
EL COSTO DE LA FAMA
Una vez más, Loki alzó su mano para mostrar el magnífico anillo de compromiso, presumió en su dedo anular una argolla de oro rosa con un enorme diamante engarzado en el medio. Sonreía tan esplendorosamente, que nadie dudaba de su felicidad. Todo parecía estar en armonía con el universo… el éxito profesional era suyo, ya que su música era bien recibida y se vendía como pan caliente, al igual que sus presentaciones personales, y su vida personal, en la que le sonreía el amor. A su lado, su pareja siempre a su lado, su ahora prometido y por si fuera poco, su médico de cabecera. Stephen Strange lo estrechaba enlazándolo por la breve cintura, mientras lo apuraba a subir la escalinata hasta la azotea, donde el helicóptero los esperaba para irse a su departamento. Era la víspera de Navidad… merecía unas horas de privacidad.
Los periodistas no dejaban de disparar sus cámaras, Strange calculó que las luces no tardarían en provocar el efecto negativo que conocía de sobra en su adorado pelinegro, así que, con toda diplomacia, se despidió y lo llevó arriba. Tony Stark comprendió el guiño del médico y tomó el protagonismo para continuar respondiendo sobre la nueva música de Loki, aunque, por supuesto, todos estaban más interesados en los detalles del próximo matrimonio de la estrella del momento.
-No sé cuando se casarán, apenas recibió Loki el anillo… pero claro, habrá boda, eso sin duda…
Cuando despidió al último reportero, Stark respiró aliviado, necesitaba quedarse a solas y también tenía sus planes personales, así que bajó a su vehículo y le indicó a su chofer que se marchara a su casa… “Toma esta gratificación extra, no creerás que soy tan malvado y explotador como para retenerte en este día tan importante… ve con tu familia y repórtate pasado mañana a primera hora”, el empleado agradeció… feliz por su libertad y con dinero en la bolsa, no lo pensó dos veces para dejar solo al millonario. Una vez sin compañía, tomó el volante y condujo hasta el área de Brooklyn, recorrió un camino conocido que le hacía pesado el corazón, conforme avanzaba, una opresión en el pecho lo obligaba a respirar pesadamente… deseaba llegar, pero todavía resonaba en su mente una voz de la razón que le suplicaba evitarse el desengaño. Detuvo el auto frente a un modesto edificio de departamentos y alzó la mirada de avellana hasta la luz que emanaba del cuarto piso… parecía que varias personas estaban dentro, sus siluetas iban y venían delineándose a contraluz… celebraban la víspera de navidad con una reunión de buenos amigos, de personas queridas, de familia, una fiesta donde se agradecía por la vida, por la felicidad de estar juntos, por los venturosos deseos para el futuro…
-Oh, Steve…- murmuró Tony, negándose a derramar una sola lágrima. Él no estaba invitado, él no estaba en ese departamento miserable, él no estaba abrazado de su esposo, sonriendo, recibiendo a los invitados a la mesa, brindando con amor… su triste papel, al que solo se auto confinara, era estar en la sombra… escondido… aspirando que al menos por un segundo, Rogers alzara la copa y lo mirara entre las burbujas del vino, se acordara de él y pensara en él… solo un instante… una llamada… un mensaje que le indicara que estaba presente en sus pensamientos y en su corazón… Respiró hondo y encendió de nuevo el lujoso automóvil… nada de eso tenía trazas de volverse realidad.
No fue a su casa, la inmensa soledad de su mansión solo agravaría su malestar, a cambio, se dirigió hasta el pent-house donde Loki tenía su residencia neoyorquina. Su ubicación era sin duda, un inmueble privilegiado, con una excelsa vista al Parque Central… okey, Loki no lo disfrutaba de esa forma, con los ojos, pero podía aspirar los aromas de la naturaleza, podía también cruzar la avenida y caminar en el parque por las mañanas. Tenía un perro lazarillo, un Golden Retriver llamado Fenrir, de esa forma, podía ejercitarse sin necesidad de tener a alguien a su lado, aunque por orden de Stark, los guardaespaldas siempre lo seguían de cerca, sin dejarse descubrir. Le costó bastante esfuerzo lograr que Loki se mudara, pero al final, el pelinegro lo convirtió en su residencia habitual. Iba más de acuerdo a su nuevo estatus de estrella.
Entró con facilidad, conocía la clave de entrada. Tenía un poco de hambre y muchas ganas de beber… casi eran las doce y el ambiente en la gran manzana era absolutamente festivo, el bullicio de las calles, la risa de las personas y el ruido de música y voces en la mayoría de los departamentos habitados, llenaban de vida y magia la ciudad. El ambiente frío le despejó un poco los pensamientos, se animó pensando que quizá podría pasar un rato en compañía de Loki. Después de todo, ya no tenían solo una relación laboral… con el tiempo, ambos aprendieron a apreciarse, a establecer una amistad.
Pero su departamento estaba completamente a oscuras… Stark pensó que él y Strange estaban metidos en la cama, teniendo sexo de celebración, finalmente, hasta podía creerse que el hacer público el compromiso, formalizar el noviazgo, abrieron el corazón del joven cantante y el amor cumplía su cometido…
-¿Cómo está Rogers?- lo cuestionó una voz suave, y una silueta elegante que hizo tintinear un vaso de cristal, colocándolo sobre la barra de madera labrada y sirviendo otro trago de coñac.
-Está en su casa… con su marido… cenando pavo, bebiendo ponche de huevo…- respondió Stark, sentándose frente al otro hombre y tomando la bebida para darle un largo sorbo- Besándose bajo el muérdago… todo lo que haces con tu amorcito.
-No es sencillo amar a un hombre casado… -Stephen encendió una luz y atenuó su brillo. No quería perder su miserable ambiente de autocompasión del todo.
-El me ama… Pero ciertos compromisos no se pueden evitar.
-Pero pasa las fechas importantes con él y no contigo… no te engañes, Stark. Si no está a tu lado, es porque está donde debe, donde su lealtad y su corazón le indican… así siempre ha sido y así siempre será.
-Cállate, matasanos… no veo que tú lo tengas sencillo tampoco… ¿Te echó Loki de su cama?
Strange sonrió, rellenando su vaso y bebiendo casi todo el licor de un golpe. Llevó su mano a su bolsillo y sacó un objeto brillante que colocó sobre la barra.
-Aquí está el anillo… dice que no se lo pondrá si no es para hacer una entrevista o en una presentación… y respecto a que me echó de su cama, bueno… yo nunca lo he tocado en la intimidad… jamás lo ha permitido, sigue siendo ridículamente fiel a Odinson…
-¿Lo ves? Eres el imbécil mayor… al menos yo acepto que soy el amante, me meto con Steve en la cama y nos devoramos deliciosamente… tú eres solo la otra parte del contrato…
-Pero Loki puede ser pretendido y conquistado, soy perseverante, casi siempre consigo lo que quiero… tarde o temprano… Y en medio de toda esta farsa, mis oportunidades de casarme con él y hacer que me ame son mucho mayores que las tuyas de que Barnes dé el divorcio a ese rubio Capitán…
-Puedes irte un poco al infierno con tus malos deseos…- recriminó Tony, vaciando su tercera copa consecutiva.
-Calma, hombre… no existe cosa más triste que sentirse solo en estas fechas. Ya que llegaste, convence a Loki que baje… pasemos una velada tranquila y amigable… no aspiro a más de momento. Pero si no quiere, entonces sí, vamos a beber tu y yo hasta caernos…
-¡Por nuestras malas decisiones! ¡Salud!
Tony no estaba seguro de subir a la alcoba del pelinegro y obligarlo a bajar… no se sentía especialmente encantador y tolerante esa noche. Loki también estaba pasando una festividad muy solitario, seguro estaba llorando, extrañando terriblemente a Thor. No… no era buena idea buscarlo… Si no podía controlar la lluvia dentro de su alma, menos podría detener la de Loki.
-¿Por qué, Tony?- preguntó Stephen mientras buscaba una nueva botella para descorchar- ¿Por qué Thor abandonó a Loki? La verdad es que parecía tan enamorado, tan seguro de quedarse a su lado y ampararlo… ¿Por qué terminaron? Cuéntame.
***
Catorce meses atrás, Tony Stark confirmó que su decisión fue la correcta, despidió al mánager que él mismo contratara para manejar la carrera de Loki, estaba harto de los problemas que atrajo a la vida del cantante y la forma en que complicara lo que debía ser un sendero exitoso, lo peor fue que en un movimiento ambicioso, el mánager firmó un contrato para una relación falsa con una vacía, hueca y ambiciosa cantante de moda. Ella necesitaba demostrar al mundo que era capaz de atraer el amor estable y desinteresado de un joven exitoso y de buenos sentimientos, y también que la discapacidad visual no era obstáculo para el amor, en pocas palabras, necesitaba ensalzarse ella misma a expensas de un buen amor y presumir de un corazón generoso… Loki la necesitaba para posicionarse y mejorar sus relaciones públicas. Parecía un gana-gana obvio… pero no contaban con la presencia del celoso, correcto y perseverante Thor, quien seguramente convenció a Loki, en más de una ocasión, de no prestarse a esos juegos de falsedad… Loki aceptó un par de salidas totalmente coreografiadas, para lucimiento de ambos y después, haciendo caso a su rubio, rompió el contrato… demostrar abiertamente que no estaba dispuesto a jugar el juego, y declarar que ciertamente, ahí no existía amor,
Un movimiento honesto, pero de graves consecuencias.
La ira vengativa de la mujer no se dejó esperar y los rumores más venenosos fueron esparcidos por su equipo publicitario, quienes, con el colmillo retorcido de la experiencia, hizo trizas la reputación del joven cantante. Ahí fue donde Stark decidió hacer control de daños, tomando él mismo las riendas del manejo de su carrera. Y asesorado por los mejores abogados, publirrelacionistas y empresarios inició una contracampaña para limpiar el nombre de su protegido.
Lamentablemente, se requería una nueva farsa…
-“Thor no se prestará jamás a esto… si no estuvo de acuerdo la primera vez, no sé que te hace pensar que no protestará en esta ocasión”
-“Pero necesitamos componer las cosas, Loki… jamás se creerá el público que dijiste la verdad. Además, existe un contrato… lo siento, es válido y tiene cláusulas que lo blindan en un caso como este… tú rompiste el contrato, ella tuvo derecho de destrozar tu reputación, pero… necesitamos un antídoto farandulero, algo que cause las mismas dosis de publicidad y de interés, pero esta vez a tu favor. Me la voy a jugar contigo, porque creo en tu talento y creo que vales la pena… mis abogados están dispuestos a contrarrestar a los de ella y mira, no es cosa sencilla… Loki, me lo debes…”
-“Entonces que sea Thor quien entre en escena, nuestra relación es real… ¿Necesitamos un nuevo noviazgo, un supuesto amor verdadero? ¡Pues que mejor que él y yo! Nadie podría decir que no nos amamos”
-“Loki… muchachito mío… lo que necesitamos es una estrella refulgente, alguien que sepa manejar a los paparazzi y mienta con una sonrisa esplendorosa, alguien con quien la prensa quiera verte y que te trate como un príncipe… Señor músculos no encaja aquí, créeme, urge alguien bastante más experto en asuntos de sociedad“
Loki sospechó que ya lo tenía todo en la mente, que Tony concretaba un plan para liberarlo de aquella mala estrella y que solo requería que se decidiera… no podía decir que no le dio la opción; si no deseaba avanzar, podía renunciar, volver al anonimato, a la mediocridad, aceptar que el error cometido por el consejo de Thor destruiría sus sueños... o podía luchar... aunque luchar significaba sacrificarlo.
-“¿Ya entendiste de que se trata, Loki?”
Y así fue como, una mañana como todas, Thor sintió que su fé y su ilusión se quebraban en mil pedazos cuando escuchó en la TV, mientras se preparaba para abrir el Bistro, que el famoso cantante invidente, Loki Laufeyson, estrenaba un nuevo romance, ni más ni menos, que con un afamado, rico y apuesto galeno llamado Stephen Strange. No podía creer lo que sus ojos veían… pero las fotos filtradas (a propósito) mostraban a una pareja amorosamente tomada de las manos, bebiendo champagne, disfrutando de un atardecer de estío a bordo de un lujoso yate propiedad de Strange… su paseo por la Bahía del Hudson se hizo célebre, era el contraataque para retirar a Loki de los malévolos rumores de su fallido contrato anterior…
Aunque, irónicamente… tuvo que aceptar otro contrato que lo ligaba a Strange.
-Thor renunció…- dijo Stark, colgando el teléfono, visiblemente molesto porque sus restaurantes se quedaban sin su hombre de confianza para manejarlos en su ausencia. - ¡Ese tonto arrogante musculoso! Renunció sin avisar, botó todo y se largó… ¿Dónde va a encontrar un trabajo mejor que el que yo le daba? ¿Qué le pasa por la cabeza que no puede comprender que esto es solo una farsa?
-¿Renunció… pero, por qué? ¿Qué le sucedió, Tony? ¿Por qué Thor renunció sin llamarme, sin decírmelo?
-Bueno... te lo voy a decir porque supongo que de todas formas te vas a enterar… tu rubio renunció, porque esta mañana se publicaron las fotos del paseo en yate…
-¡¿Qué?! Tony… ¿Es cierto lo que me dices? ¡Quedamos que esas fotos no saldrían hasta que yo hablara con Thor! No lo preparé, él no sabe por qué tomé mis decisiones… ¡Thor! ¡Seguro me odia! ¿Por qué me hiciste esto, Stark? ¿Por qué?
-Cálmate, Loki… por favor. ¡Hey!- exclamó Stark, intentando contener la inquietud del ojiverde, que en un impulso imprudente, abrió la portezuela de la limo e intentó bajar cuando el auto estaba en marcha- ¿Qué te pasa? ¡Te vas a hacer daño! ¿A dónde se supone que quieres ir? Tranquilo… estamos en la misma ciudad, no se pudo ir lejos, quizá está ahora mismo en su casa, pensando un poco más calmado. Yo te llevo… no hay necesidad de hacer dramas… ¿De acuerdo? Si quieres ir con Thor, iremos con Thor… yo te llevo y tu subes para hablar con él, te esperaré en el auto… ¿Estamos de acuerdo? Solo prométeme que no volverás a hacer una locura, tu carrera está en juego, solo ten eso en mente.
***
Parecía que el departamento estaba vacío, silencioso… Loki no pudo percibir la presencia de su querido compañero, pero a cambio, a su nariz llegó el perfume diferente que se aspiraba en el ambiente. Un perfume de mujer… Loki se paralizó… supo al instante que una mujer estaba dentro del departamento y no sabía si ya lo estaba viendo la dueña de ese aroma, así que simplemente, se detuvo en la mitad de la estancia y esperó un poco. Sus sentidos sensibles, que suplían la falta de visión, le advertían que alguien se acercaba, con pasos suaves, con ademanes ligeros que movían las partículas de perfume en el aire. Una respiración acompasada y sin duda, una expresión de sorpresa en un rostro que no podía ver.
-Si buscas a Thor, no se encuentra en casa…- dijo, en efecto, una voz femenina, suave y amigable, pero desconocida.
-¿Quién eres?- preguntó Loki, retrocediendo un par de pasos hacia la salida.
-En verdad yo debería ser quien pregunte eso… pero yo soy Frigga…
-La madre de Thor…- complementó el otro, palideciendo un poco- ¿Y es Carol quien está aquí también?
La dama arrugó el entrecejo, desconcertada por la afirmación… giró la cabeza e intercambió una mirada interrogante con una bella joven rubia que permanecía sentada en el sofá, inmóvil y silenciosa.
-¿Cómo sabes que ella es Carol?
-Hay dos perfumes diferentes- respondió Loki, con naturalidad- Uno de ellos es el mismo de la habitación de la prima de Thor… Carol Danvers.
Las dos mujeres admiraron ciertamente la fineza del olfato del recién llegado. Pero fuera de eso, no se daban por enteradas de ningún otro detalle que no fuera lo que los rumores les llevaran hasta sus oídos. La relación del heredero de Odín Borson con un muchacho sin nombre, sin fortuna, sin más reputación que la de ser el hijo de un conocido abogado comercial, con quien por si fuera poco, no mantenía comunicación alguna.
-¿Te dijo que éramos primos?- habló la mujer rubia por vez primera, con un acento sarcástico que hizo doler el corazón de Loki- Dime, señora Frigga… ¿Hasta dónde es capaz de llegar Thor para lastimarme o para obtener un poco de diversión en mi ausencia? ¡Me convenzo que he hecho bien en volver!
-Carol…- recriminó la dama, mirándola con severidad- guarda silencio… no vamos a perder la compostura, estamos aquí para aclarar un poco las cosas y ponerlas en su justo lugar. Y tú, querido, me parece que eres quien me debe una explicación… este departamento es el obsequio de bodas para Carol y Thor, y mi hijo no me avisó que tenía inquilinos… ¿Hay algo que deba saber? ¿Algo entre él y tú?
-Yo…- titubeó Loki, percibiendo un toque de hostilidad en la voz de ambas mujeres- Yo no necesito dar explicaciones de mi vida personal a nadie… incluso, con el debido respeto, a la madre de Thor…
-¡Por favor! ¿No me días que pretendes hacerte el inocente? ¿Acaso no es obvio lo que sucede entre estos dos? ¡Toda mi casa huele a sexo! Thor encontró una forma humillante de entretenerse y burlarse de mí… lo acepto, nos distanciamos por demasiado tiempo, quedamos en muy malos términos, pero escucha… y esto va para ti, niño de cabellos negros: Thor y yo no hemos roto, nuestros planes de boda siguen adelante con su colaboración y sin ella, nos casaremos dentro de seis meses, este departamento es mi casa… esa alcoba donde está toda tu ropa (La cual, por cierto, ya he descolgado para echarla a la basura) es nuestra alcoba… si descubro que tú y mi prometido han danzado el tango horizontal en mi cama, entonces, mañana mismo mandaré incinerarla…
Loki no podía con su vergüenza, estaba parado en medio de una casa que había sentido como su hogar y ahora estaba siendo reducido al intruso en una relación ajena, la incómoda figura del amante de ocasión, la mentira descubierta de Thor, porque jamás le habló de aquel compromiso, de que los planes de matrimonio continuaban… Carol comprendió que lo tenía en sus manos. La sutileza no era lo suyo, ni tampoco la piedad… se sentía herida y engañada, no solo su prometido ya no pensaba en ella, sino que tenía otra relación… ¡Y con otro hombre! No le cupo duda que Thor lo planeaba todo muy bien. Pero, ella todavía no se rendía y lo demostraría.
-Hablaremos tu y yo a solas… después- intervino Frigga, conocedora de los arranques agresivos de su supuesta futura nuera- Ahora quiero que guardes silencio… necesito comprenderlo todo y esta actitud tuya no me ayuda…
-No le tenga piedad, señora. Él sabía en lo que se metía… ¿O no? ¿Acaso quieres que crea que nunca viste nuestras fotos? ¿Qué nunca leíste nuestras cartas? ¡Todo está sobre mi tocador! ¡En mi mesita de noche! Afronta las consecuencias de ser el amante de ocasión… yo soy la novia, la prometida… y me da mucho asco estar tolerando tu presencia, cuando ni siquiera tienes el valor de sostenerme de frente la mirada…
-Carol, basta…- exclamó Frigga, dándose cuenta que la rubia estaba llegando demasiado lejos.
-¿Ahora se pone de su lado? ¿Ahora se arrepiente de apoyarme? ¡Quedamos en estar juntas en esto y echar fuera de nuestra casa a este hombre oportunista! Claro, la fortuna de las Empresas Borson no es nada despreciable ¿Verdad?
-¡Carol!- insistió la madre de Thor. Ahora también la dama se sentía avergonzada de la boca suelta de la rubia- ¿Acaso no te das cuenta que él… es ciego?
Hacía mucho tiempo que Loki no sentía su condición como un insulto, ser ciego no le causaba molestia, comprendía que las personas se sintieran incómodas, que no supieran como tratarle o dirigirse a él, que usaran la palabra “ver” con repetición, de manera coloquial, “Mira lo que hiciste” “¿No lo viste venir?” “Mírame a los ojos cuando te hablo” esas y muchas otras linduras parecidas… y siempre comprendía, siempre tenía la paciencia de ignorar o explicar, dependiendo de su interlocutor y su contexto… pero en ese momento… se sintió agredido, como si fuera motivo de vergüenza carecer de ese sentido y como si debiera disculparse por ello… su entereza no estaba resistiendo. Ya se sentía bastante mal porque Thor lo estaría odiando, repitiendo precisamente lo que el rubio le suplicó no hacer… y ahora esto… estaba siendo demasiado para su fortaleza. Si se derrumbaba, sería más vergonzoso aún… su dolor de cabeza comenzó… no por la luz, pero sí por la tensión a la que se estaba sometiendo…
-Creo que… debo irme…
-¡Cobarde!- declaró Danvers, riendo con desdén- Claro, vete… escóndete en algún rincón miserable a llorar, pero deja ya mi casa y sobre todo… deja ya a mi hombre. No te le vuelvas a acercar… y menos intentes darle lástima. ¿Cómo se acostó contigo si eres un discapacitado? ¡Thor debe estar jodidamente loco!
-Lo siento…- murmuró Frigga, sintiendo compasión y acompañándolo a la salida. Obviamente, a la mujer ni siquiera le había importado buscar la verdad, ella solo buscaba recobrar su sitio en el corazón y en la vida de Odinson… a cualquier precio, a como diera lugar- Yo te buscaré… dime tu nombre y dame tu teléfono, todavía quiero que hablemos…
-No importa… no importa…- murmuró el pelinegro, bajando precipitadamente la escalera, sin esperar el ascensor y corriendo a los brazos de Tony Stark, quien, cumpliendo su palabra, lo esperaba afuera. El millonario sabía que Loki bajaría con el corazón roto, lo presintió y no estaba muy equivocado.
***
PRESENTE:
-¿Las dos de la mañana apenas? Será una noche muy larga…- Strange buscó en la hielera lo necesario para preparar un cóctel, uno que llevara bastante vodka, de preferencia- Y entonces, Stark… ¿Thor simplemente desapareció de la vida de Loki? ¿No lo buscó? ¿No se dieron ninguna clase de explicación?
-Loki ha estado fuera mucho tiempo… y cuando regresamos, no tiene tiempo para buscarlo.
-O no se da ese tiempo…
-Oye, médico brujo… ¿Tú estás enamorado de él o no? Me parece que en ocasiones te importa demasiado, y en ocasiones simplemente lo tratas en los términos del contrato… ¿Para qué quieres saber entonces? Después de esa noche, Loki y yo comenzamos a viajar y en este momento, no sabemos donde está ese tonto rubio, no volvió ni siquiera a cobrar su liquidación, a firmar su renuncia, no recogió una sola de las pertenencias de su casillero… y por lo que sé, el departamento ese ya no lo habitan ni él, ni la rubia prepotente…
-¿Sabes qué es lo bueno de mi profesión, Stark? Que puedo manejar las situaciones con frialdad… de verdad, puedo estar deseando matar a Thor, pero siempre lo saludaré con una sonrisa. Puedo morir de celos por la indiferencia de Loki, pero puedo esperar otra oportunidad para que sea mío… Voy a subir por él, lo traeré aunque sea a rastras y me aseguraré que no esté consumiéndose en su miseria, ni tu ni yo tampoco… hoy vamos a brindar, cenaremos cualquier cosa si encuentro algo en la cocina y si no, nos comportaremos como adultos civilizados y tendremos una velada de amigos… ¿Podemos, no? Si yo puedo manejarlo, todos podemos.
-Pues deberías enseñarme… ya que yo me estoy muriendo… me muero de celos y de dolor…
-Pobre Tony… estás enamorado también…