La marina era dura, todo ahí tenía que ser rápido y eficiente o no servía, Frank siempre tuvo un carácter fuerte pero ahí terminó de formarse como un alfa completo, uno que no duda, un gran líder táctico, alguien que no tiene miedo. Por algo cuando salió de ahí y se volvió un justiciero no le costó mucho trabajo hacer lo que fuera necesario con tal de limpiar la ciudad.
Con estos antecedentes cualquiera podría decir que Frank era rudo, frío e incluso agresivo y tal vez lo era, pero Matt conocía la otra parte, conocía al Frank que se despertaba temprano para tener el desayuno listo, conocía al Frank que le hablaba con emoción sobre su día y le contaba hasta el más mínimo detalle, pero sobre todo conocía al Frank con el que se acurrucaba en la noche y que antes de dormir cuando sus aromas frutales se juntaban en uno solo un leve sonido salía de su pecho, más vibrante qué un silbido, más cálido que un ronquido. Un ligero ronroneo se hacía presente en el alfa cada noche antes de quedar completamente dormido.
Ese sonido se volvió la alegría de Matt, quien se sentía cómodo y completo cuando su día terminaba con los ronroneos de su alfa, jamás le contó lo que pasaba en las noches, le gustaba guardarlo como un pequeño secreto entre él y los otros sonidos tenues de la noche. O al menos ese era su plan que se vio frustrado cuando Frank lo fue a visitar a la oficina cansado después de trabajar en la comisaría, usualmente se veía hasta la casa, pero el alfa estaba harto y cansado y solo quería ir a pasar lo que quedaba del día con su omega quien lo aceptó en la oficina con la condición de que lo dejaría trabajar.
Aunque la promesa no fue del todo cumplida, pues los dos terminaron en el pequeño sofá individual abrazados y descansando de un día agotador hasta que entró Karen para saber si Matt tenía algún avance del caso que iban a llevar y encontró a la pareja desbordante de miel, Karen soltó una pequeña risa que sacó de su ensoñación a Matt y con un gesto sacó a la mujer de su oficina quien no se fue sin antes molestar un poco a su amigo.
— No sabía que un alfa tan grandote y rudo ronroneaba como un gatito. — Si no fuera su amiga Matt ya la hubiera golpeado, pero en su lugar solo pudo reír bajito e intentar despertar a su pareja para poder ir a casa, ya entregaría luego los avances que había hecho. Pero ahora quería disfrutar por completo a su novio y a esos pequeños ronroneos que sabía que eran de verdad y no solo algo que su oído había logrado escuchar levemente cuando estaba todo calmado. Sabía que Karen iba a usar esa información a su conveniencia próximamente, pues molestar a Frank era una de sus actividades favoritas últimamente, así que quería aprovechar su secreto lo más que pudiera.