
Llovizna
Ambos mayores observaron a Tony, esperando su reacción, de un segundo a otro se había quedado callado y bajado la mirada no obstante eso duró poco. -¡Ese es el problema! ¡No quiero que seas mi madre! -gritó con enojo mientras las lágrimas se desbordaban de sus ojos dejando a los dos adultos más que impresionados.
Y fue en ese momento que Jarvis entendió la causa de la molestia de su niño. Sin dudarlo caminó hacia su señorito y lo abrazó con fuerza y protección.
-¡Suéltame! -gritó Tony desesperado tratando de apartar al mayordomo.
-Tony... -susurró Howard, todo este tiempo creyó entender a su hijo del todo pero solo se dio cuenta de que, el que más entiende al Stark menor era Jarvis.
-Escúcheme Señorito... -Jarvis afianzó más el abrazo en el menor. -Debí darme cuenta antes de lo que le molesta... lo lamento...
-... -Tony se fue calmando poco a poco.
-Señorito... yo no soy su madre y jamás lo seré... tampoco puedo ser su padre porque usted ya tiene uno, algo despistado pero lo tiene...
-¡Oye! -se quejó el pelicafé.
-Si usted lo desea mi niño, no seré nada de lo que mencioné...
Tony se separó del abrazo y se limpió los ojos. -No quiero que seas mi madre... solo eso...
-¿Señorito?
-Nunca dije que no aceptara su relación... tampoco mencioné que no quería que te convirtieras en uno más de la familia... pero no quiero que seas mi mamá...
-Eso quiere decir que... -se apresuró el Stark mayor.
-Sí... -le sonrió amablemente al más alto. -Pero... -jugó con sus dedos. -Puedes ser mi segundo papá... ¿Si estás bien con eso? Solo si quieres...
-Me alegra escuchar eso... -dijo feliz Howard acercándose a las dos personas más importantes de su vida.
El mayordomo abrazó al castaño nuevamente y Tony le correspondió, por fin parecía que todo se había arreglado. -No es ningún problema mi niño...
-Lo siento... perdón por haberme comportado así contigo. -habló Tony con tristeza.
-No se preocupe. -se separaron del abrazo y le revolvió el cabello al Stark menor. -Es entendible... yo también me disculpo por esconderle nuestra relación y que se enterara de esa forma.
-Y yo los perdono por estar ignorándome en varios minutos. -habló Howard haciendo un puchero y cruzándose de brazos.
-Papá. -habló Tony con una sonrisa.
-De acuerdo, dejemos esto de lado. -comentó Jarvis ya más calmado, agradecía a todo los Dioses de que el problema con su niño se haya resuelto de buena manera. -Señorito, vaya a tomar una baño, Señor Stark usted hará lo mismo y mientras tanto yo prepararé la cena.
El más bajo se talló ojos y asintió. -Enseguida regreso. -salió rumbo a su cuarto.
-Al menos todo salió bien... -suspiró Howard relajado viendo por donde se había ido su mayor tesoro. -¿Lo ves, Jarvis? Eres como su ma... digo su segundo padre... trataste mejor este problema que incluso yo como su padre. -se entristeció un poco. -¿Qué te puedo decir? Por lo menos fuiste tú...
-Señor...
-Aunque me alegra bastante que por fin las cosas se arreglaran entre ustedes... nosotros... -se relajó el pelicafé. -Así que...
-De eso se trataba...
-No creí que María lastimara a Tony hasta el punto de odiar cualquier cosa que tenga que ver con su madre... o que lleve ese título. -habló Howard sentándose en el sofá y recargando sus antebrazos en las rodillas. -Pensé que mi hijo estaría bien... supongo que debí fijarme en esos aspectos. -se rascó la nuca.
-Quizá mi señorito no lo hizo a propósito... no, no lo hizo con intención, simplemente fue su inconsciente el que me asimiló como si fuera la señora María, porque me di cuenta de que me mi niño me estaba tratando como si fuera ella. -Jarvis se sentó al lado de Howard.
-Pero afortunadamente ya todo está bien y no quiero recordar a esa mujer que por cierto no sé nada de ella... la última vez, sus padres me preguntaron si sabía algo. -el pelicafé se recargó en el sofá.
-Solo espero que no esté planeando lastimar a mi señorito... -advirtió el mayordomo.
-Tampoco sé nada de Stane, y eso me preocupa. -frunció el ceño. -Tal vez escapó el muy malnacido. -apretó los puños.
-En fin, Señor vaya a bañarse para la cena. -regañó el más alto levantándose del sofá.
-¿Me acompañas?
-Debo hacer la cena. -caminó hacia la cocina.
-Para la otra será. -el Stark mayor se encogió de hombros y se encaminó hacia su habitación para poder ducharse.
Los días fueron pasando y con ello los exámenes finales terminaron, hubo felicidad, relajación, lágrimas, intentos de soborno, corajes, entre otras cosas. Pero finalmente eran libres hasta el próximo semestre por supuesto.
El día era soleado pero frío, el viento era helado y parecía que en cualquier momento caería nieve, la terna quedó de ir a Plaza Max a pasar el rato, quizá comerían algo e irían a pasarla bien. Ese era su objetivo principal.
Eran alrededor de las 2 de la tarde y su punto de encuentro era en la fuente principal, como siempre los fortachones llegaron media hora antes y solo porque Steve era fanático de la puntualidad.
Cuando por fin llegó el novio de los más altos, éstos no pudieron evitar sonreír embobados y Tony solo se limitó a ruborizarse un poco pues los más altos ni lo disimulaban para nada.
Lo primero que hicieron fue ir a comer y luego de ahí se dirigieron al cine a ver una película de terror que estaba en su segundo día de estreno. Cabe mencionar que el menor de los Stark era muy miedoso para ese tipo de género por lo que, cuando iba o presentía que estaría por salir una escena que le haría gritar, apretaba la mano de Bucky y, como estaba en medio de ambos fortachones, con la otra mano sujetaba la de Steve y la usaba para taparse los ojos. Actos que enternecieron a los más altos.
Al salir del cine, fueron al árcade a pasar el rato pues todavía era temprano, todo iba bien hasta que salieron de la tienda. Iban caminando por la plaza viendo las tiendas y platicando sobre cualquier cosa.
-Tengo que ir al baño... -avisó Tony a sus fortachones.
Llegaron al pasillo que tenía dirección al baño. -¿Quieres que te acompañemos? -preguntó Bucky viendo el pasillo del baño. (¿Han visto que para llegar a los baños en centros comerciales se tiene que pasar por un pasillo más o menos largo? Incluso en ciertas ocasiones se ven aterradores. Ese es más o menos el parecido de los baños justo en este momento.). -Se ve como si estuviera a punto de salir el asesino.
-Bucky... -regañó Steve. -Acabamos de ver una película de terror ¿Y quieres asustar a Tony?
Barnes se rio. -Perdona... no era mi intención.
-¿Está bien? -respondió Tony. -Entonces voy al baño... no me tardo. -caminó hacia el baño dejando a sus novios sentados en una banca.
-Cuando salga Anthoska vayamos a comer pasteles... -sugirió Bucky saboreando el pastel de tres leches.
-Con este frío es buena idea comerlos con una taza de chocolate caliente. -apoyó Steve.
Tony terminó de hacer sus necesidades fisiológicas y justo cuando se estaba lavando las manos y miró al espejo pudo divisar que detrás de él había alguien más. Velozmente se dio media vuelta sorprendido y con pánico. -¿Qué est...? -no pudo terminar la pregunta cuando sintió que ese hombre lo empujaba con fuerza hacia la fría pared haciéndolo sacar un gemido por el dolor en su espalda y la presión que ejerció sobre sus brazos. Odiaba que no hubiera nadie en el baño en esos instantes y de que sus novios lo estuvieran esperando afuera. Abrió sus ojos después del golpe y vio con desesperación al más alto. -S-suéltame... -tartamudeó y lamentó haberlo hecho, eso solo significaba que estaba mostrando su miedo.
-No pensé encontrarte aquí... -Tenía sujetado a Tony por los hombros con una fuerza que cualquiera se daría cuenta que lo estaba lastimando. -No has cambiado nada... bueno, te ves más lindo... -se acercó al cuello del menor y lo olió descaradamente ante un Tony que intentaba desesperadamente apartarlo de sí pero sus intentos eran nulos. -Hueles muy bien... -se separó del menor sin soltar el agarre. -Vamos... no pongas ese adorable rostro de esa forma, he tenido muchos problemas ¿Sabes? -se rio. -Pero por ti, Tony, lo vale... ¿No me vas a decir que me extrañaste? ¿Eh? a tu queridísimo tío Obadiah.
-Aléjese de mí... -intentó razonar el castaño, se escuchaba el temor en su voz. -Suélteme...
-Pero no te he tocado en mucho tiempo... ¿Qué tal si vamos a divertirnos un rato? -habló lujurioso el hombre.
-No quiero...
-Esto no depende de si quieres o no, esto depende de lo que yo quiero hacerte... -ensanchó su sonrisa pervertida y Tony forcejeó con intenciones de zafarse de él.
-¿No crees que Tony ya se tardó? -preguntó Rogers con preocupación viendo como pasaba la gente.
-Tal vez tiene diarrea. -James se encogió de hombros. -Esperemos otros 5 minutos y si no sale nos metemos al baño, tal vez no tiene papel...
El rubio suspiró. -Está bien... esperemos.
Tony sintió como Obadiah colocaba su mano en su entrepierna y comenzaba a apretarla con descaro. El menor tenía sus manos apresadas por encima de su cabeza, sujetadas por la mano libre del más viejo. Temblaba, tenía miedo... ese tipo iba a violarlo en un baño público...
Sus ojos comenzaron a cristalizarse cuando Stane se acercó a su cuello, hizo a un lado la bufanda que Steve le había regalado y con fuerza lo mordió con objetivo de dejarle una marca para recordarlo. -¡Ah! -gritó ahogadamente, sus lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Le había dolido. -Por favor, déjeme...
Stane se separó del más bajo, la mordida que le había propinado fue lo suficientemente fuerte para hacerlo sangrar. Miró detenidamente al menor. -Vine porque tenía que arreglar unos asuntos, no creí que te encontraría solo en un baño. -sonrió. -He querido hacer esto desde hace mucho tiempo. -Sin previo aviso besó al menor con intensidad, éste solo abrió sus ojos con sorpresa. Le daba asco. ¿Por qué siempre tenía que pasarle cosas tan desagradables?
Se separó del menor con una sonrisa mientras veía como Tony intentaba respirar ya que le había robado el oxígeno además de que el beso fue largo. -Déjeme en paz... -recuperó el aliento a duras penas.
-Sabes muy bien Tony... De acuerdo te soltaré. -Obadiah soltó al castaño y caminó hacia la salida. -Fue bueno verte, pero me están esperando... por cierto. -se detuvo. -Nos veremos pronto y la próxima vez me aseguraré de hacerte sentir bien. -dijo con perversión y salió del lugar.
Stark se quedó observando en la dirección por donde se había ido Stane, caminó hacia el lavabo del baño, se lavó las manos y como pudo se enjuagó la boca una y otra vez, sentía los repugnantes labios de Stane sobre los suyos, al finalizar se echó agua en el rostro y se limpió los ojos. Quería llorar, pero no se sentía seguro estando solo en los baños públicos... solo fueron 10 minutos, 10 minutos para que sucediera todo.
Al salir del baño y ver a sus novios, los abrazó con terror. Éstos solo se preocuparon por él porque temblaba en sus brazos. Se había puesto en medio de ellos para abrazarlos al mismo tiempo y le fue fácil ya que, en cuanto los fortachones vieron a su canelita se pusieron de pie.
-¿Anthoska? ¿Estás bien? -preguntó el castaño mayor mientras abrazaba con protección al más bajo, se notaba que Tony se encontraba alterado.
-Canelita... no te preocupes, estás con nosotros... -Rogers acarició la cabeza del menor con ligereza y con su otra mano acariciaba su hombro con tranquilidad para calmarlo. Después de todo también se dio cuenta que Tony estaba angustiado.
-Quiero ir a casa... -habló con miedo Tony. Eso solo provocó un pensamiento en la cabeza de los fortachones. "¿Qué pasó? ¿Qué pasa?" ¿Su pequeño novio está bien?