Día 10 - Kappa
Desde una lejana y pequeña isla, la joven Kappa vivía sus días con tranquilidad, aunque en cierto punto un tanto solitaria, puesto a que era la única habitante de ese lugar. No existían otros yokais viviendo allí, y quienes pasaban por la isla como punto de viaje, tampoco solían quedarse mucho tiempo.
Aun así, a través de los viajeros aprendió el idioma y también a escribir. Observaba curiosa cuando tenía la oportunidad, aunque ellas eran pasajeras. Cansada y aburrida de su solitaria situación, decidió comenzar a escribir utilizando los materiales que solían dejar los viajeros en su isla.
Papel y tinta en un principio, practicó su caligrafía y, cuando logró su objetivo esperado pasó al siguiente paso. Había escuchado que, en una isla, que quedaba cerca de la suya, habitaban más seres, por lo que tal vez era capaz de comunicarse con ellos, o al menos eso deseaba.
Decidida escribió su primera carta, dirigida a nadie en específico, sino más bien a alguien por conocer, utilizó una botella, donde puso la carta y la arrojó al mar. Con la ayuda de sus habilidades, impulsó la botella, para que llegara a aquella gran isla de la cual era capaz de ver a la distancia, esperando que alguien recibiera su carta.
De forma misteriosa, luego de unos días la botella regresó a la playa de la pequeña isla y la joven Kappa, curiosa sacó el mensaje que se encontraba al interior. ¡Habían respondido su carta! La respuesta a su carta tenía un trazo más pulcro, pero a su vez un poco tosco, aun así, le era fácil de leer; era en esos momentos que agradecía haber aprendido de los viajeros.
Animada, leyó la carta en donde le saludaban y comentaban cosas de la gran isla. Su curiosidad aumentó, por lo que inmediatamente decidió responder aquella carta con otra, dando inicio a lo que sería su primera amistad por mensajería.
Con el tiempo, las cartas se volvieron más y más frecuentes. Sus días ya no eran aburridos en lo absoluto, pues siempre estaba a la espera de una nueva respuesta a su carta, aun así, sentía curiosidad por conocer quién escribía dichas cartas ¿debería viajar a la próxima isla y conocerle? Era una opción bastante buena, pero no lo decidió hasta luego de un tiempo, quería prepararse para ese momento.
En las noches, solía imaginar como podría ser quien escribía las cartas ¿sería humano o yokai? Ella creía que era un yokai, después de todo aquella isla era conocida por el gran número de yokais que habitaba allí. En ese caso ¿Qué tipo de yokai sería? Podría ser acuático o terrestre ¿era chico o chica? Muchas dudas surcaban su mente, siendo difícil en ocasiones conciliar el sueño, hasta que el gran día había llegado, el momento en que viajaría a la próxima isla y conocería a su amistad por correspondencia. Le había enviado una carta unos días atrás cuando había tomado la decisión, por lo que ahora, solo quedaba viajar, y así lograr satisfacer su curiosidad.