
Kasala x Deshret
Kasala besó a Deshret en los labios una ultima vez. Su amante estaba en sus brazos y su corazón ya había dejado de latir. Miró a los cielos con rabia y dolor y los maldijo. Los insultó sin importarle si caía un rayo del cielo como castigo por blasfemia. Los maldijo por ser tan crueles como para quitarle la vida a un buen hombre que lo único que hizo fue tratar de ser un buen gobernante. Los maldijo por arrebatarle al hombre que ama y adora.
-Deseo que si hay una vida después de esta nos podamos volver a encontrar. No importa si transcurren miles de años yo seguiré esperándote.
Esa misma noche el reino de Sumeru perdió a su gobernante, el rey Deshret y al sacerdote Kasala, quien se suicidó por no poder soportar un corazón roto.
Kasala sentía como si hubiera conocido a aquella persona desde antes lo cual no tenía sentido porque lo hubiera recordado. Desde el instante en que lo vio en su corazón surgió amor y un gran deseo de protegerlo aunque ni su nombre supiera aun. Nadó hacia donde estaba el joven y le sonrió.
-¿Cómo te llamas?
El otro hombre salió de su ensoñación. Estaba pensando que sentía como su tuviera una gran conexión con esa sirena desconocida. Se preguntó si su madre tendría razón en su creencia de la reencarnación y si en otra vida fueron amigos cercanos, no había otro motivo por el cual lo primero que pensara al conocerlo fue que quería protegerlo y estaría dispuesto a dar su vida por él.
-Me llamo Deshret.
-¿Cómo el rey?
-Si, ¿cómo te llamas?
-Kasala.
-¿Cómo el sacerdote?
-Si.
Ambos chicos rieron al pensar en esa gran coincidencia.
En su vida pasada tuvieron un trágico final pero en esa vida ambos eran felices. Se conocieron a los 20, a los 28 de casaron y aunque los años pasaron ambos siguieron siendo felices solo que ahora la familia había crecido.
-Mira que tiernos se ven. No parece que hace 10 minutos se estaban peleando.
Kasala y Deshret se abrazaron mientras veían a sus dos problemáticos hijos Cyno y Alhaitham durmiendo juntos abrazados.