It's you

Marvel Cinematic Universe The Falcon and the Winter Soldier (TV)
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It's you
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Summary
"¿Qué obtienes de esa vida, a su lado, que mi familia y mis amigos no te hayan dado ya?... ¿Qué estás buscando?." Donde Bucky no está seguro de lo que siente, o tal vez sí pero aún no sabe como decirlo en voz alta. Zemo puede vivir con ello.
Note
Soy malísima para los resumenes así que tengan fé en que esto es bueno, o eso digo yo. De paso aprovecho a decir chinga tu madre Steve Rogers :DLo que esté entre comillas son diálogosEn itálicas diálogos/momentos del pasado En negritas son pensamientos

Bucky no deseaba admitir lo aburrida que había sido su vida a solas en aquél estúpido departamento, tan monótona y falta de color, hasta que se vió compartiéndola con cierto individuo el cual de mencionarlo en voz alta implicaría una gran revuelta.

Más bien, un debate al cual aún no se hallaba listo para hacer frente.

Podía escuchar la voz de Sam abordandolo por algo que ni él mismo tenía bajo control. Cuestionando, diciendo algo como Si te dimos todo, ¿Que encuentras en ése lugar que no  tengas aquí? Y, pensándolo bien, aún no tenía una respuesta para esa pregunta. De hecho, no se la había planteado por completo hasta que tuvo la mala suerte de imaginar a Sam haciéndosela, lo cual acabo en una pequeña revelación. ¿Qué había en su nueva y tan peculiar vida que la hacía tan atrapante?

Bueno, no qué sino quién.

Había sucedido muy rápido, pero recordaba perfectamente el modo en el que las cosas se habían dado; cómo el Sargento había resuelto el gran crucigrama junto a la noticia en su teléfono un miércoles por la tarde. Sam no lo sabía, aún, y Sharon había sido bastante amable en avisarle al centenario con anticipación antes de notificarlo a su Capitan barras y estrellas favorito.

'T'Challa accedió a un acuerdo, por buen comportamiento. No le tienen el suficiente afecto como para permitirle quedarse en Wakanda, pero si el necesario como para encerrarlo en un lugar más ameno, más... Privado'

La voz de la agente Carter era dulce, como un murmuro a su oído prácticamente indiferente a la reciente noticia; ¿indiferente? No, más bien, razonable. Sharon jamás encontró un mal en Helmut Zemo que valiese la pena el tiro o incluso el esfuerzo, y comprendía el por qué de ello. Ambos se entendían, desde el punto de vista más retorcido lo hacían. Ambos traicionados por el equipo que se suponía existía para brindarles seguridad, desplazados por una sociedad con aparentes intereses más alla de quienes le habían servido con honor previamente. Dos lados de una misma monedas hechas para existir en base a lo incierto. 

'Se quedará en una cabaña a las afueras de Washington, un lugar bastante solitario, pero de moverse sin autorización no harán falta minutos antes de que las Dora esten encima suyo'

'¿Por qué me estás diciendo esto?'

¿Por qué siempre tenía que verse en la necesidad de preguntar? Era como ir a ciegas y aún tener que pedir perdón por ello. Sharon le sonreía indecifrablemente a través de la línea, con cierta malicia si se atrevía a suponer.

'Solo cumplo con informar, Bucky. Haz de esta información lo que mejor te plazca'

Su sorpresa fue qué, un par de días después, Sam se reuniría consigo para hablar del tema en cuestión. Preocupado, escandalizado, como si se tratara del escape más importante del siglo; como si Zemo, lejos de ser un viudo herido, se tratase del mismísimo Satanás. Más cuál fue su grata revelación...

'Y, ¿Ya sabes a dónde lo estarán escoltando?' 

'No tengo la más mínima idea Buck. Sharon me dijo que lo trasladarían a un lugar seguro, lo suficientemente vigilado. Que no había de qué preocuparnos'

No cabía explicación alguna del por qué Sharon Carter se había dado la ligereza de informar al Sargento Barnes acerca del exacto paradero del Barón, mientras esta misma información la omitia al héroe de América. Bucky poseía dirección, coordenadas; Sam sólo palabras y una promesa de seguridad la cuál él no tomaba del todo cierta.

Ahí empezó todo.

Primero fue una visita silenciosa. Un chequeo laboral en el cual ni bien Bucky puso ambos pies dentro de la residencia se sorprendió ante lo humilde que esta era a comparación de lo que su cabeza había idealizado tomando en cuenta la posición social del Barón en cuestión. Rústico, hogareño. El clima era perfecto dentro y fuera, todo en su más pulcro estado.

Helmut descansaba, sentado en un pequeño rincón junto a una de las tantas ventanas que permitían una perfecta iluminación a los tenues interiores; ambas manos ocupadas, una sostenía un libro mientras la otra una taza de té. Pies descalzos, uno de ellos adornado con una tobillera poco discreta, y aquél rostro inconfundible. Lucía cansado, no más viejo pero si el cabello más largo y una barba no muy pronunciada sobre su rostro.

Lucía... Bien, bien para ser alguien destinado a vivir en confinamiento una vida multiplicada por otras diez.

Sus visitas se habían hecho recurrentes, pasando de lo casual a lo rutinario. De 5 minutos hasta tres horas en el mismo lugar, donde lo que había iniciado con un qué estás haciendo aquí finalizó en un tardaste mucho en llegar, te esperaba para cenar.

Bucky pasó de un extraño a todo lo que Helmut deseaba ver durante el día, y viceversa.

No había nada establecido. Un secreto a voces, una camaradería la cual no se atrevían a romper, limitados a las miradas fugaces o roces furtivos. Ambos hombres ignoraban las emociones que fluían a través de sus dedos cada que se encontraban al recoger la mesa, o alcanzarse algo, como si esto fuera a restarle peso a lo que estaba destinado a explotar.

Debían admitirlo, todo se fue en picada ni bien James decidió mudarse junto a Zemo, con aquélla pobre y aún memorable excusa:

'Es tranquilo, demasiado, y me agrada el clima de por aquí. Además, me doy a libre tarea de asegurar que tu encarcelado trasero permanezca donde debe, nada de escapes o planes maestros. Dos pájaros de un tiro'

El soldado lucía tan seguro de si mismo ante tan pobre explicación que el menor no tuvo voluntad para derribar dicho teatro, decidido a jugar su farsa. Era una vida simple, silenciosa, hogareña, casi doméstica. A James le gustaba, puesto que no había necesidad de hacer o decir más de lo necesario, solo bastaba coexistir.

El Barón poseía una peculiar habilidad para reconocer cuando el dialogo estaba sobre la mesa como posible opción, y cuándo no; el soldado comunicaba todo a través de su lenguaje corporal, un comportamiento aprendido después de tantos años sin voz ni voto. Una mirada, a veces un suspiro... Helmut reconocería el abatimiento, enojo o melancolía en el centenario a kilometros de distancia. Claro, cuando la platica daba lugar, nunca habían giros molestos o silencios incómodos.

Ambos, Sargento y Coronel, aprendieron a probar los límites contrarios; Usualmente Bucky era el de los monosílabos, Helmut el de los cuestionarios.

Y así, muchos ejemplos más. Si Helmut cocinaba, James lavaba los platos. Si Helmut lavaba la ropa, James se encargaba de secarla y doblarla, posteriormente acomodarla. Si Barnes regresaba herido, Zemo se tomaba la molestia de curar sus heridas minuciosamente. Si James tenía un mal sueño, Helmut le abrazaba en silencio hasta que el sueño les derrotaba para posteriormente no mencionar una palabra al respecto, a menos que el mismo soldado diese el primer paso a ello. Si alguno de los dos se hallaba perdido, se buscaban mutuamente hasta sentirse a salvo... Y si James estaba enamorado, Helmut no decía nada al respecto; sólo mirar a los ojos cyan del lobo blanco con la esperanza de que algún día sus acciones hablarán más allá de sus esperanzas.

Se trataba de una bomba de tiempo, la cual estaba a punto de estallar. El tick junto al tock se tornaba ensordecedor.

Eventualmente la calma estaba destinada a conocer un final, tal vez no tan silencioso como los últimos meses juntos. Era inevitable, más cuando James veía cada vez más compleja la tarea de ocultar su paradero y desapariciones de Sam. Barnes no se había equivocado el día que imagino a Wilson regañandolo por vivir una vida tranquila a lado del hombre que le había manipulado, tratado como un arma... Una mascota. El moreno no poseía filtro, o la más mínima consideración. Hablando desde su punto de vista, el soldado se sentía aprisionado.

¿Todos esos meses verdaderamente acabarían en eso? ¿Manipulación?

"Escúchame bien, Bucky... Todo esto acabará mal, le estás dando armas que ni bien sepa cómo, y cuándo, utilizar será no sólo tu fin sino también el mío. Me importa un carajo el trasfondo, no es un hombre de fiar y tu haz puesto toda tu voluntad en bandeja de oro. ¿Qué obtienes de esa vida, a su lado, que mi familia y mis amigos no te hayan dado ya?... ¿Qué estás buscando?"

Bucky se sentía herido.

"Yo... "

"¿Qué diría Steve al respecto?"

Esa fue la gota que rebasó el vaso.

Recogiendo su chaqueta junto a su usual maleta de viaje, dándole la espalda a Sam, Sarah lo veía con cierto pesar y entendimiento, como si la mujer supiera la respuesta a lo que Sam tanto le cuestionaba, lo que James tanto se cuestionaba por temor a decir su verdad en voz alta y ser juzgado por ello.

Cabe decir que el camino de vuelta a casa fue silencioso; un silencio incómodo, uno como no recordaba, porque estos no existían de vuelta en casa.

Pisadas inconfundibles y el maullar de Alpine advertían al Barón la llegada del buen Sargento Barnes. Tantos días de espera llegaban a su fin. Ambos, hombre y felino, esperando pacientemente al pie de la puerta, más específicamente en el sillón, observando como el cuerpo del más alto se arrastraba todo el camino del portico hasta el comedor, pasando de largo sin si quiera saludar o decir algo al respecto. Estaban acostumbrados, pero había algo distinto en esa ocasión. Algo que alerto al más bajo hasta hacerlo brincar de su lugar siguiendo a James con pasos sigilosos. Meditando, analizando desde el perezoso arrastrar de los pies ajenos hasta el sollozar aparentemente imperceptible; Es ahí, entonces, donde Helmut reconoce que algo va mal, y solo sabe temblar por ello.

Conoce a qué saben las despedidas, cómo luce el arrepentimiento. ¿Era ese el suyo con Barnes?

Caminando aún detrás del soldado, ambas manos entrelazadas por sobre su abdomen; James terminó su lento recorrido, recargado en el mesón de la cocina con una pesadez palpable y un ligero rugido contenido en su garganta. Zemo teme preguntar, pero teme más el no hacerlo

"James..." Da una bocanada de aire, "¿Está... Está todo bien?"

James no responde, mas sí tararea como respuesta, un tanto extraña pero todavía reconfortante. Este no recuerda, en todo su tiempo allí dentro, haber oído al Barón titubear.

"¿Quieres comer? Preparé..." James no lo deja terminar, poniéndose de pie acaparando todo el campo visual contrario. Ambas manos, metal y carne, sosteniendo las muñecas de Helmut en un agarre violento y desconcertante. Siente que se rompe más guarda silencio por temor a quedarse sin respuesta alguna. Los ojos azules sufren en silencio, tiemblan ante la duda sosteniéndose al ideal al cual se habían aferrado durante meses. Fingiendo que aquello tenía la más mínima pizca de normalidad en comparación a lo que verdaderamente eran.

Helmut lloraba mentalmente, rogaba no tener que verlo partir tan pronto... no cuando todo parecía nuevo, renovado. No cuando su corazón se permitía amar de nuevo, pese a ser un amor maldito.

"Le he dicho a Sam" Zemo tiembla, más no habla en lo absoluto "Hemos discutido, le dije dónde... Dónde me estaba quedando, con quién me estaba quedando. No creo que haya entendido nada de lo que le explique al respecto"

La voz del Sargento no tiene semejanza a su agarre. Es una plegaria, casi un susurro. Un suave roce de aliento contra el rostro contrario, la yerbabuena es palpable al igual que el escozor de un buen whisky y Helmut se ve en la necesidad de contener el aliento, de memorizar cada detalle. No quiere verlo partir con tanta velocidad sin antes ser capaz de retratar hasta el más mínimo detalle del Sargento.

"¿Te ha dicho algo?" Pregunta después de unos segundos, Bucky bufa.

"Me ha cuestionado mucho, me ha preguntado... " Se lo piensa, en verdad se lo piensa. Imagina cómo sería decirlo en voz alta junto a la respuesta que Helmut podría tener al respecto. Imaginando tanto, creyendo poco. "Me ha preguntado que tengo aquí que no tengo con él"

Omite la mención de Steve, porque no es eso lo que le carcome el alma sino lo que no supo responder al gran elefante en la habitación.

Zemo se queda en silencio.

"Yo... ¿Qué es todo esto, Helmut?" El nombre suena amargo en los labios de James, como nunca lo había oído tiempo atrás. Puede oír a un hombre confundido, desesperado. Se atreve a responder con otra pregunta.

"¿Por qué viniste a verme la primera vez?" James suspira.

"Quería asegurar que la información de Sharon era exacta. Ver... Verte, cómo la estabas pasando. Venía a buscar un motivo para enojarme contigo y así no querer regresar una vez más"

Helmut le sonríe, no sabe por qué.

"Pero lo hiciste, regresaste."

"No encontré lo que estaba esperando... Quería entenderlo"

"Dijiste que encontrabas pacífica la vida aquí, y que así podrías vigilarme de cerca. Dos pájaros de un tiro" cita el Sokoviano, su acento presente, detalle que no pasa desapercibido por el centenario haciéndolo sentir en calma. Helmut lo hacía sentir en calma, y se odiaba por ello, odiaba tanto no poder odiarlo a él... Poder dejar caer la culpa en él.

"Tenías de vuelta todo lo que alguna vez perdiste, James. Amigos, familia, un hogar. Todo lo que pudiste haber pedido los Wilson te lo dieron, y aún así decidiste quedarte aquí... conmigo"

"¿Supones que eres tú la razón por la cual estoy aquí?" La respiración de James era pausada, sosteniéndola por momentos temeroso a dejarla ir. Tibio, golpeando contra el rostro de Zemo quien se negaba si quiera a apartar la vista. "Estás apostando muy alto, Helmut"

Bucky suena traicionado, Zemo teme que sus palabras se hayan malinterpretado.

"Creo que no me has entendido"

"Sam dijo que eventualmente usarías esto... Todo esto, en contra mía."

"¿Sientes que eso hago? ¿Manipularte?" El agarre es doloroso, desmedido. James no controla su agarre en contra del suave tacto que el Barón proporciona.

"Deja de responderme con más preguntas, sólo dímelo."

"No me alces la voz, James. Estoy delante tuyo, y puedo oírte perfectamente"

"¡Necesito saber si todo esto lo imaginé! Porque tengo 11 meses viviendo contigo y lo único que conozco de ello es la paz que Hydra me arrebató hace mucho, todo en lo que pienso al despertar son tus ojos, y eso mismo es lo que me acompaña momentos antes de dormir. Quiero saber si me he equivocado, y ahora debo retirarme antes de darte más ventaja sobre mi"

Finalmente, James desborda. Dejando ir las mallugadas manos del Barón en un vago intento de cubrir lo cristalino en el cyan de sus ojos. Evadir la mirada contraría, ocultar el sonrojo producto se su enojo. "Estoy harto de ser nada más que un peón"

Helmut, nuevamente, no tiene otra opción más que guardar silencio, acercándose nuevamente permitiéndole al soldado contemplar el daño que había causado sobre sus manos. James lloriquea.

"Todo lo que he hecho, todo lo que he dicho... Jamás busque manipularte, Bucky" El apodo sobre los labios de Zemo hacen a Bucky reaccionar. Una reacción auténtica, un respiro a su dolor. "Irónicamente temía que el que me estuviera utilizando fueras tú... No era propio de ti estar a mi lado tan voluntariamente. Siempre, los silencios, los espacios. No buscaba nada más que tu grata comodidad. Nunca quise malinterpretar nada pese a siempre hacer las cosas con la esperanza de que algún día tu pudieras verme del mismo modo. Estaba tan ocupado procurando tu recuperación que ignoré por completo la mía."

"Zemo..."

"He estado mucho tiempo sólo, James. He perdido todo, y lo poco que pudo quedarme decidí jugarlo a favor de una venganza que si bien tuvo frutos no llenó mi dolor, ó mi perdida. No negaré que todo lo que hice, lo que te hice, fue parte de un gran plan predeterminado para alcanzar mis propios fines... ¿Me arrepiento? No, no lo hago. Lo haría de nuevo. Conozco mis virtudes, pero ¿Qué habría yo de poner en juego en estos últimos 11 meses? Hasta tu silencio me resultaba reconfortante. Por primera vez en mucho tiempo me sentí capaz de enmendar los daños que causé, por primera vez me creí, me creo, capaz de cerrar los ojos y dormir plenamente... De ver hacía adelante, dejar a mi esposa e hijo partir en paz y yo... yo... "

Las palabras comenzaban a faltar, o tal vez ya no eran del todo necesarias. Terminando por disipar cualquier rastro de duda o inseguridad dentro del Sargento ni bien los papeles se vieron invertidos. Bucky observaba el desastre de hombre delante suyo, invitándolo a tomarle de la mano nuevamente. Abrazando el cuerpo más delgado temeroso a que este fuese a desfallecer.

Sam se equivoca, Sam no tiene la más mínima idea' Barnes ahora lo ve con total claridad.

"Si vas a irte, por favor, hazlo en silencio. Márchate del mismo modo en el que llegaste, porque no me siento capaz de verte hacerlo. Bucky, por favor... "  Helmut entierra el rostro en el pecho del más alto, inhalando la colonia de James mezclada con el sudor en su camisa. No quiere verlo, no quiere ver su disgusto o incomodidad.

'¿Qué obtienes de esa vida, a su lado, que mi familia y mis amigos no te hayan dado ya?... ¿Qué estás buscando?' James siempre supo la respuesta, solo que ahora se sentía seguro de poder reconocerla.

"Tenías razón"

"¿Qué? James, por Dios..." lloriquea con más fuerza, haciendo jirones la camisa bajo sus dedos

"Eres tú."

"No... No creo estarte entendiendo."

Palabras sobraron. Par de manos, biónica y humana, levantando un rostro falto de color dispuesto a devolverle todo lo que el susto le había quitado, plantando un beso en los pequeños labios del Barón como una tregua a lo que ambos consideraban el encuentro más ruidoso en aquéllos largos 11 meses. Un beso lento, a penas un roce, lleno de todo lo que su vida podría otorgar; comodidad, calma, paz. Un gesto que bien aplacó los temores en el Sargento y Coronel, terminó por devolver los colores al rostro de quien pudo haber caído desmayado minutos atrás. Sabía a todo lo que Helmut había imaginado, y a todo lo que James esperaba.

Alpine se restregaba contra la pierna de Barnes, ajeno al conflicto.

Una vez ambos rostros se vieron frente a frente, Helmut sonrió, amplio e irreconocible

"No, no me sueltes. Quédate un momento así, permíteme disfrutarlo" Bucky ríe.

"No planeaba soltarte"

"En serio te tardaste"

"¿Es muy pronto para decir que en verdad te amo? Llámame anticuado, pero se siente apropiado y si no lo digo probablemente no pueda decirlo después. Siento que reboso, ¿No sientes que estoy hablando demasiado? Probablemente lo estoy haciendo" 

"No, no es muy pronto. Nunca es lo suficientemente pronto. El sentimiento es mutuo, James y definitivamente esto es más de lo que te he oído decir en todo el tiempo que tengo de conocerte" Bucky no cabía en la sensación que aquello le proporcionaba. Consciente, consciente de que pese a tenerlo todo con los Wilson aquella intimidad que Zemo le ofrecía era lo que tanto había estado buscando. El alivio como ningún otro, seguro de que aquello valía más que la opinión del Capitán América, sin importar quién llevara el manto; Steve, Sam. Ambos, no tenían la más mínima idea, pero James Buchanan Barnes sí lo hacía.

"Dilo en voz alta, ¿Por favor?"

"Te amo, Bucky." Sonaba especial. "Y ahora tendrás que recalentar la cena, porque no planeo mover un sólo dedo después de esto"

La sonrisa no cabía en el rostro del centenario. Separándose muy al pesar de ambos, agachándose para poder tomar al gato entre sus manos, acercándolo a su rostro, besando las orejas del felino sin apartar la mirada de Helmut. "¿Qué opinas al respecto, Alpine?" Maullidos, no obtuvo más. "Sí, yo opino lo mismo"

"Dios, en realidad necesito un dulce. La cabeza me da vueltas"

"¿Tanto miedo te produce el verme partir, Helmut? ¿Tan mal estás por mi?"

"Si mal no recuerdo el que lloraba momentos atrás no era yo, James. Ahora cállate, bésame, y ocúpate de la cena."

Bucky obedeció, más no se calló. No quería hacerlo, no cuando se sentía listo para hablar.

"¿Crees que nos digan algo si decido sacarte de aquí? A pasear, no nos haría mal. Amaría llevarte a bailar"

"Hemos llegado hasta aquí en base a mi buen comportamiento, con suerte su alteza tendrá algo de consideración al respecto... De lo contrario, podemos hacer todo lo que desees aquí mismo".

Definitivamente, todo saldría bien