Milagro

3 y 31 de agosto.

Pasaron de ser dos de sus fechas más amadas y esperadas, a ser las que le causaban un dolor insoportable. Aunque no quería, todavía podía recordar cómo ambas fechas se convirtieron en algo tan especial y doloroso a la vez.

El día en el que nació su cachorro… y el día que lo perdió. La fecha de cuando todo se arruinó, lo perdió todo y aprendió la mayor lección de su vida: No jugar con el multiverso.

Él sabía, aunque Lyla jamás se lo hiciera saber, que ella era quien le aislaba de los demás Spiders durante esas fechas, que era ella quien evitaba que los demás le vieran en ese estado; nunca le admitiría directamente lo mucho que valoraba lo que hacía por él esos días.

Aun si muchos podrían pensar que Lyla le perjudicaba y solo ayudaba a que siguiera dañándose, él no podría estar más en desacuerdo. Sí, le dolía, sufría cada vez que volvía a ver esas grabaciones; pero aun con toda esa tristeza él deseaba ver, recordar, apreciar aunque sea en un vídeo a su bebé.

Lyla tenía un patrón cuando esas fechas llegaban, prohibía el acceso a sus aposentos personales y transfería cualquier llamado directo hacia él a ella, dejando muy en claro a todos que NO debía ser molestado, a menos claro que quisieran sufrir las consecuencias.
Sonaba exagerado, pero ya más de una vez algún que otro había ignorado a Lyla he intentado hacer lo que quisieran… eso tuvo resultados no muy buenos.

Hace mucho tiempo, cuando apenas había pasado un año de la perdida de Lucas, él no sabía qué hacer; encerrado en una antigua habitación en quien sabe qué dimensión a la que logro llegar, solo lloró, grito, y dejo que su omega se hiciera cargo de liberar su dolor.
Él no tenía idea de que Lyla guardaba esas grabaciones, pequeñas cosas caseras que hizo esperando poder dárselas en un futuro a su cachorro, cuando esté estuviera en espera de los suyos propios. Muchos podrían considerarlo un cuento de viejas, pero él estaba seguro de que su niño sería un omega como él; su madre le había enseñado que las Alfas y los Omegas podían predecir el género secundario de sus cachorros, muchos no creían eso por lo poco científico que consideraban el solo guiarse por un olor de la infancia. Aunque bueno, de todas formas a ellos siempre se les había considerado más salvajes que una persona “normal”.

Su antigua dimensión fue única; cuando Lucas solo llevaba meses desaparecido, y Lyla y él lograron crear un reloj que fuese más estable, viajaron por cientos de dimensiones buscando una similar a la suya, con la esperanza de que él hubiese sido transportado a una con características similares… Nunca encontraron una que compartiera el mismo sistema que la suya, no existían las Alfas ni los Omegas, no había castas en ninguna otra dimensión.

Lo intentaron por años, buscando cada vez con más desesperación un lugar familiar en dónde Lucas podría estar, con habitantes que compartieran una característica tan importante en su biología. No tuvieron suerte.
Toda su búsqueda quedó en el limbo cuando tuvo que aceptarlo, su hijito… ya no existía. Aun si Lucas hubiese llegado a una dimensión en la que pudiese convivir con los demás, no podría durar demasiado sin un reloj que estabilizará sus moléculas.

Ni él ni Lyla querían aceptarlo, aun habiendo visto con sus propios ojos las consecuencias de estar demasiado tiempo en un sitio que era incapaz de aceptar tus células. De estar en donde no pertenecías. Y aunque ninguno quisiese siquiera pensar en que Lucas pudiera pasar por ese doloroso proceso, tuvieron que hacerlo luego de tantas búsquedas infructuosas.

Todavía recordaba claramente como Lyla se había negado a dejar de buscar, aun cuando él ya estaba cansado, harto de seguir en una búsqueda que jamás daría frutos.

"Estaba cansado, tan cansado de todo, de buscar y no obtener resultados, de intentar mantener la esperanza y ser optimista. Porque así debe ser Spiderman ¿no?, siempre creyendo de forma positiva que todo se puede lograr; lamentablemente, se estaba hartando de todo esto.
Fingir estar animado cada vez que se embarcaban en un nuevo rastreo, soportar las constantes miradas de pena que Lyla le dedicaba cada vez que regresaban sin nada, aguantar sus, sin malas intenciones, palabras de aliento; convencida estaba ella de que pronto encontrarían algo.

Ambos se habían negado a ver la realidad; pero ya no más. Ya no podía seguir soportando esta mierda.

-¡¡Miguel!!-Y aquí viene otro intento... ya no puede aguantar más- ¡He encontrado una dimensión, tiene rastros de una apertura dimensional! Apresurate, estoy segura de que encontraremos algo esta vez, prepararé un portal a la Tierra-16-.

-No Lyla, no iremos-No quiere hacer esto- Ya es hora de que aceptemos la realidad.

-¿Q-que?-No puede soportar su mirada, llena de decepción- ¿Cómo puedes decir eso?

-Es la realidad Lyla, dolorosa, pero hay que continuar... Lucas está muerto, y yo no puedo seguir fingiendo que no es así, manteniendo una chispa inútil de esperanza en que por algún milagro logremos encontrarle. Sabemos más que de sobra lo que sucede, lo hemos visto, quienes dejan sus dimensión están condenados a perecer-Duele, su Omega está gritando, cree que su cachorro aún vive. Debe poner fin a esto.

Ni siquiera debe verla para saber que piensa, ella está conteniendo sus ganas de gritar, de hacerle recapacitar. Se va en un parpadeo y está consciente de que no querrá verle pronto.

Duele"

Lyla estuvo semanas sin dirigirle la palabra, solo cumplía con sus órdenes y desaparecía a continuar su búsqueda personal, ambos conscientes de que el otro lo sabía, simplemente ya Miguel no tenía fuerzas para detenerla, si ella quería continuar con esto se lo permitiría. Pronto vería la realidad.

-Miguel-Que extraño era volver a escuchar su voz luego de tanto tiempo callada- Se que sabes lo que estoy haciendo, soy consciente de que ya no quieres seguir y... voy a respetar eso.
-Ya no seguiré buscando a Lucas.

Para muchos lo que el sintió en ese momento sería considerado como una traición hacia su hijo, pero no pudo sentir más que alivio. Al fin todo había acabado, ya no tendría que estar noches enteras pensando en su bebé, en si estaría bien, si era feliz, si... estaba vivo.
Nunca dejaría de doler, podía sentir como su Omega aullaba de la rabia, como le recriminaba que estaban abandonando a su cachorro, pero le ignoro.

Siempre se preguntaría porqué todo esto había pasado, pero ahora ya no sería una duda que le comiera por dentro día y noche.

Lucas podría descansar en paz... y él también.