
Viktor x Aether
Viktor tenía sentimientos complicados hacia las aguas de Mondstad.
Por un lado odiaba esas aguas que lo hacían pasar calor todo el tiempo y odiaba estar aburrido porque su trabajo como fatui consistía únicamente en vigilar un rió pequeño en el que no sucedía nada interesante. No podía pelear como otros y no podía formar parte de negociaciones importantes como lo hacían los fatuis harbingers. Solo se quedaba quieto extrañando cuando vivía en Snezhnhaya y podía nadar en sus aguas heladas.
Tampoco podía mentir y decir que todo en Mondstadt era completamente malo. Algunas personas eran ligeramente interesantes de observar. Barbara tenía una voz bonita y si Rosaria encontraba a Albert acechando por los alrededores lo golpeaba.
Además tambien estaba Aether. Viktor se regaño a si mismo por tener esa clase de pensamientos en su cabeza. Aether era como el sol, era hermoso y amado por la mayoría mientras que Viktor era una sirena insignificante cuyo nombre la mayoría desconocía.
-Viktor.
Su rostro era frió como siempre y cualquiera que lo viera pensaría que Viktor se sentía indiferente ante la llegada del viajero aunque lo que mostraba en el exterior era muy distinto a lo que realmente sentía.
-Me alegra que sigas aquí. Siempre que vengo me preocupa pensar que tu lugar estará ausente y que tu vas a estar en otra tierra lejana.
Ah. ¿Cómo podría ser tan cruel y actuar como si su presencia tuviera un gran impacto en su vida? El día que su deber lo llame y tenga que partir puede que Aether lo extrañe un poco pero luego se olvidara de su presencia al conocer a personas mas interesantes que el.
-Te traje un regalo. ¿Recuerdas cuando la vez pasada te traje una bebida sin alcohol para que te recuerde a Mondstad? No me pidas detalles pero tuve que pedirle a un amigo que me consiguiera una botella de vino. Tuve que ir a Espinadragon a completar un encargo pero valió la pena.
Viktor tomó la botella con cuidado. Incluso aunque se acabe el vino él planeaba conservar aquella botella. Era un recuerdo del día que Aether trabajó para darle un regalo especial.
Aether recargó su cabeza en su mano y lo observó mientras abría la botella y le daba un sorbo del vino.
-¿Qué tan rico sabe?
Viktor le sonrió suavemente.
-Es tan delicioso que hasta podría volverme un seguidor de Barbatos.
Aether rio.
-¿Te molesta si pruebo un poco?
Viktor le pasó la botella pero en lugar de beber de ella Aether unió sus labios con los suyos.
-Sabe delicioso.