
Prólogo
Un destello verde que iluminó más allá de la cuadra alertó a Alice y Frank Longbottom esa madrugada, quienes iban camino a buscar a su niño de un año, Neville, luego de una misión.
"¡Neville!"—inmediatamente gritó la mujer corriendo a adentrarse a la casa varita en mano, su esposo siguiéndola de forma un poco más cautelosa.
Con un bombarda abrieron la puerta principal y entraron corriendo. Estaba oscuro, silencioso y hacía un frío que les heló la sangre. Un olor ahumado y putrefacto inundó sus fosas nasales y, entonces, supieron que las cosas no podían estar bien bajo ninguna circunstancia.
La señora de corto cabello castaño corrió escaleras arriba como primer instinto, haciendo crujir la vieja madera dolorosamente.
De pronto, un llanto que parecía provenir de la habitación al final del pasillo les devolvió el alma al cuerpo.
Prácticamente volaron arriba, corrieron por el largo corredor de alfombra roja y papel tapiz floreado y abrieron la última puerta.
Allí, en la cuna, un rechoncho bebé yacía acostado, llorando de hambre. A Alice se le salieron las lágrimas de alivio y se apresuró a su lado.
De más de cerca se podía observar una reciente y fina cicatriz con forma de rayo en su frente, pero a la señora de abrigo de cuero le dió bastante igual, el solo hecho de que su pequeño estuviera vivo era suficiente milagro para ella.
Rápidamente tomó al bebé en sus brazos y lo estrechó contra su pecho con fuerza, las lágrimas surcando sus mejillas cual ríos.
"Estás bien, Nev" —le susurró suavemente.- "Ya estamos aquí.. todo está bien.."
Entonces fue que notaron el cuerpo de la anciana mujer en el suelo, la vida completamente ida de su pequeño cuerpo, su cabellera grisácea totalmente enmarañada y su túnica color morado oscuro con detalles dorados esparcida por los tablones de roble oscuro. Su rostro reflejaba el miedo que había sentido en sus últimos momentos de vida. El olor provenía de allí.
Más lágrimas, esta vez de tristeza, bajaron por los agudos pómulos de la pelinegra.
"Parece que una tragedia ha tenido que ocurrir para que el milagro se llevará acabo. Una lástima, en verdad, pero no hay nada que hacer si el destino ya está escrito." —se oyó una voz tranquila detrás de ellos.
El hombre de cabello negro oscuro se volteó rápidamente, sólo para ver a una figura alta y esbelta tapada por una túnica brillante color morado y una larga barba blanca.
"Profesor Dumbledore.. ¿Qué hace usted aquí?" —preguntó Alice, sorprendida.
"He venido a ver el gran acontecimiento por mi cuenta, por supuesto. El destino del pequeño está escrito, será famoso, todo el mundo sabrá su nombre. Es el niño que logró vencer al señor oscuro. El niño que sobrevivió.." —respondió el hombre con una leve sonrisa.
La pareja de ropajes oscuros quedó atónita ante la declaración. Su hijo, Neville Longbottom, el niño que vivió.
Los Longbottom se abrazaron con fuerza, sabiendo que a su hijo le esperaban cosas terribles. Tenían que prepararlo para todo, tenían que mantenerlo a salvo. Y, más importante aún, fuera lo que fuera, debían apoyarlo.