Yokai list October

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G
Yokai list October
Summary
Pequeños relatos sobre yokais relacionados con la lista del Yokaitober elaborada por Asuhinee y por mí.Ella estará a cargo de los dibujos, y subirá aquellos detalles en su instagram y Facebook (@Asuhinee)Están invitados a ingresar al sobrenatural y oscuro mundo de los seres sobrenaturales, donde en realidad nada es lo que parece.
Note
Nue pertenece a Asuhinee
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Día 3 - Kitsune

Últimamente el templo donde habitaba comenzaba a tener inesperados visitantes, uno tras otro, con bastante frecuencia.

 

Para ella, quien el templo y sus alrededores era todo lo que conocía, el ver a seres desconocidos visitarles era una verdadera atracción. Se entretenía adivinando de quien se trataba, que buscaba, y cuando regresarían; hasta que cierto día un yokai de su misma especie se presentó.

 

Al parecer la bella Kitsune de cabello ceniza visitaba el templo buscaba ayuda de su hermano, al igual que todos los yokais anteriores. Después de todo, era conocido el hecho que su hermano mayor era un kitsune con grandes habilidades, las cuales eran dependían de Inari.

 

Su curiosidad por aquella visitante era evidente, aun así, mantuvo distancia la primera noche. Al parecer ella no se hospedaría al interior del templo pese a ser una invitada. Al día siguiente se levantó de madrugada y volvió a observar a la bella yokai, ¿Qué era lo que había solicitado de ayuda? La curiosidad, una cualidad que solía traerle más problemas que beneficios había salido a flote nuevamente.

 

— ¿Y bien? ¿Cuánto más estarás tan mal escondida? — una voz atractiva y seductora, digna de su especie salió de los labios de la kitsune forastera, observando hacia los arboles al norte del templo.

 

— Ah… perdona, no fue mi intención — La yokai salió de su escondite, permitiendo ver su cabellera azabache y sus orejas de zorro, las cuales estaban gachas, debido al arrepentimiento; por su apariencia, parecía ser más joven que la primera.

 

— Es de mala educación espiar a los demás — se cruzó de brazos la mayor — ¿Cuál es tu nombre? —

 

Ante la pregunta, la de cabello azabache hizo una ligera mueca, sabía lo delicado que era el decir su nombre a un forastero. Miró a su alrededor buscando una respuesta, para luego suspirar, no tenía otra alternativa, pues en primera instancia era su culpa el espiar, además estando en el templo todo estaría bien.  — Es Yuki —

 

— Hm~ Así que Yuki — repitió la de cabello ceniza con atención, llevando su mano al mentón pensativa — un nombre curioso para una kitsune — admitió.

 

— ¿De verdad? — preguntó con curiosidad Yuki, moviendo su cola ligeramente. Decidió acercarse a la visitante para poder hablar con mayor comodidad — ¿Cuál es tu nombre? — preguntó esta vez ella.

 

— Oh ¿De verdad necesitas preguntar? Estoy más que segura que has escuchado mi nombre cuando hablé con tu hermano — sonrió con ligera arrogancia mientras llevaba su mano a la mejilla de la menor, para luego acomodar un poco su cabello — eres realmente joven — murmuró más para sí misma.

 

— Y-Yo… de verdad lo siento… pero no escuché nada más que su nombre… Kumiko-san — se disculpó avergonzada la chica, bajando sus orejas. Quería preguntar por lo que había escuchado, pero no se atrevía en esos momentos, pese a la cercanía y posible confianza, percibía la diferencia entre ambas, y realmente no conocía a aquella kitsune, por lo que no deseaba incomodarle.

 

— Sinceramente — Suspiró resignada Kumiko, se notaba cansada — Eres como un libro abierto — le advirtió — debes tener más cuidado, si se tratase de otro yokai, posiblemente intentaría aprovecharse de tu hermano utilizándote — aconsejó con el ceño fruncido mirando atentamente a la chica — nosotros somos reconocidos por ser una especie astuta, no manches ese honor — le regañó.

 

— ¿Eh?... sí, lo siento — volvió a disculparse la azabache un tanto confundida por sus palabras.

 

— Aunque admito que logro comprender a tu hermano — había sentido una intensa mirada desde el templo, una clara advertencia hacia ella, por lo que sonrió — también me hubiera gustado mantenerlo seguro… La guerra nos arrebata muchas más cosas de lo que esperamos — suspiró ligeramente para luego alzar una ceja al ver la expresión de Yuki, adelantándose a sus palabras — no necesitas saber, así que abstente de preguntar — notó como ella frunció el ceño, por lo que no pudo evitar sonreír con suavidad — Ansiar mucha libertad puede ser peligroso, mantén esa curiosidad tuya al margen, no quieres preocupar demás a tu hermano —

 

Tras esas palabras se alejó de la joven kitsune, acercándose al hermano mayor de ella, quien había salido del templo. Le siguió con la mirada al ver como la chica ingresaba al templo a esconderse, para luego escuchar lo que el hermano mayor de ella tenía que decirle. Era poco, pero al parecer le sería útil, por lo menos para iniciar su búsqueda. Así como llegó, Kumiko se retiró. Con aquella nueva información esperaba por lo menos tener alguna pista, o eventualmente encontrar algo que le ayudara a resistir el tiempo; volviendo a su expresión neutral mientras se adentraba al bosque, suspiró, tratando de dejar todo pensamiento que pudiera ser una cadena, concentrándose nuevamente en su objetivo.

 

Muchas veces, el mantener la cordura, es difícil y muchos de ellos, están a un solo paso de sucumbir a sus instintos más primitivos, despertar la locura de su interior, y liberar todo lo que cargan. 

 

Los yokais también poseen familia. Tienen padres y hermanos. Los yokais lloran, sufren y aman. Al igual que los humanos, el perder a un ser querido se convierte en algo doloroso, pero a diferencia de ellos, las cadenas de una extensa vida, los arrastra a que sus emociones sean experimentadas con mayor intensidad; el dolor de una partida, el anhelo de encontrar a alguien perdido. Todo.

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