Profesor Lehnsherr ¿no?

-No, no. Azazel, por favor, los cubiertos al revés -gruñe Raven.

Charles frunce el ceño y se encoje de hombros. No había porque exagerar todo. Sería una cena habitual de familia. Y ese era uno de los motivos por los que no entendía el hecho de que Raven le prohibiera salir de la cocina, mientras preparaban la sala.
Alrededor de una hora atrás, su bondadosa y por sobretodo detallista hermana, le había advertido que no dejara la cocina por nada en el mundo. Y la verdad es que comenzaba a sentirse como un niño castigado y confinado a su habitación.

-¡Raven! -exclama angustiado-. ¿Esto es realmente necesario?

Pero cualquier respuesta negativa y oscura de su hermana, es cortada por el timbre.
Raven aparece rápidamente en la cocina y arrastra a Charles a la sala.

-Se lindo -dice con simpleza.

Los ojos de Charles viajan inmediatamente a la mesa. Era de suponerse que solo habrían tres platos, ya que Kurt pasaría el día con los padres de Azazel. Pero había cuatro.

-Erik, que bueno verte.

El comentario de Raven hace que el cerebro de Charles vuelva a pisar la realidad, y no de una manera demasiado elegante. Sus mejillas se llenan de sangre, y jadea algo ahogado.

-¿Todo bien, Charles? -pregunta Azazel.
-Excelente -dice intentando relajarse-. Profesor Lehnsherr, es una sorpresa verlo por aquí.
-Podría decir lo mismo -dice Erik, y los hombres se dan las manos.

Charles podría asegurar que su rostro se veía tan confundido como el del hombre frente a él. ¿Cómo se le ocurría a Raven hacer algo como eso? No, sin dudarlo un segundo esto era un plan de Raven para emparejarlo con alguien.

-Oh, se conocían -dice Raven como si no lo supiera desde hace unos días.
-Algo así -murmura Erik.
-Charles es mi cuñado -dice Azazel dando dos golpes en la espalda de Erik-. ¿Por qué no tomamos asiento?

Los cuatro se sientan, aún en un silencio extraño, y Azazel abre una botella de vino.

-Así que ¿Hermano de Raven? -pregunta Erik saliendo de su cabeza.

Erik no estaba seguro si se podía decir que Raven se parecía a alguien, era difícil por su color y sus exóticos rasgos. Pero Charles, no creía que se pareciera mucho a la mujer. Con esos ojos azules, y el cabello castaño algo alborotado. Sacude la cabeza por la dirección de sus últimos pensamientos.

-Bueno, algo así, sí -dice Charles velozmente.

Oh, vaya mierda ¿Hace cuanto no hablaba con un hombre que no fuera su cuñado?
"Relájate Charles, intenta hacer un amigo" -le grita su cerebro.
Y es que a pesar de que ese coqueto y furioso tigre comenzara a tocar la superficie, habían algunas cosas que lo convertían en una criatura tímida e indefensa. Como esos grises y gélidos ojos. Con un regaño interno, se prometió ser el elegante tigre que en realidad era. Sin importar el frío que emanaban esos ojos.

-¿Trabajan en la misma escuela? -pregunta Raven.

Charles gruñe en su interior. Por supuesto que su hermana ya sabía la respuesta, pero solo quería hacer que hablara con Erik.

-Sí -dice Erik-. Nos hemos cruzado unas veces.
-Y en la mitad de ellas, casi termino estampado contra el suelo ¿No Lehnsherr?

El rostro sorprendido de Erik, hace que el interior de Charles salte satisfecho. Esa era la clase de cosas que el diría.

-Bueno, la mitad es uno. Pero supongo que sí, Xavier -Erik dice sonriendo de lado.

Ambos hombres dan un trago a sus copas, después de la "pelea", más cercana al coqueteo, según pensaba Raven.

-Voy a traer la cena -dice Raven y fulmina a Azazel con la mirada.
-Eh -dice su esposo con nerviosismo-. Voy a ayudarte, cariño.

Y ambos desaparecen tras la puerta de la cocina.

-Entonces ¿Es amigo de Azazel, profesor Lehnsherr? -pregunta Charles.
-Puedes llamarme Erik, si no te resulta descarado -bromea Erik.
-No, creo que no -sigue la broma Charles-. Y tú puedes llamarme Charles, si no te resulta apresurado.

Los hombre sueltan sonoras carcajadas y se observan.

-Sí, Azazel y yo fuimos juntos a la preparatoria.
-¿Hace cuánto? ¿Un siglo? -bromea Charles.
-Por favor, si a penas tengo veintiocho -dice Erik-. Niñito.
-Cuatro años no te hacen tan superior, Lehnsherr -dice marcando con fuerza el apellido del otro.

Y Erik lo había decidido. Charles le agradaba. Quizás ya había encontrado a alguien más con quien compartir unas copas algún viernes por la noche.

-Bueno, la cena ya está aquí -dice Raven y comienza a repartir las cosas en la mesa con ayuda de Azazel.
-Eres profesor de historia ¿verdad? -pregunta Charles ignorando a su hermana, después de todo, se lo merecía.
-Sí ¿Y tú?
-Biología. Tengo una pregunta -dice Charles y siente el peso de los ojos de Raven mientras sirve la comida.
-Adelante -dice Erik.

Una pregunta, vaya. ¿De la escuela? ¿Los alumnos? ¿Quizás algún profesor?

-Mutantes -suelta Charles.
-Eso no es una pregunta -dice Erik y rueda los ojos.
-Oh, que atento -lo molesta Charles, haciendo a Erik gruñir con una extraña sonrisa de lado-. En realidad, y aquí viene la pregunta ¿es usted mutante?

"¿Cómo diablos...?"

-¿Cómo diablos lo supe? -continúa Charles el pensamiento.
-También eres mutante -suelta Erik-. Telepata -murmura asimilando la idea.
-Elemental, Erik -bromea-. ¿Y tú? ¿Qué escondes debajo de esos ojos grises?

Oh rayos, eso había sonado demasiado coqueto para Charles. Los ojos abiertos por sorpresa de Raven y Azazel, viajaron de Charles a Erik.

-Digamos que tengo un magnetismo natural -responde sin ningún problema.

Raven vuelve la vista a su plato, y comienza a comer, intentando distraerse.

-Vaya, como un gran imán -vuelve a molestarlo Charles.
-Espero que no tengas nada de metal -bromea Erik comenzando a comer.
-Tendrás que averiguarlo -susurra Charles, y también comienza a comer.

Bueno, al parecer las cosas estaban saliendo mejor de lo que Raven esperaba.

...

Charles termina de colocarse el abrigo, y besa la mejilla de su hermana.

-Ya hablaremos de esto -susurra antes de separarse de ella.
-¿Cómo vuelves? -pregunta Erik.

Eso es -se dice internamente. Se amable. Así es como empiezas una amistad. No seas el gruñón de siempre.

-Bueno, pensaba tomar un taxi -responde Charles extrañado.
-Deja, yo te llevo, estoy en mi automóvil.
-No quiero molestar -dice Charles elevando las manos.
-No, no lo haces ¿Vamos?

Charles asiente y los dos se dirigen al automóvil.
Raven observa a Azazel con una amplia sonrisa.

-¿Qué? -pregunta el hombre, confundido.
-Hagamos una apuesta -dice curvando los labios en una sonrisa malvada.
-¿Una... Apuesta? -pregunta el hombre extrañado.
-Sí. Si esos dos terminan juntos en menos de dos meses, yo gano. Si no, tú ganas -dice Raven completamente convencida.
-¿Erik y Charles? -pregunta Azazel extrañado.

Raven golpea su brazo.

-Por supuesto -afirma ella.
-Acepto la apuesta. Porque van a matarse antes de llegar a nada. Ya sabes, personalidades fuertes.
-O terminarán revolcándose -dice Raven y comienza a entrar.

Y Azazel gruñe.

-Oye, aguarda. Eso no es justo, es obvio que hay tensión sexual.
-Lo siento, ya has aceptado.