Los Lanzarredes

Spider-Man (Tom Holland Movies) Spider-Man - All Media Types
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G
Los Lanzarredes
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Summary
Cuando los Lanzarredes se encuentran castigados por primera vez, son completamente diferentes: un geek, un matón, una reina, un marginado social y un tonto misterioso. Pero cuando deciden hackear la «red» para cambiar sus calificaciones, se forman los Lanzarredes. Usando habilidades de internet, se ayudan mutuamente a través de luchas personales. Después de un tiempo, una cosa se vuelve evidente: sus suposiciones mutuas estaban equivocadas.Una historia sobre la mayoría de edad, basada libremente en el Club de los Cincos. Peter, MJ, Ned, Flash y Liz tienen cada uno sus propias luchas y desafíos y cada uno aprende el poder de comunicarse y encontrar amigos en los lugares más inverosímiles. (Básicamente, si te gusta ver a adolescentes física o emocionalmente traumatizados hacerse amigos, esta es la historia para ti).
Note
Esta obra contiene contenido prestado de varios cómics, películas y series de DC Entertainment, filial de Warner Bros. Discovery. No soy dueña de ni lucro con esa propiedad, y ninguna de mis obras es parte de esa propiedad.título traducido de «Underdog» de Spoon.¡hola, todos! esta es mi primera traducción en este fandom, y eso me emociona mucho. el español no es mi primer idioma, así que puede que haya errors. por favor, hazme saber si notas alguna.como las etiquetas son ingleses, voy a avisarlos que este fic contiene descripciones no gráficas del abuso emocional, físico y sexual. voy a dejar advertencias específicas en las notas de los capítulos.finalmente, voy a traducir para la autora, así que si tienes algo que decirme a mí o a ella, deja un comentario, si quieres.espera actualizaciones cada dos o tres días.¡buena lectura!
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Más de lo que se ve

—Estos son mis, uh, compañeros de clase. Están aquí para trabajar en un proyecto conmigo —le explicó Flash a su padre, haciéndole un gesto al grupo pequeño de amigos ahora hacinado alrededor de una mesita.

 

—Hola, Sr. Thompson —Liz intentó ser cortés, pero por lo visto, eso pasó por encima del padre de Flash.

 

—¿Desde cuándo eras amigo de ellos?

 

Flash ignoró la pregunta y se acercó a su padre con confianza, hasta que estuvo de pie directamente frente a él. Luego, sus hombros encorvados y sus manos en los bolsillos dijeron lo contrario.

 

—¿Padre?

 

—¿Hmm? —El hombre estaba mirando su móvil ahora, sin siquiera molestarse en mirar a Flash a los ojos.

 

—¿Por qué estás en casa? Pensé que tenías una reunión de negocios.

 

—Sí. Todavía la tengo. Nos mudaremos aquí para la reunión; por eso necesitas irte.

 

—Pero, papá…

 

—Sin peros. Ve a practicar fútbol o algo así.

 

—¿Realmente necesitas toda la casa? —preguntó Flash. Su tono era cuestionador, no desafiante, pero su padre no debió haberlo notado.

 

—Ya basta. Haz lo que te digo —Señaló a Flash con un dedo demasiado cerca para su gusto.

 

—Solo digo que la casa es grandísima. ¿Por qué mis amigos y yo no podemos ir a mi habitación y tú puedes trabajar en el comedor, o en tu oficina, o junto a la piscina? No te molestaremos.

 

—Oh claro, como Tiny no me molestó anoche. Ya basta que lo hayas traído a él aquí, pero ahora traes a más personas a donde no pertenecen.

 

Peter y Ned se movieron incómodos ante el comentario implícito. O tal vez fue la incomodidad de la situación. Flash ciertamente se sentía humillado por la acusación en el tono de su padre. Solo quería que su padre fuera razonable.

 

—Vete a otro lado, o te quitaré el auto, ¿me entiendes?

 

Flash tragó saliva antes de responder—: Sí, señor, te entiendo.

 

Sin decir una palabra más a su hijo, el Sr. Thompson se puso el móvil en la oreja y comenzó a hablar con uno de sus socios comerciales.

 

—Hola. Sí. Estoy en casa ahora mismo.

 

Su padre salió de la habitación a toda prisa, y Cinzia lo siguió, no sin antes darle a Flash una sonrisa comprensiva.

 

—Es hombre ocupado. No sientas mal —dijo suavemente antes de cerrar una de las puertas gigantes del comedor.

 

Los Lanzarredes se quedaron sin palabras por la sorpresa, mirando nerviosamente a Flash como si fuera una taza de porcelana que no querían romper.

 

Flash estaba demasiado avergonzado para mirarlos por un breve momentito. Necesitaba recuperar su encanto, imagen despreocupada, pero se sentía tan avergonzado de que su papá lo estaba echando justo en frente de las personas con las que se había metido durante años. Era karma, supuso. Eso era lo que lo hizo sentir aún peor: saber que se merecía un poco de su propia medicina. Y ahora Peter, Ned y MJ tendrían algo de qué reírse de él por el resto de su vida.

 

—Así que… —los ojos de Flash se dirigieron bruscamente hacia Peter, quien hablaba en voz bastante alta— ¿…quieres conocer al Sr. Delmar ya?

 


 

El timbre de la puerta sonó cuando Peter abrió la puerta de la rotisería para sus Lanzarredes. Los cinco adolescentes se dispersaron rápidamente por la tienda, en busca de dulces y tentempiés.

 

Flash corrió a Peter, que estaba cogiendo algunos gusanos de goma de un estante.

 

—Estoy bastante seguro de que casi nos atropellan cuando cruzamos la calle —dijo Flash, paranoico. No estaba lidiando bien con el barrio pobre.

 

Peter rió por lo bajo—. No, el auto estaba a unos cuantos centímetros de distancia.

 

Se rió aún más fuerte ante el rostro de Flash.

 

Oh, me alegro de que te estés divirtiendo con esto —espetó Flash—. ¡Pero tu vecindario es una trampa mortal! Coches por todas partes, gente espeluznante en la calle con gafas oscuras y estuches de guitarra que probablemente estén llenos de armas. Un hombre parecía que no se había bañado en días. ¡Está sucio! Esta parte de la ciudad es asquerosa. O sea, solo mira la suciedad insalubre en este lugar. Este es un lugar de comida por el amor de Dios. Jesucristo, ¿eso es un gato?

 

Peter se rió nuevamente, apoyándose contra el mostrador para hacerle cosquillas al gato gordo que yacía ahí—. Este es Murph.

 

La mandíbula de Flash cayó al suelo—. ¡No lo toques! —gritó, tirando de la mano de Peter—. ¡Vas a pillar la rabia!

 

—Hola, Sr. Parker —saludó el hombre detrás del mostrador. Acababa de regresar del fondo de la sala con un trapo en la mano.

 

—Hola, Sr. Delmar.

 

—¿Número cinco? —preguntó y Peter asintió. Flash miró entre los dos como si estuvieran compartiendo códigos secretos.

 

—Ya viene. ¿Quién es tu amigo?

 

—Eh, este es Flash. Estamos trabajando en un proyecto juntos.

 

—¿Usted es el dueño aquí? —preguntó Flash, levantando una ceja.

 

—Sí. ¿Quieres un sánguche?

 

—No, gracias.

 

—Vale. ¿Estás seguro? Los mejores sánguches de Queens.

 

—Estoy seguro. Así que es el dueño de esta rotisería, ¿eh? ¿Sigue las pautas federales para las normas de seguridad y alimentos?

 

—Vaya. Lo siento mucho —murmuró Peter, dándole al Sr. Delmar sus mejores condolencias.

 

—En serio. Hago una pregunta importante aquí. ¿Almacena la carne Deli en la heladera a aproximadamente cinco grados o menos? ¿Utiliza una solución desinfectante para limpiar superficies que entran en contacto con alimentos? ¿Y qué hay de este gato? ¿Sabe cuántas enfermedades portan los gatos?

 

—Peter, sácalo de mi vista ahorrita.

 

—Lo entiendo —dijo Peter, ya tirando del brazo de Flash.

 

—¡Espera! ¡Hey! —Flash luchó, pero Peter logró alejarlo lo suficiente del mostrador antes de soltar su agarre de hierro.

 

—Maldita sea, te creció un poco de músculo —murmuró Flash, estirando su brazo adolorido.

 

Liz se acercó con una bolsa llena de dulces—. ¡Este lugar es genial! Me encanta la cantidad de cosas que tienen para ofrecer.

 

—Gracias. Puedes comprar un sánguche si quieres. El Sr. Delmar tiene una amplia variedad.

 

—¡No te sometas a los sándwiches con pelo de gato! —gritó Flash y Peter se tapó la boca con una mano.

 

—Flash, calma —Flash le dio un manotazo con saña.

 

—¡Esa mano tocó a un gato!

 

—¿Qué tienes en contra de los gatos?

 

MJ y Ned regresaron con sus sánguches y selecciones de papa fritas.

 

—Tipos, todo pago yo —dijo Liz, sacando su tarjeta de crédito.

 

Las cejas del Sr. Delmar se alzaron y le echó una mirada a Peter—. Así que no son de aquí, ¿verdad?

 

—Nop —Peter sonrió y agradeció a Liz por pagar de todos modos, incluso si todos normalmente pagan en efectivo.

 

Mientras los Lanzarredes avanzaban por la calle, Liz siguió el consejo de Peter y metió su billetera en el bolsillo de sus jeans en lugar de su bolso. Lo único que calmó los temores de Flash de ser asaltado fue pensar en Spider-Man protegiendo a Queens. Gracias a Dios por ese héroe trepamuros.

 

Fue casi unánime que los Lanzarredes iban a ir a la casa de Peter. Él era el único que quedaba con un lugar a donde ir.

 

La caminata hasta la casa de Peter tomó un millón de años, pero Flash disfrutaba escuchando cantar a Ned. En un momento, Ned se detuvo en medio de la vereda y realizó una danza de la lluvia porque quería que lloviera para el jardín de su madre. Era un idiota, pero a Flash le daba igual.

 

Cuando por fin llegaron al apartamento de Peter, estaban sin aliento por cantar canciones de Journey a todo pulmón, sin vergüenza. Las mejillas de Ned estaban rojas y su pecho palpitaba por el esfuerzo que le tomó tocar las notas altas.

 

Flash nunca antes había visto el apartamento de Peter. ¿Por qué lo habría visto? Pero el exterior era hermoso, con arbustos recortados y coloridos macizos de flores que bordeaban la vereda.

 

Para alguien que vivía en un barrio de mierda, Parker tenía la suerte de tener un bonito apartamento. De nuevo había un sabor amargo en la boca de Flash. Era el mismo sabor que tenía en el colegio antes de intimidar a Peter.

 

El interior del apartamento de Peter era incluso mejor que el exterior. Claro, era pequeño, pero era pintoresco. A diferencia de la casa de Flash, donde una persona podía perderse, la de Peter en realidad se sentía como un hogar. Fotografías familiares y muebles acogedores rodeaban las paredes bien pintadas.

 

—Hola, May —saludó Peter a su tía, que estaba cortando algo en la cocina de espaldas. Y santa vaca, ella era joven y sexy. De acuerdo, tal vez no tan joven, pero es tan delgada y curvilínea, y tenía este largo cabello castaño sedoso. Flash sintió que se le revolvía el estómago. Claro que Parker tendría una tía buenísima. Por supuesto. ¿Por qué no?

 

—Hola, cariño —respondió May, corriendo hacia el fregadero—. Estás en casa temprano. Pensé que ibas a trabajar en un proyecto con tus amigos.

 

—Sí, pero necesitamos un lugar para trabajar. ¿Pueden mis amigos quedarse aquí?

 

May se dio la vuelta y cuando vio que el grupo detrás de su sobrino, se estremeció con fuerza, enviando sus verduras picadas volando al suelo.

 

—¡Oh, hola! —Se rió nerviosamente.

 

—Perdón por no advertirte —El rostro de Peter se retuerce por el bochorno.

 

—Oh no, está bien. Está bien. Estoy feliz de que hayas traído a casa algunos amigos por fin.

 

—¡May! —graznó Peter. ¿Así que al pequeño Parker le preocupaba que ella lo avergonzara? Eso parecía ridículo, especialmente después de lo que le había pasado a Flash. Nada podría superar esa humillación con su padre.

 

—Perdón —dijo May—. Así que, ¿cuál es este proyecto en el que estás trabajando?

 

—Oh, ya sabes… ¿Cosas de ciencia? —dijo Peter interrogativamente, mirando a MJ y Ned en busca de ayuda. Estaban demasiado ocupados mirando las fotos de bebé que cubrían la repisa de la chimenea.

 

—Hablando de proyectos, ¿qué estás haciendo? —preguntó Peter, acercándose a la cocina ahora.

 

—Oh, bueno, decidí tomar una clase de sushi…

 

—¿Por qué?

 

—…y estoy haciendo un rollo de dragón picante.

 

—Mmm —dijo Peter, sonando aterrorizado. Por la forma en que olía el apartamento, Flash también estaba aterrorizado.

 

Detrás de ella, algo comenzó a chisporrotear de la olla en su estufa y May jadeó.

 

—¡Ay! —gritó, apagando la hornalla y rápidamente tratando de atrapar el agua que se desbordaba.

 

—¿May? ¿Quieres pedir pizza en lugar de eso?

 

—Oh, sí —May asintió rápidamente—. Eso sería genial.

 

—Okey, voy a pedirla a mi habitación una vez que todos decidan lo que quieren.

 

—Okey, gracias, muchacho. Voy a estar aquí limpiando. Oh, sí, voy a limpiar mucho —murmuró, mirando su desastrosa cocina.

 

Peter condujo a los Lanzarredes a su habitación como un perro emocionado. Flash cabeceó con cariño.

 

—Extraño la terrible cocina de tu tía —Ned se rió mientras se sentaba en la cama doble de Peter.

 

—Sí, pero está mejorando un poco. Hizo increíbles espaguetis anoche —dijo Peter—. Así que, ¿qué quieren en su pizza?

 

MJ, Liz y Flash estaban ocupados cerca de la puerta, arrastrando los pies con torpeza en la habitación extremadamente pequeña que le parecía a Flash más una jaula de jerbos que un dormitorio.

 

Una vez que todos estuvieron metidos dentro, Liz se sentó en el suelo y dejó el papel—. Umm… ¿Me gusta el pepperoni?

 

—Sí. Yo también —dijo Ned—. Con olivas negras.

 

—¿Mitad de pepperoni, mitad de pepperoni y olivas negras? ¿Suena justo? —preguntó Peter.

 

Todos hicieron ruidos de acuerdo mientras continuaban desempacando los artículos que trajeron.

 

La habitación de Peter era como Flash esperaba. Mucha de su ropa estaba tirada debajo de su cama y en el suelo, esparcida por todas partes. Había estanterías cubiertas de libros. Había figuras de acción de Star Wars en exhibición, una pequeña caja de TV vieja en la esquina de su habitación, y algún tipo de tecnología retro también. Parecía sacada de la década de 1980. La única cosa copada que Parker tenía en su habitación era una gorra y otra mercancía de los Mets.

 

Liz estaba examinando los estantes, sonriendo ante una foto del pequeño Peter sentado entre sus tíos.

 

—Esta es linda —susurró.

 

—Oh —Peter se puso de un tono rojo oscuro—. Eh… sí… um… —El pobre ni siquiera podía unir sus pensamientos.

 

—Tengo una foto del equipo de decatlón en mi habitación —soltó MJ, como si la situación no pudiera volverse más incómoda. Pero tal vez estaba tratando de evitar que Peter se avergonzara; Flash no podía decirlo.

 

—Qué bien —tartamudeó Peter, viendo como MJ le guiñaba un ojo.

 

—¿Cuánto tiempo has vivido con tus tíos? —preguntó Liz, sin dejar de mirar algunas de sus fotos. Sus uñas rosadas trazaron el contorno de un marco de fotos con Peter con un sombrero de pirata parado junto a un hombre alto que Flash supuso que era su tío.

 

—Desde… eh… desde que tenía s… seis.

 

—Guau. Re joven. Así que, ¿tus padres murieron? Digo, supongo que sí. Lo siento —Liz estaba pensando en voz alta a medida que hablaba—. Pero tu tía parece realmente genial. Tienes suerte de tenerla.

 

—Estoy de acuerdo —dijo Peter.

 

—Estoy seguro de que tu tío también es genial.

 

Tanto Ned como Peter parecían como si Liz les hubiera disparado en el pie. Rápidamente, agachando la cabeza, Peter permaneció encorvado en su cama, solo se veía la parte superior de su cabeza.

 

—Su tío era realmente genial —susurró Ned—. Pero ya no está.

 

—¿Está de viaje de negocios o algo así? —preguntó Flash.

 

—No, está muerto —susurró Peter, los ojos pegados a sus pies.

 

—Dios mío —dijo Liz en pánico—. Oh, lo siento mucho. No lo sabía.

 

—Está bien —Peter levantó ligeramente la barbilla, pero mantenía la mirada baja—. Es difícil hablar de eso porque sucedió muy recién y… No me gusta hablar de eso.

 

—Lo Entiendo completamente —Liz se apresuró a tranquilizarlo—. Pero tu tía. Es tan dulce que deberíamos hablar de ella.

 

Buena jugada, Liz. Distraerlo con otra cosa.

 

Por fin, Peter volvió a mirarlos a todos—. Sí —Sonrió—. Ella es la mejor.

 

—Mi mamá nunca me deja comer pizza —comentó Liz casualmente.

 

—¿Por qué no? —preguntó Ned.

 

—Oh, la pizza engorda. Arruinaría mi imagen.

 

—¿Tu imagen de reina del baile? —preguntó de aclaración y Liz asintió.

 

—¿Por qué? —presionó MJ.

 

—Mi mamá era la reina del baile de bienvenida cuando iba al colegio. Es lo que la ayudó a ingresar a una gran universidad por muy poco dinero.

 

—Guau. Re copado. No sabía que ofrecían becas para las reinas del baile.

 

—Se trata de la reputación. Las reinas del baile hacen caridad y son voluntarias, y siempre son positivas y amables. El material perfecto que las universidades quieren en sus solicitudes. Ha sido mi plan desde que era pequeña.

 

—¿Era tu plan o el plan de tus padres? —preguntó MJ sin rodeos.

 

—Perdón, ¿qué?

 

—¿Ir a una universidad increíble? ¿Siempre ha sido tu plan? ¿O tus padres te dijeron que eso es lo que tienes que hacer?

 

Liz se quedó inmóvil. Fue como si el impacto de las palabras de MJ hubiera sacado cada bocanada de aire de sus pulmones, y se quedó ahí luchando por exhalar, inhalar o hacer cualquier cosa.

 

—Creo que deberíamos ponernos a trabajar —decidió decir Flash en un intento de cambiar de tema. Además, realmente necesitaban trabajar.

 

Peter pidió tres pizzas: una con queso, otra con medio pepperoni y olivas negras y otra con piña y jamón para Ned.

 

Sentada en el borde de una silla de plástico, MJ se inclinó sobre su escritorio y vació su mochila llena de lápices, gomas de borrar y pintura. Cogió una hoja de papel y empezó a diseñar.

 

Peter le dio una idea de boceto que tenía y dejó que Liz la revisara.

 

—Me gusta «Ultrasecreto» en grandes letras rojas, pero creo que debería ser más pequeño que «Conoce a tu reina secreta del baile».

 

—Creo que es demasiado largo. Prueba: «Reina secreta del baile revelada» —sugirió Flash.

 

—Oh, sí, podemos hacer una lista de viñetas. Digamos: «ubicación secreta en el auditorio después de la escuela, bebidas y bocados gratis, ver actuar a la banda de música, participar en una competencia de espíritu y ver a Liz Allan, la reina del baile».

 

—Así que, ¿queremos tu nombre en el volante?

 

—¿Bromeas? Claro que sí. Quiero que todos sepan que esta manifestación es para que la gente vote por mí. Quiero que el nombre se quede.

 

MJ rápidamente escribió algo como un borrador. Cuando Liz le dio el visto bueno, se puso a trabajar.

 

A medida que su mano se movía de forma casi automática, elegante y perfecta, MJ creó ciertas cualidades estéticas que fueron notables para capturar en un lenguaje visual bidimensional. Flash observó con asombro cómo usaba varios elementos —formas, líneas y texturas— para crear un retrato realista.

 

Las letras estampadas en negrita roja eran tan precisas como la fuente de una computadora. Combinó las palabras para que pareciera que estaba en una hoja de papel que sostenía una mujer. Esta mujer estaba triturando el papel, pero antes de que pudiera triturarlo por completo, había una lista con viñetas donde agregó el lugar, la fecha y la hora junto con todo lo demás que mencionaron sus amigos, como las bebidas y los bocados gratis.

 

—¡Dios mío! —chilló Liz, saltando arriba y abajo—. ¡Me encanta! ¡Me encanta!

 

—Guau, tienes mucho talento, MJ —Tan pronto como lo dijo, Peter se sonrojó y miró sus pies.

 

—¿Soy qué? —preguntó MJ, levantando una ceja.

 

—Tiene razón. Eres increíble —dijo Ned, mirando por encima del hombro—. Deberías pensar en convertirte en artista.

 

MJ rápidamente negó con la cabeza—. No, no tengo talento.

 

—Sí, lo tienes.

 

—No, no lo tengo.

 

Flash juntó las palmas—. Está bien, niños. Basta.

 

—Cállate, Eugene —espetó MJ.

 

—¡Oye! Solo digo que creo que deberías aceptar el cumplido —dijo mientras desenvolvía el cargador de su portátil y se inclinaba para enchufarlo.

 

—Nadie me halaga nunca —Sus ojos se dirigieron a su dibujo, vacíos.

 

—Bueno, la gente debería. Te lo mereces —dijo Peter con más confianza de lo que Flash había escuchado de él.

 

Mientras Flash enchufaba la portátil, notó que algo rojo sobresalía del fondo del armario de Peter.

 

—¿Qué es esto? —preguntó en voz alta, pero antes de que pudiera tirar de la tela, Peter saltó y golpeó su cuerpo contra la puerta del armario.

 

—¡Nada! —gritó, pateando la tela roja debajo de su armario y jadeando como si hubiera corrido una maratón. Lentamente, Flash se levantó de su posición inclinada.

 

—Tipo… ¿cuál es tu problema?

 

—No toques mis cosas, ¿okey? —dijo Peter con firmeza.

 

—¿Por qué? ¿Qué es eso, una tanga o algo así? —Flash se rió, pero Peter se mantuvo firme contra la puerta del armario, negándose a moverse.

 

—No toques mis cosas.

 

—Está bien —Flash levantó las manos y se acercó a la cama donde estaba sentado Ned. Le entregó a Ned su computadora portátil y abrió una bolsa de pretzels.

 

—Tu amigo tiene problemas.

 

—Vamos, tipos, tenemos que enviar este email hoy —explicó Ned—. Así que MJ, prepara tu lápiz digital porque vamos a necesitar tu ayuda.

 

Los Lanzarredes se apiñaron alrededor de la pequeña portátil y se pusieron a trabajar.

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