
Capítulo 8
Capítulo 8
La vida es un momento en el espacio,
cuando el sueño se ha ido,
es un lugar más solitario.
Te doy el beso de despedida,
pero muy en tu interior
sabes que nunca sabemos el porqué.
El camino es largo y estrecho
cuando los ojos se encuentran
y el sentimiento es fuerte,
me alejo de la pared,
tropiezo y me caigo
pero te doy todo.
Soy una mujer enamorada,
y haría cualquier cosa
para que entres en mi mundo
y mantenerte allí,
es un derecho que defiendo
una y otra vez,
¿Qué puedo hacer?
Contigo eternamente mío,
en el amor no se mide el tiempo,
planificamos todo desde el comienzo
que tú y yo
viviríamos uno en el corazón del otro.
Podemos estar distanciados por océanos,
tú sientes mi amor,
y escucho lo que dices,
ninguna verdad es una mentira para siempre,
tropiezo y me caigo,
pero te entrego todo.
Soy una mujer enamorada,
y haría cualquier cosa
para que entres en mi mundo
y mantenerte allí,
es un derecho que defiendo
una y otra vez,
¿Qué estoy haciendo?
Soy una mujer enamorada
y te estoy hablando,
sé lo que sientes,
¿Qué puede hacer una mujer?,
es un derecho que defiendo
una y otra vez.
Soy una mujer enamorada
y te estoy hablando a ti,
sé lo que sientes,
¿Qué puede hacer una mujer?,
es un derecho que defiendo
una y otra vez.
*** POV Pre- deceso Opal ***
―… Ok Opal, con eso terminamos el chequeo de rutina ― escucho las palabras del especialista que por ahora llevará mi historial médico, sus palabras a través de su simpática sonrisa hacen que el sufrimiento de la verdad duela menos, lo sabe.
¿Qué es exactamente lo que sabe? Sabe, al igual que mamá, que lo inevitable está por venir, yo lo sé, ¿Cómo lo sé? Puedo presentirlo, siento su fría mano rozar mi hombro susurrando “Opal, casi es el momento…”, ¿a quién me refiero? A ella, o quizá sea el, ese ser que me guiará hacia una nueva tierra prometida, a ese mensajero encomendado que me indicará el momento perfecto y aunque muchos piensan que la muerte nos roba a los seres amados pero yo creo que es al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo, ¿si tengo miedo?...
Bueno, esa es una pregunta bastante curiosa, podría estar tentada a decir que no porque desde siempre he sabido cuál será el final de mi historia, el final de mis días excepto que aún no sé cuándo pero yo sé que está próximo aunque la respuesta más acertada es que sí, sí tengo miedo pero no a morir, tengo miedo de dejar a Korra sola, dejarla triste y verla sufrir todo el proceso, tengo miedo de que todo esto la afecte porque sé que ella es una persona maravillosa que me ha dado algunas de las más grandes alegrías que jamás pude haber imaginado. Sé que su historia recién comienza y la mía está por terminar, sé que ella vivirá lo que no pudo vivir conmigo con alguien más y que su destino es disfrutar su vida con otra persona que pueda con quien pueda tener lo que no podrá tener a mi lado y yo le ayudaré a encontrar ese alguien…
***
― ¿Y bien? ― Escucho a mi madre preguntar al otro lado de la puerta.
―Señora Beifong, no quiero darle las falsas esperanzas que está buscando… ― Comienza el médico mientras masajea el puente de su nariz elevando el armazón de sus anteojos ― Revisando el historial médico de su hija puedo apreciar los numerosos tratamientos a los que ha sido sometida y analizando todo eso, es un asombroso milagro que siga con vida ― las palabras lastiman a mamá de sobremanera a Suyin.
―Doctor Hong, no estamos aquí para hablar sobre los tratamientos de mi hija y sobre su prodigioso caso de vida, estoy aquí para que me dé una solución a su enfermedad… ― Comenta mamá tajante y molesta.
―Sí, lo sé y lo entiendo pero yo le dije que haría lo que estuviese a mi alcance y lo que mis conocimientos en la materia me permitieran ― repone molesto por el intolerante tono de voz de la desesperada mujer ― cuando hablamos por teléfono le mencioné que las posibilidades estarían en contra nuestra y no podría alentarla, la transcendencia dela medicina en nuestros días son más que excelentes pero aun así, el caso de Opal es… Difícil ― acaricia su rostro comenzando a perder la paciencia ante la intransigencia de mamá.
―Sí, lo entiendo pero usted dijo que haría todo para salvarla…
―Lo que dije, es que sí, se haría todo por salvarla pero también le dije que, y fui bastante claro, que esto sólo era experimental
― mamá tensa la mandíbula ― este tratamiento no está del todo comprobado y lo único que nos compra es tiempo, algunos meses sí somos específicos quizá un par de años pero no más ― le apena ser tan directo y duro en sus palabras pero de alguna forma tiene que hacer entender a mi desesperada madre.
― ¿Sólo tiempo? ― Los ojos de mamá comienzan a cristalizarse.
―Me temo que sí ― puedo percibir que el galeno baja la cabeza a penado.
**““Sólo tiempo… Oh Cronos, si pudieras detenerlo, si pudieras permitirme y dejar a mi Opal así como está en este momento con nosotros, daría todo lo que poseo para comprarte una vida, mi niña…”, piensa Suyin cerrando los puños hasta el grado de clavar sus perfectas uñas con manicura en las palmas de sus manos.”
―Creo que lo mejor, en estos casos, es aceptar lo inevitable ― mamá le mira con horror.
― ¡No! Eso nunca… Encontraré la forma, alguna manera de… Comprar su vida ― con su puño, mamá cubre su boca intentando contener los sollozos que claman por salir.
―Con todo respeto, señora Beifong ― le interrumpe el galeno ― No hay mucho que hacer, puede ver a los mejores especialistas en otras naciones pero todos le dirán lo mismo será un desgaste de recursos en vano además no se ha puesto a pensar que todo esto le afecta a Opal tanto física como mentalmente ― intenta hacerle comprender la gravedad del caso con un poco de tacto ― ¿alguna vez se ha preguntado si esto es lo que quiere Opal? ― Suyin dirige su mirada hacia el hombro con una expresión interrogante ― ¿Se ha preguntado si Opal no se ha cansado ya de luchar, de pelear una batalla ya perdida? O, ¿Cómo se siente su familia cuando el centro de atención sólo ha sido Opal? ¿Le ha preguntado a ella alguna vez qué piensa de todo esto? ― El silencio de mamá le da la respuesta que tanto el galeno y como yo sabemos, mamá nunca se ha detenido a analizar.
―…No ― Murmura mamá, su voz apagada por su mano que cubre sus labios ― Opal… Ella es mi bebé… No puedo… ¿Cómo podría dejar ir a mi bebé sin pelear sabiendo que puedo hacer algo para mantenerla aquí, con nosotros? ― Agrega abatida mamá, algo en mi pecho cruje al escucharla tan derrotada sabiendo que ella es una guerrera y más aún porque siempre le había visto como una mujer indomable e inquebrantable ante las adversidades.
―No es fácil, lo sé y créame que he visto muchas escenas como éstas ― confiesa ― me siento impotente al no poder hacer más por mis pacientes que están en la misma situación que Opal ― suspira atormentado ― todos quisiéramos dar todo lo que poseemos a cambio de su vida pero nuestras riquezas mundanas no pueden comprarnos la vida ni salvarnos de algo tan sencillo y natural como es la muerte.
Mamá parece pensativa, tan absorta en sus pensamientos como para notar mi presencia cerca de la puerta escuchando todo lo que pasa dentro del consultorio a través de la puerta entreabierta pero aun sabiendo que mi tiempo será corto, sólo viene a mi mente la imagen de Korra y la sonrisa infantil que me enamora cada vez que puedo verla en sus labios así que tomando una respiración profunda comienzo a preguntarme cómo puedo hacer para que esa sonrisa permanezca adherida a su gentil rostro.
Mis pensamientos se ven interrumpidos por los pasos de mamá acercándose a la puerta y me alejo lo más rápido que puedo intentando aparentar una tranquilidad que no existe; veo a mamá intentar sonreír de manera forzada mientras se aproxima hacia a mi dándome un abrazo tan fuerte que siento a mis pulmones casi quedarse sin aire con tal estrujón pues parece que me quiere retener como si fuese a irme en ese instante.
―Mamá, necesito respirar… ― Murmuro cerca de su oído.
―Perdona Opal ― se disculpa alejándose un poco.
― ¿Y cómo ha ido todo ahí dentro? ― Pregunto de manera casual aunque ya sé la respuesta.
―Todo bien ― el pequeño titubeo en su voz le delata pero omito darme cuenta de que nada está bien ― todo… Todo va estar bien ― sus ojos se cristalizan un poco mientras pasa saliva intentando desvanecer el nudo en su garganta.
―Mamá… Gracias ― ahora soy yo quien le retiene en un abrazo intentando trasmitirle la fuerza que sé, necesitará a partir de este momento.
―… ― Mamá no dice nada y simplemente se dedica a sentir mis brazos alrededor de su cuerpo mordiendo sus labios para no sollozar mientras escondo mi rostro en su pecho aspirando su aroma maternal escuchando los latidos de su corazón que siempre me han calmado como cuando tenía pesadillas cuando era niña.
No sé por qué pero ahora mismo tengo miedo de morir, no entiendo cómo puede ser posible si nunca antes lo había tenido, ¿será acaso que me estoy apegando mucho a las personas que quiero y ahora no podré irme sin el remordimiento de dejarlos o tal vez es que he sentido la soledad que me espera? Opal, no puedes ser egoísta y hacerlos sufrir por tu partida, especialmente a Korra.
***
― ¿Tienes hambre? ― Pregunta mamá cuando hemos llegado a nuestra casa en Zaofu, niego con ligeramente con la cabeza en completo silencio ― Opal, no has dicho ninguna palabra desde que salimos del consultorio, ¿te encuentras bien?
―Sí, muy bien ― pongo una sonrisa forzada en mis labios, ahora entiendo por qué siento miedo de morir.
El trayecto a casa me ha dado el tiempo para analizar, para reflexionar… Tengo miedo porque quiero vivir para poder disfrutar de una vida al lado de Korra, porque tengo no tendré el tiempo suficiente para disfrutar de su compañía y eso hace que me sienta molesta porque hay tantas cosas que quiero hacer, experimentar, vivir… Sí, vivir.
―Eso no me suena a que estás bien, ¿quieres hablar? ― Mamá se acerca y me rodea en un abrazo maternal que sabe me reconforta.
― ¿Por qué la vida es tan injusta? ― Murmuro escondiendo mi rostro en su pecho mientras mamá acaricia mi corto cabello y da pequeñas palmadas en mi espalda, ambas lloramos en silencio sintiendo la impotencia sobre nuestras espaldas.
Sé que de nada sirve llorar ante mi situación porque nada cambiará pero una pesada carga abandona mi cuerpo y mientras lo hago, siento un alivio interno y el cuerpo más ligero conforme pasan los minutos. Pasa cerca de una hora cuando mamá y yo nos hemos separado del cálido abrazo y yo le dedico una sonrisa aliviada y cansada.
― ¿Mejor? ― Pregunta mamá con una pequeña sonrisa en los labios y yo asiento, creo que esto era algo que ambas necesitábamos para desahogar los sentimientos encontrados que hemos venido cargando pues debo confesar que en todo lo que tengo de vida, no me había dado el lujo de llorar de esa manera o quizá no había dejado que todos esos sentimientos guardados bajo llave afloraran de manera tan natural como lo han hecho en ese momento.
Después de lo que parecen los minutos más largos de mi vida permanecer en completo silencio, mi celular vibra detonando el sonido de mensaje con la imagen emergente de Korra así que tomo el dispositivo para leer el mensaje y puedo observar una fotografía en la cual aparecen ella y Asami, mi novia a un lado de mi mejor amiga sujetando su cintura con su brazo derecho.
Había olvidado por completo la clausura de la Convergencia armónica y que había convencido a Asami de tomar mi lugar al lado de Korra, no es para menos con todo lo que tengo que cargar y pensar en estos momentos; mis ojos vagan por toda la imagen contemplándola con una sonrisa al pensar que Korra debe estar ardiendo en la desesperación de tenerle a su lado.
― ¿Quién te mensajea, cariño? ― Pregunta mamá intentando ver lo que me ha puesto una sonrisa en el rostro.
―O no es nada, sólo es Korra informándome que ella y Asami van camino a la fiesta de clausura, “extrañándote mi amor… ¿Qué tal nos vemos, ‘Sami y yo a punto de ir a la fiesta”― Leo en voz alta, Korra ha añadido una carita casi llorando al principio de las letras y otra carita sonriendo al final del texto.
Y mientras mamá observa la imagen, llega otro mensaje de Korra con la imagen de ambas ya en el gimnasio decorado posando con una imagen de un fondo marino a sus espaldas y donde Korra permanece tras Asami sujetando su cintura con ambos brazos mientras que Asami ha colocado sus manos sobre las de Korra; el largo y sedoso cabello color ébano de Asami está peinado hacia su lado izquierdo por lo que el rostro de Korra descansa sobre su hombro derecho; parecen una pareja enamorada disfrutando de una noche especial con esas brillantes sonrisas en sus labios…
―Ambas se ven muy lindas juntas, y hasta me atrevo a decir que hacen una linda pareja ― comenta mamá viendo la imagen, algo hace click en mi cabeza mientras mis ojos se abren lentamente ante tal revelación.
Y entonces viene a mi mente, un enorme corazón enmarca los rostros de ambas a escaza distancia cuando una loca idea me viene a la mente: tengo que conseguirle una novia a mi novia y que mejor opción que mi querida Asami; sí, sé que puede sonar algo loco pero al menos así, se tendrán la una a la otra sólo espero que ambas lo puedan ver así, Korra necesitará un consuelo que yo no podré darle.
Con esa idea en la cabeza, me pongo en marcha para comenzar a diseñar un plan con tiempo reducido pues si quiero que esto funcione tengo que moverme rápido porque tiempo es lo que no poseo así que tomando pluma y papel escribo en letras claras:
UNA NOVIA PARA MI NOVIA
Y comienzo a detallar los pasos a seguir en mi plan, estoy tan entusiasmada que todos mis problemas desaparecen sin detenerme a pensar en mis propios sentimientos o los sentimientos de Korra y Asami, me siento tan confiada de que todo irá bien que comienzo a escribir algunas cartas con instrucciones añadiendo un par más donde les explico a las chicas mis motivos.
“Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan… Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican… Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón.
Y un corazón dilatado está mejor capacitado para gozar de las alegrías, y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro…”