La guerra era una de las cosas que más se valoraba en Asgard, ser un guerrero era uno de los mayores orgullos que podían existir y morir en batalla era recompensado con ascender al Valhala. Por esta veneración a la guerra surgía también una gran idealización hacia los alfas, quienes eran los principales en las filas de las tropas del reino.
Odin era la clara imagen de esto, un alfa fuerte y centrado, literalmente era el dios de la guerra y gobernaba sus tierras con justicia y objetividad, al lado de Freya quien era una reina benévola y amable, una alfa igual de justa que su marido y aunque menos interesada en temas bélicos era igual de hábil en el combate y dominaba a la perfección la magia.
Por algo todo el mundo decía que su primogénito iba a ser un digno sucesor a la corona y lo fue Thor resultó ser el alfa predilecto, fuerte, hábil, con el corazón en su pueblo y la mente en la batalla, era noble y amaba a su gente, era el príncipe perfecto a diferencia de Loki quien vivió a su sombra todo el tiempo al ser un omega al que nunca le llamó la atención la fuerza bruta ni las peleas, era inteligente, eso era innegable y pudo haber sido un gran estratega si se lo hubiera propuesto, claro no tenían el mismo rango que ser un peleador nato, pero de igual forma eran útiles en el campo y traían orgullo a su hogar, pero no, Loki prefería las ciencias, la magia, las historias, todo lo que pudiera estar en un libro, libros en los que se resguarda de la crueldad de la guerra.
Loki era una desgracia en voces de muchos, su padre no lo tomaba muy en serio y cuando comenzaron a crecer él y Thor se distanciaron, solo tenía a su madre, quien murió en un ataque del pueblo de Svartálfaheim*. La partida de Freya lo marcó y decidió buscar venganza o redención volviéndose el guerrero que el pueblo tanto le pidió que fuera, por lo que se hizo de un pequeño ejército de dragurs* y se dispuso a conquistar Midgard.
Estuvo bastante cerca de conseguirlo si no fuera por que el remordimiento llegó a él, su madre alguna vez le hizo prometer que no iba a dejar que el mundo lo cambiará, Freya sabía que su hijo era especial, por más que los demás no quisieran verlo, Loki era capaz de muchas cosas y ahora sentía que la estaba decepcionando. Detuvo a sus tropas e intentó volver a casa, pero antes de poder invocar al Bifrost un rectángulo naranja similar a una puerta apareció frente a él y de ahí surgieron dos personas que se lo llevaron a unas oficinas que supuestamente estaban en el final de los tiempos.
Al parecer había sido llevado ahí por la TVA y por haber afectado a la línea del tiempo de alguna forma que no entendía, lo sentenciaron a muerte y por más que quiso desaparecer su magia ahí no funcionaba, pensó que iba a morir, una de las cosas que más odiaba de la guerra era que podía acortar tu vida, por lo que ahora se arrepentía el doble de haber dejado de lado sus libros por intentar demostrar algo que claramente no era, él solo quería valer algo, darle orgullo a su padre y tal vez volver a ser unido a su hermano y ahora iba a morir. Era como si las nornas le estuvieran dando una lección muy drástica por salirse de sus valores y tal vez había aprendido la lección y con su arrepentimiento fue suficiente y Hamingja* se apareció ante él y detuvo su juicio, aunque ahora que su miedo había bajado se dio cuenta de que no era ella, solo era un beta midgardiano perteneciente a ese lugar que lo tenía cautivo, pero le daba igual, él se volvió su ángel de la felicidad.
Al parecer ese ángel se llamaba Mobius y había dedicado toda su vida a estudiarlo e intervino pues al parecer habían cometido un error, que él se arrepintiera no iba a traer las consecuencias que pensaban, que hubiera conquistado Midgard si. Por lo que lo dejaron volver a su realidad, pero Loki se negó, en realidad no tenía nada a qué volver y en la TVA había tanto por explorar y aprender que su mente deseaba descubrir. Lo permitieron como compensación de su error y comenzó a trabajar para ellos.
Habían pasado algunos años desde que comenzó a trabajar con aquella asociación y un día cuando llegó a su escritorio había un libro que él conocía bien, era el libro con el que su madre le había enseñado magia, lo hojeo durante un rato, deteniéndose en cada página que se veía deteriorada por el pasar del tiempo, ahí estaban todos los conceptos que había memorizado, todos los trucos que conocía y sin saberlo todos los días que había pasado junto a su madre aprendiendo también estaban guardados en esas páginas y en su memoria. En el interior de la contraportada había una pequeña nota adhesiva que explicaba el motivo del libro, “Me enteré de que B-15 tuvo que podar una línea en Asgard y le encargue esto como un favor que me debía. Sé que es importante para ti. -M” Su omega se retorció de júbilo, sabía que era probable que el beta no entendiera bien las costumbres de sus castas por lo que no debía tomarlo como algo romántico, pero una segunda nota que estaba debajo del escritorio como si se hubiera caído terminó de emocionar. “OB me está intentando enseñar sobre omegas y sus cortejos, ojala lo este haciendo bien -M (Mobius)”
Una sonrisa se instaló en el rostro de Loki, Mobius era tan tierno y la ofrenda que le había ofrecido fue lo mejor que pudo llegar a sus manos, estaba tan agradecido y complacido con el detalle que se terminó de convencer de su deducción de hace unos años. Mobius era Hamingja o al menos una variante de ella y había venido a salvarlo.