Diana x Leona oneshots [español]

League of Legends
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G
Diana x Leona oneshots [español]
Summary
Historias cortas sobre Diana y Leona, slice of life, vida cotidiana, y no mucho mas.Se que nadie leera esto porque el fandom hispano esta muerto, pero queria subir lo que escribo para tenerlo de recuerdo.Also, you can use google translator on ao3 to read this in english! Theres some mistakes but overall, its readable and I was able to understand it myself, so you may want to give it a try! It would help me a lot :).
Note
El tiempo en este fanfic es despues de rise with me pero antes de convertirse en aspectos!No puse tildes. Tal vez lo corriga mas tarde.Se les quiere <3
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Amanecer

El sol se ocultaba en el horizonte, un calido resplandor dorado asomando sobre la cima de la montaña. Diana y Leona se encontraban sentadas una al lado de la otra, contemplando la impresionante vista que tenian ante ellas, mientras se agarraban de la mano. Las ondulantes colinas y valles se extendían hasta donde alcanzaba la vista, bañados por la suave luz del sol poniente.

"Es hermoso", susurro Diana, su voz apenas por encima de un suspiro.

Leona asintio, una pequeña sonrisa asomando por sus labios "Lo es. Vengo aqui a menudo para ver la puesta de sol. Es un recordatorio de que incluso el sol tiene derecho a descansar."

Diana sonrio. Leona siempre tenia alguna manera de volver la conversacion en torno al sol. Se volvio hacia su amada, estudiando su rostro bajo la cálida luz. "Siempre sabes que decir, Leona. Te envidio."

La solari rio suavemente. "No mientas, Diana, eres la persona mas inteligente que conozco. Yo no se siempre que decir. Pero tu puedes leer y entender cosas que la mayoría de la gente ni siquiera podria comprender."

Diana nego con la cabeza, una sonrisa ironica en sus labios. "Puedo leer y entender como cualquier otra persona que se parase un momento a cuestionarse las cosas. Pero me cuesta hablar con la gente. No se como relacionarme con ellos, como conectar con ellos".

Leona se acerco y tomo la mano de su novia, dandole un suave apreton. "Me tienes a mi, Diana. Nosotras... Conectamos."

Diana sintio un calido rubor que subía por su cuello cuando sus manos rozaron juntas. No pudo evitar pensar cuánto anhelaba cercania con los demas pero como siempre parecia estar fuera de su alcance.

La pareja permanecio en un silencio agradable durante un rato mas, viendo como el sol desaparecia bajo el horizonte, dejando atras una brillante variedad de naranjas y rosas. Cuando los ultimos rayos de luz se desvanecieron, Leona se volvio hacia Diana.

"Vamos", dijo ella con una sonrisa picara. "Tengo algo que quiero mostrarte".

Diana levanto una ceja, curiosa. "¿Que es?"

Leona solo sonrio mas, agarro la mano de la pelinegra y se fue por el camino, tirando de esta, quien iba detrás de ella, confundida. Las dos corrieron por la ladera de la montaña, riendo y gritando mientras avanzaban, hasta que llegaron a un pequeño claro enclavado en los árboles.

Leona señalo con entusiasmo una gran arbol que surgia en el centro, mas grande y ancho que los demas; En el, habia unas siglas talladas en su madera: "L + D"

"¿Tallaste nuestros nombres?"

Leona se encogio de hombros, luciendo complacida consigo misma. "Se que se ve muy cursi. Tal vez lo sea, pero siempre vengo aqui cuando estoy mal. Y saber que te tengo a ti me hace feliz. Este arbol me recuerda a ti: Silencioso, tranquilo; Pero siempre me siento acompañada a su lado." — La solari agarro a su amada de la manos y la miro con ojos enamorados "Te amo.".

El corazon de Diana dio un vuelco cuando miro a Leona a los ojos. Entonces supo, sin lugar a dudas, que estaba locamente enamorada de ella. Sus propios sentimientos se reflejaron en los ojos de la castaña y mientras se miraban el mundo a su alrededor parecia desvanecerse.

Sin dudarlo, Diana se inclino y capturo los labios de Leona con los suyos. Compartieron un beso apasionado que decia mucho sobre su amor. Mientras se alejaban, Diana susurro: "Yo también te amo, Leona. y siempre lo hare."

Las dos pasaron el resto de la noche jugando, bromeando y charlando en aquel claro donde Leona trajo a Diana, viendo las estrellas brillar sobre ellas mientras reian, se besaban, y se confesaban su amor como si fuese la primera vez. Fue un momento perfecto, un instante fugaz de felicidad y paz en medio de un mundo lleno de confusion.

Y mientras regresaban a las residencias, tomadas de la mano, Diana no pudo evitar sentirse agradecida por el amor inquebrantable de Leona y los breves momentos de alegria que solo ella podia traer a su vida.

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