ANOMALI4 (MIGUEL O'HARA X OC)

Spider-Man: Spider-Verse (Sony Animated Movies)
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G
ANOMALI4 (MIGUEL O'HARA X OC)
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Summary
"Bien, esto no era lo que había planeado en lo absoluto. Simplemente estaba buscando como regresar a mi universo cuando ¡sorpresa! Me topo con un spiderman que aparentemente está en esteroides. Al menos está guapo" –Cam"Esta anomalía es un dolor de cabeza ¡simplemente lo es! por cada segundo que paso a su lado y de su estupidez siento que pierdo neuronas. En fin, nos... bueno, me conviene tenerla de aliada" –Miguel
Note
El fic será publicado tanto en Wattpad (CamH4ra) como en AO3 (CamH4ra también), y tanto datos como videitos serán publicados en mi TikTok (CamHara ((de nuevo)).Disfruten ^^
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¡CARAJO!

Universo 17B. México, Zona Arqueológica de Teotihuacan, Pirámide del Sol. Año desconocido. 3:36 AM.

En medio de la oscuridad en el interior de la edificación más grande de Teotihuacán, un ruido extraño, parecido a un rugido distorsionado, interrumpe la tranquilidad de la zona. 

Hacía mucho tiempo que alguien ponía un pie dentro del piso sagrado del interior del templo. Hacia mucho tiempo desde que la humanidad se había extinguido en este universo, dejando únicamente a los animales reinando sobre la faz de la tierra y permitiendo que la vegetación creciera por todo lo que alguna vez había sido construído por la mano del hombre.

 

Una luz de color morado oscuro es la única fuente de iluminación, los animales que ya se habían asentado dentro de las pirámides corren despavoridos por la intrusión de su paz. Nunca habían visto algo así.

La luz pronto toma forma, y parece ser un portal, porque de ahí sale una mano blanca con uñas negras semejantes a garras, parece estirarse y buscar algo de que apoyarse para poder salir completamente del portal; logra sostener una enredadera y con esta agarra impulso para poder salir por completo.

 

Al salir se tropieza, cayendo de cara al suelo, pero para evitar vergüenzas a pesar de que no hubiera nadie ahí, se levanta y se sacude el polvo de las rodillas. 

A aquella persona no se le podía ver el rostro, estaba usando una capa de una tela negra y remendada que cubría aproximadamente un 70 porciento de su cuerpo. Pero juzgando por su expresión corporal, parecía estar en un estado de confusión, ya que veía a todos lados con desconfianza.

 

El ser saca un libro de un costado de su cuerpo, la portada estaba llena de antigüos dibujos de importancia religiosa para las civilizaciones prehispánicas, y se detiene unos segundos para leer la información de una página para detenerse después de unos segundos y suspirar.

 

Base de la sociedad arácnida, Nueva York. Año desconocido, 7:13 PM.

 

–...Bien, eso sería todo por hoy, creo que ya puedo darme el descanso que merezco. – En el laboratorio oscuro y repleto de pantallas que iluminaban suavemente la zona de un tono anaranjado, estaba la imponente figura del Miguel O'Hara, dando un suspiro de cansancio después de haber lidiado con la organización de su proyecto para crear una sociedad de las diversas variantes de spiderman.

 

Tenía una expresión de cansancio, pero al mismo tiempo de satisfacción, había sido un día productivo después de todo, y todos los spiderman que trató de reclutar, accedieron a unirse a su sociedad, lo cuál era genial.

Con un bostezo y estiramiento, estaba listo para dar por terminado su día pero claro, el universo parecía no estar de acuerdo con esa idea. Su GIZMO empezó a parpadear, en señal de que estaba recibiendo una llamada y no le quedaba de otra más que contestar; se alegró un poco de ver que era SpiderLego el que le llamaba, ya que usualmente siempre le traía buenas noticias o información que si tiene importancia en realidad. 

 

–¡Miguel! Es una verdadera pena molestarte pero... ¡mi proyecto para detectar anomalías funciona! Y... Pues se  está activando en este momento. – En parte era agradable escuchar la noticia de que su invento estaba funcionando, pero por otra parte sabía que eso implicaba tener que lidiar con la anomalía.

 

–Bien. Gracias SpiderLego, no te preocupes, voy a ocuparme de eso. – Ir y regresar, una misión rápida y sencilla. O bueno, eso es lo que quería creer. Rápidamente programó su reloj y activó su traje para así abrir el portal que lo llevaría al universo donde se encuentra la anomalía.

 

En el momento en el que cruzó el portal se encontró con un ambiente raramente confortante, la vegetación crecida y la falta de ruido más que de la naturaleza era algo a lo que podía acostumbrarse perfectamente; Miguel enfocó su visión para pronto encontrarse de espaldas a lo que parecía ser la anomalía.

 

Sus pasos alertaron a quien sea que estaba ahí, causando que diera un salto de sorpresa y volteara a verlo. –¿¡Quién eres?! – Bramó, no quería asumir cosas pero era difícil deducir su género por su voz, ya que sonaba ronca como si aquel persona estuviera enferma de gripe.

 

–Lo mismo me pregunto; pero no estoy aquí para contestar tus preguntas. – Aunque no era intencional, a veces su tono y palabras salen de manera más hostil de lo que planeaba. –Vine porque tú no deberías estar aquí, este no es tu universo–

 

–Que esté aquí no es de tu incumbencia. – Sisea, definitivamente el ambiente se estaba empezando a tornarse hostil, cosa que a Miguel no le agradaba, quería evitarse la parte de la pelea pero parece que las cosas estaban a punto de desarrollarse de esa manera.

 

–De hecho lo es, no puedo dejar que algo como tú esté saltando de un universo a otro, aparte de que no sé como es que lo estes haciendo... Pero de una cosa estoy seguro, te tienes que detener antes de que afectes la realidad de uno de esos universos. – Sus palabras parecían confusas para la persona encapuchada ¿De qué carajos estaba hablando? Bueno, no era como si le importara de todas formas, además ¡Que descaro! ¿Cómo se atrevía un desconocido a decirle lo que debía hacer y lo que no? 

 

–Mira no sé quién seas pero te lo digo de una vez, no te metas en lo que no te importa... – Era una discusión sin fin, en el que ninguno de los dos le iba a ceder la razón al otro, en estos casos la opción más viable para ambos era resolver las cosas con violencia.

 

Parecía que ambos iban a atacar al mismo tiempo, el spiderman lanzó una telaraña en dirección a su oponente con el objetivo de impedir que se mueva, pero este lo esquivó, la telaraña apenas rozando un costado de su cuerpo antes de caer al suelo.

 

–No eres el ser más atlético ¿Verdad?– Los comentarios de Miguel eran como estar picando un avispero con un palo esperando por una reacción. Lo único que obtuvo como respuesta fué un gruñido gutural que no sonaba muy amigable.

 

Debajo de la capucha se empezó a escuchar un ruido extraño, como el de huesos crujiendo, podía ver que el cuerpo parecía convulsionarse y estaba empezando a preocuparse de que haya causado daños severos a su oponente; pero por fortuna (o por mala suerte) se empezó a parar de nuevo, Miguel dió un suspiro de alivio pero este no duró mucho. No cuando vió como el ser empezó a tornarse más y más grande, más grande que el incluso y eso ya era decir bastante.

 

Lo que sea que tuviera enfrente parecía peligroso, sus manos pronto se convirtieron en garras y un espeso pelaje café y largo empezó a cubrir el cuerpo de su enemigo, debido a su nuevo tamaño la capucha se bajó, revelando a una especie de creatura semejante a un coyote, pero en vez de rostro tenía la parte frontal de un cráneo de canino; Miguel vió con una especie de horror a la bestia enfrente suyo, vió directamente al espacio vacio dónde los ojos deberían estar, pero esos hoyos oscuros y profundos le devolvieron la mirada.

 

No tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió un golpe en el estómago, en momentos como este hubiera querido tener el sentido arácnido que la mayoría de sus variantes tenía ¿En qué momento esta bestia se había movido tan rápido como para atacarlo? Pues no importaba, tenía que actuar rápido y ya luego pensaría sobre las habilidades sobrenaturales de este ser.

 

La bestia parecía tener intenciones de golpearlo de nuevo, pero el no iba a permitir esto, esta vez evadió el golpe y aprovechó el momentum de aquel ser para saltar y provocar que este se fuera de bruces hacía enfrente, y esta vez no cayó por completo, simplemente se desequilibró un poco antes de recobrar la compostura; pero para ese momento Miguel ya estaba listo, lanzó una telaraña para agarrar su tobillo y así provocar que este cayera.

 

Lo logró, cuando la bestia cayó al suelo el suelo retumbó, pero eso no era suficiente para detener a este ser, viendo que tu telaraña estaba sosteniendo su tobillo, agarro de la misma y la usó para acercar al hombre de repente, cuando estaba lo suficientemente cerca aprovechó la oportunidad para darle un cabezazo, ambas partes quedaron aturdidas por esto pero el coyote parecía recuperarse más rápido del aturdimiento.

 

Este gesto había irritado más a Miguel, al parecer la maldita cosa sabía como pelear y aprovechar su entorno a su favor, pero el también sabía hacer lo mismo. La ira estaba empezando a cegarlo, y era en esos momentos donde dejaba de medir un poco su fuerza.

 

Se lanzó con un impulso a su oponente, yendo directamente por su cuello para sujetarlo a la fuerza en el suelo, la bestia gruñía y lanzaba zarpazos al aire, de manera inútil ya que el spiderman esquivaba sus rasguños.

 

Levantó el puño y le soltó un puñetazo en la cara, el cráneo que tenía por rostro crujió ante la fuerza aplicada y la creatura soltó un alarido de dolor; pero al igual que Miguel el dolor solo aumentaba más su ira.

 

Con las patas traseras le encestó un golpe en el estómago, sacándole el aire y mandando a volar a Miguel antes de que chocara con una pared y cayera al suelo, se recuperó rápidamente del impacto al mismo tiempo que la bestia lo hacía; ambos se aproximaron para empezar a lanzarse puñetazos y patadas en un intento para lastimar al oponente.

 

–Carajo, carajo... Esta maldita cosa es buena peleando... – Miguel pensó al mismo tiempo que le soltaba un puñetazo en la quijada al coyote, cosa que lo tiró al suelo de nuevo. –...¡pero ya es suficiente! – Le lanzó una telaraña al hocico; no iba a admitirlo pero el tamaño de esos colmillos eran su máxima preocupación y de cierta manera eran aterradores.

 

Pero esto parecía enojar más al ser, que aún gruñendo y con dolor encontró la manera de acomodarse y morder la pierna de Miguel, provocando que este perdiera el balance y cayera al suelo con un quejido. La bestia rodó en el suelo y luego se posicionó encima de él, quitándose a la fuerza con las garras las telarañas de su hocico, lanzando un rugido que retumbó las paredes y el suelo del templo.

 

Por un momento el spiderman creyó que iba a morir, sentía que el peso de la creatura le estaba rompiendo los huesos, y pronto sintió la pata o garra gigante del ser en su cuello, lo estaba empezando a asfixiar. Este ser no le quería dar el privilegio de morir de manera rápida e indolora, quería verlo sufrir, quería ver como la vida se iba apagando de su cuerpo poco a poco.

 

En un último intento en vano, puso sus manos en la muñeca del coyote, sacando sus garras retractiles de la punta de sus dedos para rasguñar la piel, pudo sentir como las garras estaban penetrando la piel de la bestia pero esta no se inmuta, a pesar de que seguramente era un dolor inmenso; pues se a demostrado que la adrenalina puede llegar a evitar que se sienta dolor en ciertas situación, al igual que también puede proveer a una persona una fuerza descomunal, y tomando en cuenta de que este monstruo ya tenía super fuerza, era peor aún.

 

–¡Gkh-! – Intentaba respirar pero la pata impedía que el aire llegara a sus pulmones, además, la pierna donde había sido mordido dolía de una manera indescriptible, era una especie de ardor que se esparcía poco a poco por sus venas; de manera desesperada intentaba luchar con las fuerzas que poco a poco se le estaban acabando. 

 

Podía ver que en los huesos que tenía por cara, había una especie de grieta, provocada cuando ambos se dieron el cabezazo, y de esta goteaba sangre que le caía en el rostro aún cubierto por su máscara holográfica; esto le estaba dando un cierto alivio y se dió cuenta de algo... La sangre de este ser estaba curando sus heridas faciales.

 

La bestia estaba acercando cada vez más sus fauces a su cara, con la intención de arrancarle la cabeza con sus colmillos; Miguel no tenía de otra, tenía que actuar de inmediato. Dejó de clavar sus garras en las muñecas del monstruo y maniobro para desactivar su máscara, con esto permitiría que la sangre de ese ser, por más asqueroso que sea, penetrara mejor y le curara las heridas en la cara, así dándose alivio y un sentimiento vigorizante.

 

Pero la bestia en cuanto vió su rostro se detuvo, contemplando a la persona que tenía en frente como en un estado de trance y confusión. Cerró el hocico y se dedicó a mirar por unos segundos al hombre, su agarre sobre su cuello se aflojó, permitiendo que finalmente respire de manera adecuada.

 

Miguel no sabía porqué esta bestia se había detenido, pero no iba a desaprovechar la oportunidad así que con las fuerzas que estaba recuperando le soltó un puñetazo en un costado de la cara. El coyote chilló y cayó al suelo, observando aún al hombre enfrente suyo.

 

El spiderman se sentó en el suelo, claramente ya no estaba en condiciones de pelear pero al menos había detenido a la bestia; pero no se iba a arriesgar, así que le lanzó una telaraña en el hocico, muñecas y tobillos para asegurarse de que este ser bestial no pudiera moverse y volver a atacarlo. Al principio el monstruo parecía ofendido e intentaba deshacerse de sus ataduras, pero pronto entró a un estado de resignación.

 

Volteó a ver su pierna y desactivó el traje en esa parte para poder observar la herida, la mordedura era desagradable, se veía profunda y el tejido alrededor había entrado extremadamente rápido en un estado de necrosis, como si la mordedura del coyote tuviera un veneno.

 

–Carajo, carajo, carajo... –Ahora que lo pensaba, se sentía tonto. ¡La creatura lo mordió! El podría haber hecho lo mismo y así la pelea se hubiera acabado mucho antes, no sentía mucha empatía con la bestia como para que sus principios morales lo detuvieran de hacerlo.

 

Sin embargo, sabía que tenía que hacer algo o sí no perdería la pierna. Volteo a ver al coyote reposando en el suelo y habló con un tono cansado, angustiado y ciertamente molesto. –¡Ey tú! Sí ¡Sé que hablas! ¡Dime como soluciono esto!– Gritó mientras apuntaba a su pierna.

 

Se arrastró un poco para así poderle quitar con cautela la telaraña del hocico, y la creatura dió un gruñido suave antes de hablar, ahora su voz sonaba diferente, sonaba distorsionada, como si fueran diferentes voces a la vez, casi demoníaca. –¿Cómo porqué debería decirte, eh? –

 

–Ay no sé, tal vez sea... ¡Porque tú causaste esto! – El coyote intentó de romper sus ataduras solo para rodar e intentar levantarse y confrontar al hombre. 

 

–¡Tú empezaste! ¡Tú lanzaste la telaraña primero! – Bueno, en eso tenía razón, el empezó la pelea pero no era excusa como para atacarlo de manera tan brutal como lo hizo.

 

–¡Sí, y tú fuiste quien me atacó como animal! – Era una serie de gritos incesantes que no se detenían, ambos tenían un carácter del demonio y un orgullo altísimo como para admitir que estaban equivocados.

 

–¡Pues soy un animal, tarado! – Y bueno, podrían haber continuado discutiendo de esa manera, si no fuera por un grito que soltó Miguel cuando el dolor de su pierna se volvió peor.

 

–¡Nghk! ¡M-Mira! ¡Sólo dime como curo mi pierna y te dejo libre! ¿¡De acuerdo?! – Se estaba desesperando el dolor lo estaba volviendo loco; la propuesta no le parecía tan mala al ser enfrente suyo, que parecía pensar su respuesta antes de hablar.

 

–... Bien, pero lo hago solamente para que me dejes ir. – El coyote lo observó por unos segundos antes de gruñir –Pon la sangre de mi frente en tu herida, eso te va a curar. – Bueno, ya había deducido eso, pero no pensaba que iba a detener el veneno que se estaba esparciendo por su pierna.

 

De manera casi inmediata tomó con la punta de sus dedos la sangre que escurría por la grieta, y la untó en su herida buscando cubrir la marca de la mordida en su totalidad; no tardó mucho en hacer efecto y ver como el tejido negro empezaba a tomar su tono natural de nuevo.

 

–Lo prometido es deuda, araña. Desátame. – Demandó la creatura con un gruñido de enojo, ya había sido suficiente humillación. 

 

–... No lo creo. – Contestó Miguel, volteando a ver al coyote en el suelo con un gesto de enojo. –¿Sabes que pasará si te dejo ir? ¡Quién sabe a cuanta gente vas a lastimar si te pongo en libertad!–

 

–¡Maldito imbécil, teníamos un trato!– La bestia estaba más que enojada, se retorcía mientras intentaba romper sus ataduras.

 

El spiderman observó al monstruo por unos segundos antes de levantarse y darle la espalda, preparándose para abrir un portal y así poder trasladar a la anomalía a una celda confinada donde no pudiera escapar.

 

Pero para su sorpresa, cuando volteó a ver a donde estaba el coyote, este había desaparecido. Las telarañas estaban intactas, no las había roto ¿Entonces cómo carajo había escapado?... ¡Claro! ¡Qué imbécil! ¡La maldita cosa se había transformado de humano a bestia y había aumentado su tamaño, si se transforma

ba de nuevo las ataduras serían demasiado grandes para mantenerlo atado! 

 

–¡Carajo! ¡Me lleva la chingad...! –

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