20 OS

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20 OS
Summary
En sí, el reto es:Escoger veinte canciones aleatorias de una playlist, y hacer un one shot por cada una de las parejas que quiera.Yo haré una canción por pareja, así que va a ser lo más random que verán porque lo haré de  mis ships.
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Aoki tsuki michite— Ranwan

 

《Hace mucho tiempo existía una leyenda acerca del amor del dios de la luna y un motal se enamoraron. Cuando la luz del día aún no existía.》

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En un principio el mortal estaba enamorado de uno de sus compañeros de la tribu a la que pertenecían, pero se dio cuenta de que la persona que amaba era solo una falsa mascara de amabilidad, en realidad del que se enamoró nunca existió. 

Entonces con el corazón roto fue hasta un río y vio el reflejo de la luna en las cristalinas aguas, queriendo alcanzarla cayó al río y nado hasta el fondo pero al llegar no había nada, una vez más fue engañado por lo que vio solo en la superficie; cuando quiso volver a salir ya era demasiado tarde y murió ahogado. 

Al dios de la luna siempre le gustó observar a la humanidad y la tribu a la que pertenecía el muchacho era la que más lo veneraba, unas pocas veces se presentó ante ellos en forma de un gato blanco y siempre fue bien recibido ganándose así su gracia , había visto el amor que los humanos se profesaban unos a otros pero nunca vio uno tan intenso como el de ese joven. 

Un día decidió pasar más tiempo con los humanos y ver qué tal le iba al humano de corazón tan cálido y fuerte, al principio solía reírse en secreto de él, otras le entristecía que el niño sea rechazo con tanta amabilidad que hacía doler más el corazón del muchacho y también el suyo al verlo tan triste.

Esa noche él sintió que algo andaba mal en el reino mortal y descendió de su hogar junto a las estrellas, en su forma humana paseó por un bosque cerca de la aldea hasta que sintió un alma apagarse lentamente cerca de donde se encuentra, guiado por su instinto llegó a un río y notó con algo de sorpresa que el alma condenada era ese mismo humano al que le gustaba observar. Para él era como un pequeño y esponjoso animal, no necesita por qué importarle una vida humana pero por alguna razón su pecho se apretó con dolor cuando lo veía ahogarse. 

Sabiendo que estaba mal, él igualmente sacó el cuerpo sin vida del joven y con su poder trató de traer de vuelta su alma, recostó la cabeza del chico sobre sus muslos para observarlo, con el corazón acelerado temió que ya haya sido demasiado tarde cuando no veía reacción por parte del él, actuando preocupado acercó su mano su rostro y sintió calidez, suspirando de alivio iba a apartarse de él para irse pero fue sujetado por el hombre que hasta entonces lo dejó descansar sobre sus muslos. 

El chico abrió los ojos, unos preciosos orbes purpura confundidos miraron al dios de la luna. Se incorporó del cómodo lugar donde había estado acostado, alto al hombre arrodillado frente a él, cabello fino y negro las alas de los cuervos, túnicas elegantes de color blanco y ojos de fénix que brillaban con la luz de miles de linternas. El chico no era estúpido, sabía quién era esta persona. 

-Eres el dios de la luna ¿Por qué me salvaste? 

El dios realmente no había querido que las cosas terminaran así. Pero igualmente decidió responder al humano que lo llamo tan casualmente. 

- Me diste lástima -contestó inexpresivo, en su mente esas palabras no sonaban tan mal pero ahora parecían demasiado filosas, a tal grado de sacarle unas lágrimas al humano. 

- Ah ... lo siento por molestar a su señoría, es solo que ese es el único sentimiento que los demás tienen hacía mí. 

El dios sintió que tal vez ellos no eran tan diferentes ya que irónicamente la única compañía que tuvo en toda su existencia era la misma soledad. Se acercó al joven y lo acarició como a un pequeño animal. 

- Yuheng -susurró el dios, confundiendo al humano. 

- ¿Eh? 

- Puedes llamarme así, cuando lo hagas vendré. 

El humano abrió los ojos sorprendido y si era por lástima o no, eso dejó de importar. Si podía pasar un poco de tiempo con el dios de la luna que lo salvó, lo haría sin dudar. 

- Mo Weiyu, ese es el nombre de este humilde.

El dios le sonrío. 

Después de eso Mo Weiyu y el dios Yuheng se reunían casi todas las noches en el pico de una montaña, el joven humano llevaba vino de pera y bocadillos dulces que en uno de sus encuentros le había llevado al dios y quizás lo había vuelto. 

- Mo Weiyu ¿Qué son esos? 

- Son bocadillos dulces ¿Shizun desea probarlos? - No sabía cuándo comenzó la manía de llamarlo Shizun, pero como a ninguno le incomodaba el apodo se quedó. 

Mo Weiyu le pasó un dulce de Osmanthus, el dios nunca antes había probado la comida humana ya que nunca tuvo interés, incluso cuando solía pasear en su forma de gato así que la reacción que tuvo en ese entonces casi detuvo el corazón del humano. 

El dios llevó una mano a sus labios donde quedaba un poco de migajas, con un lindo rosa suave en su piel de porcelana pidió probar todo lo que Mo Weiyu considerara delicioso, eso hasta que le tocó probar comida picante, luego de eso pidió exclusivamente cosas dulces y sabor suave. 

En cada encuentro parecían volverse más cercanos, olvidaban el dolor de la soledad en sus almas y disfrutaban las noches cuando el dios Yuheng decidía descender al reino mortal para estar con su humano. 

Todo se volvía más lindo en compañía del otro, hasta que finalmente el gran dios de la luna rompió las más severas de las reglas. Se enamoró de un humano y un humano se enamoró de él, los sentimientos en eran demasiado intensos y no ambos podían ser escondidos, el amor era así. 

El dios se dejó llevar por la calidez de sus sentimientos, en un mar de suspiros llenos de afecto y las palabras que Mo Weiyu le dedicaba junto a suaves caricias que se volvieron su nueva adicción, hicieron el amor hasta que perdieron la conciencia. 

Un estruendo sonó furioso en cielo los alertó. 

- Dios de la Luna haz roto cada una de las reglas que un dios como tú no debería ignorar- rugió el emperador de los cielos -ahora ambos serán castigados por sus crímenes. 

Yuheng invocó a su fiel arma Tianwen dispuesto a luchar contra el emperador, al ver esto él dios supremo lo funcionó decepcionado pero se apiado de él ya que siempre tuvo cariño al dios de la luna. 

- Tú mortal ¿Qué sientes por Yuheng? 

- Lo amo con todo mi corazón, mi señor. 

- ¿Y tú Yuheng? Piensa bien tú respuesta.- advirtió. 

- Mi señor no hace falta que piense lo que debo responder, mis sentimientos por Mo Weiyu son inexcusables. Lo amo.

En vista de ambas respuestas el dios supremo suspiró con frustración y convirtió a Mo Weiyu en un dios para deleite de ambos, pero el castigo que se les dio fue más cruel de lo que esperaron, Mo Weiyu se convirtió en el dios del sol y desde entonces su calidez iluminó el reino mortal pero cuándo el día terminaba el sol también se iba, para dar paso a la noche con la fría y nuevamente solitaria luna 

Como se volvieron opuestos no pudieron estar juntos de nuevo, pero cada tantos años la humanidad presenciaría el eclipse. El cálido y añorante sol volvería a reunirse con su elegante y fría luna para fundirse en su amor y olvidar por un momento el dolor de estar separados. 

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- Mami ¿Por qué estás llorando? -preguntó la voz infantil de una niña.

Él la vio confundido, llevándose una mano a su mejilla con incredulidad sintió una fina gota de agua deslizarse. Miró a su hija sentada en su regazo y la abrazó con fuerza haciéndola reir un poco.

- No es nada A-Xi, quizás la historia me conmovió demasiado.

Después de años estuvieron casados decidieron formar una familia y fueron al orfanato de la ciudad, al principio niño querer ir con ellos ya que eran un poco mayores y no querían dejar ir a sus amigos, hasta que apareció Ye Wagxi, una niña que era excluida por lo demás por su aspecto reservado y desinteresado. Decidieron hacer un aprueba para ver si la niña estaría dispuesta a ir con ellos, el resultado fue que se abalanzo sobre Chu Wanning cuando después de varios intentos fallidos de Mo Ran de jugar con ella, Chu Wanning le preguntó si sabía leer y Ye Wangxi le contestó que no pero que siempre deseó que alguien le enseñara y él se ofreció a hacerlo, los ojos de la niña resplandecieron como estrellas.

Luego de tramitar todos los papeles de adopción Ye Wangxi fue con su nueva familia, cuando sus padres trabajaban iba a la casa de sus tíos Xue Meng y los hermanos Hanxue, al principio se quedó muy confundida ya que eran gemelos y además se llamaban igual pero su tío Xue Meng podía diferenciarlos de un vistazo, desde entonces pensaba que su familia era demasiado genial.

Ahora tenía ocho años de edad pero seguía llamando a Chu Wanning "Mami" lo que en realidad no lo molestaba, así como tampoco le era molestia que su preciosa hija le llevara cualquier tipo de libro, textos o leyendas para que se las leyera, él encantado la sentaba en su regazo y le acariciaba la cabeza con cariño, de vez en cuando Mo Ran también se recostaba en un sofá y oía las historias que su esposo recitaba.

Hoy después de un largo día Chu Wanning fue llamado a la habitación de la pequeña Wangxi ya que no podía conciliar el sueño, le pidió que le leyera una corta leyenda que había encontrado y él aceptó, cuando comenzó a leerla pensó que ya la había leído antes pero no recordaba cuando. 

Luego de terminar la lectura su hija seguía sin dormir y se acostó con ella, masajeando su cabello con suavidad hasta que la oyó soltar un leve ronquido, sonrió ante ello y con la agilidad de un gato se separó de ella para ir a su propia habitación donde su esposo lo esperaba. Chu Wanning en realidad creía que había malcriado demasiado a ambos.

- Te tardaste Wanning.

- Se parece a ti, tuve que mimarla hasta que se quedó dormida.

- No me culpes de todo también se parece a ti, ella es tan bella, inteligente y amable como tú.

Avergonzado por ser alabado así Chu Wanning le dio un pequeño golpe con los dedos en su frente, la verdad aún tenía la cara muy delgada cuando Mo Ran se ponía a resaltar lo precioso que era para él, pero la felicidad de escucharlo sobrepasaba cualquier cosa.

- Eres como la luna, fría, hermosa y deslumbrante Wanning.

El nombrado lo observo por unos minutos y recordó la historia que había leído para su hija, un sentimiento de tristeza lo invadió, se abalanzó al cálido pecho de Mo Ran y se quedó allí por unos minutos.

- ¿Qué pasa Wanning?

- Te amo Mo Ran.

Él lo miró con asombro, su esposo no decía cosas así tan seguido ya que se avergonzaba y luego huía de él. Lo abrazó más fuerte y depositó un suave beso en su frente.

Antes siempre estaba solo, todos siempre decían que era perfecto y lo alababan pero para Chu Wanning siempre fueron simples palabras vacías y sin importancia, sabía que sólo decían esas cosas ya que pensaban en sacar provecho de él. 

Hasta que conoció a Mo Ran y todo cambió cuando el chico le sonrió, una inexplicable calidez inundó su frío corazón ya pesar de que al principio parecían llevarse un poco mal, como un perro algo estúpido y un gato arisco, todo había sido un malentendido y cuando resolvieron las cosas Mo Ran simplemente no paraba de seguirlo a todas partes.

Chu Wanning no supo cuando se volvió una costumbre tenerlo cerca y para cuando se dio cuenta ya estaba completamente enamorado.

- ¿Y yo qué soy para ti? - la voz de Mo Ran lo despertó de su somnolencia.

- Sol, eres un cálido sol que me enseño lo que es amar.

Esa noche donde casualmente hubo un eclipse Mo Ran y Chu Wanning durmieron abrazados sin separarse en toda la noche, como unos amantes que no se han visto en mucho tiempo.

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