Día 16 - Oni
Incluso dentro de los mismos yokais existía discriminación. Muchas especies se consideraban superior a otras, por lo que solían menospreciar a yokais que consideraban inferiores. Pero esto no solo ocurría entre diferentes especies, sino incluso entre la misma especie de yokai.
Akuma, un Oni era testigo de ello. Siendo un oni rojo, solo su cabello había adoptado dicho color. Su piel era de un tono ceniza, y además de ello había nacido sin la capacidad de ver.
Ante todas estas diferencias, los demás Oni lo consideraban alguien que había nacido con fallas. Aun así, Akuma vivió su vida con total normalidad. Fue capaz de adecuarse al hecho que no tenía visión, al punto de quienes recién le conocen, no son capaz de notar que está ciego, al fin y al cabo, el ver a alguien, no implica siempre usar su visión.
Su vida estaba marcada por los sucesos que había realizado. Se unió al ejercito conquistador, ascendiendo de rango con rapidez, logrando llegar a ser un líder estratega, pero el ambiente de la guerra, comenzó a pesarle.
Pese a ser un Oni, las luchas no eran de su total agrado. El dolor que lograba percibir en el ambiente, los gritos de sufrimiento y el olor a sangre poco a poco le fueron desgastando, hasta que, en cierto punto, se retiró por completo de las luchas.
Su vida tornó un giro de 180 grados. Akuma el gran guerrero estratega, ahora retirado. Con cerca de 100 años de vida, ahora se dedica al trabajo pesado en el lugar donde está viviendo. Acarreando cosas que otros necesitan mover. En sus tiempos libres, suele dedicarse a un pasatiempo, el cual le trae paz y tranquilidad. Tallar figuras en madera, las cuales son el vivo reflejo de cómo imagina él, el mundo exterior, buscando mitigar las heridas invisibles que la guerra ha dejado en él.
Existe la posibilidad, de que te topes con Akuma si transitas cerca de donde vive, y tener la oportunidad, de ver lo que su corazón ve, a través de las diversas esculturas que tiene en su poder.