Maternidad Sustituta

t.A.T.u. (Band)
F/F
G
Maternidad Sustituta
Summary
Julia Volkova es una joven doctora que tiene a su cargo el área de pediatría de un hospital y muere por tener sus propios hijos con su esposa Valentina pero después de muchos intentos y múltiples abortos y de la noticia de su infertilidad de su esposa, las esperanzas se comienzan a perder en el matrimonio. Valentina nota la tristeza nostálgica de los ojos de su esposa así que recurrirá, por consejo de un amigo, al uso de una práctica muy criticada por parte de la sociedad: la maternidad sustituta; pero su idea es muy diferente a como normalmente sucede en los contratos de la maternidad subrogada cuando conoce a la joven e inexperta estudiante de psicología, Elena Katina, debido a que Valentina quiere que la concepción de su bebé sea un proceso completamente natural y no por medio de la inseminación artificial además de que ha recurrido a la extorsión y amenazas para que la joven Elena acepte sus términos y condiciones y no descansará hasta que su esposa cumpla con su “obligación” en este acuerdo, pero no cuenta con que los sentimientos se mezclen entre la hermosa jovencita y su esposa debido a sus exigencias.
Note
Dejo esta historia por acá, espero sea de su agrado y como pueden ver, se trata de un fanfic sobre las chicas de t.A.T.u.
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Cambios, las primeras molestias y un vientre falso

Cambios, las primeras molestias y un vientre falso
Valentina se ha enterado de la noticia cuando Julia le ha llamado para avisarle y apenas ha colocado el auricular en su lugar, su sonrisa de satisfacción y maldad aparece en sus labios aunque ahora se borra al pensar en cómo va a explicar que tendrán un bebé si ni siquiera está embarazada.
―Vamos, Val… Piensa cómo harás para engañar a todos porque tiene que ser rápido… ― Sus ojos se iluminan al ver el teléfono ante ella ― Vitaly…
Espera a ser atendida por su secretaria e inmediatamente le atiende así que le dice que irá a visitarlo para que cancele todo lo que tiene que hacer, golpetea con los dedos en el escritorio y sonríe con malicia al ver que todos sus planes marchan viento en popa y se recarga en su silla mientras estira los brazos de manera despreocupada tomando el portarretratos de sus padres riendo a carcajadas llenas de amargura.
―Ya verás que no soy un fracaso después de todo… ― Y vuelve a colocarlo en su lugar para levantarse y salir.
Camina hacia el estacionamiento y desactiva la alarma de su auto a la distancia, no sabe qué hará con respecto a lo su falso embarazo así que ha decido acudir con su fiel amigo Vitaly pues sabe que le dará una efectiva solución; enciende el auto y se marcha a toda velocidad hacia la clínica privada. Entra al estacionamiento del edificio y siguiendo el camino ya conocido para ella sube en el ascensor, que se detiene casi en el último piso y camina con coquetería dirigiéndose hacia el consultorio de su amigo.
―Pensé que ya no volvería a verte… ― Comienza Vitaly al cerrarse la puerta mientras está de espaldas recargando sus codos en los descansabrazos de su mullida silla.
―Pues no, aquí estoy otra vez… ― Toma asiento dejando su bolso negro sobre el escritorio ― Quiero que me ayudes en un tarea importante… ― Vitaly le interrumpe dando vueltas en la silla giratoria.
―No quiero estar involucrado en todo esto, esa pobre niña… Suficiente tengo en mi conciencia ya lo que le has hecho…
―Descuida, no tiene nada que ver con ella… Por ahora ― aparece la misma sonrisa macabra que cuando se le ocurre algo que no abandonará su cabeza hasta que se cumpla y que le helaría la sangre a cualquier valiente ― Te doy lo que me pidas… ― Saca su chequera.
―No es necesario, tengo suficiente dinero… No me convencerás… ― Ataja indignado.
―Acéptalo… ― Intenta conciliar Valentina pero Vitaly está reacio en hacerlo.
―No quiero ensuciar mis manos con dinero mal habido, va en contra de mi ética…
― ¿Así como los experimentos que realizas a espaldas de los directivos de la clínica? ― Sus manos se juntan y se colocan sobre sus piernas y Vitaly puede jurar que ve al mismísimo demonio encarnado delante de sí ― Me pregunto qué pasaría si se enterasen de lo que haces con esos pobres fetos, no, no, no… Sería el final de tu carrera… ―Sus gestos son cínicos.
―Tú no te atreverías… ― Balbucea nervioso.
― ¿Yo? Claro que no, somos amigos… ― El pobre hombre respira con pesadez mientras siente una gota de sudor bajar por su sien ― Pero puede haber fuga de información y todo puede llegar a manos del Dr. Engels y ahí sí creo que habría problemas… ― Comenta tomando en sus manos el portarretratos con la foto de él joven galeno, su esposa y un bebé rubiecito.
―No puedes… Tú… ― El cuerpo se le pone tenso mientras intenta idear un plan o algunas palabras que le ayuden pero su mente está estática sin saber qué hacer, siempre ha sido así cuando está bajo presión.
―Sería una lástima que Nadia quede sola y que el pequeño Andrei quede sin un padre… ― Toca el vidrio como si lo limpiase ― Pero es mi deber como fiscal de distrito limpiar las calles de delincuentes y delincuentes de cuello blanco que se esconden tras batas para cometer sus crímenes…
―… ― El joven se queda sin palabras al saber que está a merced de la despiadada mujer pues conoce todo lo que ha hecho a pesar de que ha mantenido en el más absoluto secreto sus experimentos ante la sociedad.
―Creo que los crímenes de este tipo pueden alcanzar la pena máxima e incluso la pena de muerte, pobres bebés que nunca pudieron nacer… ― Se compadece y sus palabras suenan vacías y huecas ― Tal vez estarían en el jardín de niños, pobres… Nunca pudieron conocer a sus padres y sus padres nunca conocieron a sus hijos ― coloca su mano en su mentón ― me pregunto, ¿Qué harían sus padres al saber esto, Cuántos padres querrán cobrar justicia? No lo sé pero creo que son muchos… ― Señala y Vitaly la mira de manera derrotada y sumisa.
― ¿Qué…Qué quieres que haga? ― Balbuce nervioso.
―Creo que comenzamos a entendernos… ― Suelta una carcajada y Vitaly levanta la vista al cielo como implorando perdón por sus crímenes ― Necesito comenzar con esto del embarazo falso…
***
Es la quinta vez, en esa semana, que se levanta al baño, no ha dejado de devolver el estómago en toda la mañana y ya siente sus fuerzas desfallecer cuando se acerca al retrete, comienza a tener miedo y su inseguridad comienza a crecer a causa de su incipiente estado de gravidez pero sabe que puede esto puede ser causado por los cambios hormonales y de humor que se presentarán en todo el embarazo.
―Len, ¿estás bien? ― Suena la voz de su amiga.
―Sí… ― Al estar hincada en el suelo, regresa la cabeza al retrete y devuelve el estómago otra vez ― Creo… Creo que sí…
―A mí no me engañas, estás mal y a simple vista lo puedo ver ― se acerca a la puerta ― ¿Necesitas algo?
―No, estoy… ― Nuevamente vomita y cuando termina recarga la cabeza en la pared sintiéndose de lo peor.
Intenta levantarse y lo logra pero con algo de dificultad, se acerca al lavamanos para mojar su rostro y cara mientras se mira en el espejo, hay un par de bolsas debajo de sus ojos que identifica como ojeras y que ha intentado cubrir con maquillaje pero le ha resultado imposible además de que su rostro está claramente pálido, nadie le ha dicho que los primeros meses del embarazo son los más difíciles del proceso y a veces pasa tan rápido de querer matar a Valentina como a tirarse a llorar por horas sin razón aparente.
Algunas veces culpa a Julia por su estado pero tan pronto lo hace se siente tan culpable que termina llorando en sus brazos todo un mar de lágrimas mientras que Julia le abraza comprendiendo claramente sus ganas de castrarla y sólo la abraza hasta que se calma o le hace alejarse a golpes, comprende sus constantes cambios de humor y los justifica con el embarazo así que nunca se muestra molesta sino comprensiva a pesar de que Lena ha comenzado peleas verbales con recriminaciones sobre su actual situación.
―Len, ¿en serio estás bien? ― Su amiga le detiene al salir del baño.
―Ya te lo dije Irina… Sí, estoy bien… ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? ― Responde molesta.
―Sólo me preocupo…
―No es de tu incumbencia, así que déjame en paz… ― Interrumpe casi con llamas en los ojos pero se da cuenta de que ha sonado muy grosera ― Perdona, sé que te preocupas por mí pero no me pasa nada.
―Últimamente estás con un humor de perros ― señala honesta la joven un par de años más grande que Lena ― parece que estás en tus días diario… ― Intenta bromear.
―No es eso, es sólo que… ― No sabe si decirle o no.
― ¿Entonces? ¿Qué es? ― Irina pestañea curiosa ― Con tanto vomito hasta parece que estás embarazada.
―Bien, te diré… Pero debes prometer que no dirás nada ― le toma de la mano y le arrastra hacia un rincón alejado para que nadie más escuche.
―Uy, parece que esto es más secreto que lo que ocultan los gobiernos… ― Bromea al ver cómo actúa su amiga, quien observa hacia todos lados ― Vamos, ya cuéntame qué es… No estás enferma, ¿o sí?
―Bueno… ― Suspira ― Debes prometer que no dirás nada, por ningún motivo puedes mencionar lo que aquí te digo, ¿está claro? ― Irina sella sus labios como si cerrara un zíper ― Lo que pasa es que… ― No puede decir ninguna palabra por lo emocionada que está.
―Ya dime… Me tienes en ansiosa.
―Está bien, yo… Estoy embarazada ― suelta y ve la expresión de su amiga.
― ¿Qué tu qué? ― Su rostro está estupefacto ante la noticia ― ¿Cómo, cuándo…? Dime…
―Creo que tengo casi un mes…
― ¿Un mes? ¿Por qué no me habías dicho? Soy tu amiga, tengo derecho a saber todo sobre mi sobrinito o sobrinita…
―Eh, bueno… Es que no puedo decir mucho… Yo…
― ¿El padre te tiene amenazada? Dime quién es ese desgraciado… ¿Al menos está enterado de que estás embarazada? ¿Te apoya? ¿Lo conozco? ¿Por qué no puedes decirme nada?... ― Su curiosidad es demasiada con tantas preguntas ― No me digas, ¿Está casado? ¿No quiere hacerse cargo de ustedes?
―Wow, muchas preguntas… Vamos por partes.
―Bien, bien… Oye, al menos dime, ¿Tienes novio? Porque nunca me lo dijiste ni siquiera lo mencionaste… Eres una mala amiga, anda dime…― Hace un puchero.
―Calma, calma… ― Lena suspira ― No puedo decirte mucho pero sí le conoces…
―Ah, ¿Quién es? Dime, sabes que no diré nada… No, déjame adivinar, ¿es el guapísimo de seguridad? ― Lena mueve la cabeza de forma negativa ― ¿Es el de mensajería de recepción? O mejor aún, ¿es uno de los que usa bata? ― Ante la sonrisa de su amiga no puede evitar apagar un grito ― ¿Le conozco?
―Eh… Sí y no…
― ¿Cómo está eso? Ah, entonces ¿Si es uno de los doctores? Wow Len, mira que escondidito te lo tenías ― Golpea levemente su hombro ― ¿Es uno de los jóvenes o es uno de esos maduros? ¿Está a cargo de uno de los pisos?
―Eh, bueno… ― Está a punto de revelar algo importante pero es interrumpida a tiempo.
―Disculpen que las interrumpa… ― Suena la voz de Julia en su traje azul de operaciones ― Estuve tocando la puerta pero nadie respondía así que entré ― señala la puerta ― Vengo a ver cómo sigue Lena.
Irina y Lena se ven de manera cómplice e Irina le dice con la mirada que le atienda pero antes de que siga a Julia y que ambas comiencen a caminar hacia la salida, le susurra que la plática queda pendiente y cuando les ve salir, su mente comienza a sacar conclusiones con respecto al buen trato de la doctora Volkova con Lena, “Ay Lenis, creo que ya comienzo a imaginar quién es, no andas muy perdida… Espero que te haga feliz, te apoyo en todo amiga” y sonríe para
― ¿Cómo sigues? ― Comienza Julia cuando suben en el ascensor y las puertas se cierran ― Me preocupa tanto no estar a tu lado… No sé qué haría si algo les pasa ― se acerca y le acaricia el vientre ― me mata no poder estar al pendiente de ti en estos momentos, no sabes cuánto… ― Lena se pone de puntitas y besa los labios de Julia de manera fugaz.
―Calma, no nos pasará nada… ― La campanita del ascensor les indica que han llegado al piso de pediatría y se separan de inmediato para disimular que nada pasa ― ¿Ha tenido cirugía? ― Pregunta al percatarse de su ropa.
―Sí, he atendido el caso de un pequeño que ingresó con apendicitis pero descuida, ya está bien ― Sonríe de manera cansada antes de abrirle la puerta que da ingreso a su consultorio ― Natalia, pase las primeras citas para más tarde por favor.
―Está bien doctora… Oh, por cierto su madre llamó para avisarle que ya están aquí y que quiere que verles para la cena ― anuncia su secretaria acomodando sus lentes.
― ¿Mis padres? Bueno, regrese la llamada y dígale que le avisaré a Valentina, gracias ― Solicita Julia antes de abrir la puerta para Lena y dejarle entrar ― ¿Tienes hambre?
―La verdad es que no… ― Su rostro se contrae por algunas nauseas que han vuelto a ella y cubre su boca.
― ¿Te sientes bien? ― Se apresura a acercarse a su lado y ayudarle a sentarse en el sofá negro que tiene en el consultorio ― ¿Qué tan mal te has sentido? Dime y no mientas porque sabré que lo haces ― revisa sus pupilas y coloca su mano en su frente.
―Bueno, casi toda la mañana he devuelto el estómago y he sentido muchos mareos, la verdad me he sentido fatal… ― Confiesa.
―Creo que deberías quedarte en casa… Por lo menos hasta que pase esto de los mareos y vómitos ― Añade al ver el rostro de Lena algo molesta ― Tal vez te haga bien descansar además estás con lo de la escuela y no creo que soportes mucho a este ritmo.
―Tengo responsabilidades que cumplir, no quiero descuidar mis estudios ― niega con la cabeza.
―Y no lo harás sólo te digo que debes descansar un poco más, puedo hablar con la doctora Konstantinovna para que te dé un tipo prórroga para las prácticas, no creo que se moleste si hablo con ella… ― Se hinca frente a Lena tomando sus manos y viéndola de manera dulce.
― ¿Y qué le dirás? No, debo terminarlas a tiempo ― acaricia su mejilla ― además ya casi las termino pero ¿Qué sugieres que haga con todo ese tiempo libre? No quiero estar todo el día en la casa, no con Valentina.
―Val no es mala, ella sólo…
― ¿Qué no es mala? ― Estalla repentinamente y sus pupilas se encienden ― Mira en el problema en que el que nos ha metido, yo embarazada y soy muy joven para ser madre, todavía no sé si quiero serlo ― intenta golpear a Julia pero le sostiene las muñecas ― Yo… Ella… ― Suelta el llanto y Julia le abraza consolándole ― No sé si seré buena madre, yo… ― Comienza a sollozar ― No estaré para ayudarle, verle crecer…
―Calma, Shhh… ― Julia le abraza mientras le consuela ― Serás una buena madre, claro que estarás ahí para verlo crecer porque yo no permitiré que te alejen de nuestro bebé ― le abraza con más fuerza y Lena se aferra a ella ― ahora deja de pensar en eso y vayamos a comer para que recuperes fuerzas porque creo que ambos están hambrientos ― acaricia amorosamente su vientre antes de besarlo.
***
―Esto funcionará… ― Valentina se prueba algunas de las almohadillas que Vitaly le ha recomendado para comenzar la farsa de su embarazo.
Ha llevado a Vitaly casi a punta de pistola para que compre las almohadillas especiales y le explique cómo usarlas, acordando ir a verlo cada mes cuando lleven a Lena para el control del embarazo y para que ajuste las almohadillas de acuerdo a las diferentes etapas por las que pasa una mujer embarazada pero como se supone que su estado de gravidez apenas comienza no tiene que usarlas.
―Creo que con esto tengo resuelto lo de la barriga… Ya que no podré sentir como crece, al menos podré sentir la experiencia… ― Acaricia la almohadilla que corresponde al final del embarazo a los nueve meses ― Me gustaría poder sentir verdaderamente esto… ― Unas lágrimas tímidas se asoman a sus ojos pero las limpia de inmediato cuando siente la puerta abrirse e intenta esconder las evidencias.
― ¿Se encuentra bien? ― Pregunta Ana entrando a la habitación.
―Sí, sí… Estoy bien, ¿Qué deseas? ― Le da la espalda mientras limpia sus lágrimas.
―La señora Julia dice que sus padres le han invitado a cenar y quiere que baje para ir a verlos.
―Está bien, dile que voy en un momento…
― ¿Qué le sucede realmente, niña? ― Ana se acerca lentamente y abraza a Valentina ― Sabe que puede decírselo a esta vieja mujer… ― Valentina se aferra al abrazo mientras lágrimas de impotencia y dolor surcan sus mejillas, su llanto es de dolor y agonía.
―Ay nana, yo sólo quería darle un bebé… El bebé que tanto deseaba… Quería sentir todos los malestares, por primera vez en mi vida quería ser feliz con algo que yo sintiera propio para enorgullecerlos ― no puede detener su confesión ― sólo quería poder sentir sus pataditas aquí… ― Toca su vientre mientras lo soba de manera delicada.
―Ya, mi niña… Calma… Todo irá bien, pronto tendrá a su bebé en sus brazos…
―Tal vez pero su amor ya no y ese es el alto precio a pagar…
Poco a poco recupera su confianza y se limpia todo rastro de llanto para que no la vean vulnerable, prepara su ropa para la cena con sus suegros y una idea viene a su mente, sonríe con maldad mientras cepilla sus ondulados cabellos rubios mientras piensa bien cómo va mover sus piezas en este ajedrez para no perder lo que ha conseguido.
―Lamento mucho que no puedas venir… Quisiera que seas tú quien va conmigo ― confiesa Julia en la habitación de Lena mientras le mima antes de ir a cenar.
―Pero no se puede así que disfruta con tus padres por las dos…
―Querrás decir por los tres ― señala mientras acaricia su vientre ― hola allí adentro… Es mami, pórtate bien con mamá mientras no estoy y cuídala mucho ― besa el vientre desnudo de Lena mientras se eleva para besar los labios de Lena.
―Cofcofcof… Disculpen por interrumpir pero… ― Suena la voz molesta de Valentina parada en la puerta de la habitación ― Creí haberles dicho algo sobre los cariñitos y los acercamientos…
―No están estipulados en el contrato así que podemos hacer lo que queramos… O señálame donde dice que no puedo consentir a MI bebé ― ataja molesta Julia levantándose de la cama.
―… ― Valentina se muerde los labios pero no dice nada ― Estoy lista para irnos… ― Se da media vuelta para bajar los escalones.
―No deberías ser así con ella… Tiene razón, ella es tu esposa y al estar conmigo la está engañando conmigo ― señala Lena.
―Es que me saca de quicio además ya no la quiero, a la única que quiero es a ti… Te amo, gracias por este maravilloso regalo… Y cuando todo esto pase, pienso luchar por estar contigo ― toma su rostro entre sus manos y le mira a los ojos ― le agradarías a mamá… ― Añade y le besa ― Valentina escucha cada una de las palabras y siente que su corazón se encoje y se rompe en mil pedazos.
― ¿De verdad lo crees? ― Lena le mira sin creerle ― No creo que le agradaría saber que soy tu amante además yo no…
―Yo sé lo que te digo, ella es una buena persona que no juzga a nadie además al saber que tú me haces feliz, te adoraría casi al instante… ― Le sonríe y Lena se sonroja ― Un día de estos te llevaré a conocerlos.
Julia sale de la habitación después de despedirse de Lena y Valentina al escuchar sus pasos aproximarse simula alejarse llegando a la escalera y baja rápidamente para sentarse en uno de los sillones y al ver a Julia bajar por la escalera se levanta y se dirige a la salida; Julia le abre la puerta del auto con la mayor indiferencia que puede y se dirige a su lugar para encender el auto.
El camino hacia la casa de los padres de Julia resulta incómodo y silencioso para ambas, para Valentina porque sabe que Julia no ya no le quiere como antes y por más que lo intente ya nada será igual, y para Julia porque estar con Valentina le resulta una tortura desde que ha destapado su verdadera cara.
― ¿Cómo se ha sentido Lena? ― Comienza Valentina con la mirada hacia la ventana.
― ¿En verdad te importa? ― Se sorprende Julia al ver un repentino interés.
―Claro, es la madre de mí… Nuestro bebé, ¿Por qué no debería importarme? Si algo le pasa e ella, también afecta a nuestro bebé…
―Sí, ya sabía yo que no te importaba ella… Está bien, tiene malestares por las mañanas pero todo normal para una mujer embarazada.
―Que bien…
La conversación ha durado poco menos de cinco minutos y después han regresado a su estado actual de indiferencia hasta que llegan a un enorme portón en el cual Julia se identifica y entran en una enorme propiedad hasta estacionarse cerca de la fuente que se encuentra en la entrada.
Julia le abre la puerta a Valentina y la hora del teatro comienza para aparentar ser una pareja perfectamente feliz cuando los padres de Julia salen a recibirles, una madura y hermosa mujer rubia con algunas canas de alrededor de cuarenta casi cincuenta años aparece del brazo de un hombre también rubio, alto y atractivo un par de años mayor que su esposa se acerca para abrazar a su hija.
―Hola lobita… ― El hombre alza en brazos a Julia.
― ¿Cómo está mi amor? ― La mujer besa la mejilla de su hija cuando su padre le baja ― Valentina, ¿Cómo estás?
―Bien, Larissa, Oleg… Tiempo sin verlos, ¿Cuándo llegaron?― Se acerca para besar las mejillas de sus suegro.
―La verdad sí, Hoy por la mañana… Teníamos ganas de volver pero pasemos dentro… ― Los dos matrimonios caminan hacia la sala ― Y como ya es costumbre debo preguntar, ¿y los nietos para cuándo? ― Tanto Julia como Valentina se miran de manera retadora.
―Creo que tal vez pronto… ― Responde Julia adelantándose a su esposa y sonriendo de manera triunfal.
― ¿En serio? Espero que sí, mira que si no tengo a mi nieto para este año, iré a castrarte Julia Volkova ― Julia sonríe de manera nerviosa al igual que su padre.
―Larissa con eso no se juega, déjalas disfrutar de su matrimonio… Los nietos vendrán cuando tengan que venir, tal vez no quieren esas responsabilidades ahora que están realizándose como profesionistas.
―Oleg, yo quiero nietos para cuidarlos y los quiero ya ― la pelea de siempre sobre los nietos inicia como ha sido en los últimos cuatro años.
Platican durante una hora, Julia se mantiene al margen de la conversación pero habla poco y Oleg lo nota pero deja pasarlo por alto para hablarlo después con su hija a solas; Valentina y Larissa son las grandes conversadoras hasta que anuncian que la cena está servida.
―La cena estuvo deliciosa… ― Comenta Julia dejando de lado su tenedor para dar paso al postre.
―Sí… Larissa, Oleg… Hay algo que Jul y yo queremos anunciarles ― Valentina sonríe de maliciosamente y Julia le mira de manera retadora indicándole que no hable pues intuye qué es.
― ¿Qué es? ― Curiosea Larissa.
―Diles cariño… ― Valentina le lanza una mirada significativa a su esposa pues sabe que Larissa es su mejor aliada y Julia niega ― Les dices tú o les digo yo, creo que está tan feliz que no puede hacerlo así que lo haré yo… Estoy embarazada y tengo casi un mes…
― ¿En serio? ― Larissa toma la mano de su esposo sobre la mesa completamente emocionada ― ¿Por qué no nos habían dicho? ― Las miradas se clavan en Julia.
―Queríamos estar bien seguras de que el feto estuviese fuera de peligro, por lo mismo que pasó con el otro feto debido a que los primeros tres meses son cruciales para que el feto se fije bien en las paredes uterinas... ― Explica detalladamente Julia ― No queremos crear falsas esperanzas así que sólo falta esperar ― completa sin emoción, cosa que nota su padre.
―Yo soy la más emocionada con esto… Al fin tendrán el nieto que desean ― Valentina intenta tomar la mano de Julia sobre la mesa pero Julia la mantiene empuñada.
―Ahora sí podré ir a comprar ropita de bebé y ayudarte con la decoración de su cuarto, escoger el nombre… Cuidarlo, abrazarlo, mimarlo… ― Los ojos grises de la mujer brillan como diamantes y Julia no quiere romper con esa emoción así que sólo sonríe fingiendo una alegría que no siente mientras piensa en Lena sintiendo que ella es su único consuelo mientras siente ganas de estrangular a su esposa preguntándose el por qué lo ha hecho.

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