban seguros de querer que sus hijos lo oyeran, pero Teddy no se detuvo, si esos niños fueron capaces de burlarse de Harry con la muerte de sus padres aún sabiendo lo delicado que era, serían capaces de oír lo que pasó en realidad. 

Subió las escaleras y asesinó a la madre del niño cuando esta se interpuso entre él y su hijo para impedir que se le acercara, sin importarle si le quitaban su vida en el proceso. Ya había perdido al hombre que más amaba en el mundo, no iba a perder a su hijo.  

Lily tragó saliva mientras James se aferraba a ella, horrorizado ante la imagen de su preciosa Lily muerta frente a un pequeño bebé. Miró entonces a Harry, y le tendió la mano, sabiendo de alguna forma que él tampoco lo estaba pasando bien. El niño la tomó, casi vacilante, y algo dentro de sí reconoció el tacto de su padre, y de pronto en serio quería llorar. ¡Ellos en verdad era sus papás! 

—Él la mató a pesar de todo, y entonces también trató de matar al niño. 

James sujetó con más fuerza la mano de Harry, mientras Lily directamente cambiaba de asiento y se aferraba a él, dejándolo en medio de ambos Gryffindor, cada uno pensando en cómo había sobrevivido. 

Los muggles en tanto, se miraban con horror y jadeaban con incredulidad. Dentro de su seriedad, Teddy sonrió para sus adentros, a veces los muggles eran tan impresionables y predecibles. 

Pero no pudo hacerlo. 

James y Lily se miraron en shock, ¿Harry había sobrevivido a una imperdonable? Voldemort no era de la clase de mago que usa el desmaius o envenenaba a sus oponentes. Él iba directo al avada kedavra. Las noticias del Profeta y sus propios encuentros lejanos con él lo dejaban en claro.  

Cuando la poderosa maldición diabólica lo tocó esta no cumplió su cometido, al contrario. Fue la que terminó con sus padres y la casa, pero no funcionó con él, y por eso es famoso en nuestro mundo. Nadie a quien Voldemort hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto él, y eso que acabó con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época, y el niño era muy pequeño. Pero sobrevivió y desde ese día el mundo mágico lo conoce como el Niño que Vivió. Luego de eso el niño fue llevado a la casa de la única familia de sangre que le quedaba a su madre; su hermana mayor, su marido y su hijo, que era alrededor de un mes mayor que su primo.   

La mirada de todos se dirigió a los Dursley y a los Potter, finalmente haciendo la conexión, horrorizados ante la verdad. ¡No había habido ningún accidente de coche!  

—¿Cómo sobrevivió? —preguntó entonces James, que, al igual que Lily, tenía una expresión casi derrotada —. ¿Por qué la imperdonable no funcionó? No me quejo en absoluto, pero bien es sabido que nadie ha podido nunca resistirse a las maldiciones imperdonables, sobre todo si hablamos de la maldición asesina.  

—Los libros explican todo —aseguró Teddy con seriedad —, pero lo que puedo decirte, es que siempre ha habido una magia más poderosa que Voldemort. 

James y Lily fruncieron el ceño, reconociendo vagamente las palabras de Dumbledore en su frase. ¿Cómo es que el amor había salvado a su hijo? 

¿Qué sucedió con Voldemort luego de esa noche? —preguntó James, notando que el hijo de su amigo había hablado sobre él en pasado. 

Desapareció. La misma noche que trató de matar al tío Harry. Eso le hizo aún más famoso. 

Voldemort… ¿murió? preguntó el señor Nicoll, el profesor de historia, intentando no imaginar a Harry, el pequeño y solitario Harry, siendo víctima de semejante maldad. 

No, perdió parte de su poder, pero no murió. 

¿De eso tratan los libros? preguntó el señor Miller con curiosidad —. ¿de cómo Voldemort fue tomando poder hasta matar a los Potter? 

James y Lily se estremecieron, sujetando a Harry con fuerza. 

No, los libros tratan sobre parte de la vida del tío Harry luego de la muerte de sus padres y como poco a poco Voldemort volvió al poder más fuerte que nunca. 

Varios gimieron, entre ellos Lily y James. 

Ahora bien, sé que la historia es muy triste y desconcertante, pero debo contarles que no vamos a leer en este lugar. 

¿Qué? 

¿Cómo que no va a ser aquí? 

¿Dónde vamos a leer?  

Sí, no vamos a leer aquí, de hecho… Teddy pensó como decirles con delicadeza, y mientras lo hacía dirigió una mirada a su padrino, que no se despegaba de sus padres por nada del mundo —. Ustedes van a pasar un tiempo corto en el futuro, más específicamente en el año 2021, que es de donde yo vengo. 

¿Qué? 

¿Es eso posible? 

¿Qué hay de nuestros trabajos? No podemos dejarlos, así como así 

¿No tendremos que volver con Binns? ¡Gracias, Morgana! 

¡James! 

Sí, es posible y no se preocupen por sus trabajos o demás cosas, una vez nosotros nos hayamos ido al futuro, el tiempo, con la ayuda de un poderoso hechizo, será detenido de manera que cuando vuelvan no habrá pasado ni un minuto… 

Varios suspiraron aliviados y Teddy admiró la tranquilidad con la que se estaban tomando todo. 

Como sea, es hora de iniciar el viaje. Próximo destino… El Valle de Godric. 

Todo lo que está escrito así son fragmentos de Harry Potter y la piedra filosofal modificados con intención de que se adapten a mi historia.  

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