
Livingstone x Edith Musk
No era la intencion de Lumine ver aquellas cartas. Cuando Edith le pidió que llevara unas cosas a la doctora Livingstone Lumine aceptó a pesar que era como la centesima vez que lo hacia e inició su recorrido. Debía a que las dos mujeres eran academícas Lumine supuso que debían ser notas o libros sobre sus investigaciones.
Ese día había aceptado esa misión pero todo se complicó un poco cuando en el camino fue atacada por unos slimes. Los venció rápidamente y cuando comenzó a guardar en su mochila el condensado de slime fue cuando se percató que se le habían caído las hojas. Le llamó la atención que las cartas fueran escritas con palabras informales y tiernas como cariño y amor y pronto comprendió que aquellas eran cartas de amor y no ensayos como lo creía. No quería husmear pero finalmente no resistió la tentación y aprovechando que Paimon no estaba allí y que su secreto estaría a salvo leyó un poco de esas cartas.
Querida
Espero que tu investigación este rindiendo frutos. Todo ha estado de maravilla aquí y Ella te extraña, dice que cuando regrese te va a enseñar todo el avance que lleva en el idioma de los hilichurls. No se si esta vez tuvo exito pero si hay alguien que puede entenderlos es ella, fue ella quien me enseñó el lenguaje de los humanos cuando yo era todavia una sirena que no se animaba a tomar forma humana y salir a la superficie...aunque todavia me siento apenada por aquella ocasión en que intenté comunicarme contigo por primera vez y en lugar de decir que tenías bonito pelo dije que tenías bonito pecho. Me alegra que te lo tomaras con humor y me dieras las gracias en lugar de darme una bofetada.
Se acerca el festival y quisiera invitarte a que vinieras a Mondstadt a celebrar conmigo. Sabes que siempre te estaré esperando ansiosamente.
Con amor
Tu Edith
Ese no era el final de su carta. Adjunto venía un ensayo con palabras que aunque eran conocidas por separado, cuando las juntabas en una oración no eran comprensibles a no ser que fueras una experta científica. Lumine acomodó todo como estaba y continuo su camino.
La doctora Livingstone se sorprendió al ver que era ella quien entregaba la carta, aunque por la gran cantidad de veces que lo ha hecho ya no debería de sorprenderse. Le dio las gracias y Lumine se fue de allí pero esa vez fue diferente. Esa ocasión miró atrás antes de marcharse queriendo ver la reacción de la mujer al leer aquella carta.
La doctora Livinstone leía la carta y sonreía como si el mundo le perteneciera unicamente a las dos amantes.