El último suspiro de la noche

Harry Potter - J. K. Rowling Twilight Series - All Media Types Twilight Series - Stephenie Meyer Twilight (Movies)
G
El último suspiro de la noche
Summary
Se sentó en el viejo catre, abrazándose las rodillas. Cerró los ojos y trató de ignorar el eco de la voz de Harry en su mente."Es solo hasta que pueda volver con él."Se repitió una y otra vez.Pero no podía evitar sentir que esa posibilidad se alejaba cada vez más.. . .Antes de que pudiera moverse, otro hechizo golpeó su bolsillo trasero.Hermione sintió un tirón desgarrador en su interior. Un remolino la envolvió. El mundo desapareció.Y Hermione Granger se desvaneció en el aire.. . .Detuvo el auto por un momento, frotándose el puente de la nariz, intentando encontrar las palabras correctas.Entonces, algo cambió.El bosque denso, iluminado únicamente por la luz de la luna, se rasgó con un destello brillante. Un remolino apareció de la nada, retorciendo el aire como una tormenta en miniatura.Un grito. Agudo. Desgarrador. Edward giró la cabeza bruscamente justo a tiempo para ver algo—o alguien—caer desde la nada.
All Chapters Forward

La Compañía de un Soldado

Edward se encontraba de mejor humor desde que Hermione había comenzado a hablar más con él, y no solo de temas triviales o educados. Sus conversaciones se habían vuelto más profundas, más interesantes. Disfrutaba cada momento en que Hermione se abría un poco más, compartiendo detalles de su mundo, su forma de pensar, incluso sus pequeñas manías, como el hecho de que fruncía el ceño cuando intentaba recordar algo.

Pero hoy, su buen humor estaba siendo opacado por algo irritante: Bella Swan.

La insistencia de la humana en buscar información sobre él rozaba la obsesión. No era la primera vez que un humano mostraba una fijación por uno de los suyos, pero lo habitual era que la atracción se mezclara con un instinto de supervivencia que les hacía mantenerse alejados. Bella, en cambio, parecía carecer por completo de esa autopreservación.

Edward había intentado ignorarla, pero verla susurrar con Jessica Stanley y Mike Newton, mientras lanzaba miradas furtivas hacia él, le resultaba exasperante. Se preguntaba si la chica Swan estaba completamente cuerda. No quería ser cruel, pero su comportamiento era extraño.

Cuando había comentado su preocupación con su familia, todos, excepto Alice, coincidieron en que Bella parecía… ida. Hermione, por su parte, había sido más prudente en sus palabras, limitándose a decir que los humanos solían ser perceptivos al peligro.

Edward prefirió dejar de pensar en Bella. No valía la pena perder el tiempo cuando podía estar en mejores compañías.

Rosalie no estaba en casa hoy, lo que significaba que tenía a Hermione solo para él.

Al llegar a la habitación donde ella descansaba, notó cómo su piel parecía más luminosa y su mirada más despierta. Aunque aún tenía dificultades para moverse y sus heridas seguían cicatrizando, definitivamente se veía más sana.

—Te ves mejor —comentó Edward, sentándose en la silla junto a la cama.

Hermione le dedicó una media sonrisa antes de cerrar su libro y girarse hacia él.

—Gracias. Tu padre me ha ayudado mucho.

Edward asintió. Se quedó mirándola unos segundos antes de preguntar con curiosidad:

—Por cierto, ¿cómo supiste sobre Carlisle y su apodo como Stregone Benefico?

Hermione pareció meditar la respuesta.

—Lo encontré en un libro sobre criaturas y seres oscuros, Sombras y Espectros: Un Compendio sobre lo Oculto —respondió finalmente—. Había una sección dedicada a vampiros inusuales, y entre ellos estaba Carlisle. Su historia fue una de las pocas donde un vampiro no era representado como un monstruo despiadado.

Edward levantó una ceja, sorprendido de que un libro del mundo mágico mencionara a su padre adoptivo, y sobre todo de manera positiva.

—Me pareció interesante cómo ha dedicado su vida a ayudar a los humanos en lugar de cazarlos —continuó Hermione—. Es raro ver ese tipo de reconocimiento en textos sobre criaturas sobrenaturales.

Antes de que Edward pudiera responder, una presencia en la puerta lo puso en alerta.

Jasper.

El vampiro entró en la habitación con un interés inusual en la conversación. Edward se tensó de inmediato. Aunque Jasper tenía un control impresionante sobre su sed en comparación con cuando llegó a los Cullen, la sangre de Hermione aún podría ser una tentación peligrosa para él.

Pero, para su sorpresa, Jasper pareció tranquilo.

—Lamento interrumpir —dijo con voz grave—, pero no pude evitar escuchar.

Edward observó con recelo mientras su hermano se acercaba un poco más.

—Hermione —continuó Jasper, con un tono educado—, debo admitir que tu sangre es… particular.

Edward sintió cómo su propio cuerpo se ponía rígido.

—Pero —agregó rápidamente Jasper, notando la tensión—, ya no me resulta tan difícil estar cerca de ti. Es extraño, pero… no es lo mismo que con otros humanos.

Hermione lo estudió con atención.

—Tiene sentido —respondió con calma—. La sangre mágica es diferente. No es tan llamativa cuando está dentro del cuerpo.

Jasper se sorprendió.

—¿Cómo lo sabes?

—Hay registros sobre vampiros y la manera en que perciben diferentes tipos de sangre —explicó Hermione—. Aunque la sangre de un mago sigue siendo dulce para un vampiro, la magia actúa como una especie de barrera. Supongo que, ahora que tu cuerpo ha aprendido a reconocerla, el deseo de beberla ha disminuido.

Edward observó cómo Jasper asimilaba la información. Su hermano se veía menos… torturado.

Pero la conversación no terminó ahí.

Hermione giró la cabeza y miró fijamente a Jasper.

—Whitlock —dijo de pronto.

Jasper se puso tenso.

—¿Perdón?

—Jasper Whitlock—repitió Hermione, con un brillo de comprensión en los ojos—. Eres el Mayor Whitlock del clan de María, ¿verdad? Comandante de los neófitos en las guerras del sur.

Edward sintió la incomodidad de su hermano de inmediato. Jasper se removió, como si de repente no supiera qué hacer con sus propias manos.

Pero no se molestó.

—Vaya —murmuró Jasper—. No muchos conocen esa historia.

Hermione ladeó la cabeza.

—Estaba en mi libro. Pero no toda. —Su tono era neutral, sin juicio. Solo curiosidad.

Edward no podía creerlo.

Jasper nunca hablaba de su pasado. No con esa facilidad. Pero ahora, en presencia de Hermione, no parecía dispuesto a huir del tema.

Y desde ese día, algo cambió.

Jasper comenzó a pasar más tiempo con Hermione.

Al principio, Edward no le prestó demasiada atención, pero pronto se dio cuenta de que su hermano menor se quedaba más tiempo del habitual en la habitación de Hermione.

Leían juntos.

Debatían.

Y, lo peor de todo, Hermione parecía disfrutarlo.

Edward se encontraba cada vez más frustrado.

Primero fue Rosalie, quien robaba el tiempo de calidad que pasaba con Hermione. Ahora era Jasper.

Y aunque Edward intentaba convencerse de que no le molestaba, sabía que era mentira.

Pero al menos… Hermione sonreía más.

Eso era lo único que importaba.

Por ahora.

Forward
Sign in to leave a review.