
Un Nuevo Comienzo
Harry Potter nunca imaginó que su vida tomara un rumbo tan inesperado después de la guerra. Después de haber salvado al mundo mágico, se encontró con un vacío difícil de llenar. Así que, en un intento por huir de las sombras del pasado, decidió mudarse a Forks, Washington, un lugar conocido por su incesante lluvia y su atmósfera tranquila.
Al llegar, lo primero que notó fue la densa vegetación y el aire fresco que le llenaba los pulmones, como si la naturaleza misma lo abrazara.
Mientras Harry exploraba su nuevo hogar, se sentía como un intruso en un mundo completamente diferente, lleno de místicos secretos. Su vida antes estaba marcada por el peligro constante, pero aquí parecía haber encontrado un refugio.
Sin embargo, a pesar de la calma, había algo en el aire que lo hacía sentir inquieto. Tal vez eran las sombras que danzaban entre los árboles o los susurros del viento; algo le decía que su vida iba a cambiar nuevamente.
Una tarde, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, se topó con un grupo de jóvenes que parecían disfrutar de un día de sol.
Entre ellos, destacó uno: Jasper Whitlock Hale, un chico de cabello rubio dorado y ojos que brillaban como el oro. Había algo en su presencia que llamó poderosamente la atención de Harry.
Sus movimientos eran fluidos, casi felinos, y su sonrisa, aunque serena, tenía una chispa de misterio que intrigaba a Harry.
Sin darse cuenta, Harry comenzó a acercarse más a ese grupo. Una conversación casual se transformó rápidamente en una conexión que lo hizo sentir más vivo que en mucho tiempo.
Jasper, un antiguo miembro de una familia con secretos más oscuros de lo que Harry podría imaginar, también se sentía atraído por el nuevo chico.
Había escuchado rumores sobre él en la escuela. El "Boy Who Lived", pensó, pero no era eso lo que lo atraía. Era algo más profundo.