
Una nueva temporada - Parte 2
La mirada de su hermano y de Mobius, se había fijado en un punto detrás suyo, por lo que giró su cabeza para observar al mismo lugar.
¿La mujer de Stark?
¿Qué tenía que les llamaba la aten…?
Oh, claro.
Se golpeó la frente al ver el halo de luz tan conocido que la rodeaba.
_¿Madre? – le preguntó su variante más joven.
_Parece que si – le reconoció – Pad… Odín debe haber atado sus almas. Cuando uno revive…
_El otro también – completó el chico bajando al cocodrilo de sus hombros, que, con su reptilesco andar se dirigió hacia la mujer.
_Eh… ¿hola?
Le dijo está algo confundida, pero sonriendo al ver al animal que, seguramente, con su casco con cuernos, le debía parecer sumamente cómico… o tierno. Su madre siempre había sido la más inclinada por los animales de todos ellos, así que, bien podía encontrar a una bestia con una mandíbula capaz de arrancarle el brazo a alguien, adorable.
El reptil le gruño a la misma e inclinó su cabeza en señal de deferencia, lo que hizo que esta abriese los ojos asombrada y que, a la distancia, pudiese sentirse la voz de Valkyria ahogando una expresión de sorpresa también.
Su versión más joven, por su lado, lo codeó y le señaló la escena, lo que lo hizo exhalar derrotado.
Había sido en parte culpa suya, ¿o no?
Por lo que, asumiendo la responsabilidad que le correspondía, imitó al jovencito a su lado e hincó una rodilla en el suelo, bajando la cabeza como el cocodrilo, en el saludo que correspondía a la nueva Madre de Todos.
Una pequeña risa se le escapó al ver la reacción del ingeniero al deducir lo que estaba sucediendo de su diálogo y las actitudes de los Loki alrededor de la mujer.
El hombre había gruñido y luego ocultado su rostro entre sus manos, negando con la cabeza, al tiempo que murmuraba: “ahora no me los voy a poder sacar de encima”, “¿qué hice para merecer esto?”, “Pepper me va a convencer de adoptarlos”, “La Tierra no está preparada para una Morgan entrenada por estos”.
Tenía que reconocerlo: probablemente el multiverso tampoco.
Morgan Stark era una figura reconocida en este.
Pero, pensó al ver a la esposa del ingeniero muy avergonzada pidiéndoles a todos los Loki que por favor se levantarán, seguramente, el cambio sería para mejor.
_Valor, amigo Stark – comentó Thor que, en el transcurso de los saludos reales, se había levantado con su ayuda – Ser el nuevo Padre de Todos, tiene sus ventajas. Y la joven Morgan seguramente tendrá un brillante futuro.
_Y varios hermanos mayores que – le indicó señalando a los Lokis, especialmente al cocodrilo entre estos – literalmente, pueden comerle un pedazo a quien quiera lastimarla.
_No que quiera ofenderlos, muchachos, pero… no son un consuelo para nadie.
Masculló el hombre bajando sus manos para verlos, lo que les arranco una carcajada a ambos.
Se cruzó de brazos observando a sus variantes, mientras trataba de ignorar las risas de Mobius y su hermano a su espalda, probablemente divirtiéndose a costa de Stark.
_Esto cambia las cosas – les dijo y los otros asintieron.
_No podremos estar a tu lado en la TVA – reconoció el chico – Necesitaremos quedarnos en la Tierra.
El cocodrilo gruñó en su lenguaje y ambos coincidieron con sus afirmaciones.
Eran básicas, como todo lo que se pronunciaba en su idioma y que, habían aprendido a descifrar como lo había hecho su versión clásica, dejando de bloquearse al pensar que era un simple animal y recordando que era uno de ellos.
_¿Estás seguro de poder convencer al Rey Pantera?
Le preguntó a su versión reptil, quien tuvo la desfachatez de girarle los ojos antes de darse media vuelta y dirigirse adonde en la lejanía se dibujaba la figura del Rey de Wakanda.
_¿Tú estás seguro de poder continuar con la misión, aunque vuelvas a cruzarte con nuestra versión femenina? – le preguntó su versión más joven.
Sylvie. Sí. Sería un problema en algún momento. Puesto que no dudaba que volverían a cruzarse y que, su carácter probablemente, lo llevaría a recriminarle su cuasi traición.
_Sí – le dijo sin embargo – Estoy seguro.
_¿Mobius? – le preguntó el chico con una sonrisa de costado.
_Mobius
Le confirmó asintiendo.
Honestamente.
Aún sentía cosas por Sylvie.
No iba a negarlo.
Pero, como le había dicho a su ahora pareja, estas se habían confundido con las que sentía por él y le habían llevado a creer que eran mucho más profundas.
Más, las horas pasadas a su lado, habían ubicado las cuestiones en su lugar y había podido separar adecuadamente lo que sentía por cada uno y Mobius ganaba ampliamente en comparación.
Habría amargura, no lo dudaba. Una que otra discusión encendida, tampoco lo dudaba.
Pero, ya no sería lo mismo, ni tendría las mismas consecuencias.
Se dijo girando la cabeza para ver a su humano sonreírle a la distancia con una chispa en los ojos que lo hizo sonreír.
Él también había elegido en las horas previas.
“_¿Dices entonces que están en el material que secuestro la TVA?
Asintió revolviendo la caja en la que, según los administrativos de esta se encontraban la mayoría de sus posesiones, salvo sus dagas, que ya las tenía consigo.
Suspiró aliviado al ver que, pese a que su traje de batalla estaba algo maltratado, debido a la tecnología de traslado que usaban en el lugar, sus piezas de metal se hallaban intactas.
Su casco de cuernos, que, como todos sus implementos estaba encantado para retornar al lado de su maestro lo más pronto posible.
Sus diversas cuchillas pequeñas, su cinto y provisiones y, por supuesto, el collar que su madre le había entregado y que siempre estaba presente, en un bolsillo oculto de su traje.
Abrió el cuero, pensando en cuantas veces siendo prisionero de Thanos había pensado en abrirlo y utilizar su contenido en su persona. Más, pronto había comprendido que el curar sus heridas en ese ambiente, sólo hubiese provocado que se ensañasen más en hacerle daño, ya que no podía escapar de la nave. Su mejor plan, era sobrevivir dañado y dejar que lo usarán para que ellos mismos lo sacaran del lugar.
Entonces, había guardado con celo, las dos pequeñas ampollas que ahora se deslizaban en su mano.
El último regalo de su madre antes de que su vida se hiciese añicos.
Destilado de Idunn.
En cantidad suficiente como para siempre cubrir a sus dos hijos.
Varias manzanas enteras en dos pequeñas gotas.
Tanto él como Thor las cargaban en el mismo medio de transporte allí dónde fuesen. Cualquier herida de gravedad que se les provocará en el campo de batalla, la ampolla por sí sola la curaría, ya que, al haber consumido del huerto de la diosa desde muy pequeños, su condición de cuasi inmortales no estaba en discusión.
_¿Crees que servirán para traer a Stark de vuelta? – le preguntó B-15 que inclinada sobre su hombro observaba los pequeños contenedores del destilado.
_Con una sola bastaría, si usamos el poder de Thor y el mío de potenciadores. Con dos, estoy seguro que no habrá problemas – le dijo a la mujer.
_Entonces, démosle las dos – aseveró esta levantándose para dirigirse a la puerta – Voy a preparar todo para el viaje.
Tanto Mobius como él asintieron y la jefa de los minuteros se marchó del cuarto de evidencias.
_¿Qué te parece si mientras, ambos repasamos de nuevo los pormenores?
Le sugirió el analista y negó con su cabeza dándole a entender que no deseaba hacerlo.
_Entonces, ¿qué quieres que hagamos mientras? – le preguntó Mobius divertido – No que me queje, pero acabamos de dejar el cuarto en el que estábamos.
Sonrió al escuchar su comentario rememorando los momentos juntos en la cama de la jueza y ello lo llevó a tragar saliva, mientras dividía las ampollas en su mano, retornando una a su transporte en el collar y entregándole la otra.
_Sólo necesito una – le recordó y el analista abrió los ojos grande al comprender lo que le estaba sugiriendo.
Inspiró profundo tratando de prepararse para el golpe, si este decidía negarse.
Así como le había sucedido a su hermano con su dama Jane, quien no había podido soportar los desafíos y los miedos que el trono y la vida como una diosa ante un pueblo tan complejo como el asgardiano le proponían, Mobius bien podía decidir a favor de una vida… lo más mortal posible, puesto que su origen y duración temporal aún estaban en verdadera duda.
El analista llevó su mirada a la palma de su mano, dónde la gota dorada destacaba con furia contra el blanco de su piel y lo sintió suspirar.
Era demasiado.
Lo sabía.
Se mordió el labio inferior mientras bajaba los ojos recordando que fuese lo que fuese lo que durará su existencia con Mobius valía la pena cada segundo y que, el libre albedrío del otro en esta circunstancia tan importante de su existencia, lo tenía ganado.
_B15 nos va a regañar tanto
Lo sintió decir con humor y levantó la cabeza para ver como el analista se llevaba la ampolla a la boca para morderla con sus dientes y liberar el destilado que no dudo en tragar.
Ahogó un jadeo al ver como al entrar en su cuerpo, el mismo se expandía coloreando las venas del humano de un color dorado, transformando para siempre su destino”
_Es una buena elección – le dijo su variante más joven – Más estable que cualquiera de nosotros, ciertamente.
_Gracias por su aprobación, Majestad – le contestó con sarcasmo, lo que le arrancó una sonrisa al chico en cuestión.
_Parece que Loki convenció al Rey – le indicó este aún divertido con su expresión señalando a su variante reptil que se acercaba acompañado – Lo que significa que nos toca ser guardaespaldas de la Reina y su descendencia.
_Lo agradecería enormemente – le confirmó – Por lo que se de las crónicas de la TVA, Nuevo Asgard no está preparado, como Wakanda, para albergar a la Madre de Todos y… cuanto más lejos estén ambas de las manos de SHIELD y el Capitán, mejor.
_Los tres. Cuanto más lejos estén los tres, mejor
Le dijo su variante señalando con la cabeza, como Spiderman luego de ser abrazado por el ingeniero, era unido a gruñidos al Rey de Wakanda, su hermana y su general, que se acercaban adónde ellos estaban.
Oh, cierto. La pequeña araña.
El chico era algo así como el hijo adoptivo del inventor y lo suficientemente hábil como para que este juzgara que podía sucederlo en un futuro, por lo que no era mala idea que se uniese al grupo custodiado por sus variantes.
_Príncipes – les dijo el Rey Pantera en su característico acento – El Príncipe me ha indicado que… precisan de la ayuda de los descendientes de Bast.
Bajó su mirada para ver a su versión cocodrilo con satisfacción.
Era una buena carta.
Los dioses egipcios, después de todo, habían sido largo tiempo aliados de su panteón.
_Solicitamos asilo durante el tiempo que dure la intervención del Padre de Todos en la contienda temporal que se avecina, Majestad – le dijo su más joven versión al Rey en su mejor pose real – La Madre de Todos acaba de reencarnar y, en tanto, domina nuevamente sus poderes, tanto ella como su descendencia mortal, se encuentran en peligro en este mundo, especialmente si el secreto de su nueva existencia sale a la luz.
_Ustedes comprenden que, llegado el momento, deberé unirme al Señor Stark en dicha guerra, ¿no? – les expresó diplomáticamente el hombre.
_Estoy seguro que, en su ausencia, la Princesa y la dama aquí presente, podrán custodiar adecuadamente a mi madre, su hija y el joven – le señaló inclinando su cabeza hacia la General y la pequeña Shuri, quién se quedó viendo divertida a su hermano, el cual giró sus ojos ante la reacción de la chica.
_Eh… ¿Señor Loki? – le dijo Spiderman aclarándose la garganta – Yo no puedo irme a Wakanda por un tiempo señor. Yo tengo una vida que recuperar y New York me necesita y…
Levantó la mano cortando la explicación del muchacho.
_Thanos y Titán pasaron hace cinco años. Durante todo ese tiempo – le recordó – New York no se ha caído a pedazos por no contar con Spiderman, por lo que, mudarse a Wakanda por un breve período, lamento decirlo, no hará mella en la vida de los ciudadanos de aquel lugar y…, con respecto a lo de la propia vida por recuperar… estoy seguro que, entre la Princesa y – señaló a su propia variante juvenil – mi otro yo, habrá toda una serie de ideas para permitir que ello se logre. No perderá nada haciendo lo que debe joven Parker, sino que, por el contrario, ganará en experiencia y nos asegurará que Stark pueda luchar más tranquilo sabiendo que su hijo adoptivo está en buenas manos.
Niños.
Pensó divertido al ver como a Peter Parker se le iluminaba el rostro al escuchar que el ingeniero lo consideraba un hijo.
_Creo que todo está listo – le dijo Mobius llegando a su lado, mientras le extendía un tempad a Kid Loki – Al más mínimo problema en Wakanda, lo habilitas. Te estaremos esperando del otro lado. A los dos.
Tanto su versión cocodrilo, como su versión más joven sonrieron al escuchar como su pareja les aseguraba que pensaba en ellos como puntos fijos en la existencia de ambos.
_Diviértanse por nosotros – les dijo el chico guiñándoles un ojo y los dos rieron bajo, saludando con un asentimiento al Rey, su comitiva y Spiderman, para girarse y ver como Stark se despedía con un abrazo de su esposa y su mejor amigo, para luego situarse junto a Thor, que ya estaba esperando junto al portal.
_¿Listo para la batalla? – le preguntó a Mobius en voz baja, luego de inspirar profundo.
_Ehh… casi… quiero intentar algo antes…
Le contestó el otro estirando su brazo izquierdo mientras cerraba los ojos concentrándose, lo que le provocó una risa al sentir como el aire alrededor de este parecía cambiar.
Nornas.
El Capitán iba a odiarlos.
O no.
Quién sabe.
Con los mortales las cosas eran tan distintas a veces.
_¡Hermano! ¡Mobius! ¿Qué sucede? ¿A quién esperamos? – le preguntó en un grito Thor, mientras a la lejanía se escuchaba un silbido muy conocido para sus oídos.
_¡A alguien a quién tú conoces! – le dijo riendo, mientras un golpe suave le indicaba que el antiguo martillo del Dios del Trueno, había acabado en las manos del analista.
_Ahora si – murmuró este a su lado, lo que lo hizo volver a verlo – creo que estamos listos.
_No pudiste resistirte, ¿verdad? – le preguntó extremadamente divertido mientras sujetaba su mano libre.
_No. La verdad. No.
Le respondió Mobius encogiéndose de hombros, mientras avanzaban hacia el portal que los llevaría a la TVA, por el cual ya estaban caminando Thor y Stark, siendo llevados por B-15.
Que tiempos los que se avecinaban, se dijo una vez frente al medio de transporte preferido de la autoridad temporal que lo había secuestrado.
Cuanto había cambiado su existencia en esas semanas o meses.
Pero, pese a todo lo que había sufrido al enfrentar sus defectos y verdades, pensó al ver los ojos de su pareja que tiraba suavemente de su mano para que lo siguiera a lo que ya consideraba su nuevo hogar, el resultado, por breve que fuera, había valido totalmente la pena.