
Kazuha x Aether
El viento le susurró a Kazuha que había alguien en el mar observándolo.
Kazuha recargó su espalda y cerró los ojos tarareando una canción. Quien lo observaba mordió el anzuelo y se acercó al chico "desprevenido" pero cuando vio la sonrisa triunfante del espadachín entendió que había sido emboscado y rápidamente trató de escapar de allí pero su intento fue inútil al ser sujetado por Kazuha.
-¿Por qué sigues intentando escapar? Sabes que no te haré daño. Solo quiero agradecerle a mi salvador. Si te suelto ¿prometes no escapar?
Aether lo pensó. Si Paimon estuviera allí lo regañaría por considerar la idea de quedarse con un humano y pirata al mismo tiempo pero aquel chico parecía confiable y amable.
-Lo prometo.
Kazuha lo soltó.
-Quiero agradecerte por haber salvado mi vida. Aquel día creí que aquellas olas iban a acabar con mi existencia pero no esperaba que un ángel me salvara.
-No soy un ángel, soy una sirena.
Kazuha rió.
-Quisiera agradecerte por haber salvado mi vida. Dime que es lo que quieres y te lo daré. ¿Quieres moras?
-No me interesan las moras. La vida en el mar es diferente y el oro no tiene valor.
-Entonces ¿qué quieres de mi? Por favor pídeme lo que quieres, si no te recompensó me sentiría culpable.
Aether lo pensó.
-Me gusta tu poesía. Quiero escuchar tus poemas.
-Entones por cada día que vengas te recitaré un poema nuevo.
Aether aplaudió cuando Kazuha terminó su poema. Era hermoso como todos los demás. Kazuha había cumplido con su palabra y cada día que Aether lo visitaba Kazuha bajaba del barco en una canoa y recitaba poesía para la sirena.
-Kazuha hay algo que quiero preguntarte. ¿Por qué a pesar que descubriste que era una sirena quisiste pasar tiempo conmigo? La mayoría de los humanos cuando me ven huyen aterrorizados pensando que voy a ahogarlos o devorarlos pero tu fuiste diferente.
-Cuando una persona es buena es difícil ocultarlo. Desde el momento en que me salvaste de morir ahogado supe que no podías albergar malas intenciones.
Aether pensó que sería lindo tener la habilidad de Kazuha para descubrir las intenciones ocultas de alguien. Él había vivido por más de 500 años y seguía confiando ciegamente en las personas y pagando por eso.
-Quiero que escuches este poema Aether. Es un poema especial.
Aether lo miró mientras recitaba aquel poema. El poema narraba el amor que le profesaba a un hombre y el deseo de estar con él por el resto de su vida. Aether sabía que no eran palabras vacias, no se podía ocultar el amor ni la adoración de sus ojos ni de su sonrisa.
Cuando terminó miró a Aether tiernamente.
- ¿Cuál sera el final de este poema?
-Si pudiera escribir poesía crearía una en la que exprese el amor que te tengo Kazuha pero no soy poeta y tendrás que conformarte con un beso.
Beidou no encontraba a Kazuha. Era ya la hora de la comida y su hijo no aparecía. Asomándose al mar por fin encontró al hombre que buscaba. Kazuha estaba besándose apasionadamente con un chico sirena y ninguno se percató que habían sido descubiertos. Beidou sonrió y se alejó de allí.
-Oh, lo buscaba para que comiera algo pero al parecer ya tiene su boca ocupada. Iré a guardarle comida...y a escribirle una carta a Ningguang.