
El juego
"Honestamente, solo quiero verte ser valiente"
Te despertaste esa mañana bastante tranquila, hace demasiado tiempo que eso no sucedía. Pudiste notar que aún había silencio, las luces continuaban apagadas y un pequeño rayo de luz se colaba sigiloso por la ventana de la habitación.
Te vestiste y te dirigiste al living, Brittany seguía dormida. Era realmente tarde, te hubiera encantado quedarte y desayunar con ella, pero además de que faltarías al trabajo, tenías una novia, la que seguramente te pediría explicaciones.
Te acercas un poco hasta donde está, la cubres bien con la pequeña manta que eligió para cubrirse y besas su frente.
-Gracias.- Susurras antes de irte.
Por primera vez en toda la mañana revisas tu celular, y si, como te lo imaginabas, cientos de llamadas perdidas de Quinn, entre ellas había unas cuantas de Kurt y Blaine, esto se ponía peor.
Entras a tu casa, rogando que ella aun este dormida, peor la encuentras sentada en el sofá tomando una taza de café. Te mira, y se acerca un poco, solo lo necesario para verte completa
-¿Y bien?.- Dice de pronto cruzándose de brazos
Se genera un pequeño silencio entonces ella vuelve a hablar. -¿No vas a decirme nada? Santana, desapareciste toda la noche.- Te dice ahora un poco más ofuscada. -Te llame miles de veces, dime.- Hace un pausa. -¿Era muy complicado que me atendieras una sola vez?
-Estuve con…-Ella te interrumpe
-Piensa bien lo que vas a decirme.- Te mira de manera más intensa.-Me dijiste que irías a la casa de Kurt, él no recibió ni un llamado tuyo el día de ayer
-¿Puedes dejarme hablar?.- Gritas furiosa. -Estuve con Rachel, tú te juntabas con tus amigas del secundario, bien, yo quise hacer lo mismo.- Dices finalmente lanzando un suspiro. -Fuimos a una especie de bar, pub, no sé qué era eso realmente, la música estaba demasiado alta, puede que por eso no te haya contestado.- Mientes
-¿Por que no volviste a casa?.- Te pregunta mordiéndose el labio
-Estaba algo bebida ¿De acuerdo?.- Te pasas la mano por el cabello algo nerviosa.- Y no quería que me vieras así, lo siento
Quinn te lanzo una última mirada y se fue, sentiste el portazo de tu cuarto. Ella no te creía nada, y estaba en lo cierto
Miraste la hora en el reloj y solo estabas una hora retrasada en el trabajo, creíste que lo mejor era ir, después de todo, tenías que cumplir con eso
Abriste la puerta muy sutilmente y la viste recostada en la cama, dándole la espalda a donde te encontrabas, sacaste tu ropa y la miraste, una, dos, tres veces, tratando de decirle algo. Pero ¿Qué? ¿Que podías decirle?
-Voy a trabajar.- Dices finalmente
-Es tarde.- Responde ella aun sin mirarte
-Pero debo ir, no quiero que me despidan.- Agregas llegando a la puerta
-Adiós.- Dijo antes de que salieras
-Adiós Quinn.- Respondiste y con eso saliste de la habitación
Entraste a paso apresurado al estudio, lo que menos necesitabas hoy, era un regaño de tu jefe.
Ingresaste de a poco a la oficina esperando ver a Rose, pero para tu sorpresa ella no se encontraba allí. Tomaste asiento en el cómodo sillón y suspiraste.
Pero ese silencio era demasiado bueno para ser real, a los pocos minutos la pelirroja apareció con una bandeja de desayuno por la puerta de tu despacho.
-No me digas nada, vi tu cara desde la ventana antes de que entraras.- Dice dejando todo sobre el escritorio. -Algo paso, y estoy segura que no desayunaste.- Termina con una sonrisa
-Ok, estás loca.- Dices negando con la cabeza. -Pero estoy empezando a tomarte cariño.- Haces una pausa. -Solo un poco, no te ilusiones.- Agregas
-Yo no he dicho nada, hasta ahora.- Injiere. -Bien hoy no te vas a escapar de contarme que mierda está pasándote.- Dice dándole un sorbo a la taza de café
Suspiras. -¿Qué quieres que te cuente?.- Preguntas encogiéndote de hombros
-Umhm.- Se toma el mentón pensativa. -Todo, tal vez
-¿Recuerdas la rubia que vino ayer?.- Preguntas y vez como Rose asiente atenta. -Creo que me estoy enamorando de ella.- Dices finalmente
Rose comienza a toser y vez como su rostro va tomando un color algo azulado. Luego de algunos segundos vuelve en si
-¡Santana!.- Exclama. -¿Tú no estás de novia?.- Pregunta curiosa
-Sí, lo estoy.- Contestas tomándote la cabeza. -Y me siento terrible, por mentirle, por sentir esto que.- La miras a los ojos. -Se está saliendo de control Rose, no puedo parar de pensar en ella, en su sonrisa, en sus ojos, en sus besos
-Espera, espera, espera.- Te interrumpe. -¿La has besado? ¿Más de una vez?
-Si.- Dices mordiéndote el labio y negando con la cabeza. Se genera un silencio demasiado extenso para tus nervios entonces vuelves a hablar. -¿Querías que te cuente?, bien ahora di algo ¡Por dios!.- Agregas
-Yo pienso que… estas jodida amiga.- Dice ella simplemente.
-Eso ya lo sabía, gracias por toda tu sabiduría.- Respondes algo irónica
-Realmente pensé que ibas a contarme cualquier otra cosa, no me la esperaba.- Dice mientras comienza a llevarse la bandeja de desayuno. -Además esa rubia sexy, ¿Contigo? Increíble.- Dice con una sonrisa
La miras indignada, abres la boca para contestarle pero realmente no sabías bien que decirle, optaste por quedarte callada.
-Pero Santana.- Agrega ella antes de irse. -Si eso sientes, deberías hablar con Quinn e ir tras…-Hace un silencio esperando que le digas su nombre
-Brittany.- Dices tú frunciendo el ceño
-Brittany, bien, debes ir tras ella, o lo hare yo.- Te dice riendo, ve tu mirada asesina y se retracta. -Era broma, era broma, pero piensa en esto que te he dicho San, creo que es lo mas sano para todos-Repite y sale
Ella tenía razón, tú lo sabias, pero eras demasiado cobarde como para aceptarlo
¿Cómo ibas a mirar a tu novia de toda la vida a la cara y decirle que te habías enamorado de otra persona? Excusarte con algo así era aún más patético, pero si, tú eras patética. ¿Se puede amar a dos personas a la vez? ¿Eso es algo posible?
En tu cabeza parecía bastante real, pero desde fuera se veía incoherente. ¿Entonces qué?
¿Qué ibas a hacer? Porque tenías que decidirte y tomar una decisión, eso es lo que todos te decían. Pero nadie se ponia en tu lugar, nadie entendia realmente lo que te pasaba.
Porque cuando te ponías a pensar en ello, tu mente se ponía en blanco, y por un lado sentías que Brittany era la chica perfecta, pero que había llegado en el momento menos indicado
Y por el otro estaba Quinn, la incondicional, la de siempre y la culpa y la presión.
Decidiste que, había sido demasiado por hoy. Volviste tu concentración al trabajo, tenías muchas cosas que hacer.
Saliste de la oficina y tu celular de pronto sonó. Viste su nombre en la pantalla y sencillamente se te ilumino la mirada
“Espero no hayas tenido muchos problemas esta mañana, me hubiera gustado que seas lo primero que vea al despertar. Cuídate, Britt“
No podías determinar aun el tamaño de tu sonrisa, pero con el correr de los segundos era cada vez mayor. Te subiste a un taxi y mientras conducía a tu hogar, marcaste para hablar con ella.
Raramente no contesto, dejaste sonar algunas veces, pero no había caso. Te limitaste solamente a contestar su mensaje
“Gracias por no dejar que me vaya, tu cama es por demás cómoda, te quiero rubia”
A los pocos minutos el auto se detuvo frente a la fachada de tu casa, le pagaste al conductor y entraste. Quinn no estaba a la vista, pero escuchaste el ruido de la ducha, seguramente estaba dándose un baño.
Aprovechaste para prepararte algo que comer, improvisaste algo rápido, fuera de las pizzas, que no era algo muy nutritivo, no tenías buenos dotes culinarios
Tu novia salió del baño envuelta en una toalla de pies a cabeza.
-Te enfermaras.- Dices viéndola pasar mientras comes
-Soy inmune.- Te contestas algo cortante la rubia
-Quinn, eres la persona con las defensas más bajas que he conocido.- Le dices mientras suspiras
-De acuerdo, no puedo seguir haciéndome la indiferente.- Dice mientras se acerca y se sienta frente a ti
-Es horrible tratarnos de esta manera.- Le contestas mientras vas creando una pequeña sonrisa
-Entonces, ¿Terminas de comer y me acompañas a la cama?.- Dice de manera sugestiva
-Yo…- Dices pensando antes de responder. -Tengo mucho trabajo atrasado, me quedare despierta un rato mas.- Agregas evadiéndola
-Oh.- Dice ella un tanto decepcionada. -Está bien, yo ya cene.- Se acerca para saludarte y te da un corto beso en los labios.- Buenas noches San
-Buenas noches.- Dices y ves cómo se aleja
Las noches como esa siguieron repitiéndose, Quinn trataba de acercarse de todas las maneras posibles, pero tú estabas recia, distante, no te sentías cómoda, y sonara terrible, pero cada vez que ella se acercaba pensabas en Brittany y ya bastante culpable te sentías como para además estar con ella pensando en alguien mas
Aproximadamente diez días más tarde, estando en la oficina, recibiste un llamado de tu amigo.
-¿Hola?.- Preguntas aunque ya sabias que era el
-López tanto tiempo sin saber de ti.- La voz de Kurt suena festiva al otro lado de la línea
-Kurty, amigo.- Dices con una sonrisa. -¿Cómo estás?
-Yo bien, ahora.- Escuchas que hace una pausa.-Dime como estas tú, ¿Cómo están las cosas con Quinn?
-En realidad, no tan bien. -Dices lanzando un suspiro. -Pero ¿A qué se debe la pregunta repentina?.- Preguntas curiosa
-Veras, tu novia me llamo hace un rato, y bueno, básicamente me dijo lo mismo que tú, pero agrego que estas distante, algo fría… está preocupada San.- Dice Kurt con un tono más serio
-Lo sé, es verdad, hay cosas que no te he contado Kurt.- Contestas algo triste
-Brittany ¿No es verdad?.- Pregunta, aunque él ya sabía la respuesta
-Sí, ella, y cada día las cosas son más complicadas, ya no sé qué hacer.- Dices y él te interrumpe
-San, tu y yo nos debemos una extensa charla, pero sin Blaine, se horrorizaria.- Termina diciendo con una pequeña risita. -Pero antes de que te deprimas por teléfono, te diré.- Habla y cambia el tono en su voz. -Quinn me ha llamado, para que salgamos a bailar, quiere ver si así te despejas un poco
-Realmente lo que menos quiero en este momento es salir.- Dices algo cansada
-Anda San, hazlo por ella.- Te dice el más calmado
-Está bien, ¿Y cuándo seria?.- Le preguntas ya resignada
-Esta noche.- Agrega rápidamente
-Kurt, pensé que podría prepararme psicológicamente para eso.- Te ríes
-Tienes hasta que vuelvas del trabajo para ello, ¿Que más quieres?.- Injiere el más alto acompañando tu repentino cambio de humor. -Bueno amiga, no te robo más tiempo, nos vemos esta noche.
-Nos vemos, adiós.- Dices y con eso cuelgas
Después de algunas horas por fin volviste a casa, como era de costumbre Kurt y Blaine ya estaban esperándote allí. Quinn te recibió muy efusiva con un largo beso en los labios. Cuando finalmente se separaron saludaste a tus amigos y te fuiste directo al cuarto, a elegir el atuendo que usarías hoy.
Alguien golpeo la puerta de tu habitación y entro sigiloso
-¡Blaine! Me asustaste.- Exclamas arrojándole una de las prendas que había sobre tu cama
-Hey, lo siento.- Contestas el esquivando el primer proyectil. –Vine a decirte que nos iremos pronto, y algo más…-Hace una pausa. -Seguro Kurt ya te lo ha dicho, pero bueno
De pronto lo interrumpes. -Si, ya he hablado con él, preferiría por esta noche evitar el tema, mi cabeza esta por explotar
El moreno suspira y vuelve a mirarte antes de irse. -Te salvas de mi regaño solo por esta noche López, solo por hoy.- Agrega y sonríe
Los gritos de Quinn no te dieron mucho más tiempo, tomaste lo primero que tenías cerca, te vestiste apresurada y los cuatro salieron de tu hogar
Te subiste en el asiento trasero del auto que Blaine conducía, a tu lado tu novia que no escatimo en tomarte de la mano, jugar con tu cabello, dedicarte alguna caricia dulce.
El automóvil se detuvo y todos bajaron entusiasmados, todos menos tú, que claramente tenías muy pocas ganas de todo esto. El lugar no estaba tan mal, era una disco como cualquier otra, la música sonaba fuerte, el alcohol era demasiado, lo común, lo normal. Se desplazaron hacia la barra y desde allí observaban el resto del sitio, hasta que Kurt rompió el silencio diciendo.
-¿Que hacemos?, hemos venido a divertirnos, vallamos a bailar de una vez
-Estamos esperando a alguien más.- Agrego Quinn de pronto. -Le dije que estaríamos aquí
-¿A quién?.- Preguntas curiosa cuando vez que la mirada de tu novia se pierde hasta la puerta de la disco.
-Ya llego.- Dice ella con una sonrisa, entonces giras y la ves, si era Brittany, más hermosa aunque la última vez que la viste
Maldición, estas jodida
-¿He llegado muy tarde?.- Pregunta acercándose y saludando a todos, ante la mirada despectiva de Blaine y sorprendida de Kurt
-No, hace poco que entramos.- Agrega Quinn. -Bien ¿Vamos a la pista?.- Dice mirándote fijamente
-Pedimos unos tragos y ya estamos con ustedes.- Se interpone rápida la ojiazul
-De acuerdo.- Le contesta y se aleja junto con los dos muchachos
-No tenía idea de que vendrías.- Le dices aun un tanto confundida
-Quinn me invito, ¿Qué hay de malo en ello?.- Pregunta colocando un mechón de cabello tras tu oreja
-Nada, solo…-Lanzas un suspiro. -Nada no me hagas caso
-¿Ya has empezado a beber San?.- Te pregunta nuevamente riendo
-Ni una sola gota.- Dices mordiéndote el labio
El cantinero les ofrece los vasos y juntas van hacia donde los chicos se encontraban, realmente odias bailar, pero que Brittany esté presente, te motivo de alguna manera, ambas se dedicaban miradas cómplices y pequeñas sonrisas.
-¿Oye Britt, me acompañas a buscar unas cervezas?.- Le dijo Blaine a la rubia tomándola de la mano, ella te miro, hizo una mueca de disgusto y luego lo acompaño
En ese mismo momento Quinn comenzó a acercarse, te bailaba de una manera un tanto sugestiva, sus manos recorrían tu espalda y su boca comenzó a perderse por tu cuello
Te paralizaste un poco, no estabas acostumbrada a ese tipo de cosas en público, finalmente tomo tu rostro y te beso, entre desesperada e intensa, correspondiste algo dudosa hasta que fue todo más natural, pero en un instante abriste tus ojos y allí, del otro lado de la pista estaba Brittany, que miraba la escena un tanto molesta, la viste dejar el trago que traía sobre la barra y perderse entre la gente
Rompiste el beso de una manera muy discreta
-¿Cariño me disculpas?.- Le dices a Quinn acariciando su mejilla. -Iré un segundo al tocador
-Déjame que te acompaño.- Te dice ella rápidamente
-No amor, dejaras solo a Kurty, yo ya regreso.- Dices y con eso sales en busca de Brittany
En el camino cochas con Blaine, y le preguntas por ella, el suspira y con cara de pocos amigos señala la puerta de salida. Apresuras tu paso un poco más, hasta llegar.
Sales y comienzas a buscarla con la mirada, pero aun no la ves, hasta que miras una de las paredes de la fachada y ahí esta ella, recostada, con un cigarro en su boca
-¿Te he dicho alguna vez, que odio ver a la gente fumar?.- Dices quitándole el puro de los labios.- Daña tu salud.- Agregas tirándolo al suelo
-No deberías estar aquí.- Dice la rubia aun sin mirarte
-Pero quiero estar aquí, ¿Por que te fuiste?.- Preguntas y te pones frente a ella
-Anda Santana, tu novia debe querer otro beso, y yo necesito otro cigarro.- Te contesta alejándose un poco, y la viste acercarse a un hombre de algunos años más que tú, la viste seducirlo, hablarle a susurros en su oído, reírse muy cerca de su boca, eso estaba desesperándote, el saco una tarjeta del bolsillo trasero de su pantalón y se la entrego, junto con otro puro, entonces ella volvió
-¿Era necesario?.- Preguntas acorralándola contra la pared. -Ese tipo solo dejaba de mirar tu escote para ir hasta tu boca, ¿Además vuelves con esto?.- Dice otra vez tomando el cigarro de sus labios
-¿Realmente no entiendo que estás haciendo Santana?.- Pregunta ella con una sonrisa. -Tú y yo no somos nada, así que, regresa con tu novia y déjame en paz
-¿Ah sí? Entonces contéstame solo una cosa, ¿Por que te fuiste cuando nos besamos?.- Repreguntas tú acercándote a su boca
-Porque lo cursi me produce nauseas.- Te dice a centímetros de tus labios, y comienza a irse una vez más
-Espera, Britt, no te vayas.- Dices tomándola del brazo antes de perderla
-Déjalo morena, te doy un consejo, trata de empezar a ser un poco mas consecuente con tus dichos y tus acciones, te solucionaría la vida.- Te dice un poco elevando la voz mientras se aleja y la pierdes de vista entra la multitud
Y tú te quedas allí afuera, pensando en que ahora deberías volver a entrar e ir por tu novia, morderte los sentimientos y todas las cosas que tendrías que haberle dicho a esa rubia de ojos azules y te sigues muriendo de miedo de pronunciar.