
Recomenzar
"Entre tantas falsedades, muchas de mis mentiras ya son verdades"
Después de esa noche, cambio absolutamente todo. Porque no solamente hablabas con Brittany todo el tiempo, ella había cambiado su manera de verte, de considerarte, ya no eras… una cita más. Y no está demás decir que eso te encantaba.
Comenzaron entonces sus escapadas de su consultorio a tu estudio, los desayunos improvisados y algún que otro almuerzo en un restaurant cercano. Hasta en alguna ocasión había aparecido con Bache, que hizo prácticamente un desastre en tu ordenada oficina. Ninguna de las dos sabía bien que era eso en realidad, pero se sentía de maravilla.
Habían pasado las irremediables fiestas de fin de año y te sentías bastante aliviada, nada fue tan trágico como te esperabas. Los "problemas" que la madre de tu novia estaba teniendo finalmente terminaron y ella no había tenido que volver, por lo menos no por ahora. Pero últimamente Quinn estaba algo… extraña. Tenía algunas salidas repentinas, y sentías que en verdad estaba ocultándote algo. La rubia solía ser muy afectuosa y atenta, sin embargo notabas la diferencia.
Los días y semanas del nuevo año iban avanzando, y esta actitud tanto tuya como de ella, parecía volverse rutinaria. Volvías del trabajo algo inquieta la verdad, mañana era tu aniversario y no imaginabas como encarar esa situación.
Bajas de tu automóvil y te diriges a la puerta, una vez más habías olvidado las llaves. Tocas el timbre pero no hay respuesta alguna, golpeas un poco, y nada.
Se te ocurre girar la perilla y para tu sorpresa la puerta estaba abierta. Ingresas muy lentamente, en realidad algo asustada.
Pero lo que ves dentro sólo hizo cambiar tu expresión. Los pétalos de rosa esparcidos por todo el salón, un conjunto de velas que lo iluminaban a la perfección y por ultimo, sobre la mesa una botella de champagne acompañada de dos copas.
Te acercas al sofá y ves como tu novia sale de la habitación con una rosa blanca en su mano.
-Quinn…- Dices en un susurro. -¿Qué es todo esto cariño?.- Preguntas sin salir aun de tu asombro
-Bueno, como sabrás mañana es nuestro aniversario.- Te contesta llegando hasta donde estas. -Y quería empezarlo de la mejor manera.- Agrega entregándote la flor con una sonrisa
-Estás loca, lo sabes ¿No es verdad?.- Dices negando con la cabeza, realmente no podías creerlo, todo era perfecto
-Loca, enamorada…- Te contesta destapando la botella. -¿No es lo mismo?.- Pregunta entregándote una de las copas
De pronto toma tu mano y te guía hasta la mesa, todo estaba estupendo
-Espero que disfrutes de la cena, me tomo toda la tarde.- Injiere mientras se sienta frente a ti
-Siempre has sido una excelente cocinera, lo amare, estoy segura.- Contestas y las horas empiezan a pasar, esto era increíble, estabas embelesada con cada detalle, con cada palabra que salía de su boca, había tocado tu punto más sensible.
Terminaron de comer entre risas, contando viejas anécdotas y recordando bellos momentos juntas
-Ven amor, vamos al sofá, ya son casi las doce.- Te dice haciéndote lugar a su lado
-Quinn… esto es.- Te interrumpe colocando un dedo sobre tu boca
-Esta vez déjame hablar a mi.- Agrega. -San, yo sé que… las cosas entre nosotras no están pasando el mejor de los momentos.- Dice lanzando un suspiro. -Pero quiero que sepas, necesito que entiendas, que eres lo que más amo en este mundo.- Hace una pausa. -Y estoy segura que podemos con esto, estoy segura que podemos pasar esta tormenta.- Te dice y sientes como un nudo empieza a crearse en la boca de tu estomago
La miras a los ojos y te transportas al momento cuando la conociste, al primer beso, la primera vez que le dijiste que la amabas, cuando finalmente unieron sus vidas y no puedes evitar comenzar a llorar
-Hey San, no llores, no lo hagas por favor.- Te ruega limpiando las lágrimas que rodaban por tus mejillas
-Lo siento, lo siento tanto.- Dices tratando de controlar tu llanto, pero no puedes, es tanta la angustia que no sabes que hacer, en un impulso la abrazas, con tanta fuerza con tanta necesidad.
Luego de algunos segundos te separas colocas un mechón de cabello tras su oreja. -Lamento haberte descuidado, eres una mujer increíble, ¿Lo sabes?.- Preguntas aun un tanto emocionada
Ella baja la mirada algo avergonzada y sonríe, rápidamente levantas su mentón y la obligas a mirarte
-Te amo Quinn, y juro que hare hasta lo imposible para que nunca más vuelvas a dudar de ello.- Dices aclarando tu garganta
La rubia sonríe y mira disimulada el reloj
-Feliz aniversario, mi amor.- Te dice observando directamente a tus ojos
-Feliz aniversario.- Contestas y te lanzas a sus labios y realmente no hizo falta nada más, esa noche no era de lujuria, ambas se quedaron dormidas abrazadas en el sofá hasta que amaneció, porque eso era lo que necesitabas, sentirla cerca, sentir que la amabas, y si, lo hacías.
La luz de la mañana comenzó a iluminar la sala y ambas se despertaron algo adoloridas, ese sofá era demasiado incómodo para pasar la noche
-Recuérdame nunca más dormir aquí.- Te dijo Quinn desperezándose a tu lado
-Lo prometo.- Agregas con una sonrisa, la ves comenzar a levantarse en dirección a la cocina y la detienes. -No, ahora me toca agasajarte a mí, necesito cumplir con mi regalo de aniversario.- Dices mientras le das un corto beso
-Oh, no me quejare de esto.- Contesta acomodándose nuevamente.- Aunque no creas que sera lo único que harás
Luego de algunos minutos, te vistes y regresas con una bandeja y el desayuno
-Veamos, café, té, cappuccino.- Dices señalando las diferentes cosas.- ¿Que prefieres?.- Preguntas atenta
-A ti.- Contesta simplemente con una sonrisa
-Pero yo no tengo tan buen gusto.- Agregas inocente
-Déjame decirte que si lo tienes.- Responde mordiéndose la boca
-Fabray eres una pervertida.- Dices indignada sentándote a su lado
-Y eso es lo que más te gusta de mi.- Te dice dándole una mordida a una de las tostadas. -Recuerda que esta noche tienes presentación en el club
-Es cierto.- Exclamas. -Lo había olvidado completamente
-Sí, cuando te vayas llamare a los muchachos.- Te cuenta dándole un sorbo a la taza de café.- Umhm ¿Le avisaras a Brittany?.- Pregunta haciéndose un poco la distraída. -O tal vez vuelva a enterarse de manera mágica como la última vez.- Agrega irónica y cuando por fin la nombra se te eriza un poco la piel, tenías que hablar con ella, era lo justo.
-Pasare antes de ir por su departamento, esta de camino al club.- Dices algo más triste
-¿Entonces no te veré hasta la noche?.- Pregunta haciendo un bonito puchero.
-Te recompensare.- Injieres con una sonrisa
-Más te vale López.- Te dice y muerde tu labio inferior. -Ahora vete, vete a trabajar antes de que me arrepienta y te ate a la cama.- Agrega tapándose el rostro con ambas manos
Muy suavemente quitas sus manos y la besas con ternura. -Nos vemos esta noche cariño.- Dices y con eso sales de casa
Llegas finalmente al estudio, entras algo ausente y te encierras en la oficina. Estabas esperando que Rose entre y pregunte algo, lo que sea, necesitabas hablar con alguien, necesitabas desahogarte, pero eso no sucedió. Saliste del despacho y la buscaste, pero tus compañeras te comentaron que se había reportado enferma esa mañana
Volviste y te desplomaste en la silla de tu escritorio.
-Genial.- Dijiste al aire.- Estoy sola
Las horas pasaban y realmente no habías hecho demasiado, tenías tu cabeza en Brittany, pensabas y pensabas que decirle, como comenzarías la conversación. Los nervios estaban consumientote y cada vez se hacía más tarde.
Llamaste a Kurt algo desesperada, pero él no te dio muchas respuestas. Repetía una y otra vez, que tal vez esto era lo mejor, todos te decían eso. Ayer habías tomado la decisión, ya no ibas a dudar más, lo hacías por ella, por ti. Era lo correcto, tenia que serlo.
El día de trabajo por fin termino e inconscientemente intentabas encontrar algo que hacer, no querías irte, ni llamarla. Pero tenias que dejar de ser cobarde, como ella te habia pedido tantas veces. Juntaste el coraje suficiente y saliste de la oficina
Estabas a pie, por lo menos te llevaría tiempo llegar a cualquier lugar
Diste tantas vueltas por la zona, hasta que finalmente tomaste tu celular y marcaste ese número que ya casi re sabias de memoria
-¿Hola?- Escuchas su voz del otro lado de la línea
-Hey, Britt.- La saludas y te es inevitable sonreír. -¿Co-como estas?.- Preguntas algo nerviosa
-Hola Bella, todo en orden ¿Y tú?.- Te pregunta y notas en su voz que estaba contenta de tu llamado
-Extraña…-Dices y lanzas un suspiro. -Necesito verte, voy camino al parque, aquel que está cerca de la librería ¿Recuerdas?.- Le preguntas y sin esperar respuesta agregas. -¿Crees que puedes venir?
-Claro cariño, solo déjame terminar un asunto y estaré allí.- Te contesta rápidamente. -¿Ha pasado algo?.- Injiere y su tono suena ahora algo preocupado
-Mejor hablarlo personalmente.- Le dices triste
-De acuerdo San, nos vemos pronto.- Hace una pausa. -Te quiero.- Dice finalmente y sientes una corriente eléctrica que te recorre de arriba abajo, aun sigues sintiendo lo mismo que la primera vez
-Te quiero.- Contestas y cuelgas.
Algunos minutos después por fin llegaste, ella ya estaba allí. Hermosa como siempre.
-Llegaste mucho más rápido de lo que me esperaba.- Le dices acercándote hasta donde esta
-Es que sinceramente estaba muy cerca de aquí.- Te contesta sonriendo y te hace lugar a su lado.- Entonces, ¿Que sucede?.- Pregunta mirándote a los ojos
-¿Como esta Bache?.- Repreguntas evadiéndola un poco
-Bien, le ha gustado de sobremanera dormir en la cama.- Dice con una sonrisa. -Pero espero poder sacarle esa costumbre en algún momento.- Agrega. -Aunque San, no me has pedido con tanta urgencia que venga solo para hablar de esto ¿No es verdad?.- Pregunta frunciendo un poco el ceño
-Britt yo…- Dices agachando la mirada y unas cuantas lagrimas comienzan a brotar de tus ojos.
-San, ¿Qué ocurre?.- Vuelve a preguntarte algo preocupada. -Santana mírame.- Dice tomándote la barbilla y obligándote a levantar el rostro. -Sabes que puedes decirme lo que sea
-Britt, yo no puedo seguir haciendo esto.- Dices finalmente entre sollozos. -Yo, no puedo seguir lastimando a Quinn, ella no se lo merece, y tu… tu tampoco
La rubia te miraba seria, pero notabas en sus ojos la tristeza, la misma que sentías tú
-Te juro que me encantaría que intentemos ser amigas, yo no quiero perderte.- Dices y ella te interrumpe
-El problema es que ya lo hemos intentado, y yo no quiero eso, yo… ya no puedo ser tu amiga Santana, creo que ya te lo he dicho.- Te contesta negando con la cabeza
-Yo no quiero mentirte, lo que me pasa contigo es algo.- Suspiras. -Tan especial, no puedo hacer otra cosa que pensar en ti, eres la chica perfecta Britt.- Dices y la miras ladeando el rostro. -Pero la verdad es que, tengo una novia a la que debo respetar, la culpa está matándome, siento que…- Haces un silencio realmente no sabes cómo dirás lo siguiente. -Necesito darle una nueva oportunidad a lo que tengo con Quinn
-La vida es cruelmente irónica.- Te dice la rubia lanzando una mirada al cielo. -¿Sabes? Acabo de dejar a Noah en medio de un bar cuando recibí tu llamada.- Hace un pausa. -Él estaba prácticamente declarándose, estaba pidiéndome que estemos juntos, juntos de verdad esta vez y yo…- Suspira de pronto. -No dude en venir a verte.- Ves como poco a poco sus ojos se ponen vidriosos y algunas lágrimas comienzan a correr por sus mejillas. -Y ahora estoy aquí, sentada en el medio de un parque, llorando por ti, y nunca imagine que dolería tanto.- Agrega con la voz algo rota. -Pero tomaste una decisión.- Vuelve a hablar tratando de contener el llanto. -Y yo no voy a interponerme en ella. Pero si esta es la última vez que te veo, te diré las cosas como en realidad son.- Dice mirándote directo a los ojos. -Te quiero muchisimo, Santana… fuiste la que saco, la que encontró en mí, cosas que… no sabía que podía sentir
-Britt, tú te mereces una persona que pueda darte todo lo que yo no.- Dices tomando muy lentamente su mano. -Esto no es sano, esto no le hace bien a ninguna de las dos.- Agregas bajando la mirada, no puedes verla llorar. -Estoy segura de que… encontraras a alguien que te hará muy feliz.- Continúas pero ella te interrumpe.
-En eso te equivocas.- Dice limpiándose rápidamente las lágrimas y soltando tu mano. -Encontrare a alguien, si, al que yo hare muy feliz, porque así lo decido.- Habla ya un poco más cortante
-Esa persona será muy afortunada de tenerte.- Dices un poco resignada. -Y sabrá aprovechar todo lo que yo no pude
-Seguramente así sea.- Te contesta y se levanta del banco tomando sus cosas. -Creo que no hay nada más para decir
Al instante imitaste su accionar y te paraste a su lado, muy sutilmente te dio un largo y sentido beso en la mejilla y luego volvió a hablar
-Que tengas muy buena vida Santana, cuídate mucho…- Te dijo finalmente y así, la viste irse sin voltear atrás.
Entonces te quedaste sola en medio del parque, pensando, viendo como su figura se perdía calle abajo y tratando de descifrar si lo que acababas de hacer era realmente lo correcto.
Porqué lo era ¿No es así? Estabas haciendo las cosas bien, o eso creías. Pero necesitabas que alguien te dijera, que alguien te explicara… si esto estaba bien.
¿Porque dolía tanto?