Día 3. Aroma

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Día 3. Aroma
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Summary
Después de la guerra contra Thanos Steve tiene que seguir con su vida, sin su esposo.

No hay nada como despertarse por la mañana con el aroma a café inundando tus fosas nasales, o eso pensaba Steve qué todos los días despertaba con ese olor rodeándolo, deseándole un buen día. Por rutina pegaba la nariz a la almohada e intentaba qué ese aroma no lo dejara, por desgracia ese olor qué le recordaba a su Omega había desaparecido de sus sábanas hace varios años.

Esas sábanas frías y desoladas lo regresaban a su realidad actual, lo hacían despertar de una pesadilla muy real. Steve intentaba volver a acurrucarse entre las cobijas y respiraba todo el ambiente qué llegaba a él con aroma café, dormitando aun imaginaba que estaba con Tony a su lado, que dormían juntos abrazados como siempre y que era su aroma el que lo rodeaba y no esa mala imitación que lograba con la cafetera programable que le había regalado Nat, ese olor que antes no solo volaba en el aire y se perdía tras la puerta, pues la fuente de ese aroma tan adictivo lo rodeaba entre sus brazos en la noche y lo embriagaba por completo cuando respiraba cerca del cuello de su omega.

Después de no poder volver a conciliar el sueño se levantaba, se estiraba y comenzaba su rutina de todos los días. Se bañaba, se alistaba y bajaba a desayunar, servía dos tazas con café una con leche y azúcar; la otra un americano bien cargado. Desayunaba como si su esposo aun lo acompañará, ponía la radio para tener ruido, aunque no se comparaba a la voz de su amado quien seguro le platicaba sobre los planes que tenía en ese día o sus nuevos inventos que le inundaban la mente. Cuando acababa de desayunar y el café en la mesa se hubiera enfriado y no desprendiera más aroma, Steve se podía de pie, lavaba los trastes y seguía con su vida. El sacrificio de el gran Iron man era algo que le calaba el alma, no solo era su esposo, era su omega, su mejor amigo y su alma gemela, sabía que algo así jamás podría superarlo, pero aun así intentaba seguir adelante, pues perder a los tuyos es parte de las letras pequeñas qué uno acepta al firmar el contrato de héroe, perder a la persona que amas era un riesgo que ambos sabían que estaban tomando cuando dijeron sus votos de amor en la boda. Pero aún así le alegraba qué su Tony, quien era tan único, tuviera un aroma tan distintivo, tan especial y tan fácil de encontrar, para poder llevarlo en su memoria todos los días al despertar.