
Capítulo 4
Un mes ya pasó y aparentemente se creó un tiempo de paz puesto que reprimieron a los rebeldes por lo que el emperador convenció a su hijo de acompañarlo al palacio, aunque muy renuente este aceptó pues también estaba feliz de saber que su familia no lo abandonó.
Una vez que llegaron a las puertas del palacio nuestro héroe quedo asombrado por la magnífica estructura del edificio, era imponente e impenetrable y sobre todo destacaba por ser dorada y un largo camino por recorrer puesto que eso apenas eran los muros a la entrada de la ciudad e igual forma una vez que entraron al palacio, todavía debían recorrer unas extensas gradas y un camino hasta llegar a otro edificio donde había gente esperándolos.
No era sorpresa para nadie que la emperatriz alfa se saltaba todos los protocolos y fue a esperar a su amado esposo, grande la sorpresa que se llevó al ver dos rubias cabelleras y dos seres tan similares que dejaron a la hiperactiva emperatriz en shock.
El emperador pronto llegó a su encuentro y la abrazó, luego simplemente le dijo:
Te presento a nuestro hijo Menma, no lo asesinaron como creíamos, al contrario, a pesar que vivió sin sus padres creció como un hombre de bien, estoy orgulloso de él. Ven Menma acércate a tu madre y así el emperador acercó al muchacho rubio, Kushina seguía en shock pero soltó una lagrima y luego se le tiró encima para abrazarlo, tanta fue la fuerza que ambos cayeron al piso y por si fuera poco la emperatriz se río a carcajadas siguiéndole su esposo y su hijo.