
Mine
“¿Cupcake?” pregunta Carmilla sorprendida deteniendo sus manos enredadas en una blanca toalla que se encuentran secando su húmeda cabellera negra cuando sale del baño de la habitación.
La rubia se queda estupefacta ante la presencia de su esposa.
Aunque en lo que más se enfoca su mente es en la imponente y hermosa figura de la mujer en ropa interior que se encuentra deteniendo la puerta principal del cuarto de hotel, el cuarto de hotel de su esposa.
3 meses antes…
La rutina en la casa Karnstein-Hollis se ha asentado después de unos años; no que eso signifique algo malo para las habitantes de la misma; por el contrario, cada una de ellas se encuentra feliz de vivir bajo la cálida constancia que las actividades diarias les brinda.
Las niñas han crecido algunos centímetros, pero mucho más su relación fraternal y sus madres disfrutan de cada momento que tienen en familia.
Como si fuese un guión escrito, Laura y Carmilla comparten las actividades diarias en casa; aunque sus vidas laborales siguen siendo de gran importancia para ambas. Una de las cosas que la pareja siempre se ha prometido mutuamente es en no dejar que ninguno de los dos ámbitos se interponga en el camino del otro; y como siempre, cada que alguna de ellas logra un cometido en su trabajo, la otra no hace más que confirmarle su orgullo y apoyo para que sigan creciendo juntas.
Laura no tiene queja alguna del gran soporte que ha sido Carmilla para su vida; en todos los sentidos, quedándose en casa cuando sus hijas le necesitan, llevándolas a las actividades extra escolares cuando la rubia tiene que quedarse más horas en el canal, incluso hacerle compañía leyendo en silencio mientras Laura golpea como loca las teclas de su laptop mientras estructura su próxima nota para el noticiario. La pelinegra está ahí siempre, a cada paso que ha dado en su carrera, en los malos como cuando la periodista tuvo que soportar algunos embates contra su figura pública de parte de una de las compañías más importantes del país simplemente porque había expuesto sus malas prácticas laborales contra niños de un país de Asía; pero también en los más reconfortantes como aquella bella noche en que Laura fue galardonada con el premio más prestigiado de la nación para los periodistas. La rubia no pudo dejar fuera a su familia dentro de su discurso de aceptación y más de la mitad del mismo se enfocó en el gran apoyo que su esposa había sido durante tantos años juntas. El momento fue tan emotivo que ambas terminaron llorando en pleno discurso y en unas horas la grabación del mismo se convirtió en viral por la red.
Si alguien le preguntara a Carmilla, la pelinegra no podría decir que las acciones de su esposa fuesen diferentes. Laura muchas veces había tenido que soportar sus ocasionales faltas a casa por quedarse en la agencia de publicidad trabajando largas jordanas de trabajo. La publicista creía firmemente en que su esposa poseía poderes mágicos cuando a la mañana siguiente, la rubia se aparecía de la nada con un enorme vaso de papel conteniendo el café favorito de Carmilla y una torre de pancakes de la cafetería de Melanippe. Ahora sus favoritos gracias a la cantidad de veces que la rubia se los había hecho comer.
Pero ahora Carmilla necesita del apoyo de su esposa más que nunca, la agencia atraviesa por una etapa de expansión internacional; con otras dos oficinas en ciudades del país y una más en Londres por abrirse en unos meses. El profesionalismo del equipo central de la agencia ha llamado la atención de grandes marcas, inclusive marcas internacionales y los tiempos de la pelinegra se han ajustado aún más.
Carmilla entra a la habitación que comparte con su esposa y no puede evitar mirar con adoración al cupcake que se encuentra durmiendo en la cama. Un libro entre sus manos que cae por encima de su pecho y los lentes mal puestos en su rostro le hacen saber que su esposa se ha quedado dormida esperándola; otra vez. La pelinegra no puede evitar sentir algo de culpa, esa noche se suponía que regresaría temprano a casa para su ‘cita semanal’; no es que la pareja tenga que abandonar la casa para pasar tiempo juntas, pero siempre encuentran un espacio entre sus atareadas agendas para platicar y, por las quejas de sus hijas a la mañana siguiente, hacer mucho más que sólo intercambiar palabras; pero esta noche Carmilla ha tenido que quedarse a atender una llamada importante, Dominique Lacroix, modelo y ahora diseñadora, la diseñadora emergente más importante de Europa como la han denominado los expertos, ha confiado su nueva línea a la agencia. A pesar de que la primera idea de la publicista es llegar a casa para contarle todo a su esposa, el ver que la rubia se ha quedado esperando le decepciona un poco; pero piensa que ya habrá tiempo de compartir su emoción con su esposa al día siguiente.
La pelinegra camina alrededor de la cama, con el cuidado necesario para no despertar al amor de su vida y lentamente retira los anteojos de su esposa para ponerlos en la mesita de noche. Lo mismo hace después con el libro, dándole un pequeño y delicado beso en los labios mientras murmura un ‘Buenas noches, Cupcake’ para después dirigirse a su baño para tomar una breve ducha y deslizarse entre las sábanas junto a la mujer que ama.
Laura siente el movimiento en la cama y de inmediato se gira entre sueños para abrazar a su esposa. Carmilla ha estado siempre maravillada por la forma en la que aún dormida la rubia parece encontrarla. La periodista nunca lo ha aceptado abiertamente pero su esposa en diversas ocasiones la ha encontrado abrazando su almohada cuando parece que no llegará a casa, como si el objeto tomara el lugar de la pelinegra.
“Te amo” susurra Carmilla dando un pequeño beso en la frente a su esposa. La pelinegra sabe aunque conscientemente la rubia no registre las palabras, la sonrisa en sus labios le dice que el gesto no es del todo inútil.
Después de recuperar el tiempo perdido a la mañana siguiente; y Carmilla sabe que lo primero que recibirá serán miradas de desaprobación por parte de sus hijas, pues hasta Dios ha podido escuchar los gritos de Laura; la publicista le cuenta su noche anterior a su esposa y por supuesto la primera reacción de la rubia es saltar a sus brazos para felicitarla por tan importante logro.
“¡Oh, por dios, Carm!” Grita la rubia en su extasiada por la noticia.
“Eso mismo llevas gritando hace una hora, Cupcake” Responde la pelinegra soltando un ‘Ouh’ cuando siente una pequeña palmada en desaprobación de parte de su esposa. Aunque Carmilla sabe por la sonrisa en el rojo rostro de Laura que no está en desacuerdo con su afirmación.
“¡Es en serio, Carm! Estoy tan orgullosa de ti, Dominique Lacroix es el nombre que necesitas dentro de tus clientes para conseguir cerrar el trato para la oficina de Londres. No puedo creer que haya aceptado trabajar con una pequeña agencia de Austria, no porque no lo merezcas, sé lo duro que han luchado por esta cuenta, pero me habías dicho que agencias de todo el mundo estaban peleando por ella y me parece increíble que tengas esta oportunidad ¡Dios, te amo tanto!” Dice el Cupcake antes de lanzarse nuevamente a su esposa para besarla entre sonrisas y felicidad.
Sonrisa y felicidad que le dura a Laura dos semanas; no es que a la rubia le moleste que su esposa esté tan entregada en este proyecto; sabe lo importante que es para la publicista cuidar hasta el más mínimo detalle en la campaña para que todo salga perfecto. Después de todo será un lanzamiento mundial y su trabajo se verá en cientos de países.
No, eso no es en definitiva lo que comienza a incomodarle a la periodista; pero empieza por pequeños detalles, detalles que parecen tan insignificantes como las interminables alertas que suenan casi cada dos minutos en el celular de Carmilla; no es que Laura esté contando el tiempo entre cada una de ellas. ¡Por supuesto que no!
Pero no puede evitar sentir su estomago retorcerse cuando la pelinegra suelta una risita tonta mirando absorta al insolente aparato mientras teclea en respuesta. Ni tampoco asomarse de vez en cuando al móvil cuando se ilumina en la mesa de noche a las tantas horas de la madrugada para revelar el nombre de ‘Dominique Lacroix’ en el estúpido artefacto. Y bien, la rubia entiende que la mujer viaja por todo el mundo y que muchas veces los lugares en los que se encuentra tienen otros husos horarios totalmente opuestos al de Austria, pero ¡Por favor, qué a caso esta mujer nunca duerme! ¡Ugh!
El siguiente punto de en la escala ‘Odio a Dominique Lacroix’ son las persistentes y largas llamadas a todas horas del día. Laura siente entre sueños a su esposa despegarse de ella cuidadosamente en las madrugadas al sonido de ‘La vie en rose’ para dirigirse sigilosamente al baño a contestar su teléfono. Y si alguna vez Carmilla le enseñó a amar a Edith Piaf y su música, la rubia ahora siente que quiere revivir y ahorcar a ‘El gorrión de París’ hasta que no se escuche más su voz. Estúpidas mujeres francesas con su sex appeal.
Un mes y medio ha pasado; y la ausencia de Carmilla en casa se ha hecho cada vez más constante, hace días que la pelinegra llega a casa por la mañana sólo para darse una ducha y regresar a su oficina a seguir trabajando.
Laura puede contar con los dedos de una mano los besos que han compartido en las últimas semanas; y la rubia nunca ha sido de las personas que necesiten estar pegadas a su pareja las 24 horas del día, pero no ser capaz de pasar ni dos minutos con su esposa le comienza a irritar, todavía más.
Hasta las niñas pueden sentir el tenso ambiente entre sus madres y no es que pasen tanto tiempo con ellas, pues Carmilla apenas llega algunas noches para dormirlas ante un leve reclamo de su esposa por perderse la cena en familia.
La pelinegra ha hasta faltado ya a un par de reuniones familiares con todos y Laura está vuelta loca porque inclusive sus amigos y su familia; su padre sobretodo, parecen no tener otra cosa que hablar más que de lo ‘hermosa’ que Dominique Lacroix es, o de la exquisites de su rostro que le ha ayudado a ganar el amor de famosas estrellas del cine; o como Kirsch se atreve a asegurar, ganándose un golpe en la cabeza de parte de Dany, del espectacular cuerpo que la modelo posee. Y la rubia lo sabe, en verdad lo sabe, no porque haya pasado horas revisando las páginas de espectáculos o los tabloides que hablan de la cantidad de corazones que la mujer ha roto, ni repasado dos veces todas las fotos que parecen emanar como géiser por toda la red; pero lo que menos necesita ahora es pensar en que su esposa, la mujer que ama, está pasando su tiempo con una diosa bajada del Olimpo.
Como gota que rebosa el vaso de paciencia de Laura, y que quede claro que no es muy grande por más que lo intente, viene después la privación a la que se ha sometido su ahora inexistente vida sexual. La periodista jamás ha sido un ser altamente activo en la cama, o no lo era hasta conocer a Carmilla, su esposa trajo a la vida su apetito sexual desde la primera vez que compartieron su amor; pero en las últimas semanas y tras el abandono incesante de la pelinegra en su cama Laura está que no se aguanta ni ella misma.
Y su yo interno le dice que Carmilla debe sentirse casi igual; después de que comenzaron a dormir juntas, hacer el amor ha sido una constante en su vida, o lo era antes de la aparición de Dominique Lacroix. Ese nombre del demonio que ahora la rubia no soporta ni escuchar. La diferencia importante para Laura es que mientras ella tiene que lidiar sola con su desesperación, su esposa se encuentra al lado de una de las mujeres más deseadas en el planeta entero; y la periodista no quiere pensar en ello, sabe que no le hace bien; que no es bueno imaginar qué pasaría si la pelinegra sintiera la urgencia de sentir otra piel contra la suya. No quiere escuchar a esa ridícula vocecita en su interior que le recuerda que Carmilla alguna vez fue toda una lady killer que dormía con cuanta modelo de sus comerciales se le ponía enfrente.
Laura no quiere sentir celos, sabe que no es sano; que la relación de Carmilla con la diseñadora es plenamente profesional, porque a pesar de todo confía en su esposa, confía en el amor que tienen la una por la otra y confía en que la pelinegra jamás arriesgaría a su familia por una noche de sexo desenfrenado. Pero a veces las circunstancias juegan en contra y después de casi tres meses sin su esposa, lo siguiente que encuentra en la red es una foto de Carmilla cenando con la modelo en uno de los restaurantes más elegantes de Austria, una de las manos de la mujer se encuentra encima de la de su esposa que sonríe tímidamente a la cámara y Laura no puede más.
“¿Laura estás segura?” Pregunta Danny mordiéndose el labio inferior.
“¡Ya no aguanto más, Danny! Quiero a mi esposa de vuelta y no voy a dejar que una maldita modelo con un cuerpo estúpidamente perfecto me la quite” Responde Laura con contundencia.
“Laura, Laura, cálmate. No estoy diciendo que lo que planeas hacer esté mal; sólo que, a pesar de que ‘la señora de las tinieblas’ y yo no congeniemos mucho, no la creo capaz de engañarte, no importa con quién comparta su tiempo. Esa mujer está loca por ti, la mayor parte del tiempo es… desagradable lo mucho que lo demuestra” Exclama Danny con una cara de asco.
Laura suelta una pequeña risita y las palabras de su mejor amiga le llegan al fondo; si bien es cierto que confía en su esposa, no confía en ese ser que exuda ‘tómame’ a cada paso que da. Y no, la rubia no está dispuesta a perder a su esposa en las garras de tan magnífico espécimen.
Hace dos días que Carmilla se encuentra en París, finalizando los últimos toques para la sesión de fotos de la campaña central, por supuesto, Dominique Lacroix es la modelo principal de dicha sesión y la periodista se encuentra ahora en el auto de Danielle Lawrence, después de dejar a sus hijas por el fin de semana, con un pase de abordar de avión en la mano y su maleta en el maletero del automóvil. Si la diseñadora cree que entrometerse en un feliz matrimonio y despojar a Laura del tierno amor de su esposa le será fácil, la rubia le hará saber que no es así.
Laura llega al hotel con pasos llenos de convicción, no que en realidad se sienta tan confiada porque su pobre francés le ha causado dolor de cabeza intentando comunicarse con todos los que se encuentra a su paso. Afortunadamente la rubia sabe exactamente a qué habitación dirigirse, la 1698 y es ridículo porque el maldito hotel tan sólo tiene 224 cuartos; pero su esposa se lo ha hecho saber antes de irse ‘para cualquier emergencia que tengas y necesites localizarme’ le ha dicho Carmilla antes de darle un corto beso de despedida y subir al taxi. Y esto, obviamente cuenta como una emergencia.
La rubia se escabulle por el lobby del hotel y toma el primer elevador pensando en cómo encontrará la maldita habitación; pero si la reportera tiene que recorrer todo el presuntuoso hotel en busca de su esposa, eso es precisamente lo que hará.
La suerte parece correr de su lado porque en el siguiente piso Laura se encuentra con una adorable pareja de ancianos que al ver la perdida mirada de la rubia observando con detenimiento los botones del ascensor y su confusión en el rostro cuando un grupo de jóvenes hablando un perfecto francés se unen a ellos; le preguntan en su idioma a dónde se dirige, dándole las indicaciones para llegar a su destino.
Laura llega a la puerta de la habitación y suspira profundamente pensando que sólo una puerta de madera la separan del amor de su vida; se imagina antes de tocar la elegante madera la cara de sorpresa de su esposa. ‘Bueno, aquí va’ piensa mientras sus nudillos hacen contacto con la puerta.
Cuando el ofensivo objeto se abre lo primero que la periodista nota es una delicada pero impresionante figura, la misma que ha visto en miles de fotos una y otra noche; la misma que ha visto en esa endemoniada foto con su esposa; y okay, tal vez las fotos a través de la pantalla no le hacen verdadera justicia a la magnificencia del ser que tiene frente a ella. ¡Ugh, Laura, concéntrate!
Lo segundo que nota es la tersa y bronceada piel que se deja ver por la gran falta de ropa en ella, y wow, sí, realmente las fotos no son nada comparado con lo que es estar parada frente a la perfección hecha mujer delante de sus ojos. Laura incluso olvida su motivo para estar ahí porque la inmaculada tez de la modelo parece susurrarle a sus manos tocarla para probar que sea real.
“Qui êtes-vous?” Pregunta la modelo y la rubia no tiene que entender a la perfección el francés para saber que la mujer quiere decir ‘¿Quién demonios eres?’ con una cálida pero demandante voz. ¿Hay algo que no grite ¡Sexo! en la diseñadora?
“¿Uh?” Contesta Laura perdida en la escena.
“¿Cupcake?” pregunta Carmilla sorprendida deteniendo sus manos enredadas en una blanca toalla que se encuentran secando su húmeda cabellera negra cuando sale del baño de la habitación.
La rubia se queda estupefacta ante la presencia de su esposa.
Aunque en lo que más se enfoca su mente es en la imponente y hermosa figura de la mujer en ropa interior que se encuentra deteniendo la puerta principal del cuarto de hotel, el cuarto de hotel de su esposa.
“Laura, ¿Qué haces aquí?” Carmilla arroja la toalla a la cama y camina con paso apresurado hacia su esposa que parece más perdida que un cordero entrando al matadero.
“Carm, uhm, ¿Sorpresa?” Grita la periodista con una incómoda sonrisa en los labios. Esto no es para nada lo que esperaba encontrar.
“¿Estás bien? ¿Sloan, Hayley, están bien?” Cuestiona la pelinegra con premura acercándose un poco más a la rubia.
“Sí, Carm. Yo estoy bien, las niñas están bien”
“¿Niñas?” Interrumpe la modelo con curiosidad en su rostro. Ya no es sorpresa para Laura que la mujer pueda entender y hablar su idioma como nativa. Ya entendimos universo, es la criatura perfecta, ya entendimos.
“Uh, sí, nuestras hijas. Dominique, ella es mi esposa, Laura. Laura, ella es Dominique Lacroix” Dice Carmilla girando para ver a la mujer.
La rubia detiene la urgencia de girar los ojos ante la innecesaria aclaración de su esposa, porque bueno, obviamente ha visto ese rostro demasiadas veces como para reconocerlo al instante.
“Uhm, hola. Mucho… gusto.” ‘Ninguno en realidad’ piensa la periodista pero extiende su mano para ofrecérsela a la diseñadora cortésmente y Dominique lentamente la toma con una falsa sonrisa. Sí, sí, su piel es como la de un ángel y toda esa basura que los poetas escriben inspirados en mujeres como ésta; si es que es posible que haya más como ella y Laura no quiere ni pensar en ello.
Carmilla gira nuevamente para ver a su esposa y toma su rostro entre sus manos para darle un tierno beso en los labios “Hey, te he extrañado mucho” dice con esa sonrisa que hace flaquear las rodillas de la rubia.
“Hey, baby; yo también” Responde Laura besando a su esposa de nuevo.
En la periferia de su vista la periodista ve a la modelo caminar hacia la cama para sentarse a la orilla de ésta cruzando de manera agraciada sus largas y torneadas piernas.
“Mmm, ¿Carm?” Comienza la rubia separando sus labios de los de su esposa “Pensé que ésta era tu habitación” y la misma Laura sabe que su tono lleva un poco de confusión.
“¿Uhm?” Carmilla apenas abre los ojos para regresar a la realidad cuando su esposa se aparta de ella y siguiendo la línea de mirada de la rubia ve a la modelo sentada en su cama, “¡Oh! Lo es, lo es. La primera parte de la sesión se alargó más de lo pensado y quise tomar un baño para refrescarme antes de la segunda ronda de fotos. Dominique sólo estaba esperándome mientras secaba mi cabello y dirigirnos a la locación”
Laura ve a la modelo observar sus uñas de manera aburrida y todo lo que le dice su esposa parece tener sentido. La culpa la embarga de inmediato, Carmilla jamás pensaría siquiera en engañarla. Es tan estúpido ese pensamiento, la pelinegra tiene una semidesnuda diosa en su cama y no ha pestañeado ni un segundo mirando con adoración a su esposa.
La publicista puede ver a su cupcake morderse el labio y su ceño fruncido le dicta que algo no está bien.
“¿Cupcake?”
Laura muerde con más fuerza su labio.
“Laura” Dice Carmilla con una firme voz de advertencia.
Y la rubia odia lo mucho que su esposa la conoce a pesar de tener que decir una sola palabra.
“Lo siento ¿Ok?” Inicia la rubia con arrepentimiento y la pelinegra alza su perfectamente esculpida ceja para escuchar la explicación con detenimiento, “Después de todo el tiempo que pasaste fuera de casa en estos meses y con todo lo que la gente cuenta no pude soportar la idea de que estuvieras tanto tiempo con ella” continúa la rubia señalando con el mentón hacia Dominique que parece imitar el gesto de Carmilla. ¡Ugh, estúpidas diosas con sus estúpidas cejas perfectas! “Lo siento, baby. Intenté detenerme, en verdad lo hice pero después de ver la foto de ustedes juntas en el restaurante por todos lados ¡Perdí la cabeza! Pensé que Dominique te quería para ella, no sólo por trabajo, que te quería apartar de mí” Concluye Laura con su labio inferior sobresaliendo en un gran puchero.
Las cejas de la pelinegra, sí esas perfectas, se levantan hasta la línea de su cabello en sorpresa por la confesión de su esposa.
“Tú ¿Pensaste que te estaba engañando? ¿Con Dominique? ¿Que ella quería ‘robarme’? ¿De tí?” Pregunta incrédula la publicista.
“¡Oh! Ese era el plan” Dice una voz detrás de Carmilla y ambas mujeres dirigen en un abrir y cerrar de ojos sus miradas a la modelo.
“¡Qué!” Exclaman ambas mujeres con sus quijadas casi tocando el piso.
“Vamos, Carmilla, estoy segura que no es la primera vez que escuchas que una mujer tiene un interés más que profesional en ti. Obviamente tu esposa sabe lo hermosa que eres y lo… placentero que es tenerte cerca” Dice la diseñadora mirando de arriba a abajo a la pelinegra como si sus ojos comieran cada centímetro de su existencia.
“¡Hey!” Grita Laura en reprimenda.
La mujer gira los ojos ante el exabrupto de la rubia y se levanta con elegancia de su lugar para caminar hacia ellas “Aún si nada pasara entre nosotras, lo cuál sospecho que sería así por la manera en que ves a tu esposa; pero tenerte a la vista ha sido más un capricho personal del que preferí abusar un poco,” prosigue la mujer no quitando la vista de la publicista “No es que tu trabajo sea malo, pero ¿En verdad creíste que sólo por eso decidí quedarme con una pequeña agencia, en lugar de las grandes compañías detrás de mi cuenta? No, no. Eres una hermosa pieza por admirar” remata la modelo intentando pasar el reverso de sus dedos por el antebrazo de Carmilla, intenta es la palabra clave porque de inmediato Laura se interpone al contacto.
“Okay, detente ahí de inmediato” vocifera con vehemencia la pequeña humana rubia, “Concuerdo contigo en que mi esposa es hermosa e irresistible. ¡Dios! Yo misma quería borrar esa estúpida sonrisa complacida a besos desde la primera vez que la vi; pero déjame decirte algo más, Dominique Lacroix, mi esposa es mucho más que una diosa esculpida por los griegos andando por la tierra para deleite de nosotros los mortales, es inteligente, creativa, trabajadora y sobretodo la mejor en su área en todo el maldito planeta; así que si tu argumento es haberte quedado en su agencia sólo por su físico, créeme que es el argumento más estúpido que he escuchado en toda mi vida” Concluye Laura señalando rabiosamente a la modelo con su dedo índice.
La mujer ve con miedo a la amenazadora rubia, a pesar de la diferencia de estaturas Laura parece no pestañear antes de defender a su esposa, su Carmilla.
“Laura…” Exclama la pelinegra con una leve voz.
La rubia mira apenada a la publicista.
“Lo siento, Carm. Sé que es tu cliente y que no debo meterme en tu trabajo pero no puedo soportar que alguien hable así de ti.” Carmilla está frunciendo el ceño en concentración y Laura se acerca a su esposa nuevamente tomando su rostro entre sus manos “Baby, estoy orgullosa de ti” dice la periodista antes de besar a su esposa.
Laura se separa de la pelinegra y la empuñadura de su maleta para salir de la habitación.
“Laura ¿A dónde vas? Pregunta la publicista mirando confundida a su esposa.
“A casa, Carm; con nuestras hijas. Tú tienes un trabajo que terminar y las niñas y yo estaremos en casa esperándote para cuando regreses” Explica la rubia con una honesta sonrisa “Como siempre” Laura besa la frente de su esposa antes de caminar por el pasillo.
La periodista no avanza ni un metro de distancia cuando escucha la voz de su esposa “Laura ¡Espera!” grita la pelinegra asomándose por la puerta de la habitación por un segundo para ingresar nuevamente a la misma con apuración.
Desconcertada, Laura regresa sus pasos para encontrar a Carmilla posando su maleta encima de la cama y comenzar a poner su ropa de manera desordenada en ella, la pelinegra camina alrededor de toda la habitación recogiendo sus demás artículos personales aventándolos a la valija sin cuidado.
“¡Carm! ¿Qué estás haciendo?”
“Empacando” Responde Carmilla sin detener sus movimientos.
“¿A dónde crees que vas?” Cuestiona con urgencia Laura.
“Lo mismo me pregunto” Dice Dominique con los brazos cruzados al frente mirando retadoramente a la publicista; ganándose una intimidante mirada de la rubia.
“Me voy a casa, con mi esposa, mis hijas; con mi familia” Responde Carmilla dirigiéndose a la modelo “Si lo que quieres es continuar con la campaña, bien por mí; mi trabajo aquí ya está hecho, mi equipo puede continuar con lo que sigue y es con ellos con los que tratarás de ahora en adelante” dice una determinada pelinegra “Si por el contrario, quieres terminar con el contrato y llevarte tu cuenta a otra agencia ¿Sabes qué? Está bien, también. Pero si eres inteligente sabrás que hemos hecho el mejor trabajo para tu empresa. Como sea, no me importa, no necesito tu cuenta, no te necesito” afirma la publicista empacando las últimas cosas en su maleta antes de cerrarla “Todo lo que necesito está ahí” finaliza Carmilla con señalando a Laura que de inmediato su rostro se incendia de color carmesí.
Carmilla baja la maleta de la cama antes de salir de la habitación sin mirar atrás y tomando la mano de su esposa comienza a caminar por el pasillo.
Laura toma la mano del amor de su vida para seguirla. La pareja camina en silencio unos metros hasta que la rubia se detiene abruptamente.
“¡Carm! Lo siento, sé lo importante que era esta cuenta para la agencia. Amenacé a tu cliente y…”
“Shh, Shh, Shh. Hey, Cupcake, Cupcake, está bien” Corta la pelinegra el discurso de la rubia.
“¡No! No lo está. Has trabajo tan duro para esto y ahora arruiné tu mayor oportunidad…”
Si las palabras no hacen callar a la periodista son por seguro los labios de sus esposa los que lo logra.
Carmilla se separa poco a poco de su cupcake “Lo dije en serio” dice la pelinegra antes de volver a besar a su esposa “Todo lo que necesito, eres tú y nuestras hijas”.
Laura acepta con su corazón lleno los siguientes besos.
“De verdad lo siento, no sólo por gritarle a Dominique; siento haberme vuelto loca y haber pensado siquiera en que serías capaz de engañarme. Siento también haber dejado que mi lado salvaje saliera a brote y portarme posesiva contigo…” De más está decir que la rubia no deja de pensar en sus acciones y las tiene que hacer saber a su esposa.
“Cupcake, entiendo que mi ausencia haya causado un poco de inseguridad,” respira Carmilla sobre los labios de su rubia “además, debo decir que verte toda posesiva conmigo fue algo… excitante” termina la pelinegra mordiendo el labio inferior de la periodista que suelta un leve gemido.Pero la publicista la que nota que hay algo más en la mente de la rubia.
“¿Qué está tramando esa loca cabecita tuya, Cupcake?” Cuestiona Carmilla sonriendo después de unos besos más.
“Mmm… Estaba pensando…” Dice Laura con pesada respiración mientras su esposa sigue con su misión de atacarla a besos, “Las niñas estaban realmente ilusionada de pasar el fin de semana con Caden y los gemelos…” y la pelinegra suelta un ‘mm-hum’ con sus labios pegados a los de la rubia “sería una pena que regresáramos y estropeáramos su fin de semana” Concluye la rubia ya con la espalda contra la pared y el cuerpo de Carmilla encima de ella.
“Una verdadera pena” Suspira la publicista asaltando ahora el cuello de la rubia “¡Dios! Cómo había extrañado esto” continúa inhalando su aroma favorito, el dulce aroma de su cupcake “tu olor” su mano se escabulle por debajo de la blusa de Laura “tu piel” Carmilla lame el lóbulo de la oreja de su esposa “tu sabor” dice antes de succionar nuevamente el cuello de la pequeña mujer que ahora se encuentra más que reducida a un desastre “toda tu” exhala antes de besar nuevamente sus labios.
Laura está segura que es gracias a la pared detrás de ella que no está ahora en el suelo, porque en definitiva sus piernas no responden como debieran.
“¿Baby?” Murmura la rubia con voz entrecortada, cuando el ‘mmm’ de Carmilla retumba contra su piel prosigue “Deberíamos… Dios… deberíamos irnos, estamos en el pasillo”
“Sí, deberíamos conseguir otra habitación de hotel dónde pueda demostrarte lo mucho que te he extrañado” Masculla la pelinegra todavía con sus boca explorando la piel de su esposa.
La rubia asiente impetuosamente, extrañando el calor de su esposa cuando ésta se separa pero sonriendo más feliz que nunca cuando toma su mano para continuar su camino.
En el lobby Carmilla está firmando su salida del hotel cuando la pareja de ancianos del elevador se acerca a Laura para preguntarle si había encontrado lo que estaba buscando y la rubia responde afirmativamente mirando a su esposa con todo su amor.
Después de una salvaje y muy satisfactoria primera sesión de sexo el celular de Carmilla suena con un mensaje. Esta vez Laura no gruñe cuando lo hace, porque de inmediato la pelinegra le confirma que es Elsie, diciendo que Dominique ha aceptado continuar con la campaña y con todo el equipo haciéndose cargo de ello no tiene de nada de qué preocuparse; acompañado por unos cuantos emojis de carita guiñando el ojo.
Y sí, por supuesto la pareja no abandonó el hotel en todo el fin de semana y Carmilla pasó el resto de él demostrándole a su cupcake cuánto la había extrañado.