
Capítulo 2
Capítulo 2
(https://www.youtube.com/watch?v=UxyIXIKMiOM Mad World - The Legend Of Korra amv - [Korra Tribute])
Todo a mí alrededor son caras conocidas sitios gastados, caras gastadas.
Listas y despiertas para sus carreras diarias hacia ningún sitio, hacia ningún sitio.
Sus lágrimas empañan las gafas inexpresivas, inexpresivas.
Oculto mi cabeza, quiero ahogarme en mi pena no hay mañana, no hay mañana.
En cierto modo resulta divertido, en cierto modo triste.
Los sueños en los que agonizo son los mejores que he tenido.
Resulta duro de decir, duro de aceptar cuando la gente camina en círculos.
Es un mundo desquiciado.
Niños esperando el día en que se sentirán bien.
Feliz cumpleaños, feliz cumpleaños. Programados para sentir en el modo en que deberían.
Siéntate y escucha, siéntate y escucha.
En el colegio estaba muy nervioso Nadie me conocía, nadie me conocía.
Maestro dime cual es mi lección mira a través de mi, mira a través de mi.
En cierto modo resulta divertido, en cierto modo triste.
Los sueños en los que agonizo son los mejores que he tenido.
Resulta duro de decir, duro de aceptar cuando la gente camina en círculos.
Es un mundo desquiciado.
Amplia tu mundo.
Mundo loco.
Una molesta Korra se encuentra en el patio trasero de su casa lanzando algunos de los balones que utiliza para practicar con su papá cuando no está entrenando en el campo de juego estrujando los pobres balones con ambas manos sin ningún propósito de entrenamiento; la furia está consumiendo pensamiento ante las evasiones de Asami en los últimos días pero si a eso le une la clara desesperación que tiene por desahogar todos los sentimientos negativos que invaden su cuerpo con todos los acontecimientos posteriores al deceso de Opal puesto que su proceso de luto no ha sido completado debidamente al no derramar las lágrimas necesarias que podrían limpiar su dolor interno hasta que siente el tímido líquido comenzando a resbalar por sus mejillas y se da cuenta de que no puede seguir guardando todo ese dolor lanza el último balón y el impulso le hace sobre sus rodillas en verde pasto mientras que los pequeños ríos desciendan de manera inevitable doblegando su orgullo interno mientras su mente trae ante ella los recuerdos del lindo rostro de la tierna Opal.
Empuña ambas manos cuando la ira y la impotencia le hacen ver la realidad de que ella, su querida Opal, ya no volverá a dedicarle esa tímida sonrisa que le ha dado cuando ha recibido un cumplido de su parte o el gesto nervioso de mano para acomodar el mechón rebelde de su cabello tras su oreja cuando le miraba fijamente de una manera enamorada; esos tiernos y brillantes ojos verdes no le dedicarán la mirada animándola en cada partido en su diminuto uniforme de porrista ni tampoco le esperará al final para darle su tan ansiado beso por la victoria, por ser la mejor jugadora o el premio de consolación para levantar su ánimo tras una derrota.
Siente la soledad y perdida estrujar su corazón sin piedad pero lo que le frustra es que ha podido haber pasado todo el tiempo que la etapa casi final de su enfermedad les hubiese permitido de no ser por esas salidas y citas que la habilidosa Opal ha preparado para ella y Asami en esos mismo meses es que ha escondido la verdad de todos, esas citas…
¿Por qué ahora que recuerda el tema de las citas su corazón siente menos dolor y su cuerpo reacciona de una manera traidora deseando la compañía de la joven pelinegra que ahora no quiere verla? ¿Por qué la forma amistosa en que la ha visto a Asami como amiga ha cambiado de pronto y le duele el rechazo a su compañía? ¿Estará confundiendo ciertas emociones y sentimientos en ese momento de flaqueza y debilidad?
Golpea un balón cercano a ella mientras su cuerpo cae hacia adelante apoyando su manos para sostenerse sobre sus brazos clavando sus orbes azules en el color verde del pasto como si este fuese a responder sus dudas, su expresión ahora un poco más serena trata de comprender lo que está pasando pero sabe que no hay mucho que entender y que por más preguntas que haga, es como hablar con el viento pues no obtendrá respuesta.
Gruñe ante la incertidumbre de lo que está sintiendo porque está todo revuelto en su cabeza: ira, desilusión, tristeza, abandono, decepción, amistad… Amos, un momento, ¿amor? ¿En qué momento ese peligroso sentimiento se ha mezclado con todo lo demás cuando a su mente viene el recuerdo de la belleza pelinegra de labios rojos como la tentación?
―Esos balones no tienen la culpa de tu furia ― suena una profunda y conocida voz masculina a su espalda.
―Lo sé, pero con alguien tengo que desquitarme ― sonríe muy a su pesar.
―Sabes que el futbol americano no se juega con una sola persona, ¿quieres un compañero de práctica? ― Sus pasos se encaminan hacia donde está la morena ― Además ya hace mucho tiempo que no practicamos juntos y quiero ver que tan buena se ha vuelto mi campeona y jugadora estrella, la próxima estrella de la NFL― una mano de gran tamaño se posa sobre su hombro dando un ligero apretón y ofreciéndole ayuda para levantarse.
―Soy mejor que cuando tenía siete años papá, así que ya no me derribarás tan fácilmente con tus pases ― Korra sonríe de lado mientras se abraza a la enorme e intimidante figura que representa su padre en su traje fino de oficina, tan grande como un oso pero tan cariñoso como un cachorrito, Tonraq siempre ha tenido la facilidad de aligerar el estrés de su hija con sus abrazos.
―Eso lo veremos… ― Le mira compresivo ― Saca todo lo que pueda hacerte daño cariño, guardar todos esos sentimientos negativos te harán daño además llorar no te hace débil ― murmura cuando siente el cuerpo de su hija tenso así que palmea su espalda y da un ligero masaje circular en su espalda como cuando era pequeña para dejarle saber que no está sola y que estará para ella cuando le necesite por lo que Korra se aferra al abrazo protector que le brindan los protectores brazos de su padre.
―Gracias, papá ― Korra le mira con los ojos ligeramente vidriosos evitando que las lágrimas le vuelvan a invadir ― vamos, te venceré…
Ambos comienzan a recoger los balones regados y Tonraq toma el que está ubicado en la cima de la pila lanzando un pase a Korra mientras ésta se aleja para colocarse en posición para recibir los pases; en el transcurso de la pequeña práctica, Tonraq se puede dar cuenta de que su pequeño retoño está completamente distraído en sus pensamientos y lo sabe porque la gran mayoría de los pases resbalan de sus manos o golpean su cabeza y rostro, algo raro en Korra pues todo el tiempo saca a relucir su gran habilidad en el deporte.
― Un millón de dólares por tus pensamientos, ¿Qué es lo que te mantiene alejada de la realidad? ― Curiosea Tonraq acercándose a Korra.
― ¿Eh? ― Korra reacciona y parece como si estuviese saliendo de su trance ― ¿Me decías? ― Sus brillantes ojos azules se dirigen hacia su padre, quien permanece a su lado.
―A veces me gustaría saber qué estás pensando ― Korra le mira de manera recriminadora ― no me veas así, tengo el derecho de preocuparme cuando comienzas a dejar de hablar ta fluidamente para enfocarte en ti misma, no es parte de tu personalidad estar tanto tiempo sin decir una sola palabra ― Korra frunce el ceño ligeramente sintiéndose bastante trasparente a sus ojos ― ¿Quieres decirle qué es lo que te preocupa a tu viejo?
―No hay nada que… ― Comienza a pensar en alguna excusa tallando la base de su cuello y nuca, el gesto delator por el cual sabe que está nerviosa.
―No sabes mentir, pequeña mentirosa ― le sonríe intentando transmitirle la confianza necesaria que cree le hace falta ― sabes que estoy para ti siempre que me necesites.
―En serio… No es… Ya sabes… Gran cosa…
―Si te pones así, es porque así es ― una certera afirmación sin margen de negativa mientras su mirada paternal abraza la inseguridad de su hija transmitiéndole una calidez que le dice que todo estará bien puesto que papá está cerca de ella para lo que necesite.
―Ya te dije… Papá… Que… ― Vuelve a rascar su nunca y base del cuello ― Está bien, tu ganas… Lo que pasa es que, estoy confundida ― su mirada esquiva la de su padre mientras la dirige hacia el horizonte donde el sol comienza a ocultarse lentamente despidiéndose de Ciudad Republica.
― ¿Confundida? ¿Por qué? ― Ambos toman asiento sobre el pasto.
―Porque… ― Piensa sus palabras antes de responder ― ¿Recuerdas que últimamente estuve saliendo con Asami? ― Tonraq asiente recordando a la linda chica pelinegra de ojos verdes.
― ¿Qué hay con eso? Asami es la amiga de Opal, ¿cierto? ― Korra asiente.
―No sé cómo ni cuándo pero creo que me enamoré de ella… ― Hunde su rostro entre sus manos y las rodillas que se apoyan contra su pecho.
―Eh… Bueno… ― La confesión toma desprevenido a su padre pues supone que su guerra de sentimientos tiene que ver con el reciente deceso de la tierna Opal ― ¿Y eso cómo te hace sentir?
―Confundida, molesta, herida, agradecida… ― Su padre le mira confundido al respecto y Korra suspira cansada ― Me siento confundida porque todo está sucediendo tan repentinamente que no me da tiempo de analizarlo y aclarar si es agradecimiento por estar conmigo cuando más la necesité durante los últimos momentos con Opal, me siento molesta porque siento que de alguna forma les estoy fallando a Opal, que le estoy siendo infiel de alguna manera al tener sentimientos por su mejor amiga y me siento herida porque Asami ha estado evitándome todos estos días cuando he querido hablar con ella sobre esto pero también me siento agradecida porque no sé de qué manera puedo abordar el tema con ella sin que le parezca raro o extraño, estimo mucho a Asami porque también es mi amiga pero…
―Pero lo que sientes por ella va más allá que una simple amistad, ¿me equivoco? ― Korra no sabe si asentir o negar con un movimiento de cabeza.
―No, pero es que lo que sucedió entre nosotros es tan extraño, es como si estuviese planeado ― Tonraq arquea una ceja mientras frunce el ceño de manera confundida cuando ha escuchado las palabras “sucedió entre nosotros”― te explico, en los últimos tres meses, Opal estuvo organizando salidas entre nosotros con la excusa de acercarnos más como amigas y fortalecer la amistad pero se suponía que lo que serían reuniones para tres terminábamos quedando Asami y yo porque Opal cancelaba con alguna tonta excusa, y ahora viendo todo eso con más detenimiento ― pausa sus palabras para replantear y pensar sus conclusiones mientras frunce ligeramente el ceño ― esas salidas parecían más bien citas muy bien planeadas, lo que me lleva a pensar que Opal sabía lo que estaba haciendo.
― ¿Y qué estaba haciendo?
―Realmente no lo sé pero creo que quería que Asami y yo fuésemos más unidas, la verdad no puedo pensar en otra cosa.
―¿Es lo que tú crees? ― La pregunta le saca de balance ― A mi parecer, con lo que me estás contando creo que Opal quería que ambas fuesen más cercanas pero no como amigas sino como otra cosa, para que ambas encontrasen consuelo la una en la otra al momento de su partida y su ausencia no las afectase tanto, un pensamiento muy generoso de su parte.
― ¿Consuelo? ¿Crees que Opal en verdad quería que Asami y yo pudiésemos ser algo más que amigas cercanas?
―Yo creo que eso ya depende de ustedes y esa es la pregunta que tanto Asami como tú deberán responder ― coloca su mano sobre su hombro dando un ligero apretón de apoyo y comprensión ― creo que casi es la hora de la cena, pero si me preguntas, Asami me parece una buena chica sin mencionar que es muy linda ― golpea ligeramente el costado derecho de Korra provocando en ella una sonrisa ligera ― ¿vienes?
―No, adelántate un poco, iré en un momento más… Necesito… Necesito pensar un poco.
Tonraq asiente mientras hace el recorrido hacia el enorme edificio a espaldas de su hija, Korra permanece sentada pensando en las palabras de su padre, “¿Todo depende de nosotros? ¿Qué tenemos que ver nosotros con esa decisión? Pero Asami es mi amiga ante todo, siento que traiciono su confianza al mirarla de otra manera, Opal en buen embrollo me has metido… Opal, mi querida Opal…”
El nombre de su desaparecida novia hace que se forme un pequeño nudo en el estómago y su garganta permanezca seca aunque un ligero rayo de luz ilumina sus ahora oscuros pensamientos, sabe que ante todo, Opal siempre ha procurado hacer cosas que le hiciesen feliz y quizá éste sea uno de los últimos gestos que ha querido tener para con ella y que ahora será ella quien decide si quiere o no aceptar lo que está por venir.
―Asami… ― Suspira mientras se levanta y camina hacia la casa con una sola imagen invadiendo sus pensamientos.