Gulab x Garvipidam
Aunque cualquier persona no estaría dispuesta a que alguien mas eligiera su pareja en realidad Garvipidam estaba contento y no guardaba rencor algún porque el hombre que sería su futuro esposo era su amigo de la infancia y el amor de su vida. Sus destinos estaban entrelazados desde sus primeros años de vida cuando ambos eran unos niños en la aldea.
El pequeño Gulab era una sirena y eso provocaba el rechazo de los demás niños quienes lo veían con temor y asco. Garvipidam era el único que se juntaba con él.
-¿Puedo convertirme en humano si quieres?
El pequeño Garvipidam lo miró enojado y sacudió la cabeza.
-Olvídalo. Siempre que tomas forma humana estas muy débil y enfermo y no quiero que pase eso.
Gulab sonrió, feliz que existiera alguien que lo aceptara por quien era y que se preocupara por su bienestar.
Cuando sus padres les dieron la noticia que iban a casarse ninguno de los dos se enojó y al contrario se mostraron emocionados ante la idea de pasar el resto de sus vidas al lado del otro.
Lo malo es que ese matrimonio traía consigo ciertos problemas como el hecho que eran de distinta especie y no sabía como podían vivir juntos.
-Puedo convertirme en humano así podemos estar juntos.
-Me rehusó. No pienso ver como sufres.
La tensión siguió por días hasta que Garvipidam dijo que tenía que ir a un lugar y que volvería días después.
-¿A dónde vas?
-Lo sabrás luego.
-¿Quiéres que te acompañe¡
-No puedes, es una sorpresa.
Garvipidam marchó y Gulab se quedó solo. Un mes pasó y su prometido seguía sin volver. Gulab estaba preocupado pensando que algo malo le pudo haber pasado.
Al mes y medio Garvipidam regresó y se veía emocionado.
-Fui a la Akademiya de Sumeru y hablé personalmente con la Arconte Dendro. Fui a buscar ayuda para poder convertirme en sirena y aunque eso no es posible la Reina Menor Kusalani me ofreció un trato. Podemos estudiar juntos allí, dice que hay estudiantes analizando como ayudar a la gente a respirar bajo el agua y que si se logra puedo ser el primero en usarla y dijo que en lo que eso se logra hay arquitectos muy talentosos que pueden construir casas para albergar tanto a humanos como sirenas.Aceptas venir conmigo?
Gulab sintió como sus ojos se nublaban por las lágrimas.
-No tienes que preguntar tontito. Por supuesto que acepto ir contigo a donde sea.
Gulab lo tomó entre sus brazos y lo besó.
-Gracias por todo.